Movimientos Migratorios Internacionales en España

Los Movimientos Migratorios Internacionales

Las migraciones han sido uno de los factores decisivos en la evolución pasada y en la situación actual de España.

Emigración Exterior

En determinados momentos, la emigración exterior alivió la relación entre la población y los recursos, que llegaron a un punto límite. La emigración a Europa financió el desarrollo económico español.

Migraciones Interiores

Las migraciones interiores son responsables de la desequilibrada distribución de la población actual en España y de su comportamiento demográfico.

Corrientes de Emigración Internacional

España ha sido un país de emigración por diversas razones, como la presión demográfica en algunas zonas o la atracción de países en crecimiento. Esto derivó en la promulgación de leyes que supusieron la eliminación de trabas y el apoyo al emigrante. En la primera mitad del siglo XX, los españoles emigraron a Iberoamérica, y en la segunda mitad, atraídos por salarios más altos, a Europa occidental para trabajar en la industria o la construcción.

Emigración al Norte de África: Argelia

Comenzó hacia 1830 y se mantuvo hasta finales del siglo XIX. Procedían de Alicante, Murcia y Almería. Eran agricultores, empujados por la escasez y aleatoriedad de las cosechas. La emigración a veces era temporal. La ocupación de los emigrantes era sobre todo la agricultura.

Emigración Americana

La emigración se dirigió sobre todo a Iberoamérica: Argentina, Cuba, Venezuela, México, Brasil, aunque también a Estados Unidos y Canadá.

Emigración Americana hasta la Guerra Civil

España se incorporó a la corriente migratoria de Europa hacia América con retraso. Se levantó la prohibición del tráfico de pasajeros a través del Atlántico y se inició una política de atracción de inmigrantes en Argentina, Uruguay y Cuba. Estuvo formada por gallegos, canarios, vascos, cántabros y asturianos. Se trató de una emigración en masa en la que predominaban varones con nivel cultural bajo.

Emigración Americana después de la Guerra Civil

El carácter de la emigración española a América al reanudarse en los años 40 fue muy diferente. Los países suramericanos no necesitaban inmigrantes para poblar su país, sino para promocionar su economía: agricultores, obreros y técnicos industriales. Los países americanos promovieron una inmigración selectiva. España no estaba en condiciones de suministrar contingentes de población en una emigración selectiva. Se facilitó la emigración ultramarina. La emigración a América se redujo hasta casi desaparecer por los problemas económicos y políticos de la región.

Emigración a Europa

Desde finales del siglo XIX y primeras décadas del XX, la corriente migratoria se impulsó por un crecimiento demográfico en España que no tuvo en paralelo un desarrollo suficiente para atender el crecimiento de la mano de obra, que impulsó a los trabajadores hacia los centros industriales y agrícolas europeos. La corriente migratoria adquirió su mayor importancia numérica y económica en la segunda mitad del siglo XX, debido al valor de la peseta frente a las monedas europeas.

Emigración a Francia

Los emigrantes españoles buscaban trabajo en la industria y en la agricultura francesa. En 1911, había más de 100.000 españoles en Francia. La Primera Guerra Mundial suscitó la demanda de grandes contingentes de mano de obra hispana para la agricultura e industria, que procedía del Mediterráneo (Castellón, Valencia, Murcia, Alicante). La corriente de temporeros para la agricultura francesa se mantuvo.

Causas y Volumen de la Emigración a Europa Occidental

La atracción inmigratoria de Europa occidental se produjo a partir de las primeras décadas del siglo XX. España, en los años 50 y 60, sufría un éxodo rural y todavía presentaba una industrialización interior, al mismo tiempo que disminuía la emigración ultramarina. Esto condicionó que el flujo de emigrantes españoles fuese hacia Europa. La emigración se dirigió a Francia, Alemania y Suiza. Andalucía, Galicia y Castilla fueron las más afectadas por esto. Gallegos y castellanos iban a Suiza y Alemania, y andaluces, valencianos y murcianos iban a Francia. Predominaban adultos varones con baja cualificación. Las remesas de emigrantes a países europeos, junto con el turismo, contribuyeron a equilibrar la balanza de pagos de España, a la vez que condicionaron el descenso del paro en España durante esos años. A partir de 1973, la crisis de la industria europea provocó el retorno de muchos emigrantes a España.

Inmigrantes Extranjeros

La población extranjera residente en España ha crecido de forma continua desde la segunda mitad de los años 90. España ha pasado de ser un país de emigrantes a un lugar de destino para muchos inmigrantes procedentes de países en desarrollo. Desde los residentes de la Unión Europea, que llegaron por la esencia de la UE como proyecto de integración económica y política, hasta la comunidad de latinoamericanos presentes en España, y también las colonias procedentes del norte de África o los inmigrantes de China y Filipinas. Por países, destacan Rumanía, Marruecos y Ecuador. Los destinos preferidos por la inmigración en España son las grandes ciudades, zonas turísticas y de agricultura intensiva de la costa mediterránea, y las Islas Baleares y Canarias. Las actividades laborales de los inmigrantes son directivos de empresas y técnicos cualificados o empleados en el trabajo doméstico. Los marroquíes y latinos se ocupan de sectores como la agricultura, la construcción o los servicios. La población inmigrante la forman mayoritariamente hombres. Además del incremento demográfico, la inmigración exterior ha provocado un cierto rejuvenecimiento de la población.

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