Sector industrial de alta tecnología de punta

La industrialización española fue un proceso discontinuo y con retraso respecto al resto de Europa en el que se pueden distinguir diversas etapas:

Etapa del despegue industrial: segunda mitad Siglo XIX

La industrialización se inició gracias a la existencia de materias primas y fuentes de energía (carbón) o puertos para traerlas. Se desarrolló la industria siderúrgica, metalúrgica y textil en Andalucía, Asturias, País Vasco, Cataluña y Madrid y una amplia red ferroviaria que estuvo al servicio de la explotación minera, protagonizada por empresas de nacionalidad británica, francesa, belga, etc., con una explotación intensa de nuestras minas de minerales metálicos en beneficio de la industria europea.

Etapa de crecimiento industrial: primer tercio del Siglo XX hasta la Guerra Civil

Fue el impulso de la industrialización durante la dictadura de Primo de Rivera y de introducción de la 2ª Revolución Industrial (petróleo y electricidad). Se produce la decadencia del foco andaluz, pero se consolida en el resto (Madrid, Cataluña, País Vasco y Asturias). Crecen sectores industriales como el metalúrgico, el textil o el químico, impulsados por el crecimiento de la demanda y la consolidación del mercado interior gracias a la repatriación de capitales tras la pérdida de las colonias, de una mentalidad más emprendedora y de los beneficios comerciales derivados de la Primera Guerra Mundial por las exportaciones agrarias a los países contendientes.
Etapa de regresión industrial: la Guerra Civil y la posguerra La Guerra Civil truncó la fase expansiva de la industria española. A su término hubo que afrontar la reconstrucción y la recuperación económica desde la autarquía o autosuficiencia económica, que provocó escasez de materias primas y fuentes de energía, una fuerte intervención del Estado a través del INI (Instituto Nacional de Industria) con fomento de grandes industrias básicas de capital público (siderurgia, naval y petroquímica) y de las relacionadas con la defensa nacional localizadas en Cataluña, País Vasco y Madrid. Se produjo un fuerte éxodo rural. A partir de 1950 la situación fue cambiando a partir de las negociaciones con Estados Unidos y del ingreso en la ONU. Se puso fin al aislamiento y las inversiones extranjeras comenzaron a llegar. Se produjo un desarrollo industrial y económico con el denominado Plan de Estabilización. 


El impulso industrializador de los años 60 hasta 1975


El desarrollo industrial español se debíó gracias a la expansión de la economía capitalista mundial, a la entrada de divisas que aportaban turistas y emigrantes, a las inversiones extranjeras en España, a la instalación de grandes empresas multinacionales, a que la energía estaba barata, a la liberalización de las importaciones y a incentivos estatales. Se produce una mejora del nivel tecnológico de nuestras industrias pero con dependencia de capital y tecnología extranjera. Siguen creciendo las anteriores regiones industriales y se difunde hacia espacios bien comunicados con los anteriores. Los planes de desarrollo de Franco crean algunos ejes y enclaves industriales, como los Polos de promoción y desarrollo para atraer inversiones empresariales a regiones deprimidas para que actúen como motores del desarrollo del entorno, mediante incentivos financieros y fiscales, destacaron los polos de Huelva, Córdoba, Granada o Burgos. Pero se agravaron los desequilibrios regionales entre los tres espacios más industrializados, y por otra parte, la Meseta, Galicia, Extremadura y Andalucía, con una pérdida de importancia industrial, lo que dio lugar a la fuerte emigración y éxodo rural.

Etapa de crisis y reestructuración industrial: 1975- hoy

Gran crisis industrial en la década de los 80 y 90 debido al encarecimiento del precio del petróleo desde 1973, la incertidumbre política tras la muerte de Franco, la insuficiente modernización tecnológica y la excesiva dependencia de capital y tecnológica del exterior. La crisis afectó especialmente a las regiones industriales del norte especializadas en sectores maduros o tradicionales. La respuesta a la crisis fue la reestructuración de la industria en una doble dirección: – La reconversión industrial que se llevó a cabo sobre los sectores maduros de la industria (siderurgia, construcción naval, industria textil), que necesitan un ajuste de la oferta a la demanda, regulación de plantilla, saneamiento financiero, especialización productiva, adecuar el tamaño, modernizar la industria, adoptar nuevos sistemas de gestión, etc. – La reindustrialización, una apuesta por los sectores más dinámicos  y de alta tecnología. Se crearon las Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR). Actualmente la política industrial apoya a las PYMES se fomenta la investigación y la participación en programas internacionales de tecnología, se acelera la reconversión y se potencia la industrialización endógena para fomentar la difusión industrial por la excesiva congestión. 


Los factores que han influido en la localización industrial española:


El emplazamiento de las materias primas o las fuentes de energía. España ha sido un país de gran tradición minera desde la Antigüedad, pero su sobreexplotación desde mitad del Siglo XIX dejó esquilmadas los principales yacimientos. España es deficitaria en materias primas vegetales, animales y minerales, excepto en rocas industriales. Debemos recurrir a las importaciones sobre todo de madera. Las comunidades autónomas con mayor producción minera son Asturias, Castilla- León, Galicia, Andalucía y Cataluña. En cuanto a fuentes de energía España presenta una gran dependencia energética externa, somos pobres en hidrocarburos pero sí producimos energía a partir del carbón y del uranio.
La atracción que ejercía para las nuevas fábricas y empresas el colocarse allí donde ya había otras industrias, beneficiándose de su proximidad, la concentración de la demanda, la dotación de servicios e infraestructura, etc. Por lo que el País Vasco, Cataluña y Madrid atraían a más y más industrias.
En las áreas metropolitanas de las grandes ciudades españolas donde se aseguraban de una gran demanda y un mercado próximo.
Pero desde los años 80 hay una tendencia a la descongestión industrial y la búsqueda de nuevos emplazamientos debido a: la contaminación que provocan a las ciudades, el encarecimiento del suelo, el déficit de infraestructuras, la mejora generalizada de los sistemas de transporte y de acceso a los mercados y el fomento de la industrialización endógena.

C)Principales sectores industriales en la actualidad

Los sectores industriales son ramas de la actividad industrial que tiene en común las materias primas, las técnicas y la maquinaria que utilizan, la cualificación profesional que exigen, los tipos de productos obtenidos y los mercados en los que compiten. Sectores industriales tradicionales en proceso de reconversión. Son sectores industriales en crisis por un descenso de la demanda, un descenso de la competitividad o bien por exigencias de la política comunitaria de la Uníón Europea. La reconversión industrial de las empresas en crisis es una medida política para atajar la crisis industrial que consiste en reducir la producción, reducir la plantilla, saneamiento financiero de la empresa, implantar nuevos sistemas de gestión y organización… Estos sectores industriales en reconversión son: – Metalurgia: en crisis debido a sus sobredimensiones en relación a las necesidades de los españoles, tanto la Siderurgia como la metalurgía. 


– Electrodomésticos de línea blanca, Construcción Naval (Astilleros), Industria Textil, Cuero y Calzado.

Sectores industriales dinámicos

Son los sectores industriales que hoy día presentan gran desarrollo por su alta productividad, su especialización, sus estructuras empresariales flexibles, su demanda asegurada y la presencia de capital extranjero. Son:

El Sector del Automóvil:

desarrollado desde la década de los 60 impulsado por el INI y por las inversiones realizadas por grandes marcas multinacionales. Es un sector exportador y distribuido por toda España.

El Sector Químico:

tanto la Petroquímica con refinerías en Algeciras, Huelva, Cartagena, Tarragona y Puertollano, como la Química Ligera de Transformación.

El Sector de la Construcción:

tuvo su gran expansión en los años 80 y 90 por toda la geografía española, fue el “boom urbanístico” o “fiebre del ladrillo”.

El sector Agroalimentario:

Diversidad respecto a los productos, procesos de transformación, estructura empresarial y distribución geográfica. En general, predominan las fábricas pequeñas y medianas que coinciden en su mayoría con las áreas de regadío, aunque también hay grandes empresas multinacionales.

Sectores industriales de vanguardia o de tecnología punta

Son la llamada 3ª Revolución Industrial al aplicar descubrimientos científicos, nuevas tecnologías y nuevos materiales en el proceso de fabricación. Engloba distintas ramas de la electrónica y su importancia radica en la valoración de la tecnología en el mundo contemporáneo impulsado por la Administración. Son industrias relacionadas con: – la Informática (microelectrónica, telemática (móviles, PDA, GPS,….), –
la automatización, la biotecnología:
Ingeniería genética, nuevos cultivos, el uso del láser, el desarrollo de energías renovables (placas solares, colectores solares, aerogeneradores…) – el descubrimiento de nuevos materiales (aleaciones, PVC…) Se encuentran en los Parques Tecnológicos y Científicos donde se agrupan empresas punteras en torno a las grandes ciudades de Madrid, en Cataluña, en País Vasco, en Valencia y en Andalucía. Presentan dificultades para su implantación y desarrollo en España: la dependencia del exterior en inversión y tecnología, la necesidad de comprar patentes extranjeras, el predominio de empresas pequeñas o medianas de escasa competitividad y la falta de adaptación del sistema educativo a las demandas empresariales que necesitan mano de obra muy cualificada. 


Distribución geográfica de la industria en España La distribución espacial actual de la industria española es la siguiente: – Áreas industriales desarrolladas:
áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona. Son áreas de antigua industrialización con ventajas para la industria en relación con su centralidad. Son sectores maduros, tradicionales, en crisis y en proceso de reconversión, pero sus áreas metropolitanas han consolidado una potente y diversificada industria dinámica y de alta tecnología. (Parques Tecnológicos y Científicos) –

Áreas y ejes en expansión:

Ejes del Valle del Ebro y del Mediterráneo. Las áreas periurbanas en numerosas ciudades se han desarrollado gracias a la proximidad a los centros urbanos, la accesibilidad a los mercados y a los centros de distribución, las facilidades de instalación, las dotaciones de suelo industrial, la situación estratégica de las vías de comunicación, etc. Los ejes de desarrollo son el resultado de los procesos de difusión espacial de la industria a lo largo de corredores que comunican áreas industrializadas; los más dinámicos son el eje del Ebro y el eje del Mediterráneo (desde Girona hasta Murcia). Además de estos dos ejes, hay otros interiores, igualmente dinámicos, como el del Henares (desde Madrid hacia el norte) y ejes regionales secundarios, como los de Ferrol-Vigo, Palencia-Valladolid, del Guadalquivir, etc. –

Áreas en declive:

Cornisa cantábrica. Son zonas especializadas en sectores industriales maduros o tradicionales en crisis (metalurgia, petroquímica, naval), con mano de obra de cualificación baja o media y acusada conflictividad. El declive ha afectado a Asturias, a Cantabria y, con especial intensidad, al País Vasco, que poco a poco empieza a recuperar las tasas de crecimiento industrial que había perdido. También Puertollano, en Ciudad Real; Ferrol, en A Coruña; la bahía de Cádiz, etc.). –

Áreas de industrialización escasa:

Aragón, Castilla-León, Andalucía, Castilla- La Mancha, Extremadura, Baleares y Canarias. Industrialización escasa por su localización poco competitiva, baja densidad de población y falta de tradición industrial. Puede haber industrialización endógena o lugares de industrialización inducida, como Zaragoza, Valladolid, Burgos y Huelva-Cádiz-Sevilla.

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