Factores de urbanización de la población

FUENTES DEMOGRÁFICAS. El censo es el registro de datos demográficos, económicos, sociales y culturales de un país en un momento dado. Entre ellos, el total de efec- vos sexo, edad, estado civil, lugar de nacimiento, nacionalidad, lengua hablada, nivel de instrucción, carácterísticas económicas, fecundidad de as mujeres y vivienda. El censo se realiza en España cada diez años, desde 1981 en los años acabados en 1. Es un documento estático que refleja al estado de la población en un momento dado. El padrón municipal es el registro de las personas que residen en un municipio, Recoge también datos demográficos, económicos y sociales de la población, aunque en menor número que el censo. El padrón se actualiza el 1 de Enero de cada año y es un documento dinámico que se modifica constantemente con las altas y bajas residenciales y con los nacimentos y las defunciones que se producen en el municipio. El registro civil anota nacimientos, matrimonios y defunciones. Con es tos datos, el INE elabora las estadísticas tcas de movimiento natural de la población.
Otras fuentes demográficas son las estadísticas, que recopilan datos procedentes de diversas fuentes, y las encuestas, que ofrecen información más detallada, pero sobre muestras muy inferiores. Entre las más utilizadas están los anuarios estadísticos del INE, la estadística de variaciones residenciales y la encuesta de población activa 2. Evolución y factores explicativos.
La distribución actual de la población es el resultado de una evolución la que han intervenido diversos factores. A) En la época preindustrial, hasta mediados del s.Xix, la economía era básicamente agraria, por lo que los factores naturales tuvieron más peso en la distribución de la población. Así, las mayores densidades se situaban en las zonas con relieve llano y baja altitud, clima templado cálido y proximidad al mar o a los ríos. Estas zonas eran la costa levantina, los valles atlánticos, los valles fluviales del interior peninsular y las islas Baleares. No obstante, también influían factores humanos, sobre todo la coyuntura económica, que atrae población hacia las áreas más dinámicas. Así, en el Siglo XV, el descubrimiento de América dio a Castilla gran prosperidad económica, convirtiéndola en la zona más poblada de la Península. En el Siglo XV, la crisis económica y demográfica, más prolongada en tierras castellanas, originó migraciones hacia la periferia, donde se desarrollaba un floreciente comercio marítimo. Como consecuencia, en el Siglo XV la situación se habla invertido: las densidades más altas estaban en las regiones costeras e insulares, y las más bajas, en el interior peninsular. B) En la época industrial, entre mediados del Siglo XX y la crisis de 1975 se consolidó una economía industrial y urbana, por lo que los factores naturales perdieron peso. En esta época, se agudizaron los contrastes en la distribución de la población. Aumentaron su peso Madrid y las regiones periféricas, en unos casos por su alto crecimiento natural (Galicia, Andalucía y Murcia), y en otros casos por la instalación de actividades económicas que atrajeron población. Primero, la industria, en Asturias, País Vasco y Cataluña, a las que se sumaron más tarde los ejes del Ebro y del Mediterráneo y algunos focos aislados. Y luego, el turismo en el litoral mediterráneo e insular. Mientras, las regiones del interior, mantuvieron sus bajas densidades a causa de la emigración hacia las áreas más dinámicas nacionales y extranjeras. C) En la época postindustrial, desde la crisis de 1975, influyen nuevos factores que mitigan y refuerzan los contrastes en la distribución de la población. Mitigan los contrastes la crisis industrial de 1975, que frenó las migraciones interiores a las áreas industriales e incluso provocó retornos y en la actualidad, la tendencia a la difusión espacial de población y de algunas actividades económicas, y las políticas de desarrollo endógeno de las comunidades autónomas. Y refuerzan los contrastes la mayor concentración en Madrid y en los ejes Mediterráneo y del Ebro de los nuevos factores de desarrollo y de la inmigración extranjera.


1. Los regíMenes demográficos


La evolución del movimiento natural de la población española ha pasado por tres regíMenes demográficos durante los cuales la natalidad, la mortalidad y el crecimiento natural presentan rasgos homogéneos. Estas etapas son el régimen demográfico antiguo, la transición demográfica y el régimen demográfico modern. 1.1 El régimen demográfico antiguo:
hasta principios del Siglo XX. En España, el régimen demográfico antiguo se mantuvo hasta principios del Siglo XX. Se caracterizó por altas tasas de natalidad y de mortalidad y por un crecimiento natural bajo. La natalidad presentaba valores elevados debido a estas causes: •Predominaban una economía y una sociedad agrarias, donde los hijos ayudaban desde muy pronto en las labores del campo; eran baratos de mantener, y aseguraban el porvenir de sus progenitores ante la inexistencia de seguros de accidentes, enfermedad o jubilación. •No había sistemas eficaces para controlar la natalidad. La única posbilidad era retrasar el matrimonio en las coyunturas de crisis, para acortar el periodo fértil de la mujer y reducir los nacimientos. •La elevada mortalidad infantil obligaba a tener muchos hijos para poder conservar unos pocos. B) La mortalidad general era alta y oscilante. Sus causas eran el bajo nivel de vida y las precarias condiciones médicas y sanitarias. La dieta alimenticia era escasa, por la baja productividad agraria, y desequilibrada por falta de proteínas. Como consecuencia, la mayoría de la población estaba malnutriday debilitada. Las enfermedades infecciosas transmitidas a través del aire o del agua y los alimentos tenían alta incidencia. A ello contribuían el atraso de la medicina, el desconocimiento de las vías de transmisión de las enfermedades y la fata de higiene privada y pública. A la elevada mortalidad general se sumaban momentos de mortalidad catastrófica causada por epidemias, guerras y malas cosechas de cereal. La mortalidad infantil también era alta. Tanto la neonatal por defectos congénitos y problemas en el parto, como la posneonatal por desnutrición e infecciones. La esperanza de vida era baja, debido sobre todo a la elevada mortalidad infantil y materna en el parto o en las complicaciones posteriores. Como consecuencia de las altas tasas de natalidad y de mortalidad, el crecimiento natural era bajo y presentaba oscilaciones debidas a las crisis de sobremortalidad.

1.2 La transición demográfica: 1900-1975

La transición entre el régimen demográfico antiguo y el actual tuvo lugar entre 1900 y 1975. En comparación con otros países de Europa occidental, se inició más tarde, pero duró menos y fue más intensa. Se caracterizó por una disminución suave de la natalidad, un brusco descenso de la mortalidad y en consecuencia, un elevado crecimiento natural. A) La natalidad descendíó de forma más suave y discontinua, alternando periodos de mayor decrecimiento con otros de recuperación, en relación con los acontecimientos históricos. Entre 1900 y 1920, la natalidad descendíó al iniciarse el control voluntario de los nacimientos mediante sistemas tradicionales. En ello influyeron una mayor supervivencia de los hijos al reducirse la mortalidad infantil y las desfavorables repercusiones de la I Guerra Mundial, durante la cual la exportación de productos a los países beligerantes motivó una fuerte subida de los precios para la mayoría de la población. En la década de 1920, la natalidad se recuperó gracias a la prosperidad económico. Entre 1930 y 1956 se reanudó el descenso. Las causas fueron la crisis económica de 1929 y la inestabilidad política de la Segunda República (1931-1936); la Guerra Civil (1936-1939), que ocasiónó subnatalidad; y la situación de la posguerra (1940-1955), marcada por el exilio de miles de personas y por graves dificultades económicas derivadas de la política autárquica y del bloqueo internacional. Todo ello impidió la recuperación de los nacimientos que suele seguir a las guerras excepto los años 1940-1941.


 La política pronatalista de Franco, que instituyó premios de natalidad y prohibíó los anticonceptivos, no compenso esta tendencia. Entre 1956 y 1965 tuvo lugar una recuperación de la natalidad que algunos demógrafos interpretan como el baby boom posbélico retrasado. Se debíó al desarrollismo económico que siguió al final del bloqueo internacional y de la autarquía.• Entre 1965 y 1975 disminuyó de nuevo el tamaño familiar. La causa fue la reducción del valor económico de los hijos al consolidarse un modo de vida industrial y urbano, con graves problemas de vivienda, y extenderse los seguros laborales y de vejez. B)La mortalidad general descendíó de forma acusada durante la transición demográfica, excepto en dos momentos de mortalidad catastrófica: la gripe de 1918 y la Guerra Civil. Las causas fueron el incremento del nivel de vida y los avances médicos y sanitarios, que redujeron los aeriores riesgos de muerte: El incremento del nivel de vida se manifestó en la mejora de la dieta que durante la década de 1960 súperó la malnutrición y la escasez de la posguerra y en el crecimiento del nivel educativo y cultural, que permitíó intensificar la prevención y abandonar costumbres tradicionales nocivas para la salud. Los avances médicos más destacados fueron las vacunas y la comercialización de los antibióticos, que eliminaron la mortalidad catastrófica por epidemias a partir de la de gripe de 1918 y redujeron la incidencia de las enfermedades infecciosas. También tuvieron efectos positivos la generalización de los nacimientos en clínicas, que disminuyó la mortalidad materna y la extensión de la sanidad pública. Los avances sanitarios consistieron en la mejora de la higiene privada y pública; servicos urbanos de agua potable, alcantarillado y recogida de basuras. La mortalidad infantil también decrecíó, sobre todo la posneonatal causada por infecciones y desnutrición gracias a las mejoras de la pediatría, la alimentación infantil y el cuidado materno. La esperanza de vida se elevó, primero, por la reducción de la mortalidad infantil y materna: y desde mediados del Siglo XX por el descenso de la mortalidad en la edad adulta. Como consecuencia, el crecimiento natural de la transición fue alto, especialmente entre 1920 y 1965, cuando la mortalidad descendíó fuertemente, mientras la natalidad pasaba por dos máximos separados por Guerra Civil. Desde 1965, el crecimiento se recorto, al estabilizarse la mortalidad en cifras bajas y restablecerse el descenso de la natalidad. 

1.3 El régimen demográfico actual: a partir de 1975

Se caracteriza por bajas tasas de natalidad y de mortalidad y por un crecimiento natural muy reducido o negativo. A) La natalidad descendíó a partir de 1975 hasta situarse en cifras bajas. En esta situación se distinguen dos momentos:• Entre 1975 y 1998 tuvo lugar un brusco descenso de los nacimientos. Así, en 1981, el indice sintético de fecundidad alcanzó la cifra de 2.1 hijos por mujer -el limite que permite reemplazar a la población y continuó decreciendo hasta alcanzar su valor mínimo en 1998 (1.15 hijos por mujer). Las causas han sido los cambios económicos y socioculturales sucedidos en estos años. La situación económica retrasó la edad del matrimonio, con el consiguiente acortamiento del periodo fértil de la mujer. Primero, como resultado de la crisis de 1975, que disparó las cifras de paro. Y desde 1980 por la precariedad laboral y el alto precio de compra y alquiler de vivienda, que dificulta la emancipación de los jóvenes, y prolonga su formación y permanencia con los padres. Además, la liberalización de las relaciones familiares favorece la permanencia de los hijos con los padres. La sociedad española ha experimentado cambios de mentalidad y de valores desde la transición a la democracia (1975) que han colaborado en el descenso de la natalidad. Ha disminuido la influencia religiosa. Se han despenalizado y difundido los anticonceptivos, usados primero para dejar de tener hijos a cierta edad y reducir el tamaño familiar, y luego para programar el momento de la concepción, lo que contribuyó a retrasaría y a aumentar la Edad Media de la maternidad.


Se han legalizado el divorcio y el aborto en ciertos supuestos. Las mujeres se han incorporado de forma creciente al trabajo fuera del hogar y retrasan la maternidad hasta consolidar su situación laboral, de modo que la mayoría de los nacimientos se producen en el grupo de los 30-34 años. Además, muchas tienen dificultades para conciliar la vida familiar y laboral, dada la escasez de guarderías a precios asequibles y el mantenimiento de comportamientos sexistas en el reparto de tareas domésticas y en el cuidado de los hijos. Los hijos ya no se consideran un seguro de los padres en la vejez, ante el progreso de la protección social, sino que se aprecia su formación y bienestar, por lo que se prefiere tener menos y atenderlos mejo. Por otra parte, han ganado importancia las relaciones de pareja sobre las reproductoras y de cuidado de los hijos; y aparecen formas familiares distintas del matrimonio y menos prolíficas. Desde 1998, la natalidad se mantiene baja y muestra ligeras oscilaciones ligadas a la coyuntura económica y a la inmigración. Entre 1998 y 2008, la natalidad experimentó una ligera recuperación motivada por la favorable coyuntura económica, los nacimientos aplaza dos de las generaciones más numerosas del baby boom, y la inmigración extranjera. Esta última contribuye al aumento de la natalidad sobre todo por el incremento de mujeres en edad fértil, que inicialmente tenían también una fecundidad más alta que las mujeres españolas (2.3 hijos por mujer en 1996). La crisis de 2008-2013, ocasiónó un nuevo descenso de la tasa de natalidad. Las familias sufrieron un enorme incremento del paro, flexibilización laboral, reducción salarial y dificultades para acceder al crédito. Además, la inmigración disminuyó. Se redujo la fecundidad de las mujeres extranjeras dado que las familias numerosas son generalmente incompatibles con el objetivo de la mayoría de los inmigrantes -mejorar la situación económica-, con las dificultades que encuentran para conseguir trabajo, y con el tipo de condiciones laborales habituales. Desde 2014 a 2020, el inicio de la recuperación económica y el aumento de la inmigración extranjera no supusieron una elevación de la tasa de natalidad. Entre la población joven en edad de procrear persisten el alto riesgo de pobreza, los bajos salarios y la inestabilidad laboral, y además, una parte antepone otros objetivos a la formación de una familia, como estudiar, formarse, o viajar. Y entre muchas mujeres que desean tener más hijos, actúan como freno las razones económicas y las dificultades de conciliar la vida familiar y laboral. – Desde 2020, la pandemia de la COVID-19, generadora de una nueva crisis económica y laboral, ha repercutido negativamente en la tasa de natalidad. B) La mortalidad general se mantiene bajo, ascendiendo levemente desde 1982 por el envejecimiento de la población debido al aumento de la espe ranza de vida. Sus ligeras oscilaciones responden a que el incremento do la esperanza de vida en ciertos momentos pospones los fallecimientos, pero los acumula unos años después. O se deben a situaciones excepcionales como la pandemia de la COVID-19. La mortalidad infantil es hoy muy baja y principalmente neonatal por complicaciones en el parto o malformaciones congénitas. La esperanza de vida ha aumentado debido a los progresos médicos. No obstante, presenta diferencias por sexo, edad y estatus social . Por sexos, la esperanza de vida femenina es más alta. • Por grupos de edad, las mayores ganancias en esperanza de vida desde 1975 se registran entre los más ancianos, gracias a los avances médicos. Por estatus social, la esperanza de vida es más alta para las profesiones más cualificadas, con menor mortalidad laboral; y las clases más adineradas, que pueden pagar más servicios sanitarios y de mayor calidad. C) El crecimiento natural en el régimen demográfico actual es reducido o negativo, presentando ciertas oscilaciones debidas a las variaciones experimentadas por las tasas de natalidad y de mortalidad.


LOS MOVIMIENTOS MIGRATORIOS


Las migraciones son los desplazamientos de población en el espacio, generalmente por causas económicas o sociales. Distinguimos entre emigración, o salida de población desde su lugar de origen inmigración, o llegada de población a un lugar de destino, y saldo migratorio o balance entre la inmigración y la emigración. SI el saldo es positivo, indica inmigración, y si es negativo, emigración. En España, las migraciones han sido un hecho decisivo que sigue condicionando muchas carácterísticas actuales de la población.

1. Las migraciones interiores

Son los movimientos de población dentro de las fronteras del país. Responden a dos modalidades, separadas por el año 1975: las migraciones tradicionales y las actuales. 1.1 Las migraciones interiores tradicionales
1.1.1 Carácterísticas. Tuvieron lugar entre el último tercio del Siglo XIX y la crisis económica. El volumen de la migración fue muy elevado, afectando a más de 11 millones de personas, sobre todo en el periodo 1951-1975, coincidiendo con el mayor auge del éxodo rural.
La motivación de la migración fue principalmente laboral. Los protagonistas eran sobre todo jóvenes, con bajo nivel de cualificación. Las corrientes migratorias fueron mayoritariamente unidireccionales entre el campo y las grandes ciudades industrializadas o de servicios, localizadas casi siempre en otras provincias o regiones. 1.1.2 Las corrientes migratorias interiores tradicionales. A) Las migraciones estacionales y temporales tuvieron su auge entre el último tercio del xix y la década de 1960, y se emprendían con intención de retorno. En unos casos eran desplazamientos estacionales a otras áreas rurales para realizar labores agrarias en una época en la que el campo estaba poco mecanizado. En otros casos eran desplazamientos temporales a la ciudad en las épocas del año en las que el campo exigía menos trabajo, para realizar tareas no agrarias en la construcción, la industria o los servicios.
b) El éxodo rural tuvo lugar entre finales del Siglo XX y 1975. Es una migración entre áreas rurales y urbanas con carácter definitivo o larga duración. Su motivación principal fue conseguir trabajo e ingresos más altos, aunque también influyó la posibilidad de encontrar en las ciudades mejor nivel sanitario, cultural y de ocio y mayor libertad personal. Los emigrantes procedían de zonas atrasadas de Galicia, el interior peninsular y Andalucía oriental. Se dirigieron primero a los núcleos industriales de Cataluña, el País Vasco y Madrid, y más tarde también a las nuevas áreas industriales del Mediterráneo y el valle del Ebro y a las zonas turísticas de Levante. Baleares y Canarias. Dentro del éxodo rural pueden distinguirse cinco etapas. Entre finales del Siglo XIX y 1930, el éxodo rural tuvo un volumen moderado. Sus causas fueron el exceso de brazos en el campo, debido a la Crisis de la filoxera en las zonas vitivinícolas y al inicio de la mecanización en las zonas cerealistas; el crecimiento de la industria que ofrecía puestos de trabajo, y el auge de las obras públicas en la dictadura de Primo de Rivera. En muchos casos se trató de una emigración en cascada que se dirigía, primero, desde los núcleos rurales a las propias capitales provinciales y luego, a las grandes ciudades de las provincias más industrializadas: Madrid, Barcelona, Bizkaia y Gipuzkoa. Entre 1931 y 1950, el éxodo rural se estanco. Las causas fueron la crisis económica de los años treinta, la Guerra Civil y la posguerra. En esta etapa, las ciudades sufrieron graves problemas de abastecimiento: la industria redujo su oferta laboral debido a las destrucciones de la guerra y a su difícil reconstrucción en el contexto autárquico de la posguerra; y el franquismo fomentó la permanencia de la población rural en el campo. Entre los años 1951 y 1975, el éxodo rural alcanzó su mayor volumen, especialmente desde la década de 1960. Las causas fueron el crecimiento demográfico: la crisis de la agricultura tradicional por la mecanización, el auge industrial promovido por los planes de desarrollo, y el boom del turismo que impulsó los servicios y la construcción.


En esta etapa predominó el éxodo rural directo hacia las grandes ciudades de las provincias más di- námicas, que aumentaron en número: Madrid, las provincias situadas en los ejes peninsulares del Ebro y del Mediterráneo y las islas Baleares y Canarias. Desde 1975, el éxodo rural decayó. Con la crisis, las antiguas áreas inmigratorias industrializadas perdieron su atractivo y su saldo migratorio positivo se redujo o incluso se volvíó negativo (País Vasco, Cataluña y Madrid desde 1990). En cambio, las antiguas áreas emigratorias redujeron sus salidas y su saldo migratorio negativo se redujo o incluso se volvíó positivo por el retorno de emigrantes. Tras la crisis, han contribuido a reducir el Éxodo rural la tecnificación agraria; las políticas de desarrollo rural, y la implantación en el medio rural de industrias, servicios y residencias urbanas. Las consecuencias eran: a) En el plano demográfico, las migraciones interiores tradicionales han influido en: Los desequilibrios en la distribución de la población: vaciamiento del interior y altas densidades en la periferia y Madrid. La estructura por sexo: han elevado el indice de masculinidad de algunas áreas emigratorias dificultando la formación de nuevas familias. La estructura por edad: han causado el envejecimiento de la población que quedó en el campo y el rejuvenecimiento de la población urbana, dado que los emigrantes suelen ser jóvenes. B) En el plano económico: En las áreas rurales, en un primer momento, las migraciones aumenta- ron los recursos de la población: pero con el tiempo generaron deseconomías de subpoblación, pues al marchar la gente más joven y capacitada, descendieron la productividad y el rendimiento. En las ciudades, la inmigración masiva provoco deseconomías de congestión problemas de suelo, vivienda, circulación, equipamientos y servicios. En el plano social se produjeron problemas de asimilación, al pasar los emigrantes de una comunidad rural de valores tradicionales, a una sociedad urbana y competitiva. En el aspecto medioambiental: En las zonas emigratorias quedaron abandonados ecosistemas tradicionales, sobre todo de montaña. En las grandes ciudades, la elevada inmigración creó problemas de contaminación atmosférica, ruido, residuos, etc. 1.2 Las migraciones interiores actuales.
Se desarrollan desde la crisis de 1975 hasta la actualidad. El volumen de la migración decrecíó entre 1975 y 1985 por la decadencia del éxodo rural. Desde entonces se recupera hasta alcanzar cifras muy elevadas, que responden a un nuevo modelo migratorio. Las motivaciones de la migración son más variadas laborales, residenciales, retorno al lugar de procedencia, estudio, ocio. Los protagonistas son también más diversos en edad y en origen. Las corrientes migratorias son pluridireccionales, con mayor diversidad de orígenes (campo y ciudades) y de destinos (municipios urbanos grandes, medianos, pequeños, e incluso municipios rurales) localizados dentro o fuera de la propia provincia o comunidad autónoma.

1.2.2 Las corrientes migratorias interiores actuales

En la actualidad existen diferentes corrientes migratorias:• Las migraciones laborales responden a motivaciones de trabajo y están protagonizadas por adultos jóvenes. Proceden de zonas rurales atrasadas ciudades industrializadas en declive y núcleos urbanos. Y se dirigen menos que antes a grandes municipios urbanos dinámicos de otras regiones y provincias, y más a municipios urbanos medianos o pequeños e incluso rurales, de su propia regíón o provincia. Las migraciones residenciales están protagonizadas por jóvenes que buscan viviendas baratas y por adultos jóvenes de clase media a acomodada que desean residir en áreas con calidad medioambiental. Por eso son en su mayorla migraciones intraurbanas, entre la ciudad central y sus coronas periféricas: aunque en el caso de grandes ciudades pueden extenderse a provincias vecinas más baratas. • Las migraciones de retorno supoñen el regreso de población a las áreas emigratorias de procedencia.


Entre 1975 y 1985 afectaron sobre todo a personas mayores de 55 años, jubiladas o prejubiladas a raíz de la crisis económica y la reconversión industrial Desde entonces, afectan más a emigrantes plurianuales que en las épocas expansivas se trasla dan a los centros más dinámicos y regresan en épocas de crisis. Además existe una corriente neorrural minoritaria, integrada por jóvenes que abandonan la ciudad y se trasladan a zonas rurales. • Los movimientos habituales o pendulares son desplazamientos perió- dicos por motivos de trabajo o estudio y de ocio. El trabajo y el estudio ocasionan movimientos entre el lugar de residencia y el centro de trabajo o educativo. El más frecuente se da entre la periferia y el centro de las cudades como resultado del traslado de la residencia a las afueras de la cudad o a espacios rurales próximos. El ocio ocasiona movimientos de fin de semana y turismo relacionados con la mejora del nivel de vida. 12.3 Las consecuencias de las migraciones
Interiores actuales. Las migraciones laborales acrecientan los desequilibrios demográficos y económicos entre las regiones y en el interior de las comunidades autóomas y provincias. Las migraciones residenciales intraurbanas causan el sobreenvejecimento de las áreas urbanas centrales emisoras; e incrementan la pobacion de las periferias receptoras, que exigen dotaciones de equipamentos y servicios. Por su parte, las migraciones residenciales hacia los municipios pequeños o rurales originan cambios en la composición social modos de vida autóctonos. • Las migraciones de retorno de emigrantes provocan el sobreenvejecimiento en las zonas receptoras de jubilados y la creación de negocios o de actividades nuevas por los más jóvenes, que pueden retener a parte de les emigrantes potenciales. Por otra parte, la instalación de jóvenes neorrurales con hijos en pueblos casi deshabitados, puede incidir positivamente en el mantenimiento de escuelas y de actividades tradicionales. Los movimientos pendulares relacionados con el trabajo y el estudio ocasionan problemas de circulación en los accesos a las grandes ciudades en las horas punta. Y los movimientos relacionados con el ocio, incrementan los ingresos en las zonas receptoras. 2.

Las migraciones exteriores

Son los movimientos de población fuera de las fronteras del propio país. Las migraciones exteriores tradicionales estuvieron marcadas por la emigración. En cambio, las migraciones exteriores actuales se caracterizan por una reducida emigración y un elevado volumen de inmigración extranjera.
2.1 Las migraciones exteriores tradicionales.Tuvieron lugar entre mediados del Siglo XIX y la crisis económica de 1975. En este periodo emigró de España un elevado volumen de personas con destino a ultramar y a Europa occidental. La emigración transoceanica o a ultramar se dirigíó principalmente a la crisis. 2.1.1 La emigración transoceánica tradicional.
La emigración transoceanica se dirigíó principalmente a América Latina y secundariamente a Estados Unidos, Canadá y Australia. En muchos casos fue una emigración permanente y asistida. Pero también hubo salidas temporales para trabajar en la construcción de grandes infraestructuras; y salidas estacionales para realizar tareas agrarias, en fechas complementarias con las de España En la emigración transoceánica se distinguen dos etapas de auge y dos. A) La primera etapa de auge comprende desde mediados del Siglo XX hasta la Primera Guerra Mundial (1914). Al principio de este periodo, la emigración hacia América, iniciada en el Siglo XVI con la conquista, se había reducido bastante, debido a la política populacionista de los Borbones en el Siglo XVI, que puso trabas a la emigración; y a la independencia de las antiguas colonias a principios del Siglo XIX. Pero desde 1853 la situación cambió debido a las siguientes causas:• Los países latinoamericanos necesitaban inmigrantes para poblarse, explotar sus recursos, y construir grandes infraestructuras -canal de Panamá, ferrocarriles y puertos-.


España limitó los obstáculos a la emigración, que se convirtió en una salida para el atraso agrario y el desempleo de las zonas minifundistas y latifundistas, que no podía ser absorbido por una industria muy escasa y localizada. También influyeron el deseo de los jóvenes de evitar un servicio militar de tres años; y el efecto llamada de familiares y retornados sobre las oportunidades en Ultramar. La procedencia de la mayoría de los emigrantes era atlántica Galicia, Asturas y Canarias. Su destino principal se encontraba en las actividades agrarias de La Pam pa de Argentina y en las plantaciones de azúcar de Cuba y de café de Brasil donde se necesitaba mano de obra tras la abolición de la esclavitud. El perfil característico del emigrante era varón, joven, soltero, de bajo ni- vel de cualificación, dedicado a la agricultura. B) La emigración transoceánica decayó entre las dos guerras mundiales (1914-1945) a causa de circunstancias desfavorables: • La inseguridad creada por la Primera Guerra Mundial. Tras ella, la emi- gración se reanudó durante la década de 1920, aunque sin recuperar el nivel anterior.

• La crisis económica de 1929 elevò el paro en los países latinoamericanos llevándolos a establecer cuotas o cupos anuales para la entrada de inmigrantes. La Guerra Civil española y la posguerra (1936-1949) dificultaron los viajes al extranjero por la falta de transporte, el bloqueo internacional a España y la política de población impulsada por el franquismo como base para la reconstrucción nacional.

c) Entre 1945-1960, la migración transoceánica se recuperó, aunque sin llegar a alcanzar las elevadas cifras de principios de siglo. Las causas que lo permitieron fueron la autorización para salir libremente de España (1946), el levantamiento del aislamiento internacional por parte de la ONU (1950), y el cambio de actitud de Estados Unidos respecto al régimen de Franco (1951). La procedencia de los emigrantes continuó siendo principalmente gallega y canaria; en cambio, la emigración asturiana decayó porque la nueva siderurgia ofrecía puestos de trabajo en la regíón. Los destinos prioritarios se encontraban en la explotación de petróleo de Venezuela, en Argentina, donde influía el llamamiento familiar y en la industria de Brasil. El perfil del emigrante cambió. La emigración familiar adquiríó más peso y los emigrantes tuvieron un mayor nivel de cualificación, predominando los obreros y técnicos industriales y los agricultores preparados. El motivo fue la exigencia de los países receptores que, una vez superada la crisis de los años treinta, necesitaban inmigrantes no tanto para poblarse como para desarrollar su economía y su industria. D) Desde 1960, la emigración transoceánica descendíó, al iniciarse el 4 etapa declive de la economía latinoamericana y entrar en competencia con la emigración a Europa.

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