Causas del envejecimiento y distribución de la población en España

VIEJOS 2006: Causas del envejecimiento

Fuerte descenso de la natalidad desde 1975, lo que ha reducido el número de jóvenes. Aumento de la esperanza de vida, que ha incrementado el número de ancianos, especialmente en edades más avanzadas. Emigración de épocas pasadas, que no se ha visto compensada por la inmigración extranjera. Desde la crisis de 2008, el repunte de la emigración y el descenso de la inmigración afectan a los jóvenes. Contrastes: Las regiones más jóvenes son las que poseen una tasa de natalidad superior a la media y una esperanza de vida menor (Murcia, Andalucía) o las que, por su dinamismo económico, han recibido un alto volumen de inmigrantes, que aportan jóvenes (Madrid, Cataluña). Las regiones más viejas son las que cuentan con tasas de natalidad muy bajas derivadas de la emigración de épocas pasadas (Galicia, interior), las que han recibido un menor volumen de inmigrantes o las que han sufrido un largo efecto de la crisis económica de 1975 (Cantabria).

DENSIDAD 2008: Interiores y exteriores

Con la excepción de Madrid, Valladolid y las provincias del eje Ebro, todas las provincias con más de 50 habitantes se concentran en la periferia. Causas de la disimetría y la excepción: Todo el litoral está muy poblado, aunque hay excepciones. Las causas son relieve poco accidentado, clima suave, desarrollo de la agricultura rentable y competitiva, auge del turismo y la construcción, y sistema denso de comunicación. La existencia del desequilibrio viene del siglo XVIII y ha sido potenciado en los siglos XIX y XX por la tardía y desigual industrialización de España y la implantación de un modelo de turismo de sol y playa a partir de 1960. Excepciones: Provincias de periferia con escasa densidad de población: Lugo, Huelva, Almería, Granada, Castellón. En su mayor parte se trata de provincias con escaso desarrollo costero, débilmente pobladas y muy afectadas por la emigración interna y externa. Provincias del interior con alta densidad: Madrid y Valladolid, centros urbanos muy poblados y con gran desarrollo industrial y del sector servicios, y Navarra, La Rioja y Zaragoza, provincias que forman parte del Eje del Ebro, un área con gran desarrollo económico en los últimos años.

CRECIMIENTO REAL 1981-2008: Causas y consecuencias

Provincias situadas en las islas y la periferia peninsular tienen un crecimiento más alto debido a que la agricultura está más desarrollada y el turismo y la construcción presentan un mayor dinamismo, como Almería y Murcia. Provincias cercanas a los grandes centros urbanos tienen un precio del suelo más barato y atraen a empresas y residentes que prefieren una vivienda más asequible, como Toledo o Guadalajara. Provincias en el eje Ebro: Se trata de un eje con gran desarrollo económico en los últimos años y que presenta un equilibrio entre industria y servicios, como Navarra o La Rioja.

POBLACIÓN JOVEN/VIEJA: Causas de la distribución

Factores geográficos que son obstáculo para el asentamiento de población son el clima y la altitud. La mayoría de las provincias con bajas densidades tienen climas más continentalizados o están ocupadas por sistemas montañosos. Demográficamente, las poblaciones del interior son las que presentan un menor crecimiento natural y una estructura de población más envejecida, frente a un litoral expansivo apoyado en una población joven. Socioeconómicamente, el factor básico de las desigualdades ha sido la emigración. Las corrientes migratorias internas se han originado por la concentración de las actividades económicas más productivas (industria, turismo, servicios) en unas pocas áreas (Madrid, Cataluña, Valencia) y la reconversión del sector agrícola (Almería, Murcia). Consecuencias: Menos de 16 años: Tasas de natalidad y fecundidad elevadas, crecimiento mayor de la población, población activa alta y desarrollo de las actividades económicas. Más de 65 años: Tasa de mortalidad elevada, reducción de la población, baja natalidad y fecundidad, poca proporción de población activa, poco desarrollo de actividades económicas, incremento de los recursos sanitarios y hospitalarios, mejora de los servicios sociales y aumento del coste de las pensiones.

CRECIMIENTO NATURAL

Desequilibrio territorial: El mapa indica que las regiones levantinas, meridionales e insulares, así como Madrid, tienen tasas de fecundidad y natalidad mayores, apoyado en una población joven debido a los movimientos migratorios internos en los que la población se concentra en zonas con más actividad económica (industria, turismo, sector servicios y agricultura de regadío) y en regiones con clima más apetecible. En cambio, las regiones del centro y norte tienen tasas más bajas de natalidad y más elevadas de mortalidad y envejecimiento de la población.

COMENTARIO PIRÁMIDE DE POBLACIÓN

Gráfico que muestra la estructura demográfica por sexo y edad en un momento dado y refleja sucesos que han tenido repercusiones en los últimos 100 años. Superioridad del número de hombres al nacer, más mujeres ancianas, edad adulta igual. Mayor esperanza de vida femenina se explica por su fortaleza biológica debido a motivos hormonales e inmunológicos frente a los hombres, que han tenido un estilo de vida de mayor riesgo. Triangular: 1900, población joven (más de 35 millones de jóvenes y menos de 5 millones de ancianos) con consecuencias como una fuerte demanda de puestos de trabajo en relación con una economía atrasada, elevado desempleo y emigración. Base ancha debido a altas tasas de natalidad, tasa de mortalidad elevada y esperanza de vida baja. Pocos ancianos. Campana: 1970, población adulta (jóvenes de 25 a 35 años y ancianos de 5 a 12 años) con consecuencias como muchos activos y no demasiada población dependiente. Base moderada porque la natalidad se ha ido reduciendo, aunque de forma suave, permitiendo todavía el relevo generacional. La población disminuye lentamente hacia la cima debido a tasas de mortalidad bajas y el porcentaje de ancianos es moderado. Urna: 2015, población envejecida (menos de 25 millones de jóvenes y más de 12 millones de ancianos). Base estrecha y remetida debido a una baja natalidad y mayor esperanza de vida. Consecuencias: declive económico porque cada vez hay más ancianos y menos jóvenes, lo que implica más pensiones que pagar y menos personas que las paguen.

PIRÁMIDE 1960-2001

De 0 a 10 años: En 2001, la población joven se ha reducido entre un 25% y un 50% respecto a los valores de 1960. Algunas causas son cambios sociales como el retraso en la edad del matrimonio, la progresiva elevación del coste del mantenimiento de los hijos o la incorporación de la mujer al mundo laboral. Consecuencias sociales se ven en la reducción de escolares en un primer momento y en el peligro de que no se asegure el relevo generacional y se quiebre el estado de bienestar. 65 años y más: En 1960, la población anciana no llega a los 100.000 habitantes, mientras que en 2001 es más de 1 millón y hay más mujeres. Entre las dos fechas, la esperanza de vida ha aumentado notablemente por avances en alimentación y asistencia médica y social. Esto supone un incremento importante del gasto que cubre las necesidades socio-sanitarias de este sector de la población. La pirámide de 1960 es una campana, propia de países en vías de desarrollo con alta natalidad y bajas tasas de mortalidad, con una población que disminuye lentamente hacia la cima y un porcentaje mayoritario de adultos. Los años 60 se corresponden con ‘el desarrollismo’ en el que la progresiva implantación de la infraestructura sanitaria hizo disminuir la mortalidad y aumentar la esperanza de vida. La natalidad se recuperó por el ‘baby boom’, aunque el éxodo provocó que a lo largo de la década disminuyese el tamaño de la familia. La pirámide de 2001 es una urna, propia de países desarrollados, con baja natalidad y alta esperanza de vida. Indica una población envejecida (menos 25% jóvenes y más 12% ancianos). Las mejoras en higiene, alimentación y sanidad explican que la mortalidad haya disminuido. La escasa natalidad se debe al uso de anticonceptivos y a cambios en la idea de familia.

PIRÁMIDE 1900-1991: Modelos y comportamiento

En 1900, la pirámide es triangular, estructura demográfica joven, alta tasa de natalidad y esperanza de vida todavía baja debido a altas tasas de mortalidad por crisis de subsistencia, hambruna, guerras, etc. Por ello, las barras que representan de 0 a 14 años, en la base, son muy anchas, mientras que las barras que representan más de 65 años se estrechan considerablemente. En 1991, la pirámide es una campana, estructura demográfica que ha comenzado un proceso hacia el envejecimiento. La base empieza a estrecharse debido a la reducción de la tasa de natalidad (emancipación de la mujer e incorporación al mundo laboral, coste en educación y crianza de hijos y comportamiento natalista propio de cada generación) a partir de los años 80, y una caída de las tasas de mortalidad (medidas sanitarias y avances médicos, mejor higiene) y aumento de la esperanza de vida que se manifiesta en un ensanchamiento de la pirámide, con algunos entrantes que corresponden a la gripe de 1918 o a la Guerra Civil. Entrante de 45 a 54 años: por la Guerra Civil y posguerra, baja natalidad y alta mortalidad. Entrante de 0 a 4 años: reducción de la natalidad que comienza en los 80 por la emancipación de la mujer y su incorporación al mundo laboral, el coste en educación y crianza de hijos y el comportamiento natalista propio de cada generación. Comportamiento y consecuencias: Entre 1900 y 1991 se produce un gran cambio estructural demográfico en España. Si en la pirámide de 1900 la base es ancha (alta natalidad) y progresivamente se va estrechando (alta mortalidad y baja esperanza de vida), a lo largo del siglo XX va produciéndose un cambio observado en la pirámide de 1991 en el que la mortalidad se reduce por causas explicadas anteriormente y la esperanza de vida aumenta considerablemente. La tasa de natalidad, por el contrario, comienza una caída drástica. La consecuencia es el proceso de envejecimiento que tiene consecuencias sociales y económicas: el aumento de la población anciana requiere un incremento de los recursos sanitarios y hospitalarios, mejora de los servicios sociales y aumento del coste de las pensiones.

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