Análisis de la Producción Industrial e I+D en España

Producción Industrial por Comunidades Autónomas

El siguiente análisis se basa en un mapa de coropletas que muestra la distribución del valor de la producción industrial por comunidades autónomas en España durante el año 2007. Se destacan las comunidades que superan el 8% y se explican los motivos de su importancia:

Cataluña

Siendo una de las regiones con industrialización más temprana en España, Cataluña vio surgir destacados focos industriales durante la primera Revolución Industrial. El peso de las economías de aglomeración, caracterizadas por la diversificación productiva, permitió una recuperación más rápida tras la crisis industrial. Barcelona, el área más industrializada, ha atraído numerosas empresas nacionales y multinacionales, además de implantar industrias de alta tecnología.

Localización industrial de Cataluña:

  • Triángulo de Tarrasa, Granollers y Sabadell
  • Triángulo de Reus, Vals (entorno a una refinería)

Andalucía

A pesar de una temprana industrialización, Andalucía perdió peso en el conjunto nacional. Esto se debe a que los primeros focos siderúrgicos y textiles, junto al crecimiento industrial posterior, respondieron a una planificación estatal y de intereses extrarregionales. Buscando menores costes y mayor permisividad, se desplazaron a Andalucía las actividades más contaminantes y peligrosas. A pesar de ello, se implantaron industrias en el triángulo Sevilla-Cádiz-Huelva, además de industrias tradicionales transformadoras de productos agrarios, lo que explica el elevado valor de su producción industrial.

Localización industrial de Andalucía:

  • Huelva, Sevilla, Cádiz (refinería)
  • Viñedos en Jerez
  • Aceites en Jaén y Córdoba

Comunidad Valenciana

La Comunidad Valenciana implantó una industria diversificada que resistió mejor el impacto de la crisis industrial. Se han promovido los sectores de alta tecnología, aunque los sectores tradicionales siguen teniendo un peso importante. La creación de distritos industriales ha permitido a las PYMES beneficiarse de las ventajas de las concentraciones industriales.

Localización industrial de la Comunidad Valenciana:

  • Área de la Plana (Castellón): cerámica, química de base (abonos), refinería.
  • Ronda, Villarreal y área metropolitana de Valencia (incluyendo Sagunto y la Pobla de Vallona con IBM): ordenadores, metalurgia (madera o mueble), químicas, alimentación.
  • Eje mediterráneo (áreas del interior a ambos lados de la carretera Valencia-Alicante): cartonajes en Alcira, tejidos, papel y mantas en Alcoy y Onteniente, juguetes y muñecas en Ibi, Onil y Castalla.
  • Jijona: turrón.
  • Calzado y cuero en Elche, Elda, Petrel y Villena.
  • Alfombras en Crevillente.
  • Mármol en Novelda-Pinoso.

País Vasco

El País Vasco, territorio de antigua industrialización, sirvió de base para la creación posterior de importantes aglomeraciones urbano-industriales. La elevada especialización en sectores maduros supuso un fuerte impacto de la crisis industrial y de los procesos de reconversión. Sin embargo, ha protagonizado una destacada revitalización industrial.

Localizaciones industriales del País Vasco:

  • Bilbao y San Sebastián: continuo industrial unido.
  • Gran Bilbao en la ría del Nervión: Sestao y Portugalete.
  • Guipúzcoa: industrias repartidas por los ríos Deba, Urola y Oria.
  • Álava: concentración en Vitoria, Llodio y Amurrio.

Madrid

Madrid experimentó una industrialización temprana, atraída por su condición de capital del Estado y centro financiero. Tras la crisis económica, ha conseguido un importante desarrollo industrial. Su menor participación en la producción industrial se explica por la importante terciarización de su industria y de su actividad económica en general.

Localización industrial de Madrid:

  • Difusión hacia los núcleos periféricos del sur (Leganés).

Situación Española en I+D

El siguiente análisis se basa en un gráfico lineal, una tabla y un mapa que reflejan la situación española en Investigación y Desarrollo (I+D) entre los años 1981 y 2007.

Evolución del Gasto en I+D

El gráfico lineal muestra el gasto español en I+D como porcentaje del PIB. En 1981, España partía de un nivel muy bajo, con un 0,6% del PIB. Desde entonces, se produjo un incremento encaminado a alcanzar al menos el 1% del PIB. Sin embargo, entre 1993 y 1997, este esfuerzo se vio interrumpido debido a la crisis económica de principios de la década de 1990 y a la necesidad de disminuir el gasto público para cumplir con los criterios de convergencia del Tratado de Maastricht. A partir de 1997, se recuperó la tendencia al incremento del gasto en I+D con el objetivo de aumentar la competitividad de la industria española y cumplir con los objetivos de la Estrategia de Lisboa. No obstante, el gasto en I+D en España contrasta con las cifras más elevadas de otros países desarrollados, lo que tiene importantes repercusiones:

  • Retraso tecnológico español.
  • Dependencia externa en investigación y tecnología.
  • Compra de patentes con altos costes.
  • Menor competitividad de los productos industriales españoles.
  • Limitación de las exportaciones.
  • Déficit permanente en la balanza de pagos tecnológica.

Distribución del Gasto en I+D

La tabla indica que, del total de gastos de I+D, el 55,1% corresponde a la industria. Los sectores con mayor gasto son el químico, el de transporte y el farmacéutico.

Distribución Espacial del Gasto en I+D

El mapa muestra la distribución espacial del gasto en I+D de las comunidades autónomas españolas en 2006. Se observa una gran concentración en las áreas industriales más desarrolladas: Madrid y Cataluña concentran más del 50% de la inversión. Les siguen Andalucía, el País Vasco y la Comunidad Valenciana. En el resto de las comunidades autónomas, el gasto en I+D es mucho más reducido. Las consecuencias de este hecho son:

  • Atraso tecnológico.
  • Dependencia de la compra de patentes y tecnología exterior.
  • Freno para el desarrollo industrial en las comunidades menos industriales.

En conclusión, la inversión en I+D es esencial para el desarrollo industrial y para aumentar el valor añadido de los productos. El retraso en este ámbito supone un freno para la competitividad de la economía española.

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