Hidrografía de España: Ríos, Vertientes y Recursos Hídricos

Ríos de la vertiente cantábrica

La vertiente cantábrica está formada por ríos que vierten sus aguas al mar Cantábrico. La cordillera Cantábrica, abrupta y escarpada, y con alturas de más de 2500 m, da lugar a cursos fluviales de corta longitud, con una media de 100 km. Esta vertiente, aunque solo ocupa el 4% de la superficie peninsular, es importante por ser la zona donde hay más precipitaciones. Sus ríos presentan las siguientes características.

Características

  1. Son ríos cortos y de cuencas reducidas, puesto que la cordillera Cantábrica, donde nacen, dista unos 50 km aproximadamente de la costa.
  2. Son ríos de gran capacidad erosiva, porque en pocos kilómetros deben salvar un gran desnivel, formándose en zonas de roquedo calizo hoces o gargantas, como las de los ríos Cares, Deva, Sella y Besaya.
  3. Son ríos caudalosos y regulares por recibir precipitaciones abundantes y regulares a lo largo del año. En general, son de régimen pluvio-nival en sus cabeceras y pluvial-oceánico en el resto de su recorrido, presentando crecidas en invierno, cuando las lluvias son más abundantes. Los ríos gallegos (Eo) y asturianos (Navia, Narcea, Nalón, Sella, Cares) sufren un claro, aunque corto, estiaje debido a la mayor influencia del anticiclón de las Azores. Los ríos cántabros (Deva, Besaya, Pas) y los vascos (Nervión, Bidasoa) son mucho más regulares.

Ríos de la vertiente atlántica

La vertiente atlántica ocupa el 71% de la superficie peninsular y a ella pertenecen los ríos más largos del país y que vierten al océano Atlántico. Se distinguen tres sectores:

a. Los ríos gallegos

Se caracterizan por formar rías en su desembocadura. Son muy caudalosos por la gran humedad de la región y el sustrato de rocas impermeables. Son ríos cortos y que nacen a baja altitud, presentando régimen pluvial con mínimos en verano (Tambre, Ulla, Lérez). Destaca el Miño, que nace en el Macizo Galaico y tiene un caudal considerable. Antes de recoger las aguas de su afluente, el Sil, tiene régimen pluvio-nival, y después pluvial-oceánico, con caudal máximo en invierno y estiaje en verano.

b. Los grandes colectores de la Meseta

A través de la Meseta discurren tres grandes ríos:

  • Duero: Nace en los Picos de Urbión, cruza por Soria y Zamora y desemboca, formando un estuario, en Oporto (Portugal) donde lleva un caudal medio de 600 m3/seg. Su cuenca drena la submeseta norte y es la más grande de toda la península. Además, es simétrica, es decir, recibe afluentes tanto por la derecha como por la izquierda, aunque los que nacen en la cordillera Cantábrica son más caudalosos que los que proceden de la cordillera Central, donde llueve menos. A lo largo de su recorrido lleva al principio un régimen pluvio-nival, con caudal máximo en marzo-abril y estiaje de agosto a septiembre, al igual que sus afluentes más importantes, pero cuando llega a los llanos de la Meseta pasa a tener régimen pluvial mediterráneo del interior y cuando pasa a Portugal el régimen es pluvial, por recibir más precipitaciones. Gran potencial hidroeléctrico, que se aprovecha mediante embalses, sobre todo en la zona de los Arribes.
  • Tajo: Nace en la sierra de Albarracín, es el más largo de la península y el tercero en extensión. Pasa por Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina y desemboca en Lisboa en un amplio estuario. Recibe importantes aportes de sus afluentes de la derecha (Jarama, Tajuña, Henares, Alberche, Tiétar, Alagón), mientras que los de la izquierda apenas influyen en su curso (Guadiela, Almonte). A lo largo de casi todo su recorrido tiene régimen pluvio-nival. Son los afluentes por la derecha que bajan de la cordillera Central los que le dan ese carácter. Los de la izquierda, en cambio, son de régimen pluvial mediterráneo de interior, pues proceden de los Montes de Toledo, con menos pluviosidad. Cuando el Duero pasa por Portugal incrementa su caudal pasando a tener un régimen pluvial. Sus aguas se aprovechan tanto para hidroelectricidad como para regadío (trasvase Tajo-Segura).
  • Guadiana: Nace en los Ojos del Guadiana en la llanura manchega y proviene del afloramiento de aguas subterráneas. Es el menos caudaloso de los grandes ríos peninsulares. Pasa por Mérida y Badajoz y desemboca en Ayamonte (Huelva), donde forma un estuario. Presenta tres tramos bien diferenciados: su nacimiento y cauce alto con drenaje subterráneo, donde están las Tablas de Daimiel; su cuenca media, presenta una vega amplia y regada; y la cuenca baja en Portugal, más estrecha. Su caudal es escaso debido a las escasas precipitaciones de las zonas por las que atraviesa y a que las montañas de donde proceden sus afluentes, Montes de Toledo y Sierra Morena, no son elevadas y tienen poca nivosidad. Por tanto, su régimen es pluvial subtropical en todo su recorrido y es capaz de experimentar grandes crecidas. Sus principales afluentes por la derecha son Záncara, Cigüela y Zíjara, y por la izquierda, Jabalón, Zújar, Matachel. La sobreexplotación de su cabecera ha secado su nacimiento que, actualmente se produce 150 km más abajo. Su curso está regulado por numerosos embalses.

c. La zona meridional

La constituyen los ríos que discurren por la depresión del Guadalquivir. El río Guadalquivir nace en la sierra de Cazorla y tras unos primeros kilómetros de fuertes pendientes, fluye tranquilo y casi al nivel del mar durante el resto de su recorrido. Pasa por Córdoba y Sevilla y desemboca en la gran zona pantanosa de Sanlúcar de Barrameda, pues su cuenca estuvo abierta al mar, que todavía penetra en ella formando marismas. Su caudal no es muy abundante y presenta grandes crecidas y profundos estiajes. Sus afluentes forman una red disimétrica, pues provienen mayoritariamente de Sierra Nevada. Son, por la izquierda, Guadiana Menor, Guadalbullón y Genil, y por la derecha, Guadalimar, Guadiel, Jándula, Guadiato, Bembézar. Salvo el Genil, estos afluentes le confieren un régimen pluvial-mediterráneo. El Genil, que en su nacimiento a 3000 m de altura posee un régimen nival, le da carácter pluvial con pequeño matiz pluvio-nival y sus aportes de caudal permiten que el Guadalquivir no tenga un estiaje tan profundo como el Guadiana. El carácter abierto de su cuenca permite que discurran por ella otros ríos como el Guadalete, el Tinto y el Odiel, cortos y de régimen pluvial.

Ríos de la vertiente mediterránea

La vertiente mediterránea está formada por los ríos que vierten sus aguas al mar Mediterráneo. Estos ríos drenan el 25% de la superficie peninsular. A excepción del Ebro, presentan las siguientes características:

Características

  1. Son cortos y poco caudalosos, porque la mayoría no nacen a grandes alturas y pasan por zonas de escasas precipitaciones.
  2. Son muy irregulares, debido al clima. Son frecuentes las grandes crecidas en épocas de gota fría y lluvias torrenciales, que a veces producen desbordamientos que provocan inundaciones. La gran aridez estival da lugar a prolongados estiajes. Incluso hay cauces que quedan secos y reciben el nombre de ramblas.
  3. Su aprovechamiento principal es el regadío.

Los ríos catalanes

Destacan el Ter y el Llobregat, que nacen en los Pirineos orientales y recorren la cordillera Costero Catalana; reciben aportes nivales en su cabecera, siendo su régimen hidrográfico nivo-pluvial. El Llobregat forma en su desembocadura un delta de 100 km2.

Los ríos levantinos

Destacan por la elevada pendiente de sus cauces, los fuertes desniveles que deben salvar, sus cursos reducidos, su escaso caudal y su gran irregularidad con fuertes crecidas. La mayoría han creado llanuras litorales muy fértiles. Son los ríos Mijares, Turia, Vinalopó, Júcar y Segura. El Júcar nace en los Montes Universales, fluye a través de la Mancha y desemboca en Cullera (Valencia). Su régimen es pluvial-mediterráneo, con grandes crecidas, y es divisoria de los ríos que nacen en el Sistema Ibérico y las Cordilleras Béticas. Su principal afluente es el Cabriel. El Segura nace en la sierra de Segura y desemboca en Guardamar (Alicante). Su caudal es muy irregular, con un amplio estiaje y rasgos de torrencialidad: cauces secos y grandes crecidas. El trasvase Tajo-Segura altera su régimen fluvial.

Ríos de la cuenca hidrográfica del sur

Descienden desde las Cordilleras Béticas a la costa, son ríos cortos e irregulares con régimen pluvial-subtropical, con fuerte estiaje en verano, máximo en febrero y segundo máximo en otoño. La mayoría son ramblas. Destacan el Guadiaro, Guadalhorce, Guadalmedina, Guadalfeo, Adra, Almería, Almanzora, Andarax.

El Ebro

Nace en Fontibre, Cantabria. Es el segundo río por su extensión y longitud. Pasa por Logroño y Zaragoza y desemboca en Tortosa, donde forma un amplio delta. Sus afluentes forman una red disimétrica porque son más numerosos y caudalosos los afluentes por la izquierda, que proceden de los Pirineos (Ara, Aragón, Gállego, Cinca, Segre…), que los de la derecha, que proceden del Sistema Ibérico y aportan menos caudal (Jalón, Jiloca). Su régimen fluvial es complejo: en su tramo alto, al nacer en la cordillera Cantábrica, presenta un régimen nivo-pluvial; también los afluentes pirenaicos presentan régimen nivo-pluvial; el curso medio presenta régimen pluvio-nival, al igual que los afluentes por la derecha, pasando en el tramo final a tener un régimen pluvial mediterráneo. Las aguas del Ebro se aprovechan mediante embalses y canales de regadío, lo que ha reducido su caudal en los últimos años.

El agua y los recursos hídricos

a. El agua

Es un recurso que se emplea en: regadío agrario; producción energética en centrales hidroeléctricas; consumo humano (doméstico, turismo, jardines); evacuación de desechos; pesca, navegación o usos recreativos.

b. El balance hídrico

Relaciona los recursos de agua existentes y su consumo. El balance en España es positivo. Solo una parte de los recursos se aprovechan por:

  • La disponibilidad de agua: hay cuencas excedentarias, equilibradas o con déficit.
  • La demanda: se concentra en el arco mediterráneo, el área de mayor dinamismo económico y demográfico pero con los recursos hídricos más escasos.
  • Red de presas insuficiente para una demanda en alza.
  • Importantes pérdidas anuales de agua.

De ellos resulta un déficit en torno a los tres o cuatro mil hm3.

c. La política hidráulica

Sus fines son:

  • Regular los recursos: la Ley del Agua.
  • Gestionarlos mediante la planificación:
    • Planes Hidrológicos de Cuenca.
    • Plan Hidrológico Nacional: objetivos son: lograr el abastecimiento de cada cuenca; conseguir una buena calidad del agua; prevenir inundaciones y sequías; impulsar la investigación e innovación tecnológica.

d. Las obras hidráulicas

Como:

  • Regulación de los ríos, construyendo embalses, canales y trasvases.
  • Regulación de otros recursos hídricos:
    • Lagos pirenaicos: producen hidroelectricidad.
    • Acuíferos: para momentos de escasez.
    • Agua del mar: España ocupa el primer lugar de la UE y el 8º del mundo en desalinizacion.
  • Obras para mejorar la calidad del agua: plantas potabilizadoras y depuradoras.

Los riesgos naturales

Destacan las inundaciones (producidas por lluvias intensas, fusión de la nieve, elevación del nivel del mar, ruina de un embalse…, que han hecho necesario el análisis del comportamiento de las aguas y los sistemas de control y regulación de los caudales) y sequías (que son déficits intensos y prolongados de precipitaciones que hacen necesario el desarrollo de las infraestructuras destinadas a atenuar sus consecuencias).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *