Dinámica Demográfica y Sistema Urbano en España

Los Movimientos Naturales de la Población y los Regímenes Demográficos

El movimiento natural de la población depende de la natalidad y la mortalidad, sin contar las migraciones. Según la evolución de estos factores, distinguimos tres regímenes demográficos:

1. Régimen Demográfico Antiguo

Duró en España hasta principios del siglo XX. Se caracterizaba por:

  • Alta natalidad: En el campo se necesitaban muchos hijos que ayudaran a trabajar y no existían seguros para los mayores. No había buenos métodos anticonceptivos.
  • Alta mortalidad (35 por mil): Causada por mala alimentación, enfermedades infecciosas, atraso médico y falta de higiene. Había muchas muertes infantiles y la esperanza de vida era muy baja.
  • Crecimiento natural bajo: Las epidemias, guerras y malas cosechas provocaban grandes crisis de mortalidad.

2. Régimen de Transición Demográfica

Entre 1900 y 1975. Supuso una modernización progresiva:

  • La natalidad bajó, aunque de forma irregular. Aumentó en los años 20 por la prosperidad económica, pero cayó de nuevo con la crisis de 1929, la Segunda República, la Guerra Civil y la posguerra. Hubo un pequeño «baby boom» entre 1956 y 1965, pero después volvió a bajar por la vida urbana e industrial.
  • La mortalidad descendió mucho gracias a los avances médicos, mejor alimentación y mejor higiene. Solo hubo repuntes por la gripe de 1918 y la Guerra Civil.
  • Crecimiento natural elevado, sobre todo entre 1920 y 1965, ya que bajaba la mortalidad pero la natalidad seguía alta. Desde 1965 empezó a reducirse el crecimiento.

3. Régimen Demográfico Actual o Moderno

Desde 1975 hasta hoy. Se caracteriza por:

  • Baja natalidad: Entre 1975 y 1998 cayó mucho debido a la crisis económica, el retraso en casarse y tener hijos, y el cambio de mentalidad social (más uso de anticonceptivos, legalización del aborto, menos influencia religiosa). Desde 1998 subió un poco por la inmigración, pero la fecundidad sigue baja.
  • Baja mortalidad, aunque ha subido ligeramente desde 1982 por el envejecimiento de la población. Las principales causas de muerte son enfermedades cardiovasculares, cáncer y accidentes. La mortalidad infantil es muy baja y la esperanza de vida ha aumentado mucho.
  • Crecimiento débil o negativo, debido a la baja natalidad. En los años 90 se llegó a tener una de las tasas más bajas del mundo. La inmigración rejuveneció un poco la población, pero la crisis reciente ha vuelto a reducir los nacimientos.

Los Movimientos Migratorios en la Actualidad

Las migraciones son los movimientos de población. La emigración es cuando las personas salen de su lugar de origen y la inmigración es cuando llegan a un nuevo lugar.

Migraciones Interiores

Las migraciones interiores actuales en España, desde 1975, han cambiado respecto a las tradicionales. Ahora el volumen de movimientos es menor y las causas son más variadas, como motivos laborales, búsqueda de vivienda, estudios, ocio o el deseo de volver al lugar de origen. Las personas que migran son de diferentes edades, niveles de formación y proceden tanto de zonas rurales como urbanas. Además, los destinos también han cambiado, siendo muy comunes los movimientos dentro de la misma provincia o comunidad, mientras que las grandes ciudades han perdido atractivo en favor de las periferias.

Entre las migraciones interiores destacan las laborales, protagonizadas por jóvenes formados que buscan mejores oportunidades cerca de su lugar de origen; las residenciales, en las que personas jóvenes y clases medias se mudan a zonas más baratas y tranquilas; las de retorno, donde personas regresan a su pueblo o zona rural; y los movimientos pendulares, que son desplazamientos diarios por trabajo, estudios u ocio. Estas migraciones provocan consecuencias importantes como el envejecimiento en el campo, el rejuvenecimiento en las ciudades, desequilibrios regionales, atascos en las entradas a las ciudades y cambios en la distribución de la población.

Migraciones Exteriores

Hasta 1975 España era un país de emigrantes hacia América y Europa. Sin embargo, desde entonces, debido al aumento del nivel de vida y de la formación de la población, España se ha convertido en un país de inmigrantes.

Emigración Exterior

Actualmente, la emigración exterior existe pero es reducida y está protagonizada por jóvenes con estudios superiores que buscan mejores empleos en el extranjero, sobre todo en países como Reino Unido, Alemania y Francia. Esta emigración se ha intensificado durante las crisis económicas, provocando la pérdida de capital humano, ya que muchos de estos jóvenes no regresan, lo que se conoce como “fuga de cerebros”.

Inmigración Extranjera

Respecto a la inmigración extranjera, España recibió un gran número de inmigrantes entre 1998 y 2008, pasando de menos de un millón a casi seis millones. Esta inmigración se vio reducida con la crisis económica de 2008, pero ha vuelto a crecer con la recuperación desde 2015. Los inmigrantes proceden principalmente de Europa, África, América Latina y Asia. Entre las causas destacan las oportunidades laborales, los lazos históricos, la cercanía geográfica y el clima. La inmigración ha contribuido a aumentar la población activa, ha ayudado a mantener el sistema de pensiones y ha favorecido que más mujeres españolas puedan trabajar. Sin embargo, también ha provocado tensiones como la presión sobre los salarios, fenómenos de racismo o xenofobia y una percepción de saturación en algunas zonas.

El Reto Demográfico y la España Vaciada

Uno de los grandes problemas actuales es el llamado “reto demográfico” y la “España vaciada”. Desde mediados del siglo XX, muchas zonas rurales del interior del país han ido perdiendo población de forma progresiva. Esta despoblación se debe a la falta de servicios, empleo y oportunidades, lo que provoca que los jóvenes se marchen a las grandes ciudades. Esto genera un grave envejecimiento de la población rural, el cierre de colegios y centros de salud, y una caída de las inversiones. España es actualmente un país urbano, ya que el 71% de la población vive en ciudades, pero con grandes diferencias entre las zonas costeras más dinámicas y el interior más despoblado. Para hacer frente a este reto, se están impulsando políticas que buscan crear empleo, mejorar infraestructuras, apoyar a los emprendedores y facilitar el acceso a servicios esenciales en el medio rural, con el objetivo de frenar la despoblación y revitalizar estas áreas.

La Red Urbana Española

La red urbana es el conjunto organizado de ciudades en un territorio, donde unas dependen de otras y están conectadas por flujos de personas, mercancías y servicios. En España, esta red presenta una distribución dual: hay una gran concentración de ciudades en la periferia, formando un semicírculo, mientras que el interior está menos urbanizado, salvo algunos núcleos importantes como Madrid, Zaragoza y Valladolid. Madrid destaca como la principal aglomeración urbana del país, situada en el centro.

Distribución de la Red Urbana

La distribución de las ciudades en el litoral español forma varios ejes importantes: el eje atlántico gallego y el cantábrico en el norte; el eje mediterráneo desde Gerona hasta Cartagena; el eje del Valle del Ebro, con Zaragoza como principal ciudad, conectando el Cantábrico y el Mediterráneo; y el doble eje andaluz, uno en el valle del Guadalquivir y otro a lo largo de la costa. Además, tanto Canarias como Baleares tienen sus propias redes urbanas organizadas principalmente en torno al turismo, aunque están menos conectadas al resto del país por su condición insular.

La formación de esta red urbana ha estado condicionada por factores internos, como la evolución de la economía y la creación de las Comunidades Autónomas, y factores externos, como la globalización, el turismo, el comercio internacional y la especialización económica de ciertas áreas.

Jerarquía Urbana en España

La jerarquía urbana en España se organiza en cinco niveles:

  • Metrópolis nacionales: Madrid y Barcelona, con más de tres millones de habitantes, funciones económicas muy diversas y conexiones internacionales importantes.
  • Metrópolis regionales: Valencia, Bilbao, Sevilla, Málaga y Zaragoza, que tienen entre 500.000 y 1,5 millones de habitantes y un papel destacado a nivel regional.
  • Metrópolis subregionales o de segundo orden: Valladolid, Pamplona o Córdoba, con funciones variadas pero de influencia más limitada.
  • Ciudades medias: Gijón o Albacete, que tienen entre 50.000 y 300.000 habitantes y son importantes a nivel provincial.
  • Ciudades pequeñas: Con entre 25.000 y 50.000 habitantes, que cumplen funciones más básicas y de influencia comarcal, como Hellín o Úbeda. También existen cabeceras comarcales que proporcionan servicios básicos a su entorno más próximo.

Funciones Urbanas en España

En cuanto a las funciones urbanas, las ciudades pueden clasificarse según la actividad principal que desarrollan hacia el exterior:

  • Función primaria: Centrada en actividades agrícolas o del sector primario, como Almendralejo o Écija.
  • Funciones secundarias: Industriales, como Bilbao o Valladolid, o ligadas a la construcción y el turismo en la costa.
  • Funciones terciarias: La mayoría de las grandes ciudades, especializadas en servicios como los financieros, comerciales, administrativos, sanitarios o turísticos, siendo Madrid y Palma de Mallorca ejemplos destacados de ciudades con fuerte especialización en el sector servicios.

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