Que son las migraciones interiores

LAS MIGRACIONES INTERIORES


Las migraciones son movimientos de la población en el espacio. Hablamos de migraciones interiores cuando se producen dentro de las fronteras de un país. Pueden distinguirse cuatro tipos de migraciones interiores:

MIGRACIONES ESTACIONALES Y TEMPORALES

Afectaron sobre todo a la población campesina y tuvieron importancia entre finales del siglo XIX y 1960. Consistían en desplazamientos a otras zonas agrícolas para la recogida de cosechas (siega, vendimia, aceituna…) o con el ganado (trashumancia). También, en menor medida, desplazamientos a las ciudades próximas para trabajar en la construcción, etc. en épocas de baja actividad agrícola.

EL ÉXODO RURA

L Es una migración definitiva o de larga duración desde el campo a la ciudad. Estos emigrantes eran campesinos de Galicia, Extremadura, Andalucía y zonas del interior peninsular que se dirigieron primero a los focos industriales y luego a las áreas turísticas en busca de trabajo, mayores ingresos y mejor nivel de vida. El éxodo rural comienza en España ya a principios de siglo XX.  Dentro de esta etapa, el periodo de flujo más intenso es la década de los veinte: la industrialización vasca y catalana y las grandes obras públicas de la Dictadura de Primo de Rivera favorecieron el movimiento. Destaca la atracción que ejerció en esta época Barcelona (construcción del metro, Exposición Universal de 1929); se paralizó en los años 30 y 40 (crisis económica, guerra civil y sus consecuencias) y alcanza su  máximo entre 1950 y 1975.El volumen de esta corriente migratoria es de unas 250.000 personas / año en la década de los 50 y alrededor de medio millón a partir de 1960. El gran crecimiento demográfico de estos años y la mecanización del campo produjeron numerosos excedentes de mano de obra. A la vez, el desarrollo industrial y el boom del turismo a partir de los años 60 actuaron como focos de atracción, generándose puestos de trabajo en las ciudades industriales, los servicios turísticos y la construcción. Los emigrantes de esta etapa se dirigieron a Barcelona (la provincia más favorecida por las migraciones interiores)
, Madrid, Vizcaya, provincias del litoral mediterráneo (Gerona, Tarragona, Castellón, Valencia, Alicante), resto del País Vasco y Navarra, Zaragoza y Sevilla (destino estas dos últimas de buena parte de la emigración aragonesa y andaluza respectiva­mente). Las provincias con mayores saldos positivos para esta etapa son Barcelona, Madrid y Valencia; las de mayor saldo negativo: Jaén, Córdoba, Granada, Ciudad Real y las provincias extremeñas. A partir de 1975, el volumen de las migraciones campo-ciudad disminuye mucho por el propio agotamiento del potencial migratorio de las áreas rurales.

MIGRACIONES INTERURBANAS E INTRAURBANAs

 Las migraciones interiores actuales son mucho menos masivas que las anteriores a 1975, entre otras razones porque las regiones interiores están tan envejecidas que ni siquiera tienen potencial emigratorio. El perfil de estos movimientos hoy es el siguiente:

Suelen ser desplazamientos de unas ciudades a otras (migraciones interurbanas) o a ciudades de la propia área metropolitana de la gran ciudad (el centro se vacía), en busca de mejores condiciones de vivienda, mayor proximidad al trabajo, etc. (migraciones intraurbanas)
Ganan importancia como destino migratorio las ciudades medias (Lérida, Gerona, Toledo, Guadalajara.)
Mantienen todavía cierto atractivo para la emigración Baleares, Canarias y algunas zonas de la costa mediterránea MOVIMIENTOS HABITUALES DE LA POBLACIÓN
Se realizan periódicamente por razones de ocio o trabajo. El trabajo origina movimientos pendulares diarios entre el centro y la periferia de las ciudades. El ocio origina movimientos de fin de semana y vacacionales, relacionados con el aumento del nivel de vidaconseuencias de las migraciones interiores

Consecuencias demográficas


Han provocado graves desequilibrios en la distribución de la población, vaciando el interior y congestionando la periferia. Además influyen en la estructura de la población: las zonas emigratorias quedan envejecidas, las zonas inmigratorias se rejuvenecen.

Consecuencias económicas

Descenso del rendimiento y productividad de las zonas rurales al marchar la población más joven y capacitada. Congestión de las ciudades con problemas de suelo urbano, circulación y servicios. En definitiva deseconomías de subpoblación en unas áreas y deseconomías de superpoblación  en otras.

Consecuencias sociales

.Problemas de integración. Los emigrantes, procedentes de sociedades rurales tradicionales, deben incorporarse a una cultura urbana de costumbres distintas, más tolerante, competitiva, etc.

Consecuencias medioambientales

.Problemas de contaminación atmosférica, ruido o residuos en las ciudades. Deterioro ambiental de algunos ecosistemas al despoblarse el campo.

LAS MIGRACIONES INTERNACIONALES

 Desde 1950, las migraciones internacionales han tenido dos direcciones principales. La emigración de españoles a Europa (1960-1975) y la inmigración que hemos recibido en los últimos años.

LA EMIGRACIÓN A EUROPA

La corriente migratoria más importante hacia Europa se inicia a finales de los años cincuenta. La reconstrucción de los países afectados por la guerra con ayuda americana (el Plan Marshall) generó una fuerte expansión económica y una oferta de empleo que no podía cubrirse con los trabajadores nacionales, poco abundantes (baja natalidad, pérdidas de la guerra…). De modo que los trabajos peor remunerados fueron cubiertos por emigrantes de los países mediterráneos (peones industriales o de la construcción, mineros, empleados de hostelería, servicio doméstico…)En España, existían a la vez factores de rechazo: exceso de población activa agrícola, consecuencias del Plan de Estabilización de 1959, fuerte crecimiento demográfico… La situación del campo era particularmente mala en el Sur y a ello se unieron los desastrosos resultados de algunos años agrícolas, como 1960. A consecuencia de todo lo anterior, se consolida un importante flujo migratorio hacia Europa entre 1960 y 1973, año en que la crisis económica internacional (crisis del petróleo) y la aparición del paro frenan definitivamente este proceso.


En total, salieron hacia Europa unos 2.000.000 de españoles, de los que aproximada­mente la mitad no retornó en este periodo. A partir de 1973, la falta de empleos y el endurecimiento de las legislaciones sobre emigración de los países de destino provocaron un elevado número de retornos. Entre 1974 y 1985, regresaron unos 300.000 emigrantes, reduciéndose el número de españoles en Europa a unos 750.000. Los emigrantes a Europa procedían de todas las regiones españolas, destacando Andalucía y Galicia (29 y 27 % del total respectivamente), seguidas a mucha distancia por Castilla León (10 %), Valencia (7 %) y Extremadura (6 %). Los principales países de destino fueron Alemania (36 %), Suiza (36 %) y Francia (21 %).En cuanto a las características de los emigrantes, fueron, fundamentalmente, varones (más del 80 %), predominando los de 20 a 40 años; esto es, adultos jóvenes destinados a integrarse en el peonaje industrial, agrícola o de la construcción. Desde una visión general de la economía de estos años, los emigrantes cumplieron dos funciones básicas: fueron una válvula de escape para un mercado laboral saturado (se evitó el problema del paro) y contribuyeron a financiar el desarrollo económico español con el dinero que enviaban a sus familias. Las divisas que aportaron redujeron el déficit comercial  que se generaba con la importación creciente de materias primas y bienes de equipo.Claro que las cosas pueden verse de otro modo: el desarrollismo español se hizo a costa de expulsar del país a dos millones de trabajadores que debieron alejarse de sus familias, trabajar en un medio hostil del que desconocían hasta la lengua, vivir en pésimas condiciones, realizar los trabajos más duros, etc. Posteriormente, muchos tuvieron que regresar, engrosaron las filas de los parados, tuvieron que adaptarse otra vez a las condiciones de vida del país…

MOVIMIENTOS MIGRATORIOS RECIENTES

 En la actualidad, y a pesar de las políticas restrictivas que se aplican, España recibe continuamente inmigrantes que proceden, por un lado, de Europa y, por otro, del mundo subdesarrollado. En los últimos años, la llegada de inmigrantes ha sido masiva. El censo de 1991 registró unos 350.000 (menos del 1 % de la población), el de 2001 millón y medio (casi un 4 %) y el padrón de 2010 daba una cifra de más de 5 millones y medio (12% de la población). Con la crisis económica, el flujo de entrada ha disminuido mucho y se producen a la vez retornos (sobre todo a los países de Latinoamérica). Además, la crisis está empezando a propiciar una corriente migratoria inversa: jóvenes españoles, generalmente bien formados, que buscan trabajo en otros países Causas de la inmigración
Factores de rechazo (en el país de procedencia):
La pobreza y malas condiciones de vida de los países de origen.
Guerras, regímenes totalitarios, etc. que provocan el exilio de muchas personas.
Falta de puestos de trabajo.
Factores de atracción (en el país de destino):

Buena situación económica y oferta de trabajo en España (hasta 2008).
Difusión de modo de vida occidental en todo el mundo a través de los medios de comunicación.
Excelentes condiciones naturales (clima) y nivel de precios inferior al de los países del N de Europa.
Conocimiento del idioma. 

Procedencia de los inmigrantes

Más de un tercio de los inmigrantes son ciudadanos de la UE que residen en nuestro país. Dentro de ellos se diferencian dos tipos bien distintos:

Técnicos, personal docente, estudiantes… o jubilados, procedentes de países ricos como Alemania o el Reino Unido.
Inmigrantes de bajo nivel económico: 1 Portugueses en comunidades limítrofes con su país (Galicia, Extremadura, Andalucía), dedicados a trabajos poco cualificados (pesca, construcción, minería). 2 Procedentes de países de Europa Oriental: rumanos, búlgaros, polacos… Los rumanos son la nacionalidad con mayor número de inmigrantes (unos 800.000) Sin embargo, la mayoría de los inmigrantes son extracomunitarios.
El colectivo más numeroso es el de los marroquíes (unos 750.000). Esto resulta lógico por su proximidad, además de existir una colonia marroquí importante asentada en Ceuta y Melilla. A continuación estarían los procedentes de diversos países latinoamericanos: ecuatorianos, colombianos, bolivianos, peruanos…  Entre ellos, el grupo más numeroso es el de los ecuatorianos (unos 300.000). Otros colectivos importantes son:Africanos, sobre todo del África subsahariana.Chinos y otros orientales.

Distribución territorial

 Las Comunidades de Madrid y Cataluña son las mayores receptoras de inmigrantes (más del 40 % entre las dos). A éstas les siguen la Comunidad Valenciana y Andalucía. Las Comunidades con menor proporción de inmigrantes son Extremadura, Galicia y todas las del litoral cantábrico.

Problemática

Con la excepción de los pertenecientes a los países más ricos de la UE, los inmigrantes son empleados en los trabajos más duros: construcción, agricultura, servicio doméstico, hostelería…, sin olvidar a los que sobreviven al margen del sistema en trabajos de economía sumergida. La actual situación de crisis no ha supuesto una disminución del número de inmigrantes, sino un aumento del paro entre los mismos.La legislación sobre inmigrantes se basa en la Ley de Extranjería de 1985, que ha recibido numerosas críticas por discriminatoria y por poner numerosas trabas a la legalización del amplio colectivo de inmigrantes. La Ley de Extranjería ha sido reformada varias veces, aumentándose los cupos anuales y procediéndose en varias ocasiones (la última en 2004) a regularizaciones extraordinarias masivas.Poco a poco, los colectivos de inmigrantes van consiguiendo mejorar su situación: derecho a la asistencia sanitaria aunque estén sin legalizar, derecho a la educación, etc.La previsión de futuro es que las fronteras cada vez deberán abrirse más. El envejecimiento de la población y el desarrollo económico comienzan a demandar más mano de obra de la disponible. Además se trata de colectivos de alta natalidad que pueden compensar ligeramente las bajas tasas de nuestro país y rejuvenecer la población. Simplificando mucho, igual que Estados Unidos ha tenido que integrar a los hispanos, Europa tendrá que integrar a los magrebíes, latinoamericanos o africanos.Todo ello supondrá importantes cambios culturales. El desafío principal será crear una sociedad multiétnica y multicultural, con el mínimo posible de tensiones sociales.

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