El Sector Energético en España
La importancia actual del sector energético reside en su carácter estratégico por varios motivos: su consumo se relaciona directamente con el desarrollo económico y social. Dependemos en gran medida del abastecimiento exterior. Además, genera importantes impactos ambientales, lo que requiere apostar decididamente por las energías renovables.
Actualmente, consumimos el doble de toneladas de petróleo que en 1973. En general, ha habido un aumento del consumo total de energía, del cual el petróleo supone el 48%, el gas el 22%, el carbón el 13% y las energías renovables el 6%. Solo producimos el 20% de la energía que consumimos.
El carbón ocupa un papel secundario; se destina el 90% a su combustión en centrales térmicas. Las cuencas principales siguen estando en la Cordillera Cantábrica, y han resistido a pesar de los altos costes de extracción y la competencia de carbones extranjeros más baratos.
Para la obtención de hidrocarburos (que suponen el 70% de la energía consumida), los yacimientos nacionales se agotaron, lo que llevó a la creación de refinerías en los grandes puertos de carga para procesar el crudo importado.
El resto de la energía española procede de las centrales nucleares, que actualmente tienen un papel limitado o en receso.
En cuanto a las energías renovables, la producción hidroeléctrica está limitada o paralizada en cuanto a nuevas grandes instalaciones, tras la política de grandes embalses del siglo anterior. Hoy en día están más desarrolladas la eólica (segundo productor después de Alemania), la solar (tercer productor) y la obtención de biomasa.
Nuestra dependencia energética se debe, en parte, a una política energética con los siguientes objetivos:
- Firmar acuerdos de cooperación con los países productores.
- Reducir la dependencia exterior.
- Fomentar el ahorro y la eficiencia en el uso de la energía.
- Reducir los efectos contaminantes.
- Impulsar el crecimiento de las energías renovables.
Áreas Industriales en España
Según la distribución geográfica, podemos diferenciar en España tres grandes tipos de áreas industriales, con sus correspondientes ejes de desarrollo:
Áreas Industriales Centrales y Ejes de Desarrollo
Corresponden a las zonas centrales de Cataluña y la Comunidad de Madrid que, una vez superada la crisis de los años 70 y terminada la reconversión industrial, reafirman su hegemonía industrial.
- Cataluña: La producción industrial está muy centralizada en Barcelona y su área metropolitana. Su industria es muy variada, abarcando desde PYMEs de sectores tradicionales hasta grandes multinacionales de alimentación, química, automoción y electrónica. A partir de las grandes concentraciones de los valles del Llobregat y del Besós, la industria se difunde hacia el resto de Cataluña, siguiendo los ejes de comunicación de la costa y del interior.
- Comunidad de Madrid: La aglomeración urbano-industrial se expande por las principales carreteras que salen de la capital, formando corredores industriales, especialmente hacia el sur. Las relaciones de intercambio con el resto del territorio son muy intensas, debido a la función de la ciudad de Madrid como subcentro europeo que se especializa en sectores industriales estratégicos y de alta tecnología, y, sobre todo, como centro nacional de decisión y de servicios.
Ejes de Expansión: Fachada Mediterránea y Valle del Ebro
Los ejes de expansión más importantes son los de la fachada mediterránea y el Valle del Ebro.
- Fachada Mediterránea: Está representada por la Comunidad Valenciana, la Región de Murcia y, en menor medida, las Islas Baleares. Se caracteriza por la variedad productiva: industria tradicional (calzado en Elche y Manacor, papel en Alcoy), industria básica reconvertida (siderurgia de Sagunto), automoción (Almusafes), alta tecnología (Paterna) e industria conservera (Murcia).
- Valle del Ebro: Es un corredor industrial favorecido por su situación estratégica entre el País Vasco y Cataluña, y por la existencia de una buena red viaria. Destacan el noroeste de Navarra (influenciado por la industria del País Vasco), La Rioja y la Ribera Navarra, que transforman sus producciones agrarias y desarrollan manufacturas metalúrgicas. En Aragón, la industria se localiza fundamentalmente en Zaragoza y su entorno.
Áreas de Industrialización Tardía
Existen también lo que se denomina «áreas de industrialización tardía» en:
- Castilla y León: Eje Valladolid-Palencia-Burgos-Miranda de Ebro, favorecido por su situación estratégica entre Madrid y el País Vasco y sus buenas comunicaciones.
- Castilla-La Mancha: Puertollano (refinería de petróleo y complejo petroquímico), y Toledo y Guadalajara (buenas comunicaciones con Madrid y suelos más económicos).
- Andalucía: Han surgido polígonos especializados gracias a la planificación. Ejemplos son la industria química en Huelva y el Campo de Gibraltar, los astilleros en Cádiz, y los parques tecnológicos en Sevilla y Málaga.
- Canarias y Extremadura: Son las regiones menos industrializadas. En ninguna de ellas la industria alcanza un peso significativo en la economía regional.
Áreas en Declive
Las áreas en declive son Asturias, Cantabria, País Vasco y Galicia. Todas ellas han perdido potencial industrial. Las causas principales han sido su excesiva especialización y la dependencia de sectores como la siderurgia, los astilleros y la metalurgia de base.
Paisaje de Dehesa
El paisaje agrario de dehesa, dominado por encinas, se asocia a un clima mediterráneo, lo cual se deduce de la vegetación característica. Las encinas son árboles de mediana altura, con un tronco grueso, que soportan bien la sequía estival y se adaptan a todo tipo de suelos. La estructura del suelo en la dehesa suele ser suelta, lo que la hace vulnerable a la erosión. El espacio agrario suele estar organizado en parcelas grandes.
Los usos del suelo combinan el aprovechamiento de las condiciones naturales con la explotación ganadera, forestal y agrícola.
El uso ganadero se basa en el aprovechamiento de los pastos, adaptándose a la prolongada sequía estival. La ganadería predominante suele ser la ovina, de carácter extensivo y baja densidad, destinada al autoconsumo y a la venta.
La agricultura solo permite el cultivo parcial y extensivo del suelo. Los cultivos son de secano y se destinan a la producción de alimento y de rastrojos para el ganado durante la sequía estival.
La explotación forestal, basada en el bosque de encinas, permite el aprovechamiento de su fruto (la bellota) y de la leña, que procede de la poda de árboles.
Las poblaciones asociadas a este paisaje suelen ser escasas y envejecidas. Los principales problemas son la fragilidad del medio ambiente, el retroceso de la vegetación natural (favorecido por la pérdida de usos tradicionales) y la disminución de su superficie. Para evitar estos problemas, se requiere un sistema agrario que combine de forma sostenible los diferentes usos del suelo.
Los bajos rendimientos agrarios, debidos a las limitaciones del medio físico y al empleo de técnicas tradicionales, están impulsando una intensificación relativa que consiste en una mayor orientación hacia el ganado vacuno y la agricultura mecanizada en algunas zonas.
Las Revoluciones Industriales y España
Primera Revolución Industrial
- Cronología: Siglo XVIII.
- Fuente de energía: Carbón.
- Tecnología: Máquina de vapor, ferrocarril, telégrafo.
- Sectores dinámicos: Textil, siderurgia, material ferroviario.
- Situación de España: País agrario con incorporación tardía.
Segunda Revolución Industrial
- Cronología: Siglo XX.
- Fuentes de energía: Hidrocarburos y electricidad.
- Tecnología: Automóvil, avión, radio, televisión.
- Sectores dinámicos: Transporte, material eléctrico, química.
- Situación de España: Proceso de industrialización.
Tercera Revolución Industrial
- Cronología: Desde 1970.
- Fuentes de energía: Nuclear, renovables, etc.
- Tecnología: Electrónica, informática, telecomunicaciones, redes digitales.
- Sectores dinámicos: Electrónica, informática, telecomunicaciones.
- Situación de España: Transformación industrial y auge del sector tecnológico.