Migraciones interurbanas

4. Los movimientos migratorios.
Las migraciones son los desplazamientos de la población en el espacio, generalmente por 
causas económicas o sociales. Podemos distinguir entre:
· Emigración, o salida de población desde su lugar de origen.
Inmigración, o llegada de población a su lugar de destino.
El saldo migratorio (SM) es la diferencia entre la inmigración (I) y la emigración (E). 
También podemos expresarlo en (%) teniendo en cuenta la población total.
4.1 Las migraciones interiores.
a. Migraciones interiores tradicionales.
Tradicionalmente han 
sido frecuentes desde 
finales del Siglo XIX 
hasta 1975. Entre las 
causas: el exceso de 
brazos en el campo, el 
inicio de la 
mecanización de las 
labores agrícolas, 
industrialización de 
muchas zonas de 
España.
Entre 1936 y 1950 el éxodo rural 
se estancó. Las causas fueron la 
Guerra Civil y la posguerra. En esta 
etapa la industria redujo su oferta 
laboral debido a la destrucción de la 
guerra y a su difícil reconstrucción en 
el contexto autárquico de posguerra.
Entre los años 1960 y 1975 el 
éxodo rural alcanzó su mayor 
volumen. Las causas fueron el 
crecimiento demográfico; la crisis de 
la agricultura tradicional por la 
mecanización; el auge industrial por 
los planes de desarrollo; y el boom 
del turismo que impulsó los servicios 
y la construcción. La población emigró 
fundamentalmente hacia Madrid, zona 
del levante peninsular y ambos 
archipiélagos.
Desde 1975 el éxodo rural decayó. Con la crisis, las zonas industriales decayeron en su 
actividad y el saldo migratorio se redujo (País Vasco, Barcelona, Madrid). En las antiguas 
áreas emigratorias el saldo migratorio se volvió positivo por el retorno de emigrantes. La 
posterior tecnificación agraria, las políticas de desarrollo rural con la implantación de 
industrias, servicios y residencias urbanas han hecho que en la actualidad el éxodo rural 
alcance valores muy bajos.
b. Migraciones interiores en la actualidad.
En la actualidad, las movimientos interiores de población responden a un nuevo modelo de 
migraciones (laborales, residenciales, retorno, estudio, ocio…). Los protagonistas son 
también más diversos: en edad (adultos – jóvenes); en nivel de formación (cualificados).
Podemos diferenciar diferentes corrientes migratorias:
· Las migraciones laborales por cuestiones de trabajo. Están protagonizadas por 
adultos jóvenes. Proceden de zonas rurales atrasadas y ciudades industriales en declive. 
Se dirigen a centros de dinamismo económico. Pueden ser migraciones provinciales y 
regionales.
Las migraciones de retorno que suponen el regreso de la población a las áreas 
emigratorias de procedencia. Desde 1973 afectan a jubilados y prejubilados a raíz de la 
crisis económica y de la reconversión industrial.
· Los movimientos pendulares desde la zona de residencia habitual a las zonas de 
trabajo o estudio. Se dan entre la periferia y el centro de las grandes ciudades. 
Las migraciones interiores han venido acompañadas por una serie de cambios a tener en 
cuenta:
· Las migraciones intrarregionales han perdido peso en la actualidad.
· Las migraciones dentro de la propia provincia o región han crecido. Las razones 
son la creación de centros de actividad favorecidos por el desarrollo de las competencias 
autonómicas y por las políticas de desarrollo regional y rural.
4.2 Las migraciones exteriores.
Son movimientos de población fuera de 
las fronteras del propio país. Veamos 
las dos modalidades:
a. Las migraciones exteriores
tradicionales.
La emigración transoceánica o a 
ultramar se dirigió en primer lugar a 
Latinoamérica y secundariamente a 
EEUU y Canadá. Fue una emigración 
asistida, que contaba con el apoyo del 
Gobierno y que estaba motivada por el 
trabajo en la construcción de grandes 
infraestructuras en estos países y 
también para realizar tareas agrícolas. 
Entre 1945 y 1960 alcanzó sus mayores cuotas, coincidiendo con la crisis de posguerra 
y la autarquía del régimen franquista. También fue posible porque el Gobierno permitió la 
salida de emigrantes; por el fin del aislamiento internacional por parte de la ONU (1950); y 
el cambio de actitud de los EEUU frente al régimen de Franco. Los emigrantes fueron 
principalmente gallegos, asturianos y canarios que se dirigieron hacia Venezuela, Brasil y 
Argentina.
Hasta ½ de Siglo XX la 
migración a Europa 
fue escasa y 
estacional, procedente 
sobre todo del campo 
levantino, que se dirigió 
a Francia. Estaba 
integrada por 
agricultores y 
trabajadores de la 
construcción; más tarde 
por refugiados de la 
Guerra Civil española.
Entre 1960 y 1973 fue el periodo de mayor auge de la emigración a Europa. La 
reconstrucción del continente tras la II Guerra Mundial favoreció una amplia oferta de 
empleo en países como Alemania, Francia, Bélgica o Suiza. 
Por parte española, la emigración se vio estimulada por el fuerte crecimiento demográfico; 
el excedente de población agraria a causa de la mecanización del campo; la insuficiencia de 
la industrialización para absorberla; el aumento del paro y los elevados salarios europeos.
La emigración afectó a todas las regiones. El perfil de los emigrantes era el de adultos 
jóvenes, poco cualificados (agricultores, albañiles, obreros industriales), que desempeñaron
trabajos menos cualificados y peor retribuidos en la minería, la construcción, la industria o el 
servicio doméstico.
A partir de 1975 la emigración 
decayó. La crisis también afectó a 
Europa y muchos emigrantes 
regresaron a España.
Las consecuencias de las 
migraciones tradicionales pueden 
resumirse en:
· Las migraciones aliviaron el 
fuerte crecimiento natural y el 
paro.
· Las divisas enviadas por los 
emigrantes financiaron el 
desarrollo económico español y 
redujeron el déficit comercial.
b. Las migraciones actuales y sus consecuencias.
Desde 2008 la crisis económica ha incrementado 
la emigración exterior, motivada sobre todo por el
desempleo en España. Los emigrantes proceden de 
núcleos urbanos y se dirigen a Reino Unido, Francia o 
Alemania. Su perfil es el de jóvenes con buen nivel de 
cualificación en profesiones con fuerte demanda 
externa (sanidad e ingeniería) o afectados por los
recortes presupuestarios (científicos e investigadores).
4.3 La inmigración extranjera en la actualidad.
Desde 1995 España se ha convertido en un país de inmigración. Así el número de 
inmigrantes en España ha pasado de algo menos de 500.000 personas en 1995 a 4,4 
millones en 2017, según cifras del INE.
La necesidad de mano de obra
propiciada por la prosperidad 
económica, sobre todos de baja 
cualificación, y las facilidades 
políticas para conseguir la 
regularización y el permiso de 
residencia, determinaron el 
aumento del número de 
inmigrantes hasta 2008. La 
mayor parte de estos procedían 
de Latinoamérica, norte de 
África, y centro y este de 
Europa.
Desde 2008 la crisis económica ha provocado la disminución de la entrada de extranjeros
y ha ocasionado retorno de inmigrantes a sus países de origen.
Los inmigrantes europeos proceden en su mayoría de la Unión Europea. Son jubilados
con un nivel de vida medio-alto, sobre todo británicos y alemanes, que buscan las buenas 
condiciones climáticas del litoral Mediterráneo y de ambos archipiélagos. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *