Cambio climático y sus consecuencias en España

Cambio climático

Desde el nacimiento de la Tierra, su clima no ha sido estable, ya que ha estado sujeto a siete grandes fluctuaciones.

En 1896, se consiguió explicar el fenómeno del “efecto invernadero”, y en 1938 se define el llamado “efecto Callendar”. En 1975 comienza a popularizarse el término “calentamiento global” y en 1979 se celebra la primera “Conferencia Internacional sobre el Clima”.

Las consecuencias climáticas en España respecto a las temperaturas se referiría a un aumento de 0,3oC por década desde los años 60; respecto a las precipitaciones, en el sur destaca la escasez y en el oeste de la Península un aumento.

Para la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) las olas de calor, inundaciones, sequías y tormentas serán cada vez más frecuentes e intensas en todo el continente como resultado del cambio climático y causarán notables modificaciones medioambientales.

Respecto a la biodiversidad vegetal se caracterizará por la simplificación y la extinción de las especies, en cambio, la biodiversidad animal tendrá como resultado cambio en sus ciclos, así como en las migraciones masivas y un aumento de poblaciones de especies invasoras.

Los recursos hídricos sufrirán en España disminuciones importantes como consecuencia del cambio climático.

Los principales problemas del cambio climático en las zonas costeras españolas se relacionan con el posible ascenso del nivel medio del mar (NMM).

También afectará de manera importante en la economía, afectando sobretodo al sector agrario, energético y turístico.

La frecuencia de avenidas puede disminuir, aunque no su magnitud. El aumento de la torrencialidad conllevará un mayor número de deslizamientos superficiales y corrientes de derrubios, cuyos efectos pueden verse aumentados por los cambios de uso del suelo y una menor cubierta vegetal. El aumento de la temperatura media y la disminución de las precipitaciones crearán el caldo de cultivo ideal para los incendios forestales. Las olas de frío y calor serán más extremas y duraderas.

Todos los miembros de la UE deben enviar cada dos años un informe sobre la evolución prevista de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

La toma de conciencia ciudadana sobre los problemas del calentamiento global en Canarias comenzó a incrementarse sobre todo a raíz de la tormenta tropical Delta en noviembre de 2005.



Recursos hídricos

En nuestra Comunidad, la disponibilidad de agua ha condicionado el desarrollo socioeconómico a lo largo de la historia.

Hasta la primera mitad del siglo XX la actividad humana estaba supeditada a los regímenes hídricos de las islas. Por su latitud, al archipiélago le corresponde un clima seco y cálido. En las islas se dan todas las formas de precipitación: lluvia, nieve, rocío y lluvia horizontal o precipitación de niebla.

El aprovechamiento del agua en Canarias ha creado toda una cultura en torno al escaso recurso. Los primeros canarios se las ingeniaron a través de piletas en riscos, “eres” o pocetas en barrancos, acequias y albercas para captar y distribuir el agua.

Además de la inexistencia de verdaderos ríos, la elevada pendiente y permeabilidad de los terrenos de algunas islas, dificulta en gran medida su almacenamiento.

Los nacientes son las surgencias que afloran en la superficie de terrenos impermeables. Son muy pocos los cauces que llevan agua todo el año en el archipiélago.

En todas las islas, existen primitivas formas de aprovechar el agua de la lluvia: las gavias y los aljibes:

Las gavias son terrenos situados en el fondo de los barrancos que concentran la escorrentía de agua. De este modo, la gavia retiene los lodos evitando la pérdida de suelo y facilitando el cultivo de la parcela. En cambio, los aljibes son pequeños depósitos que aprovechan el agua de lluvia. También utilizaban la marea, un sistema muy parecido al de las gavias.

Al no cubrir las aguas superficiales las necesidades de la población, se emplearon tres sistemas de captación de los acuíferos subterráneos: las minas, las galerías y los pozos.

Los sistemas hídricos tradicionales no garantizaban el abastecimiento de una sociedad en continuo desarrollo económico y demográfico. A este problema se le dio la solución de la desalación de agua de mar y la reutilización de las aguas depuradas.

Los recursos hídricos se destinan básicamente para el abastecimiento de población, para regadíos y otros usos agrarios, y para diversos usos industriales, recreativos, navegación y transporte.

Los recursos hídricos de las islas están regulados legalmente por la Ley de Aguas de Canarias. Esta Ley establece en su preámbulo que su objeto “es la subordinación de todas las aguas al interés general, sobre la base de que se trata de un recurso que debe estar disponible en la cantidad y calidad necesarias, en el marco del respeto al medio ambiente de las islas”.



Climograma de X

Un climograma, o también conocido como climodiagrama es un gráfico en el que se representan las temperaturas y las precipitaciones de un lugar a lo largo del año. Mediante su estudio podemos deducir qué tipo de clima es el propio de ese lugar.

Nos encontramos ante un gráfico que hace referencia al climograma de la localidad de X. Dicho gráfico nos da la temperatura en grados centígrados (oC) y las precipitaciones en milímetros (mm). Su leyenda nos indica X.

En cuanto a las temperaturas, la TMA, la temperatura media anual alcanza los X oC. La amplitud térmica (AT) se refiere a la diferencia entre el mes más cálido y el más frío, y en este caso es bastante pequeña, tan sólo hay X: agosto alcanza los X, y enero llegando a los X. En cuanto al índice de aridez, casi todos los meses son “secos”, ya que en casi todos los meses se cumple 2ToC≥P, es decir, el doble de su temperatura media es superior a las precipitaciones mensuales. La mayoría de los meses tienen una media superior a los 18oC. Agosto es el mes con la media más elevada -X- seguido muy de cerca por julio –X-. El mes más frío supera los 10oC.

El régimen de precipitaciones registra un total anual de tan sólo 214mm. Las lluvias se concentran en los meses de X a X, cayendo en este período Xl/m2, siendo el X% del total anual. Destacan los meses invernales de X a X, con Xmm y Xmm, respectivamente. En los meses centrales del año –X y X– las precipitaciones son casi inexistentes, ya que cuentan con Xmm. de media. La distribución es regular, ya que hay más de dos meses secos.



Cliserie

El gráfico representa una cliserie de la vegetación canaria. Una cliserie es la representación gráfica de los tipos de vegetación en las zonas montañosas ocasionada por el aumento de altitud y el consiguiente efecto sobre el clima, ya que la temperatura desciende 0,6°C cada 100 metros de ascenso y las precipitaciones tienden a incrementarse con el descenso de la temperatura.

Desde el nivel del mar hasta el nivel de las cumbres se distinguen los siguientes pisos de vegetación:

• Piso basal (hasta los 400 m de altitud). Domina el cardón y la tabaiba.

• Piso intermedio o de transición al piso montano (hasta los 800 m de altitud). Dominan dos especies endémicas, el drago y la palmera canaria, junto a la sabina.

• Piso montano termo canario (entre los 600-800 m hasta los 1.200-1.400 m). De carácter perennifolio, podemos encontrar el laurel, el viñático, el til y el naranjo salvaje entre otros.

• Piso montano mesocanario (entre los 1.200 y los 2.000 m). El pino canario constituye la formación monoespecífica climática de este piso.

• Piso de alta montaña supracanario y orocanario (a partir de los 2.000 m). Vegetación muy escasa debido a la altura, podemos encontrar matorrales de alta montaña.

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