Grafico y tabla evolución del indice de natalidad y mortalidad en España

1. DESCRIPCIÓN DEL GRÁFICO

Nos encontramos ante un gráfico lineal en el que se refleja la evolución de los índices de natalidad y mortalidad en España entre los años 1940 y 2010. El gráfico se acompaña de una tabla estadística con los datos precisos año a año. No aparece ni su autor ni la fuente.
Tanto en el gráfico como en la tabla se relacionan tres variables: el año (desde 1940 hasta 2010, de 5 en 5 años), la Tasa o Índice de Natalidad (medida en %o) y la Tasa o Índice de Mortalidad (también medida en %o). En el eje vertical o de ordenadas aparecen los %o (tantos por mil) de 5 en 5, desde 0 hasta el 30%o. En el eje horizontal o de abscisas aparecen los años desde 1940 hasta 2010. La línea resultante de la evolución de la natalidad está en color azul, y la línea resultante de la evolución de la mortalidad aparece en color rojo.

Entendemos por Índice o Tasa Bruta de Natalidad el número de nacimientos en un año por cada 1000 habitantes. Su fórmula es: T.N.= Nª de nacimientos en 1 añox1000/Población Total.

Entendemos por Índice o tasa de Mortalidad el número de muertos en un año por cada 1000 habitantes. Su fórmula es: T.M= Nº de muertos en 1 añox1000/Población Total.

La diferencia entre T.N. Y T.M. Se denomina Tasa de Crecimiento Natural (T.C.N.) y su fórmula es: T.C.N.=T.N. – T.M. O también: (Nº de nacidos – Nº de fallecidos/Población Total) x 100. Se mide en %.

2. PRINCIPALES CAMBIOS Y CAUSAS

Comencemos analizando la T.M. Vemos cómo desciende de forma casi continua entre los años 1940 y 1985.
En los primeros años el descenso de la mortalidad es importante fruto del fin de la Guerra Civil (1936-1939) que, lógicamente, tuvo que elevar la mortalidad. Así, en treinta años (1940-1970) la mortalidad baja hasta la mitad: del 16,5%o de 1940 al 8,3%o de 1970.
Entre 1970 y 1975 hay un pequeñísimo repunte de 1 décima (sube del 8,3%o al 8,4%o) que coincide con la crisis de 1973. Luego continúa bajando hasta 1980 año en que llega a su punto más bajo: 7,9%o. Todo este proceso nos habla de una mejora considerable de las condiciones de vida en España: sanidad, higiene, alimentación, ….

A partir de 1985 y hasta el año 2000 la mortalidad aumenta: era patente el envejecimiento de nuestro país con una natalidad que caía en picado hasta situarse entre las más bajas del mundo. Desde 1985 hasta el 2000 la T.M. Aumentó en 8 décimas (del 8,1%o al 9%o). España envejecía tal vez sin prisa pero, desde luego, sin pausa. La mortalidad era debida a que la población anciana iba muriendo, aunque la Esperanza de Vida (E.V.) en nuestro país es alta (de unos 80 años), pero por muy alta que sea la E.V. La gente al final se muere, y si hay mucha población anciana, la mortalidad aumenta irremediablemente.

A partir del año 2000 la T.M. Vuelve a descender ligeramente: desde el 9%o del año 2000 al 8,2%o del año 2010, volviendo a las cifras de mortalidad de 1985. ¿Las causas? Sin duda, la inmigración. El “boom del ladrillo” atrajo a millones de personas jóvenes de países con pautas reproductivas como las nuestras en los años 60: muchos hijos. Por tanto, la población total española aumentó con población joven lo que automáticamente hizo descender la T. M. Sirva esto de reflexión para los que clamaban, y claman, contra los inmigrantes. No cabe duda de que la convivencia intercultural puede generar conflictos, pero no podemos cerrar los ojos a los efectos positivos de la inmigración legal y controlada, entre otros muchas, la reposición de población joven, como podemos ver en este gráfico y tabla que no ofrecen lugar a dudas.

Pasemos a analizar la T. N. Entre los años 1940 y 1950 hay un descenso evidente de 4 puntos: bajamos del 245,3%o al 20%o. Son los “años de plomo” de la posguerra, del estraperlo, de la cartilla de racionamiento, del cambulloneo (aquí en Canarias), del hambre, del aislamiento mundial a un gobierno fascista, de la miseria de un país salido de una Guerra Civil cruenta (1936-1939) que va a ser, a su vez, el primer acto de la IIª Guerra Mundial (1939-1945). Son malos tiempos, no ya sólo para la lírica, sino también para algo tan normal como casarse y tener hijos: no habían condiciones.

Entre los años 1950 y 1960 hay un aumento esperanzador de la T.N.: pasamos del 20%o al 21,6%o. España estaba recuperándose de algunos de los efectos de la Guerra Civil y el aislamiento ya no era total: el franquismo jugaba bien sus bazas (anticomunismo visceral, ultracatolicismo, …) y tanto USA como el Vaticano entendieron que el régimen franquista les venía muy bien para hacer frente al comunismo en expansión. Tanto USA como el Vaticano van abriendo las puertas al régimen franquista en el mundo: vuelta a la ONU, etc. Hay una mejora económica y ello se traduce en una mayor T.N.: la gente vuelve a casarse y tener hijos.

A partir de los años 60, y hasta el año 1995, la natalidad española sufre un auténtico desplome hasta situarse en una de las más bajas del mundo: 9,3%o. La caída es especialmente considerable a partir de 1975, año de la muerte del dictador Franco. ¿Qué pasaba? Pues que España se estaba modernizando, la población española iba tomando pautas demográficas “europeas”: control de natalidad, planificación familiar, uso d métodos anticonceptivos, mejora de la educación, inserción laboral de la mujer que veía otras alternativas que no fuera el ser sólo madre, etc. En el año 1995 la T.C.N. Era muy cercana al “crecimiento cero”: 0,5% (TCN=9,3-8,8= 0,5%). La europeización de las costumbres natalistas unida a una política absolutamente insuficiente de apoyo a la familia provocó una situación demográfica preocupante.

Desde 1995 hasta 2007 vemos un repunte de la T.N. Al ascender desde el 9,3% al 10,7%. ¿Razones? El “boom inmobiliario” generó puestos de trabajo que atrajo a una gran población inmigrante joven con pautas natalistas como las nuestras en los años 60: muchos hijos. Son especialmente las parejas inmigrantes las que hacen subir la T.N. Las parejas españolas casi no aportan nada vuelvo a llamar la atención hacia los efectos positivos de la inmigración controlada y legal.
A partir del 2005 y hasta 2010 la natalidad vuelve a descender: la crisis económica comienza a enseñar sus colmillos también en la demografía: empeoran las condiciones para casarse y tener hijos.

En cuanto a la T.C.N, si miramos el gráfico y vemos la distancia (espacio libre) que queda entre la línea azul de la natalidad y al línea roja de la mortalidad, podemos ver que la mayor distancia, esto es, el mayor crecimiento natural se da en el año 1960.
Entre 1950 y 1960, aumenta el crecimiento natural hasta llegar al “baby boom” de los años 60 .
A partir de ahí, la T.C.N. Disminuye hasta llegar al mínimo de 1995.
Luego, hay un pequeño y corto aumento hasta 2005, para luego volver a caer ligeramente.

3. CONSECUENCIAS Y PERSPECTIVAS

En base a la proyección de la población actual, en caso de que no cambien las circunstancias actuales, en el año 2030 el envejecimiento poblacional entrará en un fase aguda que lejos de garantizar el relevo generacional pondrá en peligro la actual estructura piramidal. La respuesta ante este previsible fenómeno deberá promover iniciativas que contribuyan a paliar estas consecuencias tales como la construcción de residencias geriátricas, ayudas a la formación para la dependencia, atención al ocio de las personas mayores así como una eficaz previsión del gasto sanitario y demás prestaciones sociales que garanticen la dignidad de este colectivo.

El envejecimiento poblacional también presentará una desigual distribución territorial lo que influirá en la toma de decisiones de las administraciones públicas a la hora de planificar actuaciones tales como construcción o cerramiento de centros de enseñanzas, residencias geriátricas, hospitales e incluso demandas de trabajo, cuestiones todas que lejos de reequilibrar un país históricamente desigual acrecentarán estas debilidades en espacios tales como el binomio campo-ciudad, centro-periferia o emigración-inmigración.

Para incrementar el fomento de la natalidad, desde el punto de vista fiscal sería muy importante una mayor desgravación en el IRPF por cada hijo, lo que también se podría aplicar al IVA/IGIC pagado por las familias (con otros beneficios en cuanto a petición de facturas). También desde el punto de vista familiar el incremento de becas de estudios y ayudas a renovación en el equipamiento del hogar podrían ser elementos que ayudarían al fomento de la fecundidad.

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