Desarrollo urbano en Valencia

Valencia es la tercera ciudad más poblada de España, lo que provoca que posea un área de influencia que abarca gran parte del litoral mediterráneo. Además, es capital de la Comunidad Valenciana, una de las regiones más desarrolladas de España, por lo que posee una función administrativa muy desarrollada, junto a otras funciones muy diversificadas, entre las que destaca el turismo.

Casco antiguo

La parte de la ciudad urbanizada desde su origen hasta el crecimiento urbano de mediados del siglo XIX. El emplazamiento de Valencia tiene un origen romano y se ubica en el golfo de Valencia, a escasa distancia del mar, en un meandro del río Turia, sobre un altozano a salvo de inundaciones. La ciudad tenía una situación favorable respecto a las comunicaciones (en la gran calzada litoral romana) y respecto a la actividad económica (estaba rodeada de un entorno de buenas condiciones agrícolas). En la Edad Media, el casco antiguo estuvo rodeado por una muralla en la época musulmana y otra en la época cristiana (siglo XIV), que seguía el trazado de la actual ronda -constituida por la calles Guillén de Castro, Játiva y Colón-. De ella se conserva algunas puertas. Sus funciones eran defensivas, fiscales (cobro de impuestos) y sanitarias (aislamientos de la ciudad en caso de epidemias).

Plano irregular

El plano fue irregular en la época musulmana, con calles estrechas y tortuosas y plazas sin formas definidas y se regularizó ligeramente tras la conquista cristiana (1283). Esta irregularidad se observa sobre todo en su parte norte, cuyo centro es la catedral. La parte sur sufrió transformaciones desde el siglo XIX: se abrieron nuevas calles y plazas como la del Ayuntamiento o la del Mercado central, con motivo de la instalación en esta zona de la estación de ferrocarril.

Problemas actuales

Los principales problemas del casco antiguo son el deterioro físico de las calles y edificios, lo que da lugar a un deterioro social que provoca el envejecimiento de la población y la localización de las clases marginales en el centro, especialmente emigrantes. Estos hechos, unidos a la terciarización del suelo que provoca el vaciamiento del centro fuera de las horas comerciales, han provocado políticas actuales de rehabilitación física y social del centro. En Valencia, está política se llamó Plan Integral de Rehabilitación de Valencia (Plan RIVA) de 1992, con los objetivos de revitalizar el centro histórico, atraer a nuevos habitantes y dotar de servicios sociales a la zona. Pero a partir del año 2000 se paralizaron los proyectos, coincidiendo con la disminución de las subvenciones.

Ensanche burgués y barrios obreros

Desde mediados del siglo XIX, el crecimiento de la ciudad obligó a ampliar el recinto urbano. Las causas fueron la prosperidad agraria, un primer proceso de industrialización (en torno a las industrias de la madera y del mueble y de la metalurgia) y la revolución de los transportes (trazado de una tupida red ferroviaria que tenía como centro la ciudad y ampliación y modernización del puerto de El Grao), que consolidó la función exportadora de la ciudad y la convirtió en centro importador y redistribuidor.

Ensanche burgués

El ensanche burgués se realizó rodeando por el sur al casco antiguo, en diversas fases que vienen limitadas por grandes vías. El primero (1877), entre el casco antiguo y las grandes vías del Marqués del Turia y Fernando el Católico, tenía plano en cuadrícula inspirado en el de Cerdá de Barcelona, trama en manzanas rectangulares, con amplios patios interiores, casas grandes y de calidad, de estilo modernista. El segundo ensanche (1907) ampliaba el anterior y extendía la ciudad hasta el antiguo Camino de Tránsitos (avenida de Pérez Galdós y de Peris Valero), que fueron replaneado como un tercer anillo o ronda exterior.

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