Impacto de la inmigración en España: análisis demográfico y económico

La estructura por edad predomina la población adulta-joven, aunque se observa un mayor nivel de envejecimiento
de la población comunitaria (debido a la importancia el establecimiento en España de jubilados europeos).

Las actividades laborales desarrolladas por los inmigrantes son, al igual que su procedencia, muy diversas. Podemos encontrar directivos de empresas y técnicos muy cualificados (procedentes en su mayoría de la UE). Sin embargo, la mayor parte de los inmigrantes extranjeros en España se dedican principalmente a trabajos vinculados a la agricultura, construcción, servicio doméstico, hostelería y economía sumergida (venta ambulante), trabajos de escasa cualificación y remuneración. Muchos de ellos sufren un proceso de «proletarización’, ocupando posiciones laborales de categoría inferior a la que tenían en sus países de origen.

El análisis de la distribución espacial de la población extranjera en España nos permite comprobar un elevado
grado de concentración geográfica en las áreas económicamente más activas. Los destinos preferidos por los inmigrantes son las grandes ciudades (Madrid y Barcelona), las zonas turísticas y de agricultura intensiva de la costa mediterránea y de las islas, y el valle del Ebro. Esta distribución territorial está íntimamente ligada tanto al propio reparto espacial de la población española -claramente conectado por su parte a los desequilibrios económicos internos- como a las particulares características y preferencias residenciales de los extranjeros que viven en España. En el lado opuesto, las mas bajas concentraciones de población extranjera se registran en provincias del interior peninsular, coincidiendo con las áreas menos pobladas v. en general, con menor dinamismo económico de nuestro país.

Las consecuencias derivadas de este nuevo fenómeno para España son variadas.

a)Crecimiento demográfico. La consecuencia más directa de la inmigración en España ha sido el aumento de
la
población, el mayor de nuestra historia. Desde el año 2001, la población española ha aumentado en más de 6 millones de personas, y más de un 75% de este incremento se ha debido a la llegada de extranjeros.

Asimismo, los inmigrantes están contribuyendo a paliar el proceso de envejecimiento de la población
española, tanto directamente ya que entre ellos predominan los adultos-jóvenes, como indirectamente al elevar las tasas de natalidad.

b)Crecimiento económico: la inmigración es beneficiosa para el crecimiento económico del país, ya que los inmigrantes proporcionan mano de obra -cada vez más necesaria por el envejecimiento progresivo de la población española- para un tipo de trabajo que difícilmente es realizado por los trabajadores nacionales. Esto, junto al aumento del consumo -fundamental para incentivar la economía-, ha contribuido de manera decisiva al crecimiento del PIB español en los años anteriores a la crisis.

También es significativa su contribución a la financiación del Estado del Bienestar. Las aportaciones de ingresos de los inmigrantes a la caja de la Seguridad Social son superiores a los gastos que originan, dado el bajo porcentaje de su población dependiente.

c)Consecuencias económico-sociales. La llegada de inmigrantes ha provocado una importante diversidad
étnica, cultural, religiosa y lingüística. Ello supone un reto para la sociedad española que se debe enfrentar con problemas nunca antes planteados: integración educativa, convivencia con nuevas prácticas culturales, creación de guetos … , que suscitan recelos sobre las consecuencias de la inmigración sobre nuestro bienestar colectivo, convivencia y valores.

2.3. Problemática migratoria actual

Las consecuencias positivas de la inmigración tienen contrapartidas que derivan en problemas de carácter económico y social. No obstante, la problemática migratoria actual presenta una consideración radicalmente distinta según se trate de inmigrantes de los países desarrollados o de los países subdesarrollados.

Los inmigrantes de UE están constituidos en una buena parte por jubilados, que demográficamente aportan poco,
o por profesionales de empresas, principalmente multinacionales, que laboralmente representan una competencia para los trabajadores cualificados españoles. Sin embargo, este colectivo no suscita ningún rechazo de signo xenófobo entre la población.

El problema se plantea sobre todo con los diversos grupos de inmigrantes procedentes de los países menos
desarrollados,
a pesar de sus aportaciones al crecimiento económico y demográfico del país. Las actitudes de rechazo son fáciles de fomentar cuando se alude a prejuicios culturales, a la competencia laboral o a la inseguridad.


En relación con el trabajo, es muy frecuente asociar inmigración a desempleo de la población local. Sin em-
bargo, los índices de paro de la época de crecimiento económico indican que la afluencia de extranjeros no ha influido negativamente en el empleo

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