Formas de relieve producidas por la erosión

Los ríos peninsulares


Los ríos peninsulares están condicionados por diversos factores: El relieve y la topografía: Influyen en la organización de las cuencas y las vertientes hidrográficas. La erosión de los ríos aumenta con la inclinación del terreno. En el régimen fluvial la altura del relieve determina la aportación o no de precipitación nival. El roquedo más o menos permeable determina la escorrentía. El clima las precipitaciones determinan el caudal de los ríos y sus variaciones a lo largo del año. Las temperaturas inciden en la mayor o menor evaporación del agua.
La vegetación aminora la evaporación al dar sombra, reduce la erosión y disminuye el riesgo de inundaciones. La acción humana realiza obras, como los embalses, para el abastecimiento de agua, el suministro eléctrico y la regularización del caudal.

Las cuencas fluviales y las vertientes hidrográficas

La cuenca fluvial es el territorio que drena o evacúa sus aguas naturales a un río principal que las conduce hasta el mar. Se caracterizan por que se encuentran separadas por divisorias de agua. Formadas por las cumbres de los relieves montañosos que las delimitan. Dentro de la cuenca, las aguas circulan por un cauce o lecho y forman una red organizada jerárquicamente, desde los subafluentes y los afluentes hasta llegar al rio principal. Una vertiente hidrográfica es el conjunto de cunecas cuyas aguas vierten en el mismo mar. 

Vertiente cantábrica

Está formada  por  los  ríos  que  vierten  sus  aguas  al Cantábrico.  Comprende una  estrecha  franja que va desde Estaca de Bares hasta Francia. Los ríos cantábricos, a pesar de lo pequeña que es su cuenca, pueden tener más caudal que los de la Meseta. Son cortos por la proximidad de la Cordillera Cantábrica al mar. Pero  en  sus cabeceras  en  la alta montaña se ven afectados por el deshielo primaveral. La cuenca hidrográfica más importante es la formada por el complejo Narcea – Nalón (Asturias). Vertiente Atlántica: Son más largos puesto que nacen cerca del Mediterráneo y desembocan en el Atlántico. Esto es debido  a  la  basculación  de  la  Meseta  hacia  el  oeste  que  se  produjo  después  de  la  orogenia  alpina.  Su régimen  es  irregular.  Presentan estiaje  en  verano  coincidiendo  con  el  mínimo  de  precipitación  y crecidas  con  las  lluvias  de  otoño  y primavera. Los  ríos  gallegos  se  caracterizan  por  formar  rías  en  su  desembocadura.  Son muy  caudalosos por la gran humedad de la regíón y el sustrato de rocas impermeables. Son ríos cortos y que nacen a baja  altitud,  de  ahí  su régimen  pluvial  con  mínimas  en  verano.  . El  Duero   (985  km)  nace  en  los  Picos  de  Urbión  (Sistema  Ibérico,  Soria)  y  desemboca formando un estuario en Oporto. Su cuenca drena la Submeseta Norte y es la más grande de toda la Península, con 97.000 km2, de los cuales 79.000 pertenecen a España.. El  Tajo  (1007  km)  nace  en  la  Sierra  de  Albarracín  (Sistema  Ibérico,  Teruel)  y  desemboca  en Lisboa en un gran estuario. Es el río más largo de la Península, con una cuenca de 82.000 km2, de los cuales 56.000 están en España.   El  Guadiana (818  km)  es  un río  atípico,  ya  que  no  nace  en  las  montañas  sino  en  la  llanuramanchega. Tras drenar una  cuenca de 60.000 km2  desemboca  en  Ayamonte  (Huelva), donde  forma un  estuario.  El Guadalquivir (656 km) nace en la Sierra de Cazorla (Béticas) y desemboca en las marismas, una  zona  en  formación.  Nace  en  montañas  de  poca  altitud  por  lo  que  tiene  un régimen  pluvialmediterráneo.  zona meridional, en la depresión del Guadalquivir, encontramos varios ríos cortos y de régimen pluvial: Odiel, Tinto y Guadalete. Vertiente mediterránea:  Tan sólo representa el 30% de la Península, unos 180.000 km2. Son ríos mucho más cortos que los  de  la  Meseta,  excepto  el  Ebro,  que  es  el  río  más  largo  de  España  y  el  tercero  de  la  Península después del Tajo y Duero. La mayoría son ríos abarrancados, que erosionan violentamente las laderas deforestadas y arrastran derrubios. Su régimen es irregular. 


El Pirineo Oriental. Estos ríos tienen un  régimen nivo – pluvial sólo en la  cabecera, destacan el Ter y el Llobregat.   Los ríos de Levante nacen en el Sistema Ibérico y drenan 43.000 km2. Los más importantes son el Mijares, el Turia y el Júcar, que con su afluente el Cabriel es el más caudaloso. Tienen un régimen pluvial mediterráneo con máximas en el otoño, grandes crecidas y fuertes estiajes. Los  ríos  de  la  España  árida  tienen  los  caudales  relativos  más  bajos.  El  más  importante  es  el Segura. Sus caudales medios máximos se sitúan en la mitad de su recorrido, posteriormente la aridez y los  regadíos  hacen  que  en  la  desembocadura  apenas  tengan  caudal. cuencas   meridionales   andaluzas   están   formadas   por   ríos   con   un   régimen pluvial mediterráneo  casi  subtropical,  es  decir,  con  un  estiaje  muy  prolongado.  Los  mas importante  son  el Guadalhorce (MA), el Andarax y el Almanzora (AL).  El  Ebro  (910  km)  nace  en  Cantabria  y  desemboca  en  Tortosa formando  un  delta.  Su  cuenca comprende 86.000 km2 y es diferente a los otros grandes ríos de España porque drena altas montañas. Es el río más caudaloso con 425 m3/s en Tortosa, aunque se ha reducido mucho en los últimos años por la proliferación de embalses y el regadío.  

El caudal y régimen fluvial

  El caudal es la cantidad de agua que pasa en un segundo por un punto dado del río se mide en m3 /s. El caudal relativo es la relación entre el caudal medio anual y la superficie de la cuenca y se expresa en l/s/km A lo largo del río el tramo con mayor caudal suele ser la desembocadura Los ríos con régimen nival nacen en la alta montaña, donde son frecuentes las nevadas. El caudal máximo se da en primavera. Los ríos con régimen pluvial solo dependen de las precipitaciones. Los ríos con régimen mixto pueden ser nivo-pluviales o pluvio-nivales.

Lagos y humedales

Son superficies cubiertas de agua, procedente de las precipitaciones de los ríos o de los acuíferos. España cuenta con 2474 lagos y 2559 humedales. Los lagos son masas naturales de agua acumuladas en zonas deprimidas que alcanzan cierta profundidad (10-15 metros). Los lagos endógenos están originados por fuerzas del interior de la tierra. Los lagos tectónicos se forman en terrenos hundidos por la acción de pliegues o fallas. Los lagos volcánicos se alojan en el cráter de un volcán apagado. Los lagos exógenos están originados por fuerzas externas. Los lagos glaciares se forman en las cubetas excavadas por el hielo en el circo del glaciar o en el valle glaciar. Los lagos cársticos se alojan en las cubetas creadas por la disolución de la caliza o del yeso. Los lagos endorreicos son el tipo más extendido. Se forman en zonas áridas o semiáridas donde las escasas aguas no tienen fuerza para llegar al mar y se acumulan en zonas deprimidas o llanas. Los lagos eólicos ocupan depresiones excavadas por la acción del viento sobre materiales blandos. Los humedales son extensiones de terreno cubiertas por aguas poco profundas, en muchos casos de manera intermitente, pues durante el verano baja su nivel e incluso pueden llegar a desaparecer. Los humedales pueden ser interiores o costeros.

Los acuíferos

Son embolsamientos de agua subterránea. Se forman cuando las aguas de precipitación se infiltran, encuentran un estrato impermeable y se acumulan sobre el. En la península se concentran en las áreas con roquedo permeable, Acción humana.
La acción humana sobre el medio natural ocasiona problemas medioambientales y desarrolla políticas encaminadas a combatirlos y a proteger los espacios naturales. Los problemas medioambientales causados por la acción humana son la sobreexplotación del medio por encima de su capacidad de regeneración. La preocupación española por estos problemas comenzó a finales de la década de 1960; cristalizó en 1971 con la creación del ICONA y ganó terreno desde 1975, con el restablecimiento de la democracia Las principales medidas de la política medioambiental española y europea son tres: La prevención de la degradación mediante la integración de la dimensión medioambiental en todas las políticas. La corrección de los problemas existentes a través de la promulgación de normas; la sanción de quienes las infringen, de acuerdo con el principio “quien contamina paga”. La conservación de los espacios naturales mediante una red de espacios protegidos.

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