La Nueva Era Industrial:
Entre 1750 y 1850, se produjo la Revolución Industrial, la transformación más importante de la humanidad desde la Revolución Neolítica. La industrialización sentó las bases del sistema actual de producción, de la producción en masa, del capitalismo y de la nueva sociedad de clases. Las grandes innovaciones que abrieron el camino a la industria moderna fueron creadas por artesanos, basados en sus conocimientos prácticos y movidos por su espíritu emprendedor.
1. Revolución Agrícola y Crecimiento Demográfico
La primera de las grandes transformaciones que llevarían a la Revolución Industrial tuvo lugar en la agricultura e hizo posible un notable incremento de la producción de alimentos, que estimuló el crecimiento de la población.
a. El Cercamiento de Tierras
El aumento de la demanda de alimentos y de los precios agrícolas estimuló a los grandes propietarios a aumentar la producción para obtener mayores beneficios. Concentraron y cercaron las parcelas de sus campos abiertos, apropiándose de las tierras comunales y expulsando de ellas a muchos campesinos. Así, los propietarios pudieron cultivar las tierras cercadas según su conveniencia y aplicar nuevos sistemas para mejorar su productividad.
b. Nuevos Sistemas de Cultivo e Innovaciones Tecnológicas
La tradicional rotación trienal de cultivos se sustituyó por la rotación cuatrienal. Esta combinaba la siembra de cereales, que empobrecen la tierra, con la de plantas forrajeras, que la enriquecen y permiten suprimir el barbecho. Esto comportó un aumento de la superficie cultivada y una mejora en la productividad. La introducción de nuevos métodos de siembra, de nuevas herramientas y el incremento de la cabaña ganadera, cuyo estiércol mejoraba la fertilidad de la tierra, contribuyeron a aumentar el rendimiento agrario. Finalmente, la introducción de nuevos cultivos diversificó la producción de alimentos y mejoró la alimentación humana.
c. El Crecimiento de la Población
El aumento de la oferta de alimentos hizo posible un elevado incremento de la población. Este crecimiento demográfico fue debido al descenso de la mortalidad y a un ligero aumento de la natalidad:
- La reducción de la tasa de mortalidad: Fue el resultado de una mejor alimentación, así como de algunos avances médicos e higiénicos. La desaparición de las grandes hambrunas hizo que la población, mejor alimentada, fuera más resistente a las epidemias y permitió la reducción de la mortalidad. La esperanza de vida creció y, a finales del siglo XIX, se situaba alrededor de los 50 años.
- El aumento de la tasa de natalidad: Contribuyeron a ella la disminución de la edad de matrimonio y del número de célibes por la mejora de la situación económica. Posteriormente, la natalidad inició su declive debido al descenso de la mortalidad infantil y al deseo de las familias de controlar el número de nacimientos.
El resultado de este proceso fue una gran revolución demográfica. Este fenómeno se fue extendiendo por buena parte de Europa, y el continente inició una verdadera explosión demográfica.
2. Una Nueva Fuente de Energía: El Vapor
a. La Energía Hidráulica y la Energía del Vapor
La introducción de nuevas fuentes de energía favoreció el paso de la manufactura a la industria y la mecanización de los sistemas de producción. Las primeras máquinas industriales funcionaron gracias a una rueda que aprovechaba el agua como fuerza motriz, lo que condicionaba que las fábricas se instalaran en los márgenes de los ríos. La gran revolución fue la máquina de vapor, accionada mediante la combustión de carbón. Este ingenio permitió poner en marcha todo tipo de máquinas industriales y agrícolas, y también se aplicó a los medios de transporte.
b. La Mecanización y el Sistema Fabril
Las nuevas fuentes de energía impulsaron la mecanización del proceso productivo a partir de la utilización de nuevas máquinas que podían trabajar día y noche y realizar diferentes operaciones con mucha más rapidez. La nueva maquinaria se aplicó en la agricultura, la industria y los medios de transporte, lo que provocó un aumento de la producción. La mecanización estimuló la implantación del sistema fabril, una nueva manera de organizar la producción y el trabajo. El elemento central de este modelo era la fábrica, que reunía bajo un mismo techo los dos factores de producción: el capital y el trabajo.
c. La Revolución de los Transportes
A mediados del siglo XVIII, en Gran Bretaña, para poder trasladar materias primas y mercancías se mejoraron los caminos y se construyeron multitud de canales para la navegación fluvial. Pero la verdadera revolución en el transporte fue el ferrocarril, que aportó mayor rapidez y capacidad de carga, menor coste por unidad transportada y más seguridad para pasajeros y mercancías. El nuevo medio de transporte fue posible gracias a la invención de la locomotora, una máquina de vapor capaz de trasladarse sobre rieles. El ferrocarril y el barco de vapor facilitaron los intercambios entre los centros de producción y de consumo.
d. El Impulso del Mercado
Las mejoras en las infraestructuras y en el transporte hicieron posible la consolidación de una economía de mercado. Pero la mayor transformación fue el desarrollo de un mercado interior que permitió la generalización de los intercambios. Su consolidación fue un proceso más lento, que se nutrió del crecimiento de la población, del progresivo aumento de su capacidad adquisitiva, de la especialización de la producción y de la mejora de los transportes.
3. Las Nuevas Industrias
a. La Industria Algodonera
El primer sector en mecanizar la producción fue la industria textil algodonera, que nació íntimamente ligada al comercio colonial. El algodón es una fibra vegetal propia de climas subtropicales que los ingleses difundieron por Europa a finales del siglo XVII, a través de la importación de tejidos de algodón estampados de la India. La mecanización del tejido se inició con la lanzadera volante, que aumentó la velocidad del tejido y permitió dar mayor anchura a las piezas. Las hiladoras como la Spinning Jenny y la Mule Jenny (esta última funcionaba a vapor) aumentaron la productividad del hilado.
b. La Industria Siderometalúrgica
La necesidad de hierro para maquinaria, puentes y armamento estimuló a la industria siderúrgica, pero la fundición de hierro necesitaba un combustible más efectivo que el carbón vegetal. Abraham Darby ideó un método que utilizaba carbón de coque, con más poder calorífico. En 1856, el convertidor de Bessemer transformó el hierro fundido en acero. El desarrollo de la siderurgia propició el de la metalurgia, dedicada a fabricar maquinaria.
c. La Minería del Carbón y del Hierro
La maquinaria de vapor y la industria siderúrgica necesitaban grandes cantidades de hierro y carbón, lo que estimuló su extracción. El desarrollo de la minería fue posible gracias al uso de vigas de hierro para cimentar las galerías, que ofrecían una mayor seguridad en los pozos mineros, y a la introducción de raíles y vagonetas, que facilitaron la extracción y el transporte del mineral. La minería y la siderurgia generaron los característicos “paisajes negros” de las regiones mineras de Europa.
4. Liberalismo Económico y Capitalismo
a. La Necesidad de un Nuevo Sistema Económico
Para edificar una fábrica, comprar maquinaria, construir una red de ferrocarril o abrir una mina eran necesarias grandes inversiones de capital. La fabricación en masa de productos requería de un mercado amplio y en el que no hubiese trabas. La voluntad de innovar, de aumentar la productividad y de reducir los costos de fabricación y el precio de venta exigían, además, libertad de industria y el estímulo a la libre iniciativa. El proceso industrializador estuvo íntimamente unido a las nuevas ideas del liberalismo económico, sobre las cuales se fundamentó y consolidó el capitalismo.
b. Los Principios del Liberalismo Económico
Esta teoría económica fue elaborada a finales del siglo XVIII por un conjunto de pensadores británicos. Se basaba en:
- El interés individual: la satisfacción del interés particular es el motor del desarrollo económico.
- La ley de la oferta y la demanda: los intereses contrapuestos de empresarios se equilibran en el mercado a través de una “mano invisible” que, mediante los precios, ajusta la oferta a la demanda.
- La libre competencia: las empresas deben competir entre sí para estimular el descenso de los precios y la innovación tecnológica, y así fomentar el desarrollo económico.
- La no intervención del Estado en la economía.
- El libre comercio: debe existir una libre circulación de mercancías entre los países, y los Estados no deben frenarla mediante la introducción de impuestos a la importación de materias primas y mercancías.
c. El Capitalismo
La palabra capitalismo deriva de capital, y denomina al sistema económico surgido con la industrialización y basado en la propiedad privada y la libre iniciativa. Se fundamenta en:
- La propiedad privada de las industrias, los medios de producción y los bienes fabricados en manos de la burguesía, que es la que aporta el capital. La producción era realizada gracias al trabajo asalariado que efectuaba el proletariado, a cambio de un jornal.
- La libre iniciativa para emprender un negocio y la no intervención del Estado en asuntos económicos, que tienen como objetivo la búsqueda del máximo beneficio empresarial.
- La existencia de crisis económicas periódicas que se repiten cíclicamente. Estas tienen su origen en la tendencia a la sobreproducción industrial, que acaba desajustando la oferta y la demanda.
- Por un lado, las entidades bancarias se multiplicaron y se convirtieron en captadoras del ahorro privado.
- Por otro lado, las sociedades por acciones permitieron reunir el capital de varios inversores para obtener las grandes inversiones que requería la industrialización.