Regimen de propiedad de la tierra

1. Los condicionantes físicos de los espacios agrarios españoles: clima, relieve, suelo


La actividad agrícola en España presenta diferencias notables entre las zonas, principalmente a causa de la diversidad climática y de la distribución desigual de la tierra.
Los factores condicionantes de la actividad agraria pueden ser físicos y humanos. Entre los condicionantes físicos destacan:

1.-El relieve: La topografía puede facilitar o dificultar las prácticas agrícolas

La altitud elevada de la mayor parte de la península sobre el nivel del mar contribuye a realzar la continentalidad climática y sus efectos agrarios.

Las pendientes y desniveles afectan a la formación de los suelos y a las condiciones y formas de laboreo, a la circulación del agua, etc.

2.-

El clima:


Condiciona los principales tipos de paisajes agrarios. Está presente a través de las temperaturas, las precipitaciones y restantes elementos climáticos (insolación, nubosidad, vientos, etc).

3.-Los suelosDe igual manera condicionan la agricultura por su diferente naturaleza, estructura y composición, ubicación, Etc

4.

-La vegetación


En ocasiones ha sido totalmente eliminada para permitir la plena ocupación agrícola. En otras, constituye la base de los aprovechamientos forestales, o sirve de pasto al ganado en las dehesas.

3.La estructura agraria: regímenes de propiedad, tenencia y explotación de la tierra

La propiedad de la tierra


La propiedad, consiste en el derecho a gozar, disponer libremente y aprovechar la tierra sin más limitaciones que las contenidas en las leyes. La propiedad dominante en España es la propiedad privada, que acusa una notable dualidad: un número muy elevado de pequeños propietarios que posee poca tierra y, en el otro extremo, un reducido número de grandes propietarios que concentra mucha tierra. A este problema estructural se añade la extraordinaria fragmentación de la tierra en multitud de parcelas, que es un inconveniente para la explotación. Geográficamente existen diferencias en cuanto al tipo de propiedad. La propiedad pequeña es dominante en la mitad septentrional, en el Levante y en la franja mediterránea; las grandes fincas tienen, en cambio, una mayor implantación en el sur: Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía occidental.. Históricamente existieron tres tipos de propiedad bien diferenciados: colectiva, estamental y particular. La propiedad colectiva era aquella cuya titularidad correspondía a las villas y a los municipios. Estaba integrada por las tierras pertenecientes a la colectividad, que se dividían en lotes o suertes para el aprovechamiento individual. La superficie perteneciente a la Iglesia y a la nobleza constituía la propiedad estamental. La mayor parte de las tierras pertenecientes a la nobleza integraban los señoríos, cuya integridad territorial estuvo protegida durante siglos por la institución del mayorazgo. 

La explotación agraria


La  explotación agraria hace referencia a las condiciones técnicas y La explotación agraria guarda relación con la propiedad y, como sucede con ésta, también se caracteriza por la dicotomía existente entre las pequeñas explotaciones o minifundios y las grandes explotaciones o latifundios, de tanta implantación en el sur y en el suroeste peninsular.

Regímenes de tenencia de la tierra


En lo que a tenencia de la tierra se refiere, distinguimos entre régimen de explotación directa y régimen de explotación indirecta.  El primero consiste en que el titular de la explotación agraria, con independencia de que trabaje físicamente en ella o no, es propietario de la tierra. La explotación indirecta resulta cuando el titular de la explotación y el propietario de la tierra no es la misma persona. En estos casos, el propietario cede la tierra para su explotación en régimen de arrendamiento, aparcería o bajo cualquier otra fórmula.





2. Regiones pesqueras y caladeros


Los lugares de pesca han variado, tanto en naturaleza como en ubicación, pues hoy se pesca en aguas de aprovechamiento económico pertenecientes a otros países y a distancias considerables de los puertos de partida. Las regiones pesqueras españolas han variado su significado tradicional, incluso los puertos, entre los que hoy destacan: Bermeo (Vizcaya), Vigo, Huelva, Algeciras  etc. Del mismo modo, ha variado el significado económico y las repercusiones sociales de la actividad pesquera, que gravita hoy sobre el Atlántico en detrimento del Mediterráneo.

Galicia conserva su primicía pesquera en España, pues aporta un tercio de las capturas y casi la mitad del empleo pesquero. Participa, junto con la flota cantábrica, de la pesca en aguas adyacentes en los caladeros comunitarios del Atlántico  y en aguas muy alejadas pues dispone de una excelente flota.

En Andalucía, la pesca de bajura tiene más importancia social que económica.  Se pesca en el litoral, en aguas de Marruecos, de Portugal y en caladeros del Atlántico suroriental. En conjunto, ha experimentado una trayectoria descendente por la disminución de las capturas en un mar sobreexplotado y por la dificultad de acceso a aguas ajenas. La provincia con mayor importancia pesquera es Huelva, seguida de Algeciras.

El litoral mediterráneo, en el que la flota está obsoleta, la pesca es muy tradicional y el Mediterráneo, un mar preocupante por el estado de conservación de sus recursos.

La pesca canaria tuvo su edad de oro entre los años 1961 y 1980. su significación pesquera radicó en la explotación del banco sahariano, muy favorecido por la corriente de Canarias. Convirtió sus puertos en base de operaciones de las flotas del Atlántico suroriental.

3.- Recursos materiales y humanos: flota, artes y población

La flota ha experimentado una enorme transformación y hoy se halla en la vanguardia de las tecnologías en lo que se refiere a sistemas de navegación, adelantos náuticos, etc. Algunos buques son auténticas factorías; coexiste, no obstante, con una flota tradicional de bajura, cuya actividad resulta cada vez más difícil por su falta de competitividad y por lo esquilmado de nuestros mares.  En la actualidad, existen unos 18000 buques pesqueros, que capturan cada año 13000000 toneladas de pescado y dan empleo a 74798 tripulantes. En su dimensión económica, la pesca aporta el 0,5% del PIB. Aunque tiene una escasa capacidad de generar empleo, sí genera mucho valor añadido, ya que hay muchos otros sectores vinculados a ella, como las atarazanas, los equipamientos, las industrias conserveras, las redes de distribución.

4.- Especies capturadas y volúmenes

El volumen de pesca desembarcada ha decrecido, con relación al de hace 25 años, a consecuencia de las limitaciones impuestas a la flota, la reducción de la misma y las cláusulas contenidas en los convenios internacionales. Las principales especies capturadas por las flotas españolas son: la sardina –utilizada para hacer conserva-, la anchoa, la merluza, el calamar, la sepia, el pulpo, la gamba y el langostino. Esta pesca está principalmente destinada al consumo interno, pero también se exporta una parte. Igualmente, también se importan algunas clases de pescado, como el bacalao de Islandia y el calamar congelado de Japón o Corea. El consumo de pescado es mayor en las poblaciones litorales que en las interiores, pero la tendencia es creciente en todo el territorio.

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