Elementos del Espacio Rural

El Espacio Rural

El espacio rural es el territorio no urbanizado de la superficie terrestre. En él se desarrollan las actividades agrícolas, ganaderas y forestales. En los últimos 50 años, la agricultura española ha sufrido una profunda transformación, pasando de una estructura agraria tradicional (agricultura como principal actividad económica, empleo de mucha mano de obra) a la estructura agraria actual (actividad de menor importancia económica, empleo de poca mano de obra).

La Población Agraria

La población agraria es aquella que se dedica a la agricultura. Su número está en continuo descenso desde 1960 (42%) hasta ahora (4,5%), debido al éxodo rural (migración del campo a la ciudad, sobre todo entre 1960-1975). Actualmente, la población agraria muestra un gran envejecimiento, que en las zonas de peores condiciones amenaza con una despoblación rural.

Las Explotaciones Agrarias

Las parcelas son los pedazos de tierra con límites precisos que tiene un propietario. El conjunto de todas las parcelas que trabaja un mismo agricultor se llama explotación agraria. Tradicionalmente, en España predominaban las parcelas de muy pequeño tamaño; en los últimos años se ha desarrollado un proceso de concentración parcelaria (agrupamiento en parcelas de mayor tamaño). Respecto al tamaño de las explotaciones, en España tradicionalmente se daba un gran contraste entre la pequeña explotación y la gran explotación. Actualmente, el éxodo rural ha facilitado el aumento del tamaño de las explotaciones. Hay que tener en cuenta que, con las mejoras técnicas, actualmente una pequeña explotación puede obtener mayores rendimientos y beneficios que una gran explotación.

Técnicas y Sistemas de Cultivo

• Paso de una agricultura extensiva (bajos rendimientos) a una agricultura intensiva (altos rendimientos), por dos causas:
  • Uso de fertilizantes, que permiten el abandono o reducción del barbecho, práctica tradicional que consiste en dejar parte de la tierra sin cultivar para recuperar su fertilidad, en periodos variables.
  • Aumento de los regadíos, que permiten aumentar los rendimientos en la España seca. Actualmente se riegan no solo cultivos de alto precio (frutas, hortalizas) sino también cereales o remolacha.

Técnicas Modernas de Cultivo

Se utilizan semillas seleccionadas, maquinaria, pesticidas y cultivos protegidos.

Especialización de Cultivos

Tradicionalmente predominaba el policultivo. Actualmente, como la producción se destina a la venta en un mercado globalizado, predomina el monocultivo: cada región se especializa en los cultivos que mejor se dan (por ejemplo, ganadería en Galicia, frutales en Levante, hortalizas tempranas en Almería).

Poblamiento y Hábitat Rural

El poblamiento rural es el conjunto de asentamientos rurales y la forma en que se distribuyen. En España se consideran rurales los núcleos de población de menos de 2000 habitantes. Hay dos tipos básicos: disperso y concentrado.

Poblamiento Disperso

Las casas se distribuyen entre las tierras de cultivo, sin formar grandes núcleos. Existen tres tipos:

• Disperso absoluto: casas aisladas sin formar aldeas; es excepcional, solo en algunas zonas de montaña.
• Disperso laxo: pequeñas aldeas y casas aisladas, típico de la cornisa cantábrica.
• Disperso intercalar: se alternan casas aisladas con grandes núcleos. Típico del litoral mediterráneo, del País Vasco y de zonas de La Mancha y Andalucía.

Poblamiento Concentrado

Las casas se agrupan formando aldeas o pueblos, separadas de las tierras de cultivo. Predomina en todo el interior. Puede constar de pequeñas aldeas muy cercanas o pueblos grandes y separados.

El Hábitat Rural

El hábitat rural es la tipología de las viviendas y dependencias rurales. Hay que distinguir el hábitat tradicional, caracterizado por gran diversidad de tipos, adaptados al medio y empleando materiales naturales (caserío vasco, masía, palloza, cortijo, barraca, etc.), que hoy solo tiene valor antropológico y cultural; y el hábitat actual, con tipologías similares a las urbanas (viviendas unifamiliares, naves industriales), construidas en ladrillo, hierro y cemento, sin adaptarse al entorno.

La Producción Agrícola

La producción final agraria (PFA) en España ha aumentado mucho en los últimos 50 años, aunque su porcentaje en el Producto Interior Bruto (PIB) se ha reducido (2,9%). La agricultura tiene un mayor peso que la ganadería, pero en los últimos años el valor de la PFA agrícola se ha reducido y la ganadera ha aumentado. Los principales productos de la agricultura española son:

• Cereales: trigo y cebada (de secano, en toda la zona interior); maíz y arroz (de regadío, en España húmeda –maíz– y humedales –delta del Ebro, Marismas– el arroz); y leguminosas (judías, lentejas y garbanzos, en secanos interiores), para consumo humano y piensos. Sus rendimientos bajos y costes altos los hacen poco competitivos.
• Viñedo: vino y uva de mesa. Cultivo de secano, siendo Castilla-La Mancha la principal productora (otras zonas con Denominaciones de Origen: Rioja, Ribera del Duero, Jerez, etc.). Tradicionalmente, mucha producción de vinos de bajo precio; actualmente, la mejora de técnicas de producción ha llevado a vinos de mayor calidad y precio. Se observa una reducción de superficie y producción para evitar excedentes.
• Olivo: aceite y aceituna de mesa. Andalucía es la principal productora (Jaén y Córdoba). España es el primer productor mundial. Existe una fuerte competencia de otros aceites más baratos; elevados costes (mucha mano de obra, no mecanizable). Actualmente se tiende a reducir la producción y elevar la calidad.
• Cultivos hortofrutícolas: frutas y hortalizas, para consumir frescas o para la industria conservera. Zonas de regadío del litoral e interior: huertas de Valencia y Murcia, Valle del Ebro, Canarias, Almería. Son cultivos de alto precio destinados a la exportación.
• Cultivos industriales (girasol: aceite, biodiésel; remolacha: azúcar; tabaco, algodón) y forrajeros (alimento para el ganado): alfalfa, maíz, cebada. Cultivos de secano o regadío en zonas del interior (Meseta Norte y Sur).

Las Políticas Agrarias

Antes de la entrada de España en la Unión Europea (1986), las políticas dependían exclusivamente del Gobierno español, y se orientaban a solucionar los problemas de la estructura de la propiedad, la política arancelaria proteccionista y la extensión de los regadíos.