El proceso de urbanización en España: evolución y consecuencias

1. El proceso de urbanización en España. La evolución de la evolución urbana ha sido siempre creciente, sobre todo de 1900 a 2007. Este crecimiento no se ha producido de manera regular, la etapa de mayor incremento se produjo entre 1920 y 1981. No todas las localidades han tenido el mismo protagonismo. Entre 1960 y 1980 aumentan las tasas de las grandes ciudades o aglomeraciones urbanas. Las más elevadas se dan en ciudades de entre 100 mil y 500 habitantes. En 1980 se ralentiza su crecimiento por graves problemas como la excesiva concentración de población, congestión, crisis de empleo. El crecimiento urbano estará protagonizado por las ciudades medianas y pequeñas. La distribución regional de la urbanización muestra la diferencia más destacada en el litoral, ya que es mayor, mientras que en el interior las tasas son muy bajas, a excepción de Madrid. España se encuentra próxima a la media de los países de la UE.



Factores:

  • Industrialización en las regiones cantábrica, vasca y catalana.
  • Turismo: los turistas han tenido afluencia en las costas mediterráneas y ha transformado la vida y la estructura de un gran número de pueblos, que se ha convertido en ciudades residenciales especializadas en el sector servicios.



*Influencia ejercida por una gran ciudad: Madrid y otras capitales de provincia han convertido núcleos próximos a ellas en ciudades.



*La transformación de los sistemas y técnicas de producción agraria han provocado un excedente de mano de obra en el campo cuya población se ve obligada a emigrar a la ciudad.



*El desarrollo de la agricultura especializada y de regadío.



2. La evolución de la ciudad española. A) La ciudad preindustrial: comprende el desarrollo de las ciudades desde la antigüedad clásica hasta la implantación del proceso industrializador basado en la actividad económica agraria y artesanal y en el desarrollo de las actividades comerciales.



*Edad antigua: las primeras ciudades surgieron de las colonizadas fenicia, púnica y griega (Cádiz). En la época romana hubo un aumento de la urbanización. Los romanos utilizaban la ciudad como vehículo de romanización. Destaca la implantación de un plano trazado o trazado urbano de carácter geométrico, configurado a partir de dos ejes que se cortaban perpendicularmente: cardo máximo norte-sur y decumano máximo este-oeste; su interior se ordenaba en torno al foro, donde estaban los lugares públicos. Este tipo de plano lo tiene Italia. El tipo de plano que usaban era octogonal.



*Edad media: la urbanización peninsular sufrió un retroceso en la época medieval. A partir del s.X se asiste a un resurgimiento de las ciudades, por la apertura del Camino de Santiago y la intensificación de la reconquista y repoblación. Esto dio lugar a nuevas ciudades. El crecimiento urbano está reflejado en el surgimiento de barrios intramuros o arrabales extramuros. Había una gran diversidad de culturas, lo que se tradujo en la ciudad cristiana y musulmana.



3. La ciudad industrial. La introducción del proceso de industrialización en España obligó a las ciudades a crecer y transformarse. Las reformas urbanas continuaron en el s.XIX, aumentando significativamente la urbanización por la desamortización. Con el desarrollo de la red ferroviaria, se crearon estaciones en proximidades que obligaron a abrir una vía entre el casco urbano y ellas, lo que permitió un nuevo desarrollo urbano. La ciudad se transformó para adaptarse al nuevo modo de vida urbano con alumbrado, abastecimiento de agua y saneamiento. Las ciudades pusieron en marcha una serie de operaciones de crecimiento y remodelación de su espacio interior.



Política de viviendas: se promulgaron leyes para activar la construcción de viviendas sociales. La labor más intensa se produjo durante el periodo autárquico. El Estado amplió un plan de reconstrucción nacional y creó organismos especiales para el fomento de la construcción de viviendas. Se regularon las ayudas y subvenciones para la construcción de viviendas sociales. Se creó el Ministerio de Vivienda que impulsó los planes de vivienda y leyes que favorecían la construcción de viviendas de protección oficial.



Reglamentación urbanística: conlleva la aplicación del «zoning» o distribución de usos y funciones en espacios separados dentro de la ciudad. La obligación de introducir la planificación urbana en el desarrollo de las ciudades encuentra su respaldo legal en la Ley de Suelo de 1956. A partir de entonces, el Plan General de Ordenación Urbana y sus planes derivados se convierten en los instrumentos que deben dirigir el crecimiento y remodelación de las ciudades.



4. Dinámicas urbanas en la ciudad española de la etapa postindustrial.

  • Desarrollo de actividades económicas basadas en el sector servicios.
  • Turismo cultural.
  • Determinaciones medioambientales, preocupadas por la calidad del medio ambiente urbano.



Cambios en los centros históricos: los cascos antiguos se caracterizan por una cierta irregularidad, calles estrechas de trazado sinuoso y escasez de espacios abiertos. Para revitalizarlos y obtener rentabilidades se han practicado dos tipos de operaciones urbanísticas: renovación y rehabilitación.



Proceso de suburbanización o desarrollo de las periferias: el desarrollo de las periferias urbanas son familias que buscan espacios residenciales con una mejor calidad ambiental y conseguir una vivienda asequible. Las periferias urbanas se desarrollan con viviendas unifamiliares o conjuntos residenciales de bloques de pisos. Conocen la implantación de nuevos usos como centros y áreas comerciales, zonas de equipamiento público y centros industriales. Se caracteriza por una gran diversidad de formas, fruto del momento en el que aparecen. El desarrollo de estas áreas residenciales trasciende incluso los propios límites de la ciudad principal, hasta los municipios limítrofes que se transforman en nuevos espacios urbanos.



1. Sistemas de ciudades.

  • Eje mediterráneo o levantino: Girona y Murcia. Tienen mayor potencial de desarrollo. Su nivel de urbanización es muy elevado y presenta una estructura económica muy diversificada.
  • Eje del Ebro: Bilbao hasta Tarragona. Gran potencial, pero con vacíos demográficos.
  • Eje cantábrico: País Vasco-Galicia. Tiene discontinuidades y está marcado por las relaciones norte-sur, carece de recursos sustitutivos. Su nivel de urbanización está en declive.
  • Eje atlántico gallego: mayor parte del sistema productivo gallego.
  • Madrid: tiene gran peso dentro del sistema económico español, pero sufre problemas de congestión.
  • Eje litoral andaluz: gran importancia turística y es la continuación del eje mediterráneo.
  • Eje transversal andaluz: se desarrolla de las ciudades en el surco mediterráneo y conexión con el levante.
  • Eje Madrid-Andalucía: zonas de demográficos muy bajos a su paso por Castilla-La Mancha y parte de Andalucía.
  • Eje oeste, ruta de la plata: Huelva hasta Sevilla hasta el Principado de Asturias. Tasas demográficas bajas aunque comprende dos focos de alto potencial.



Jerarquía de la red urbana. Esta está formada por un conjunto de ciudades distribuidas sobre el territorio de modo jerárquico.

  • Metrópolis nacionales: Madrid y Barcelona.
  • Metrópolis regionales de primer orden: Valencia, Sevilla, Málaga, Bilbao, Zaragoza.
  • Metrópolis regionales de segundo orden: Murcia, Alicante, Granada, Santander.
  • Ciudades medianas: centros comerciales y de servicios de ámbito provincial.



En conclusión, como un modelo concentrado y polarizado, las grandes áreas metropolitanas concentran población y actividad económica, además de ser centros importantes de decisión, investigación e innovación tecnológica.

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