Impacto ambiental en España

El enorme crecimiento de la población mundial

El enorme crecimiento de la población mundial y la satisfacción de sus necesidades con las actuales formas de producción económica puede implicar el agotamiento de recursos naturales o la radical transformación del medio ambiente. Esto ha dado lugar a diversas posturas:

PRODUCTIVISMO

Defiende continuar con el desarrollo actual sin importar sus consecuencias, confiando en que se pueden solventar los problemas de recursos y contaminación mediante avances tecnológicos.

ECOLOGISMO

Aspira a objetivos como la preservación, restauración y mejora de la naturaleza mediante la reducción de la contaminación y la protección de los ecosistemas.

DECRECIMIENTO

Sostiene que no es posible compatibilizar un crecimiento económico ilimitado en un planeta con recursos finitos, por lo que aboga por el decrecimiento de la producción.

DESARROLLO SOSTENIBLE

Defiende que hay que impulsar el crecimiento económico para garantizar el bienestar de la humanidad, pero salvaguardando los recursos naturales del planeta para las futuras generaciones.

Las políticas medioambientales

Los gobiernos en particular los de los países desarrollados, comenzaron a impulsar políticas y estrategias para frenar la degradación ambiental a partir de los años 60 del siglo XX, como el aumento de espacios protegidos, la promulgación de leyes ambientales, la realización de las evaluaciones de impacto ambiental, el fomento de las formas de producción menos agresivas contra naturaleza, etc. Los países en los que tuvieron mayor alcance de estas medidas fueron los nórdicos y los del centro de Europa. A pesar de los éxitos y mejoras locales, el escenario global sigue siendo preocupante ante amenazas como el agotamiento de los recursos naturales, el calentamiento global, la pérdida de biodiversidad, etc. Por ello, se han propiciado conferencias internacionales dedicadas a tratar estos problemas. Con el protocolo de Kioto y la cumbre del clima en Copenhague se trató de alcanzar acuerdos efectivos para reducir las emisiones de gases contaminantes y frenar el cambio climático. No se obtuvieron resultados debido a desacuerdos posteriores. En el acuerdo de París se expusieron medidas para limitar el calentamiento del planeta y lograr una economía paga emisiones de gases de efecto invernadero en función del desarrollo de cada país. En 2017 Estados Unidos, uno de los países más contaminantes, anuncia su retirada del tratado, lo que disminuyó su efectividad. Además, en la cumbre de Kant, no se aprobaron medidas concretas sobre cómo adaptar y financiar el desarrollo de economías de bajas emisiones, por lo que los avances reales de dichos acuerdos internacionales son muy limitados.

Contaminación atmosférica y cambio climático

Una de las causas más importantes del cambio climático es la emisión de gases contaminantes a la atmósfera. En 1999, España firmó el protocolo de Kioto, por el que se comprometían a no superar, en 2012, en más de un 15 % de las emisiones de gases de efecto de 1990. Sin embargo, no se cumplieron los objetivos acordados.

La urbanización descontrolada

Entre los años 1987 y 2000, la superficie construida de España creció un 29,5 %, el doble que Europa. Las comunidades más afectadas fueron la comunidad de Madrid, Murcia y la Comunidad Valenciana. Asimismo, este aumento de la construcción se concentró en lugares muy valiosos y de ecosistemas frágiles, muy atractivas turísticamente, como las cosas con las montañas con sus deportes de nieve. Actualmente, el litoral español se encuentra en un grado de saturación muy alto. Además, continúa aumentando la población que vive en las costas, más del 30 % del total, así como el suelo organizado en los dos primeros kilómetros de costa, que aumentó un 21,85 % entre los años 2000 y 2005. Estas edificaciones tienen una gran influencia en las corrientes marinas y provoca la desaparición de playas naturales, así como de la biodiversidad de la zona.

La desertificación

Uno de los principales problemas medioambientales a los que se enfrenta España es la desertificación. Esta es especialmente grave en la zona mediterránea, a causa de los efectos del cambio climático y de las acciones humanas. Así, en la actualidad se considera que dos terceras partes del territorio español se hallan dentro de la categoría de áreas áridas. Entre las causas que incrementan la desertificación, se encuentran los incendios forestales que cada año sacuden a nuestro país.

Desaparición de la flora y la fauna

En España hay cerca de 80.000 especies distintas de animales y plantas, muchas de ellas propias de una región concreta. Pero la explotación forestal, los tendidos eléctricos, la contaminación, el empleo de venenos y la expansión urbanística, entre otras causas, han colocado a muchas especies al borde de la extinción: Árboles como el alcornoque; aves como el quebrantahuesos, el alimoche, el águila real o el mulo gallo; mamíferos como el oso pardo ilícito médico; o peces como el atún rojo.

Falta de concienciación

Una gran parte de los problemas medioambientales dependen de la acción del ser humano; por ello, es nuestra responsabilidad afrontar estos problemas. La generación de políticas destinadas a mejorar el medio ambiente, una mayor educación medioambiental y la concienciación social puede hacer que se emitan menos gases contaminantes por parte de las industrias y los particulares, que se genere una planificación urbanística respetuosa con el medio ambiente, que se clausuren vertederos, etc.

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