Cuales factores del clima influyen en la producción de hortalizas

Tema 8 de Geografía (Selectividad) 

TEMA 8 DE GEOGRAFÍA PARA SELECTIVIDAD 

EL ESPACIO RURAL 

ÍNDICE 

1. INTRODUCCIÓN

2. LOS CONDICIONANTES DE LA ACTIVIDAD AGRARIA EN ESPAÑA 2.1. Factores ecológicos y físicos

2.2. Factores humanos

2.2.1. Socioeconómicos

2.2.2. Políticos

3. USO Y APROVECHAMIENTOS AGRARIOS

3.1. Aprovechamientos agrícolas

3.2. Aprovechamientos ganaderos

3.3. Aprovechamientos forestales

4. LA INFLUENCIA DE LA POLÍTICA AGRARIA COMÚN

5. NUEVOS USOS Y FUNCIONES DEL ESPACIO RURAL

6. CONCLUSIONES

DESARROLLO DEL TEMA 

1. INTRODUCCIÓN

Las actividades agrarias, básicamente agricultura y ganadería, han sido básicas en las  sociedades tradicionales. Sin embargo, gracias al desarrollo socioeconómico registrado en  nuestro país a partir de la década de 1960 y consolidado con nuestro ingreso en la CEE en  1986, las actividades agrarias se han convertido en un sector productivo que representa  menos del 5 % del PIB y de la población activa. Ello no quiere decir que haya perdido  importancia económica y social, ya que estas actividades son la base de la industria  agroalimentaria, una de las principales exportaciones del país y ocupan la mayor parte de su  espacio. 

En este tema vamos a analizar los condicionantes, tanto físicos como humanos, de la  actividad agraria, los principales usos y aprovechamientos agrarios, la influencia de la  Política Agraria Común europea y los nuevos usos y funciones del espacio rural.

2. LOS CONDICIONANTES DE LA ACTIVIDAD AGRARIA EN ESPAÑA 2.1. Factores ecológicos y físicos

Las actividades agrarias han estado tradicionalmente muy condicionadas por factores  físico-ecológicos como la altitud, el relieve, los suelos y el clima, aunque el desarrollo  tecnológico hace que estos condicionantes hayan perdido en ocasiones importancia. La elevada altitud media y las fuertes pendientes de gran parte del territorio peninsular  son un obstáculo al desarrollo agrario, ya que determinan una baja productividad. Así, las  temperaturas son bajas, muy contrastadas y los suelos poco desarrollados. 

En cuanto a los suelos, como consecuencia de su escaso desarrollo, suelen ser poco  fértiles, con un exceso o defecto de acidez e importantes problemas de erosión. Por último, el predominio en la mayor parte de España del clima Mediterráneo,  caracterizado por precipitaciones escasas y muy irregulares, con fuerte sequía estival, es  un fuerte impedimento al desarrollo agrario. Además, la forma maciza de la Península y  la disposición periférica de las unidades del relieve determina que dentro de las 

variedades del clima Mediterráneo predomina la continental, con una fuerte amplitud  térmica y con heladas y olas de calor frecuentes en invierno y verano respectivamente. 

2.2. Factores humanos

Dentro de los factores humanos podemos distinguir entre socioeconómicos y políticos. 2.2.1. Factores socioeconómicos 

En cuanto a los socioeconómicos, los principales son la población agraria, la  estructura de la propiedad y las técnicas y sistemas agrarios. 

En cuanto a la población agraria, el medio rural español se caracteriza por su  despoblamiento y por el envejecimiento de la población. Además, la  diversificación sectorial de la población activa rural, ya no centrada  exclusivamente en las actividades agrarias, ha provocado un aumento de la  agricultura a tiempo parcial. En cualquier caso, cada vez hay una mayor  preparación y protección por parte de los agricultores, al menos en el sector más  modernizado, competitivo y dirigido al mercado, mientras que aún se mantiene  en algunas zonas una agricultura prácticamente de subsistencia a cargo de  población envejecida que tiende a desaparecer. 

En lo referente a la estructura de la propiedad, España presenta grandes  contrastes, pudiendo diferenciarse entre un norte minifundista y un sur  latifundista. Las razones de estos contrastes son históricas y económicas. En  cuanto a las históricas, la lentitud del proceso de Reconquista en el norte de  España hizo que se fueran asentando pequeños y medianos campesinos en las  tierras arrebatadas a los musulmanes, mientras que la rapidez con que se  desarrolló el proceso en el sur peninsular hizo de los reyes concedieron amplios  lotes de tierras a Iglesia, nobleza, Órdenes Militares y municipios, como un  medio de controlar el territorio ante la falta de campesinos suficientes que  asentar. Junto con esta razón histórica hay una económica. El clima oceánico del  norte, con temperaturas suaves y precipitaciones abundantes y regulares,  determina una elevada productividad que hace económicamente sostenible a la  pequeña y mediana propiedad. Esta es la misma situación que se da en las zonas  de regadío del sur de España y costa mediterránea. Sin embargo, la baja  productividad de la agricultura de secano mediterránea determina que solo la  gran propiedad sea económicamente sostenible. Dentro de la estructura de la  propiedad hay que tener en cuenta también el régimen de tenencia. Actualmente  predomina el directo, en el que es el mismo propietario el que gestiona la  explotación. Sin embargo, aún es bastante frecuente el indirecto,  tradicionalmente predominante, en el que el propietario cede la explotación de la  tierra a otra persona a cambio de una renta (arrendamiento) o de parte de la  cosecha (aparcería). 

Por lo que se refiere a las técnicas y sistemas agrarios, se han producido grandes  transformaciones en las últimas décadas, aumentando la extensión del regadío, la  mecanización, el uso de productos fitosanitarios y fertilizantes y el desarrollo de  nuevas técnicas como los cultivos en enarenado, hidropónicos y bajo plástico. 

2.2.2. Factores políticos

Dentro de los factores políticos destaca el intervencionismo del Estado en las  actividades agrarias, de manera muy intensa durante el franquismo, a través del  Servicio Nacional del Trigo, el Instituto Nacional de Colonización y el Servicio  Nacional de Concentración Parcelaria. El proceso de Transición a la Democracia  hizo desaparecer los restos aún existentes de este intervencionismo, atenuado a  partir de 1959. Sin embargo, el acceso a la Comunidad Económica Europea en  1986 hizo que la agricultura española se viera determinada por la Política Agraria  Común (PAC), que analizaremos más adelante.

3. USO Y APROVECHAMIENTOS AGRARIOS

Los principales aprovechamientos agrarios son la agricultura, que supone el 56 % de la  Producción Final Agraria (PFA); la ganadería, que aporta el 40 % de la PFA; y la  explotación forestal, que sólo aporta el 4 %. Sin embargo, estos porcentajes ocultan fuertes  contrastes regionales. Así, en las zonas de clima oceánico (Galicia, Asturias, Cantabria y  País Vasco) y el entorno de las grandes áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona  predomina la ganadería en la PFA debido a la abundancia de pastos naturales en las primeras  zonas y a la fuerte demanda de productos cárnicos en las segundas. En las zonas de suelos  pobres de las penillanuras occidentales (desde León a Extremadura), en el entorno de  Madrid y su uníón con Cataluña (Ávila, Soria, Toledo, Guadalajara y Aragón) y en las Islas  Baleares se produce un equilibrio entre agricultura y ganadería. En el resto de España hay un  predominio claro de los usos agrarios. 

3.1. Aprovechamientos agrícolas

Los principales sistemas de cultivo son, por un lado, el regadío, consistente en el aporte  artificial de agua, que se da en las llanuras y depresiones de las zonas de clima  Mediterráneo, especialmente junto a los grandes cursos fluviales, cuya agua es fácil de  usar; y por otro, el secano, predominante en las zonas del interior peninsular. Del mismo  modo, podemos distinguir entre agricultura de mercado y de subsistencia, monocultivo  y policultivo, e intensiva o extensiva. En general, la primera alternativa de estos  binomios es la que está predominando sobre la segunda alternativa, que era la  tradicionalmente dominante. 

Los principales tipos de cultivo son los leñosos y los herbáceos. En cuanto a los  leñosos, en las zonas de regadío predominan los frutales y en los de secano el olivar, el  viñedo y otras especies como el almendro, pudiendo todos ellos cultivarse en regadíos  mixtos, es decir, zonas regadas de manera ocasional en función de las condiciones  climáticas. Los principales cultivos herbáceos en las zonas de regadío con hortalizas,  patatas y cultivos industriales como la remolacha azucarera o el tabaco. En el secano  destacan los cereales, las leguminosas y las plantas forrajeras, todas ellas también  susceptibles de su cultivo en regadíos mixtos. Junto con estos cultivos destacan, más  por su extensión e importancia ecológica que por la económica los terrenos forestales  (naturales o de repoblación) y los eriales y pastizales. Todas estas zonas se han  extendido de manera destacada en las últimas décadas como consecuencia de la  despoblación de zonas rurales marginales y del consiguiente abandono de cultivos. 

3.2. Aprovechamientos ganaderos

Los aprovechamientos ganaderos pueden ser extensivos, que eran los tradicionalmente  dominantes, o intensivos, cuya importancia es cada vez mayor. 

En cuanto a la agricultura extensiva, en las zonas de clima oceánico estaba centrada en  el ganado bovino, en las penillanuras occidentales en el bovino y porcino criado en  dehesas y en las zonas de clima mediterráneo en el ovino y caprino. 

Por lo que se refiere a la agricultura intensiva, ha crecido de manera exponencial a  partir del Desarrollismo de los años 1960, ya que el desarrollo socioeconómico, unido  al proceso de globalización, hizo que el consumo de carne por los españoles se  convirtiera en habitual. Las principales explotaciones intensivas se desarrollan cerca de  las grandes aglomeraciones urbanas, ya que las granjas de engorde de ganado bovino,  porcino y aviar tienden a situarse cerca de los principales mercados para disminuir los  costes de transporte. 

3.3. Aprovechamientos forestales

Los aprovechamientos forestales tradicionales consistían básicamente en la explotación  de la madera y la resina y también en actividades relacionadas como la caza y la  recolección de frutos silvestres. Su importancia económica es cada vez menor debido a 

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las políticas de protección del medio ambiente, lo que ha hecho que gran parte de la  madera o resina producida en España provenga ya de la silvicultura, es decir, de las  plantaciones de árboles. 

4. LA INFLUENCIA DE LA POLÍTICA AGRARIA COMÚN

Al ingresar en la Comunidad Económica Europea en 1986, el sector agrario español pasó a  estar condicionado por la Política Agraria Común (PAC), creada en 1962. Sus objetivos  iniciales eran conseguir el autoabastecimiento europeo en materia alimentaria y garantizar  un nivel de vida adecuado para la población agraria. Para ello, se concedían ayudas para la  mejora y modernización de las explotaciones a través del FEOGA (Fondo Europeo de  Orientación y Garantía Agraria), se establecíó un mercado común de productos agrarios y se  garantizaron unos precios mínimos por encima de los existentes en el mercado mundial.  Todas estas medidas permitieron un aumento de la producción y de la renta agrarias, pero a  costa de unos altos excedentes y de un enorme gasto comunitario. 

Estos problemas fueron los que provocaron que en 1985 se iniciara una reforma de la PAC,  que culminó en 1992. La nueva PAC establecía una rebaja de los precios garantizados, las  subvenciones dejaron de estar ligadas a la producción, se fomentaron las jubilaciones  anticipadas y se establecieron cuotas de producción en algunos productos para reducir los  excedentes. De manera paralela, se intentó diversificar la economía de las regiones rurales  fomentando otras actividades como el turismo rural, la transformación de productos agrarios  y el desarrollo de los servicios. Para ello, a partir de 1991 se establecieron los programas  LEADER, financiados por el Fondo Europeo de Desarrollo Rural (FEADER). 

La incidencia de la PAC en España ha sido notable. Así, el ingreso en un mercado común de  más de 400 millones de consumidores ha permitido un fuerte desarrollo de la exportación de  productos del sur y levante peninsular como el vino, el aceite, los cítricos y los productos  hortofrutícolas. Además, las ayudas del FEOGA y FEDER y los programas LEADER han  permitido la modernización de las actividades agrarias y el desarrollo de otras actividades y  de infraestructuras y equipamientos. Sin embargo, el sistema de cuotas ha perjudicado  notablemente a las actividades agrarias del norte peninsular, especialmente a la ganadería  vacuna, y los programas de desarrollo no han logrado frenar la despoblación del medio  rural, como deja patente el actual movimiento social de la «España vacía». 

5. NUEVOS USOS Y FUNCIONES DEL ESPACIO RURAL

Como ya he indicado, la población rural se caracteriza en la actualidad por la despoblación,  el envejecimiento y el aumento de la población activa agraria a tiempo parcial. En este  sentido, se está produciendo una progresiva desagrarización del medio rural, dada la  extensión de nuevas actividades económicas como industrias agroalimentarias y el turismo  rural. Asociado a este último, se están extendiendo las segundas residencias en el ámbito  rural. Estas nuevas actividades económicas no han eliminado el peso de las actividades  agropecuarias en el medio rural, pero son un importante complemento para sus economías y  en ellas se han depositado buena parte de las esperanzas para frenar el envejecimiento y  despoblación anteriormente citados. 

6. CONCLUSIONES

Como hemos visto, las actividades agrarias en España son muy diversas, contando con unos  condicionantes físicos y humanos que determinan sus carácterísticas. Estos condicionantes  han sido en muchas ocasiones negativos, como es el caso de las condiciones climáticas de la  mayor parte del país o la deficiente estructura de la propiedad. Esto ha determinado unas  condiciones tradicionales de baja productividad y falta de innovación y competitividad. La  influencia de la PAC ha sido notable y ha permitido una modernización de las actividades  agrarias, especialmente de los sectores más dinámicos ligados a la exportación. Sin embargo, las medidas de desarrollo y diversificación de las economías rurales se pueden  decir que han fracasado, lo que ha provocado que el envejecimiento y despoblación de las  zonas rurales sean una dramática realidad.

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