Cuales factores del clima influyen en la producción de hortalizas

El mapa que podemos observar a continuación es de tipo corocromático y nos muestra mediante colores los distintos paisajes agrarios de España.

La España húmeda se corresponde con el norte y noreste peninsular y sale representado en el mapa de color verde. De color marrón (montaña húmeda) aparecen pequeñas zonas como el norte de Cataluña, parte de Segovia y Ávila y algunas zonas de León, Palencia y Zamora. El interior peninsular sale representado de color amarillo y ocupa la mayor parte de la Meseta. La España mediterránea cálida, representada en naranja, pertenece a las zonas costeras de todo el este peninsular y sur de Andalucía, además de una pequeña parte de Badajoz. Por último, el paisaje de Canarias, representado en color rojo. 

La agricultura es la actividad española principal del sector primario, y aunque su importancia económica ha disminuido notablemente, tenemos que seguir estudiándola para entender la mayoría de los paisajes españoles donde la agricultura fue la actividad dominante durante siglos.

Los factores físicos que han influido en su desarrollo son el clima, el relieve y los tipos de suelos.

Comenzando por la España húmeda, correspondiente con el norte y noreste peninsular, esta zona geográfica posee un clima oceánico y un relieve accidentado. El tipo de poblamiento es disperso y la población es tradicionalmente numerosa y sometida a la emigración.

Actualmente, la ganadería es la actividad principal en esas zonas, tradicionalmente extensiva en pequeñas y medianas explotaciones. Tiende a ser mixta y a aumentar el tamaño y la modernización. Esto da lugar a un paisaje de prados naturales que se alternan en áreas de bosques.

En cuanto a la agricultura, es frecuente el cultivo del maíz, la patata, la cebada y el centeno, entre otros. Además, la explotación forestal es muy importante 


para la fabricación de muebles y papel.

La siguiente zona para analizar es la España interior, que se corresponde con ambas mesetas y la depresión del Ebro. Se corresponde con el clima mediterráneo continentalizado y en estas zonas es frecuente la formación de páramos, colinas y valles. 

En cuanto al tipo de poblamiento, es concentrado en pueblos pequeños (valle del Duero y Ebro) o grandes (sur peninsular), y la población es tradicionalmente emigratoria.

La propiedad agraria posee algunos contrastes: minifundios en los valles del Duero y del Ebro y latifundios en Salamanca, Burgos, Castilla-La Mancha y en los secanos aragoneses y extremeños.

La agricultura es de secano en páramos y campiñas, dedicado a cultivos extensivos, tradicionalmente trigo en rotación con barbecho y leguminosas y vid y olivo. De regadío será tradicionalmente en huertas para autoconsumo. Hoy en día con superficies más amplias para plantas industriales, forrajeras y de huerta.

En cuanto a la ganadería, será tradicional extensiva: vacuna de carne en zonas montañosas, ovina en secanos, y ovina, porcina o bovina en dehesas.

La España mediterránea, correspondiente con el litoral y prelitoral mediterráneo, valle del Guadalquivir y Baleares, posee un clima mediterráneo costero. En estas zonas predomina un relieve accidentado, llano cerca de la costa y algo montañoso en la zona prelitoral.

La población es tradicionalmente numerosa y el poblamiento es disperso, que tiende a instalarse en núcleos concentrados. 

La propiedad agraria ofrece contraste, pues en huertas suelen predominar los minifundios, en Cataluña son medianas, y en Andalucía ya son más grandes.


La agricultura es muy tecnificada y de elevados rendimientos que exige fuertes inversiones. Esa sofisticación alcanza su máximo nivel con la extensión del cultivo bajo plástico en invernaderos. En áreas de secano son frecuentes los cereales, la vid, el olivo y el almendro.

En cuanto a la ganadería, es bovina y porcina en Cataluña, ovina en los secanos y reses bravas a orillas del Guadalquivir.

El paisaje de montaña, correspondiente con pequeñas zonas como el norte de Cataluña, parte de Segovia y Ávila y algunas zonas de León, Palencia y Zamora, posee un clima frio con precipitaciones nivales en invierno. 

En estas zonas es frecuente bajas densidades y tendencias al despoblamiento debido al clima. El poblamiento es disperso en pequeños núcleos en el fondo de los valles. Actualmente, tiende a concentrarse en núcleos mayores. Además, es en estas zonas donde se concentran pequeñas propiedades en los montes y praderas. 

Sus dedicaciones agrarias preferentes son la forestal (haya, castaño, pino silvestre…) para el aprovechamiento de la leña y la madera, y la agricultura, realizada en el fondo de los valles o en bancales y terrazas. 

Recientemente han adquirido una nueva orientación económica, la turística o de ocio, a través de la práctica de los deportes de invierno (como los relacionados con la nieve) y también de verano (senderismo y montañismo).

Por último, el paisaje de Canarias, el cual posee un relieve volcánico accidentado. Este paisaje otorga un clima cálido todo el año con precipitaciones escasas e irregulares en las costas. 

Posee un importante retroceso de la población rural a favor del sector terciario. 


El tipo de poblamiento es concentrado y en pueblos que no suelen rebasar las 500 casas.

El uso agrario del suelo es principalmente agrícola: predominan la gran propiedad y los monocultivos orientados a la exportación. Destacan especialmente el plátano, el tomate, la patata, la vid, el trigo, entre otros. 

La ganadería ovina y caprina es escasa y está asociada a la agricultura. Por último, es frecuente el uso de la madera de los pinares y laurisilva para el carboneo, construcción y soporte de cultivos. 

Como conclusión, podemos decir que son muchos los factores que influyen en la agricultura española, pero tenemos que aclarar que son más condicionantes que determinantes, debido al alto nivel tecnológico de nuestra agricultura. 

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