La población española: estructura, evolución desde 1960 y desafíos actuales

: La población actual: estructura (sexo, edad) y su evolución desde 1960 y problemática actual – Introducción

La población española actual. Según los datos del padrón (1 de enero de 2019), España supera por muy poco los 47 millones de habitantes. La población española actual presenta estas características generales:

  • Distribución espacial: presenta fuertes contrastes con áreas de alta densidad (litoral y Madrid) y otras de baja densidad (interior peninsular).
  • Crecimiento natural: es bajo, acentuado desde la crisis de 2008.
  • Natalidad y mortalidad: se mantienen en cifras bajas.
  • Fecundidad: reducción progresiva del número medio de hijos por mujer.
  • Esperanza de vida: muy alta.
  • Estructura demográfica: fuertemente envejecida.
  • Movimientos migratorios: intensos; destaca la elevada significación de la inmigración extranjera a partir de 1995.

Tras estos breves apuntes sobre la población española, pasemos a explicar con detalle la estructura de la población por sexo y edad.

La estructura de la población por sexo y edad

La estructura demográfica de la población según el sexo y la edad es el resultado de los movimientos naturales de la población y de los movimientos migratorios. La pirámide de población es la representación gráfica por excelencia de este reparto poblacional.

2.1 Composición por sexo

La estructura de la población por sexos se mide mediante las tasas de masculinidad y femineidad, que nos muestran el número de varones o de mujeres respecto al total del sexo contrario.

En el momento del nacimiento el número de niños es mayor que el de niñas, pero luego el número de mujeres supera al de hombres debido a la mayor esperanza de vida de las mujeres, la mayor tasa de mortalidad entre la población masculina y a la emigración masculina que generalmente ha sido superior a la femenina.

Con la llegada de inmigrantes desde finales del siglo XX aumentó ligeramente la tasa de masculinidad porque el perfil mayoritario de la población inmigrante es un varón joven. La tendencia actual sigue siendo el predominio de varones entre los más jóvenes; a partir de la edad adulta los efectivos de ambos sexos se igualan y en las franjas de población anciana dominan las mujeres.

2.2 Composición por edad

La estructura por edad es la composición de la población por grupos de edad: jóvenes, de 0 a 14 años; adultos, de 15 a 64 años; y personas mayores, de 65 años en adelante. La población española presenta desde los años noventa una estructura envejecida.

Se considera población envejecida cuando el porcentaje de personas mayores es superior al 15% y el de jóvenes es menor del 30%. En España, más del 17% de la población tiene más de 65 años.

Las causas de este envejecimiento son:

  • El descenso de la tasa de natalidad desde 1975.
  • El aumento de la esperanza de vida.
  • La emigración exterior de generaciones jóvenes hasta mediados de los años 70.

Este envejecimiento se refleja en una pirámide de población claramente regresiva. Sólo la llegada de inmigrantes a partir de la segunda mitad de los años noventa ha permitido rejuvenecer tímidamente la estructura demográfica española, aunque este efecto se frenó con el avance de la crisis económica.

Las consecuencias se traducen, en el aspecto demográfico, en un escaso dinamismo demográfico, una baja tasa de natalidad y, como consecuencia, un escaso crecimiento natural; y, en el terreno económico, conllevan el aumento de los gastos sanitarios, los gastos en servicios sociales y el coste del pago de las pensiones.

No obstante, existen diferencias territoriales notorias en cuanto al grado de envejecimiento1. Están más envejecidas las provincias del oeste peninsular y las zonas montañosas, en especial los Pirineos y el Sistema Ibérico, porque sufrieron en mayor medida el éxodo rural y cuya estructura productiva tampoco ha resultado atractiva para la llegada de inmigrantes, con lo cual su saldo migratorio sigue siendo negativo.

Las menos envejecidas son las provincias del litoral mediterráneo, Madrid y su zona próxima, y la costa andaluza, puesto que recibieron la población del éxodo rural, tienen una tasa de natalidad tradicionalmente más alta y siguen recibiendo inmigrantes tanto extranjeros como nacionales para trabajar en el sector servicios y en el sector de la agricultura intensiva.

Evolución de la población desde los años 60

Si aplicamos la teoría de los ciclos demográficos, España en 1960 se encontraba en la etapa de transición entre el régimen demográfico antiguo y el moderno. Esta etapa intermedia se caracterizaba por una tasa de natalidad alta (por encima del 20 por mil) y una tasa de mortalidad que descendía de forma notable y constante, dando como resultado un alto crecimiento natural.

Las causas del descenso de la mortalidad fueron:

  • La disponibilidad de mejores recursos y mejor dieta, que evitaba la desnutrición y las hambrunas.
  • La aplicación de los progresos médicos.
  • La extensión y aplicación de medidas de higiene públicas como el suministro de agua potable, las redes de alcantarillado, la recogida de basuras, etc.

A partir de 1975 España entró en el régimen demográfico moderno de forma más rápida que otros países. Se produjo un hundimiento de la natalidad, de manera más brusca que en otros países europeos: en 1975 la tasa superaba el 18 por mil, en 1990 era del 10 por mil y actualmente ronda el 8,5 por mil. El número de hijos por mujer pasó de 2,7 a 1,3 en la actualidad.

Como causas del descenso de la natalidad cabe señalar:

  • Mejores expectativas de nivel de vida.
  • Promoción e incorporación de la mujer al mundo laboral.
  • Disminución de la influencia religiosa.
  • Extensión y difusión de los sistemas anticonceptivos.
  • Cambio en la consideración de los hijos: su formación es más larga, acarrea más gastos y retrasa su contribución al mantenimiento familiar.

Desde la década de los 80 la mortalidad se mantiene baja e incluso experimenta un ligero ascenso debido al envejecimiento de la población y al aumento de la esperanza de vida. En 1981 alcanzó su cifra más baja (7,7 por mil) y desde entonces ha aumentado ligeramente hasta situarse en torno al 9 por mil en la actualidad.

La esperanza de vida ha crecido hasta situarse en una de las más altas del mundo, con una media de unos 83 años (86 años para las mujeres y 80 para los hombres), debido a factores biológicos, a la dieta, al estilo de vida, a la sanidad, etc.

Como resultado, el crecimiento natural en el ciclo demográfico moderno es muy pequeño; incluso observamos decrecimiento o crecimiento negativo en algunas provincias del interior peninsular.

Problemática actual

Para concluir, daremos unos breves apuntes sobre la problemática actual de la población española. España ha experimentado profundas transformaciones demográficas desde 1975: ha dejado de ser un país natalista, joven y emigratorio para convertirse en un país con una de las tasas de natalidad más bajas del mundo, envejecido e inmigratorio. Estos cambios conllevan transformaciones de orden económico, social y cultural y una problemática asociada que pasamos a comentar:

  • El crecimiento natural de la población española se mantendrá negativo, ya que la tasa de natalidad se mantiene muy baja y la tasa de mortalidad crecerá debido al constante envejecimiento de la población. Esta pérdida de población se ha compensado en parte con la llegada de población inmigrante, pero no se ha repartido de forma equilibrada en el territorio español. En definitiva, el crecimiento real de la población en la última década tiene mucho más que ver con el saldo migratorio positivo que con un verdadero e importante crecimiento vegetativo o natural.
  • Respecto a la estructura por sexo, parece que se acortará la diferencia de esperanza de vida entre mujeres y hombres dada la creciente aproximación de sus estilos de vida.
  • En la estructura por edad se acentuará el envejecimiento debido al descenso de la natalidad y al aumento de la esperanza de vida. Una población tan envejecida ocasiona un aumento de los gastos sanitarios y en servicios sociales (residencias, cuidadores, …) y una subida acelerada del coste del pago de las pensiones.
  • El envejecimiento también hará crecer la tasa de dependencia (relación entre la población en edad de trabajar y la población en edad de no hacerlo).
  • Estos problemas se agudizan en el interior peninsular, con baja densidad de población, estructuras demográficas muy envejecidas y crecimiento natural negativo, con perspectivas demográficas y económicas poco favorables.
  • La inmigración ha compensado en parte esta problemática ya que ha ayudado al crecimiento demográfico, al rejuvenecimiento de la población y al crecimiento de la tasa de natalidad. No obstante, la inmigración no se ha repartido de forma regular por todo el territorio, por lo que ha contribuido a solucionar estos problemas en las áreas que han recibido más volumen de población migrante: litoral mediterráneo, Madrid, valle del Ebro, …

: La población actual: estructura por actividad económica y su evolución desde 1960 y problemática actual – Introducción

Según los datos del padrón (1 de enero de 2019), España supera por muy poco los 47 millones de habitantes. La población española actual presenta estas características generales:

  • Distribución espacial: presenta fuertes contrastes con áreas de alta densidad (litoral y Madrid) y otras de baja densidad (interior peninsular).
  • Crecimiento natural: es bajo, acentuado desde la crisis de 2008.
  • Natalidad y mortalidad: se mantienen en cifras bajas.
  • Fecundidad: reducción progresiva del número medio de hijos por mujer.
  • Esperanza de vida: muy alta.
  • Estructura demográfica: fuertemente envejecida.
  • Movimientos migratorios: intensos; destaca la elevada significación de la inmigración extranjera a partir de 1995.

Tras estos breves apuntes sobre la población española, pasemos a explicar con detalle la estructura de la población por la actividad económica.

La estructura de la población por actividad económica

La estructura económica de la población estudia la población que contribuye con su actividad al proceso productivo (población activa) y los sectores en que se desarrolla esa actividad (sectores económicos: primario, secundario y terciario).

La población activa

La población activa es el conjunto de personas de 16 años y más que suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios o que están disponibles para incorporarse al mercado laboral. Por tanto, la población activa comprende a la población que trabaja a cambio de un salario (población ocupada) y a la que busca empleo (población desocupada).

La población inactiva es la que no realiza un trabajo remunerado ni se encuentra disponible para desempeñarlo, como pensionistas, estudiantes o personas dedicadas a las tareas del hogar.

La tasa de actividad mide el porcentaje de activos de una población. Esta tasa está determinada por diversos factores como el porcentaje de jóvenes y ancianos, el predominio de la emigración y la inmigración, la duración de la escolarización, el trabajo de la mujer fuera del hogar, la edad de jubilación, etc.

Por estos motivos, la evolución de la tasa de actividad en España ha pasado por diferentes etapas:

  • En la década de los 60 la tasa de actividad descendió debido a la emigración al exterior que afectó negativamente a la tasa de actividad masculina; además, la mujer aún no estaba plenamente incorporada al trabajo fuera de casa.
  • A partir de 1975, tras la crisis de principios de los 70 y la transición política, la tasa de actividad creció debido a que las mujeres se incorporaron al mercado laboral de forma creciente (cambio de mentalidad sobre su papel, control de la natalidad, crecimiento del empleo en el sector terciario, necesidad de un segundo salario, etc.).
  • La expansión económica de los años 90 provocó un aumento de la inmigración extranjera y, por tanto, de la tasa de actividad. Tras la crisis de 2008 la tasa se encuentra estabilizada. Algunos motivos de este estancamiento son la demora en la incorporación al mercado laboral debido a la prolongación de los estudios ante la perspectiva de empleos poco atractivos y el retorno de inmigrantes.

La tasa de actividad también experimenta variaciones según el sexo, la edad, el territorio y el sector de actividad.

Por sexos

Continúa un predominio masculino en la tasa de actividad (aproximadamente un 68% frente a un 52% femenino), aunque la mujer está aumentando su tasa de actividad más rápidamente que el hombre. También se observa que la población más formada presenta mayor tasa de actividad, así como la población inmigrante.

Por edad

Las mayores tasas de actividad para los hombres se dan entre los 35 y 39 años, y para las mujeres entre los 30 y 34 años.

Por provincias

La tasa de actividad presenta un reparto desigual: fuerte concentración en Madrid y Barcelona, el eje mediterráneo, Andalucía occidental y ambos archipiélagos (por oferta de empleo en el sector terciario) y en las provincias del Valle del Ebro (por una economía más diversificada). Las tasas más bajas aparecen en las zonas montañosas, Castilla y León y el Sistema Ibérico, áreas con menor dinamismo económico y mayor envejecimiento.

Por sectores

La población activa muestra un crecimiento evidente en el sector servicios y una disminución de los porcentajes de población que trabajan en los otros dos sectores, como corresponde a una sociedad desarrollada que tiende a una economía terciarizada. En la actualidad, las actividades agrarias absorben un 4,8% de la población activa, el sector secundario alrededor del 23% y más del 72% en el sector servicios.

La tasa de paro

Una persona parada es aquella que no trabaja, aunque desearía hacerlo y busca empleo de forma activa.

Los factores que influyen en la tasa de desempleo son diversos: demográficos (volumen de población activa), económicos (expansión o crisis, nivel de productividad, …), políticos (flexibilidad laboral y normativa sobre el despido), socioculturales (formación de los trabajadores), entre otros. Atendiendo a estos factores, la evolución de la tasa de paro en España ha pasado por diferentes etapas:

  • Hasta 1975 el paro no fue un problema grave, pues la presión demográfica sobre el mercado laboral se resolvía mediante la emigración al exterior y la escasa incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar.
  • Entre 1975 y 1985 el paro experimentó un gran aumento por la crisis y la reconversión industrial, la mayor demanda de empleo de las mujeres y una población joven más numerosa (generación del baby boom).
  • Entre 1985 y 1995 las tasas de paro fluctuaron según la situación económica y los ajustes realizados para entrar en el euro.
  • Desde 1995 a 2008 la tasa descendió por debajo del 10% por la bonanza económica y la entrada en el mercado laboral de generaciones menos numerosas.
  • En la actualidad, la crisis de 2008 fue especialmente dura para España; en 2013 se superó el 26% y en 2018 la tasa se situó en torno al 14%.

La tasa de paro también presenta variaciones según el sexo, la edad, la formación y el territorio.

Según el sexo, el paro femenino es mayor por su mayor ocupación a tiempo parcial y en sectores no cualificados más afectados por la crisis o por recortes en sanidad, educación o servicios sociales.

Según la edad, es mayor el desempleo juvenil (más del 45% en los menores de 25 años y más del 60% en los menores de 20 años) y también destaca entre los mayores de 50 años.

Respecto al nivel de formación, el paro aumenta cuando disminuye la cualificación del trabajador, ya que hay mayor competencia por los puestos menos cualificados.

Según la época del año, el paro en España refleja una fuerte estacionalidad, ya que aumenta con el fin de la temporada turística.

Por territorios, las comunidades del sur peninsular y Canarias presentan tasas de paro mayores debido al mayor peso de la población joven y a economías con fuerte dependencia de la construcción y servicios de baja cualificación. Las tasas de paro son más bajas en comunidades más envejecidas o con economías más diversificadas y de mayor componente tecnológico.

Los sectores económicos

La población activa se distribuye entre los sectores económico primario, secundario y terciario. Su evolución en España ha sido la siguiente:

  • Sector primario: desde los años 60 el descenso de la población ocupada en el sector primario ha sido notable, inicialmente por el éxodo rural y la mecanización del campo; desde comienzos de siglo su descenso se ha desacelerado porque se encuentra en niveles bajos (aprox. 4,1%).
  • Sector secundario: la ocupación creció entre 1960 y 1975 gracias a los planes de desarrollo; su descenso comenzó cuando la industria se vio muy afectada por la crisis de 1975 y la reconversión industrial de los 80. En las últimas décadas sigue bajando por la incorporación de nuevas tecnologías que requieren menos mano de obra y por la crisis de la construcción. En la actualidad las cifras de ocupación secundaria rondan el 20%.
  • Sector terciario: creció con el desarrollo industrial y turístico de los años 60. El gran crecimiento desde los años 90 se debe al aumento del nivel de vida, el trasvase de población desde los otros dos sectores, el crecimiento de la administración pública y la implantación del estado del bienestar. Ocupa aproximadamente al 77% de la población activa.

Problemática actual

La problemática actual de la estructura de la población por actividad económica puede resumirse en estos puntos:

  • Aumentar la tasa de actividad femenina mediante políticas activas de empleo que combatan la discriminación laboral en el acceso al trabajo de la mujer.
  • Envejecimiento: el alto envejecimiento de la población española conlleva un aumento de la tasa de dependencia (relación entre la población en edad de no trabajar —menores de 16 y jubilados— y la población en edad de trabajar).
  • Fomento del empleo: no solo mediante la flexibilización del mercado laboral para promover la contratación, sino también con autoempleo, emprendimiento y ayudas a la contratación de personas con especiales dificultades.
  • Desempleo juvenil: la altísima tasa de paro juvenil en España ha sido objeto de financiación especial de la UE para el periodo 2014-2020 para combatirla.
  • Precariedad laboral: empleos de baja calidad y escasos salarios caracterizan una parte de los puestos que se generan actualmente.
  • Avance tecnológico: la tecnología de última generación en las industrias hará disminuir el empleo en este sector, por lo que el terciario seguirá creciendo.

El texto conserva la información original y ha sido corregido en ortografía, puntuación y estilo para facilitar su lectura y comprensión, resaltando los conceptos clave.

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