El Espacio Rural
El espacio rural es el territorio no urbanizado de la superficie terrestre.
Tradicionalmente ha sido un espacio agrario donde se desarrollaban las actividades agrícolas, ganaderas y forestales. Sin embargo, desde finales del siglo XX, se han introducido otras actividades, como las residenciales, las industriales, las de servicios y las recreativas.
Los Condicionantes de la Actividad Agraria en España
1. Los Factores Físicos o Naturales
Siguen influyendo a pesar de los progresos técnicos que permiten mejorar el medio natural para un aprovechamiento agrario más favorable. Son los siguientes:
El Relieve
La topografía facilita o dificulta la práctica agrícola:
- La altitud sobre el nivel del mar: Modifica las condiciones de humedad y de temperatura. En España solo el 11% de la superficie se halla a menos de 200 metros de altitud.
- Las pendientes y desniveles: Afectan a la formación y a la estabilidad de los suelos, a las condiciones y formas de laboreo, a la erosión, a la circulación del agua y a las posibilidades de mecanización de las faenas agrícolas. La solución técnica es hacer terrazas o bancales.
También hay que añadir la importancia del relieve y del roquedo en el origen y evolución de los suelos, que son el soporte y la base de nutrición de los cultivos.
El Clima
Condiciona los tipos de paisajes agrarios. Está presente a través de las temperaturas, precipitaciones y demás elementos climáticos (vientos, nubosidad…). Impone muchos límites a la actividad agrícola, puesto que cada planta exige unas condiciones de humedad y temperatura. Por ejemplo, el trigo y la patata resisten el frío, mientras que la caña de azúcar requiere elevadas temperaturas. Hay plantas que resisten muy bien la sequía (el olivo, el almendro, la vid); mientras que otras necesitan mucha agua (el arroz).
Los climas españoles, sobre todo el mediterráneo, presentan mucha irregularidad de unos años a otros, siendo frecuentes heladas, olas de calor, prolongadas sequías, granizo, vientos… que influyen negativamente sobre la agricultura y la ganadería. Las soluciones son el regadío, la ingeniería genética, realizar trasvases, invernaderos, etc.
Los Suelos
El tipo de suelo de una zona es un factor muy importante para la agricultura.
El suelo es la capa superficial de la tierra, compuesta de materia orgánica y minerales que sirven de alimento a las plantas. Si el suelo es rico en estos nutrientes la agricultura se ve muy favorecida. También es importante su textura: un suelo de grano grueso (arena) filtra el agua muy rápido; un suelo de grano muy fino (arcilla) se compacta con la humedad, retiene el agua y se agrieta; y un suelo de grano medio (limo) es ideal para el sustento vegetal.
Los mejores suelos son los vertisoles o «tierras negras» (los de la Campiña del Guadalquivir) y los aluviales, situados en áreas de inundación fluvial y transformados en regadíos (huertas y vegas). En nuestro país la mayoría de suelos son de una calidad mediocre. Las soluciones son la utilización de abonos químicos, pesticidas y plaguicidas, etc.
2. Los Condicionantes Humanos
Estos condicionantes son los responsables de la ordenación y usos del espacio agrario, así como de las condiciones sociales, económicas, técnicas, políticas, etc. en las que la actividad se desenvuelve.
Condicionantes Históricos
Desde la antigüedad el ser humano ha realizado una ordenación y unos usos del espacio agrario que se han venido manteniendo a lo largo de la historia. Por ejemplo, fueron los romanos los que introdujeron la trilogía mediterránea en la Península (vid, olivo y trigo), los árabes introdujeron el regadío y la producción de frutas y hortalizas, en la Edad Moderna se preocuparon por la coexistencia de tierras tanto para la agricultura como para la ganadería (Mesta), el desigual reparto de la propiedad de la tierra se ha mantenido también a lo largo de los siglos provocando grandes desigualdades en la sociedad española.
Población Activa Agraria
Ha ido descendiendo paulatinamente en las últimas décadas, especialmente desde mediados del siglo XX con el éxodo rural. Aunque a fines de los ochenta el mundo rural presentaba un perfil laboral propio de países desarrollados, con algo menos de un 10% de población activa agraria, esta última no ha dejado de descender desde entonces y supone en la actualidad menos de un 6%, un dato próximo a la media de la Unión Europea. La distribución de la población agraria en España es muy desigual, estando por encima de la media en Galicia, Andalucía y Extremadura y muy baja en Baleares, Cataluña, País Vasco y Madrid.
En la actualidad la población presenta un perfil envejecido, con una escasa cualificación basándose fundamentalmente en la experiencia. A pesar de ello los rendimientos por persona se han disparado en los últimos años debido a la mecanización de las tareas.
Estructura Agraria
Es muy importante que distingamos claramente los conceptos propiedad (término jurídico) y explotación (término económico), siendo la tenencia la forma de dominio sobre la explotación.
La propiedad es un concepto jurídico que se refiere al dueño de la tierra. En España se caracteriza por el predominio de los valores extremos y por la escasez de propiedades de tamaño medio. El latifundio (gran extensión de tierra, de cultivos extensivos) predomina en la mitad sur peninsular y el minifundio (pequeñas extensiones de tierra que dificultan su mecanización) lo hace en la mitad noroeste. El latifundio fue la base del problema agrario español de los siglos XIX y XX. La mayoría de los latifundios o grandes propiedades actualmente son empresas agrarias, mientras que en las pequeñas propiedades se han planteado otras posibilidades, como el cooperativismo, la concentración parcelaria o la agricultura a tiempo parcial, en muchos casos iniciativas insuficientes para evitar el éxodo rural, que ha favorecido la concentración de la propiedad en menos manos.
En cuanto a la explotación de la tierra, la parcela es la unidad mínima de explotación.
Las parcelas son porciones de tierra dedicada a una clase de cultivo. El conjunto de parcelas de un mismo agricultor o empresario es la explotación, que puede ser de explotación o régimen de tenencia directo (cuando coinciden propietario y agricultor), o explotación o régimen de tenencia indirecto (si no coinciden). La tenencia indirecta se divide a su vez en arrendamiento (se paga un alquiler o renta) o aparcería (se paga un % de la cosecha). En las últimas décadas ha disminuido el número de explotaciones, pero han aumentado su tamaño. No obstante, existe el mismo dualismo que en la propiedad: las explotaciones de menos de 5 hectáreas suponen más del 60% del total, reuniendo el 5% de la superficie; mientras que las explotaciones que superan las 200 hectáreas acaparan más del 51% de la superficie.
La Política Agraria Comunitaria (PAC)
La Política Agraria Común (PAC) tiene su origen en el Tratado de Roma (1957). Se empezó a aplicar en 1962. Objetivos de la PAC:
- Aumentar la producción agraria para reducir las importaciones.
- Proporcionar un nivel de vida equitativo y justo a los agricultores.
- Estabilizar los mercados.
- Garantizar el abastecimiento de productos agrarios.
- Asegurar unos precios razonables para los consumidores.
Se pretendía lograr estos cinco objetivos mediante la unidad de mercado, es decir, suprimiendo las barreras aduaneras entre los países miembros, otorgando una preferencia a los productos europeos y creando un fondo de solidaridad financiera: el FEOGA (Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola), que tenía entre sus principales funciones el control de los precios y los mercados. Se creó un mercado común para los productos agrarios y se fijaban unos precios indicativos para los productos (precios orientación), también se establecieron los precios garantía, asegurando unos precios mínimos a los agricultores. También a través de la sección orientación, se mejoraron las estructuras agrarias, dentro de las cuales sobresalen las ayudas a la modernización de las explotaciones, formación profesional de los agricultores jóvenes, explotaciones situadas en zonas de alta montaña y zonas desprotegidas.
En 1992 se planteó una reforma de la PAC, con la intención de controlar la producción (para que no hubiera excedentes), evitar un crecimiento excesivo de los gastos agrícolas, mantener la competitividad, profundizar en la unidad de mercado, etc. Así la PAC se dotó además del FEOGA, también de las OCM (Organizaciones Comunes de Mercados), el FSE (Fondo Social Europeo), y los programas comunitarios de desarrollo rural:
- LEADER
- PRODER (este último se ha implementado exclusivamente en España).
Las OCM (Organizaciones Comunes de Mercados) sirven para evitar la fluctuación de precios, muy dada en este sector. Para los distintos productos agrarios se marcan precios máximos y mínimos, tallajes, cuotas de producción, etc.
El Fondo Social Europeo (FSE) es el principal instrumento financiero de apoyo al empleo y a mejorar la cohesión social y el bienestar económico en todas las regiones de la UE, especialmente en las menos desarrolladas. El gasto del FSE representa alrededor del 10% del presupuesto total de la UE. El objetivo del FSE es apoyar la creación de más y mejores empleos en la UE, lo que hace mediante la cofinanciación de proyectos nacionales, regionales y locales que mejoran los niveles y la calidad de los empleos en los estados miembros.
Consecuencias de la Aplicación de la PAC en España
El sector agrario español ha cambiado mucho desde su ingreso en la UE con la aplicación de la PAC.
Ventajas:
- Acceso a un gran mercado europeo protegido del exterior por el principio de la preferencia comunitaria.
- Recibir ayudas económicas para la mejora de las explotaciones agrarias y para ayudar a las zonas rurales más atrasadas.
- Medidas para la protección del medio ambiente y para la reforestación.
- Ayudas y subvenciones para mantener las producciones y las rentas de los agricultores y ganaderos.
Inconvenientes:
- Los excedentes han llevado a que algunas OCM apliquen cuotas de producción a algunos productos tradicionales que se han visto perjudicados: carne, leche, uva y vino, aceite, etc.
La Agricultura
La agricultura actual se caracteriza por tener altos rendimientos, muy especializada en los mejores productos de cada región y orientada claramente hacia el mercado. Desde la segunda mitad del siglo XX se ha ido paulatinamente mecanizando, extendiéndose el uso de fertilizantes y pesticidas, nuevas técnicas de riego y cultivo (invernaderos, acolchados, cultivos hidropónicos…) que han acelerado notablemente la productividad en el campo. La agricultura intensiva ha ganado importancia respecto a la agricultura extensiva gracias a la disminución del barbecho y a la ampliación del regadío.
Cultivos de Secano y Regadío
Los cultivos de secano se mantienen gracias a las precipitaciones y no reciben aportes hídricos adicionales. Son los cereales (trigo, cebada), olivo y vid, es decir, la trilogía mediterránea. El barbecho es una práctica agrícola tradicional que consiste en dejar descansar la tierra un tiempo variable.
El regadío es una práctica agrícola que consiste en aportar a los cultivos agua adicional a la proporcionada por las precipitaciones. Para ello, se emplean diversos sistemas como el riego por gravedad, por aspersión o por goteo. Los regadíos pueden ser: intensivos (proporcionan varias cosechas anuales de frutas, hortalizas, arroz, algodón o cultivos tropicales) o extensivos que proporcionan una sola cosecha y se dedican a los mismos cultivos que el secano, aunque con un rendimiento muy superior. La superficie regada ha conocido un notable incremento a lo largo del siglo XX, gracias a la realización de obras estatales de gran envergadura, como embalses, canales y trasvases.
La Ganadería
Hay que distinguir entre ganadería extensiva, alimentada en prados y pastizales naturales (vacuno) o en rastrojos (ovejas y cabras), y ganadería intensiva, que se alimenta total o parcialmente de piensos y especializada en la producción de carne o de leche.
Históricamente, la ganadería ha estado vinculada a la agricultura, estaban integradas. En la Edad Media, la ganadería modificó los paisajes agrarios españoles con el Concejo de la Mesta y la trashumancia, que generó una red de cañadas, veredas y caminos que tuvo plena vigencia hasta el siglo XX.
Hoy en día, la ganadería se ha intensificado con las mejoras genéticas de razas, la estabulación, los piensos compuestos… aunque tiene algunos problemas, como la escasez de pastos naturales para el ganado por la falta de precipitaciones, salvo en la España húmeda.
Otro problema es el tamaño inadecuado de muchas explotaciones ganaderas, que siguen siendo pequeñas a pesar de las concentraciones habidas. También la entrada en la U.E. plantea la fuerte competencia de la ganadería comunitaria y el problema de los excedentes.
Tipos de Ganado y su Localización en España
Ganado Bovino o Vacuno
Con destino a la producción de carne y leche. Existen puntos donde destaca el régimen extensivo (norte peninsular y dehesas de la Meseta), pero también destaca el régimen estabulado intensivo, cercano a los centros de consumo.
Ganado Ovino
Se localiza en los secanos del interior peninsular, disminuyendo la densidad hacia levante y hacia el sur. Se destina a la producción de lana, carne y leche (para los quesos). Se explota en tres regímenes: la ganadería trashumante, que está casi a punto de desaparecer; la extensiva asociada a la agricultura, bien a los barbechos y rastrojos; y la ganadería estabulada que es la que obtiene mayores rendimientos.
Ganado Porcino
Es el más numeroso, siendo su destino principalmente al consumo de carne y embutidos. Su localización depende del régimen de explotación: en régimen extensivo encontramos concentraciones de ganado de calidad de razas autóctonas (cerdo ibérico) en las dehesas de la mitad suroeste peninsular (Huelva, Extremadura, Salamanca); y en régimen estabulado intensivo de razas extranjeras cercano a los centros de consumo, como Cataluña.
Ganadería Avícola
Presenta una tendencia alcista en los últimos años. Regulada por la PAC, se explota mayoritariamente en régimen estabulado intensivo e industrial para la producción de carne y huevos, concentrándose en las cercanías de los centros de consumo.
Otros Tipos de Ganado
Finalmente, hay que destacar otros tipos de ganado como el caprino, equino, reses bravas, conejos… que cuentan con un menor peso que los anteriores.