Espacio Rural y Urbano en Argentina: Evolución Histórica y Dinámicas del Sistema Urbano

Espacio Rural y Urbano: Conceptos y Dinámicas Sociales

Los espacios rurales y los urbanos son formas en las que una sociedad organiza el espacio en el que habita. Son espacios sociales y responden a la estructura social. Una organización social puede modificarse. Para comprender esto, la distribución desigual de la riqueza debe analizarse en combinación con la estructura social y la tenencia de la tierra. Como producto social, el espacio se organiza en función de las formas de producción y distribución de la riqueza, de las relaciones de poder, conocimientos y técnicas.

En Argentina, la organización y modificación del espacio, en un contexto de dependencia, también están condicionadas por las relaciones de poder establecidas con el resto del mundo. Los cambios en la producción agropecuaria de la Región Pampeana son más un producto de las demandas del mercado mundial que de una política agropecuaria autónoma. Esto demuestra que el campo y la ciudad no son espacios geográficos opuestos, sino diferenciados por la sociedad. Ambos ejercen influencias y determinan estructuras productivas, así como otras dimensiones de lo social.

Ambos espacios son un producto social, y sus criterios de diferenciación se relacionan con acciones o componentes de la sociedad:

  • Cantidad de población: El espacio geográfico se diferencia en función de un mínimo o máximo de población asentada. Toda concentración de 20.000 o más habitantes se considera urbana. A la vez, es rural el espacio que concentra una cifra menor a la indicada.
  • Actividades predominantes o uso productivo: Se considera rural al espacio en el que se desarrollan actividades primarias como la agricultura, la minería, la forestación y la ganadería. En los espacios urbanos, en cambio, se desenvuelven las actividades de transformación y de servicios, es decir, las secundarias y terciarias.

Población y Urbanización en Argentina

Desde 1869, la tendencia hacia la urbanización de la población en Argentina es creciente. Esto se explica por cinco razones principales:

  1. La estructura tradicional de la propiedad rural, desde la colonización, se concentró en un sector social y conformó grandes propiedades. Esto dificultó el ascenso a la propiedad agraria de muchos inmigrantes, quienes decidieron radicarse en las ciudades, lo que incrementó el número de habitantes.
  2. Las características que asumió el proceso de industrialización en Argentina. Las empresas se localizaron en las áreas urbanas preexistentes, lo que provocó migraciones rural-urbanas por las expectativas de mejorar sus condiciones de vida.
  3. La mecanización de tareas agrícolas en amplias zonas productivas, lo que generó una disminución de la demanda de fuerza de trabajo rural.
  4. La expansión de los medios de transporte (como el ferrocarril) y la tecnificación de las zonas de producción agropecuaria, lo que llevó al surgimiento de ciudades que funcionan como centros de servicios para las áreas rurales circundantes (por ejemplo, la Región Pampeana).
  5. Finalmente, las crisis de las producciones agrícolas regionales. Estas actuaron como factor de expulsión de los minifundistas y los campesinos, que encontraron en las ciudades nuevas posibilidades laborales. El empleo público actuó como un moderador de estas crisis.

Las Ciudades en Argentina: Evolución del Sistema Urbano

Como verdaderas construcciones sociales, las ciudades están ligadas a cuestiones políticas, económicas, estratégicas y otras. En Argentina, la multiplicidad de razones de la fundación de distintos centros urbanos se relaciona con cada momento histórico del desarrollo social del país. En cada área urbana, se desarrollan distintas actividades productivas y de servicios que atienden las necesidades de sus habitantes y de las áreas rurales circundantes.

La conformación del sistema urbano argentino comenzó con la colonización española, aunque el impacto territorial fue limitado. El fenómeno urbano se expandió en todo el territorio nacional por la conformación del Estado-nación y la inserción en el mercado mundial. Más tarde, los procesos de industrialización consolidaron un sistema urbano desequilibrado. Se pueden reconocer cuatro períodos en el proceso de conformación del sistema urbano:

Período 1: Colonial e Independentista (hasta 1860)

Se habían fundado ciudades, constituidas como pequeños poblados urbanos. Sus fundaciones respondieron a la estrategia de ocupación y explotación territorial: por un lado, controlaban a su población y, por el otro, porque facilitaban las comunicaciones. En 1776 se creó el Virreinato del Río de la Plata y Buenos Aires fue erigida como su capital. Parte de los excedentes económicos quedaban en esa ciudad, transformada en un centro de consumo. Las ciudades del interior del país orientaron su producción para atender la demanda de los pobladores porteños. Entre 1810 y 1860, se organizó la República Argentina y se consolidó el poder político y económico de la oligarquía terrateniente, lo que derivó en un incremento del número de localidades urbanas.

Período 2: Agroexportador (1860-1930)

Se consolidó el sistema urbano argentino, caracterizado por el predominio de las ciudades pampeanas sobre el resto de las localidades. Argentina se integró en el mercado mundial como proveedora de productos agropecuarios e importadora de manufacturas de origen industrial. El área apta para producir era la Región Pampeana, lo que propició el ingreso de millones de inmigrantes y de inversiones extranjeras. La demanda de ganado, cereales y oleaginosas incentivó la conquista y la ocupación de las tierras. Las inversiones británicas aseguraban la salida de la producción agropecuaria. La mayor parte de las localidades urbanas de las áreas rurales de la Región Pampeana son un producto de ese proceso. En el siglo XIX quedó definitivamente establecida la red ferroviaria nacional. Esa red confluía en las principales ciudades portuarias. Paralelamente, aprovechando las ventajas económicas, las plantas frigoríficas y los molinos se instalaron en las cercanías de dichos puertos. Se transformaron en un factor de atracción de población y, además, impulsaron otras actividades. Este período concluye con la crisis económica mundial de 1930, que desarticula el modelo agroexportador. En los años siguientes, se desarrollaron procesos de industrialización que generaron modificaciones de distinto orden en el sistema urbano.

Período 3: Industrial (1930-1975/80)

La crisis de 1930 afectó el comercio exterior; la reducción de las exportaciones y la escasez de divisas se tradujeron en crecientes dificultades para importar, así como en una demanda insatisfecha. La radicación de grandes plantas industriales en las áreas urbanas generó procesos de metropolización. En este período, el Estado nacional generó las condiciones para acelerar la industrialización basada en el consumo del mercado interno. Por un lado, aplicó leyes, decretos e incentivos económicos para alentar el desarrollo de actividades secundarias. Por el otro, constituyó grandes empresas públicas.

Período 4: Actual y Neoliberal (1975/80 en adelante)

El desarrollo del capitalismo se apoya más en la valorización del capital financiero que en la del capital productivo. Las ideas económicas sobre las que se apoya son las de origen neoliberal. En consecuencia, se postula la necesidad de reducir la presencia del Estado y de impulsar la privatización de las empresas públicas. El Estado se transformó en subsidiario de los emprendimientos privados. Además, transfirió recursos de la sociedad al sector del capital más concentrado. La aplicación de estas políticas se tradujo en un persistente proceso de desindustrialización selectiva y generó el empobrecimiento de vastos sectores. La política afectó las áreas metropolitanas: muchas plantas industriales fueron relocalizadas. Consecuentemente, el flujo migratorio rural-urbano comenzó a dirigirse hacia esas áreas, así como a otras ciudades de tamaño intermedio, y no solo hacia las grandes ciudades. La disminución de los ingresos afectó las producciones regionales. La crisis se vio agravada por el cambio del papel del Estado. Para regularizar esas actividades, se habían aplicado mecanismos estatales diversos. Con la transformación estatal, los mecanismos de apoyo se fueron suprimiendo. En el período actual se tiende hacia la desarticulación del sistema. Durante la década de 1990, esta desarticulación se vio profundizada por dos procesos: la privatización de empresas públicas y la integración regional.

Las Privatizaciones y el Sistema Urbano

En la década de 1990, se desarrolló un proceso de privatización de las empresas públicas. Muchas localidades crecieron a partir de la radicación de alguna empresa pública; así, su privatización provocó el aumento de los trabajadores desocupados y la disminución de la riqueza. La concesión del transporte trajo aparejada una valorización diferencial de las áreas urbanas por parte de las empresas concesionarias: si el servicio de transporte resultaba rentable, se incrementaban las inversiones y las tarifas; en otras áreas consideradas no rentables, directamente se dejó de prestar el servicio y numerosas localidades pequeñas comenzaron a desaparecer.

El Sistema Urbano y el MERCOSUR

Desde 1985, y especialmente después de 1991, se desarrollan procesos de integración productiva y comercial entre Argentina y sus países vecinos. Esto tuvo como objetivo la formación de un mercado común y una unión aduanera. Implicó el desarrollo de cierto grado de competencia y especialización productiva y comercial, lo cual afectó el sistema urbano. La conformación de un amplio mercado de consumo favorece a las localidades en las que están radicadas industrias especializadas que no tienen competencia en otro país. El incremento de la demanda impulsa nuevas inversiones productivas que demandan trabajadores e infraestructura urbana. En definitiva, se observan modificaciones del sistema urbano argentino tradicional. Estas son:

  • La pérdida de la primacía de la metrópolis.
  • El crecimiento de las ciudades intermedias.
  • La tendencia a la desaparición de pequeñas localidades y el dinamismo de otras centradas en la producción.
  • La profundización de las diferencias urbanas.

Globalización y el Espacio Urbano en Argentina

Se inició con la crítica al Estado intervencionista y al modelo económico de sustitución de importaciones. La economía se abrió a los flujos financieros y comerciales, lo que desestructuró la base industrial. Creció la desocupación. A partir de 1990, el Estado nacional empezó a actuar como promotor de la acción del capital privado. Se fomentaron las inversiones extranjeras y se produjo la incorporación de Argentina al capitalismo global. Esto tuvo un fuerte impacto en la estructura territorial; los espacios se reestructuraron. A partir de la incorporación del país al proceso de reestructuración mundial, se transformó en un objeto de apropiación por parte del capital que pretendía generar negocios. Las áreas más afectadas fueron las metrópolis, ya que en ellas confluían amplios sectores sociales solventes con demandas de consumo. Las consecuencias territoriales del proceso globalizador se expresan en el transporte, la localización industrial, los equipamientos de consumo y la residencia.

Subsistemas Urbanos Regionales de Argentina

Noroeste:
Según su morfología, es lineal, con ciudades localizadas a lo largo de ejes. Sus principales centros son Tucumán, Salta y Jujuy.
Noreste:
Según su morfología, es anular-lineal, permitiendo una economía de aglomeración sin congestión; se trata de un «rosario de ciudades». Su distribución forma un anillo, incluyendo Posadas, Formosa, Roque Sáenz Peña, Goya y Reconquista.
Central:
Según su morfología, es radiocentral, una constelación de ciudades que gravitan hacia un centro principal. Está condicionado por la posición central de Córdoba.
Cuyano:
Concentro-lineal. Su concentración se realiza en una pequeña porción del espacio, específicamente sobre los oasis ricos de piedemonte, con alguna diferencia al sur (San Rafael y General Alvear).
Pampeano:
Radiocéntrico-regular. Es una constelación de ciudades que gravitan hacia un centro principal. Su localización es casi indiferente a las condiciones geográficas, salvo las del frente marítimo o fluvial.
Patagónico:
Según su morfología, es disperso. Estos subsistemas se instalaron por frentes de colonización o aprovechamiento de recursos.

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