La pirámide de España en 1970 es la de una población estacionaria, presenta un fuerte entrante en los grupos de edad adulta correspondiente al período de la Guerra Civil y un leve entrante en la base que refleja el inicio de un control de natalidad.
Es la pirámide de un país desarrollado, con una elevada esperanza de vida, que ha sufrido una crisis manifestada especialmente en los grupos de edad de 30-34 y 25-29 años, y que se recupera en los años 50 (Baby-boom) tal como se observa en las barras que se recupera a los 20-24 y 15-19 años.
En la estructura de la población por sexos se aprecia un mayor número de población masculina en las barras inferiores debido al mayor número de nacimientos de varones, esta ligera mayoría se mantiene hasta los 20-24 años. A partir de esta edad desaparecen las diferencias para manifestarse de nuevo de forma inversa en las barras superiores a partir de los 50 años, esta diferencia aumenta al aumentar la edad, siendo muy llamativas en el grupo de 70-74 años. Las razones son de carácter biológico en el primer caso (debilidad genética del varón en los primeros años de vida) y socioeconómicas en el segundo: la lenta y tardía incorporación de la mujer al trabajo remunerado disminuye la probabilidad de accidentes y enfermedades laborales, además de que la guerra tuvo peores y más graves consecuencias para el hombre.
En la estructura de la población por grupos de edad se aprecia, tal como se ha expuesto anteriormente, un fuerte entallamiento en el centro, a partir de 1935, correspondiente a la barra del grupo de 30-34 años y también, aunque en menor grado, al de 25-29. Este entrante se explica por la Guerra Civil (1936-39) y el principio de la posguerra que, por su extrema dureza continúa afectando tanto en la disminución de nacimientos como en el aumento de la mortalidad. La recuperación se produce en la década de los 50 con el desarrollismo y los primeros planes de estabilización.
En la base de la pirámide, en la barra de 0-5 años se manifiesta ya el inicio del que será un fuerte y continuado control de natalidad que comienza justo en los años 70, y que es carácterístico de todos los países desarrollados (el factor fundamental de la natalidad es el nivel de desarrollo económico). En este momento, 1970, existe un gran porcentaje de la población joven, entre 1 y 25 años, y la población con más de 65 años no es especialmente numerosa todavía, por tanto, no se trata de una población envejecida ni con problemas de recambio generacional. Sin embargo, de continuar el control de natalidad (como ha ocurrido) y aumentar la esperanza de vida, la pirámide se convierte en la de una población regresiva.
La evolución posterior a 1970 de mantenimiento y aumento del control de natalidad tiene, en primer lugar, causas demográficas, ya que la tasa de fecundidad se redujo al elevarse mucho la Edad Media en la que la mujer contraía matrimonio (la tasa de fecundidad en España en 1991 era 1,2 hijos por mujer, la más baja del mundo). En segundo lugar, socioeconómicas pues existe una clara relación entre el nivel de desarrollo y la tasa de fecundidad puesto que la mejora del nivel de vida y la incorporación de la mujer al trabajo han reducido mucho la natalidad. Por último, los factores culturales e ideológicos también han contribuido a la disminución del número de nacimientos: la mejora del nivel de instrucción, la extensión de los métodos de anticoncepción y el cambio de mentalidad de la sociedad han llevado a la mujer a retrasar la edad de contraer pareja y a reducir el número de hijos.
Las consecuencias del mantenimiento de esta tendencia demográfica son, en primer lugar, la existencia de problemas fundamentalmente económicos: un número reducido de trabajadores tiene que soportar el peso de la población mayor de 65 años y de los jóvenes que son los que más gastos tienen tanto a nivel sanitario como educativo, con lo que se puede poner en peligro el “Estado de bienestar” (asistencia sanitaria, educación, jubilaciones…). En segundo lugar los problemas también tienen un carácter pol´tico y social: tendencia al conservadurismo, necesidad de incorporación de trabajadores procedentes de otros países ante la falta de población joven y la inexistencia de recambio generacional.
2007
-Comparación entre ambas pirámides:
Las dos pirámides presentan importantes diferencias
-Consecuencias socioeconómicas de la inmigración extranjera procedente de países subdesarrollados:
En la estructura de la población por sexos se aprecia un mayor número de población masculina en las barras inferiores debido al mayor número de nacimientos de varones, esta mayoría se mantiene hasta los 20-24 años. A partir de esta edad desaparecen las diferencias para manifestarse de nuevo de forma inversa en las barras superiores a partir de los 50 años. Las razones son de carácter biológico en el primer caso -debilidad genética del varón en los primeros años de vida- y socioeconómico en el segundo -tardía incorporación de la mujer al trabajo remunerado y en la adquisición de determinados hábitos sociales que disminuyen la probabilidad de accidentes laborales y enfermedades cardiovasculares-. En la estructura de la población por grupos de edad se aprecia un fuerte entallamiento en la base, a partir de 1973, correspondiente a la barra del grupo de 20-24 años que se explica por el fuerte control de natalidad existente en España a partir de los años 70, carácterístico de todos los países desarrollados (el factor fundamental de la natalidad es el nivel de desarrollo económico). El mayor porcentaje de población se encuentra entre los 20 y los 65 años, no es aún una población excesivamente envejecida; y en la cima se puede observar una elevada esperanza de vida.
Los factores explicativos son en primer lugar demográficos, ya que la tasa de fecundidad se ha reducido al elevarse mucho la Edad Media en la que la mujer contraía matrimonio (la tasa de fecundidad en España en 1991 era 1,2 hijos por mujer, la más baja del mundo). En segundo lugar, socioeconómicos pues existe una clara relación entre el nivel de desarrollo y la tasa de fecundidad puesto que la mejora del nivel de vida y la incorporación de la mujer al trabajo han reducido mucho la natalidad. Por último, los factores culturales e ideológicos también han contribuido a la disminución del número de nacimientos: la mejora del nivel de instrucción, la extensión de los métodos de anticoncepción y el cambio de mentalidad de la sociedad han llevado a la mujer a retrasar la edad de contraer pareja y a reducir el número de hijos.
Las consecuencias del mantenimiento de esta tendencia demográfica serían en primer lugar la existencia de problemas fundamentalmente económicos: un número reducido de trabajadores tendría que soportar el peso de la población mayor de 65 años y de los jóvenes que son los que más gastos tienen tanto a nivel sanitario como educativo, con lo que se podría poner en peligro el “Estado de bienestar” (asistencia sanitaria, educación, jubilaciones…). En segundo lugar los problemas también tendrían un carácter político y social: tendencia al conservadurismo, necesidad de incorporación de trabajadores procedentes de otros países ante la falta de población joven y la inexistencia de recambio generacional.
Se inició a medicados del XIX; en un primer momento vendría, caracterizado por el descenso continuado de las ISM y el mantenimiento de unas TBN elevadas, con lo cual se genera un fuerte CN a pesar de la emigración a América, \G.5; guerras carlistas y los conflictos de Cuba y Filipinas, csí pues, entre 1.B57 y 1.900 1c población española se incremento en el 20,570°. Un segundo periodo dentro de este mismo régimen se podría establecer desde. Comienzos de siglo hasta lo década de 1.970; viene determinado por el importante descenso de las TBM y la desuceleraci6n de la natalidad (o excepción del periodo de la Guerra Civil y la inmediata posguerra, que se traducen en un fuerte incremento de la mortalidad y un acusado descenso de la netalidad), desde 1.955 y durante toda la década de los 60 se observa un acusado incremento de las tasas de natalidad (baby boom), que viene a ser consecuencia del desarrollo económico, la industrialización, el éxodo rural, las mejoras en las rentas familiares, y los evidentes avances científico-sanitarios. En este periodo se produce e\ movimiento masivo de población, generalmente joven, desde las áreas rurales c las urbanos, hecho que se traduce en el despoblamiento y envejecimiento de la población en las zonas rurales, y la masificación demográfica en las zonas económicamente mas activas del país