Cabo

Evolución EPN POR CCAA

El siguiente gráfico de barras nos muestra la superficie de espacios naturales protegidos en España por comunidades autónomas en porcentajes con respecto al total de cada comunidad y de España y su evolución entre 1990 y 2005 y 2018. La fuente que proporciona los datos del perfil es el MARM. En el gráfico podemos observar como la superficie protegida se ha incrementado en España de forma muy significativa en la última década, tanto en el conjunto del

Estado como en cada una de las Comunidades Autónomas. La red española de espacios protegidos es hoy una de las más amplias y completas de Europa.

Todo ello muestra que existe una mayor sensibilización sobre el valor de estos espacios por parte de los ciudadanos y de las diferentes administraciones.     

    Las estrategias de conservación han seguido una evolución diferente en cada Comunidad Autónoma, hecho que se refleja en la superficie protegida con respecto al total. Canarias, Asturias y Andalucía encabezan el listado, mientras que los incrementos relativos más significativos se han producido durante la última década en La Rioja, Castilla y León, Extremadura, Galicia, Asturias, Aragón y Navarra.

    Las políticas de la UE también han ejercido un importante papel dinamizador al tiempo que han favorecido la creación de redes para conservar el patrimonio natural y la biodiversidad. Estas redes benefician los intercambios para gestionar mejor los espacios protegidos y fomentan la sensibilización de la sociedad hacia la protección y conservación. Los espacios protegidos hay que gestionarlos y en este aspecto todavía nuestro territorio presenta problemas en dicha gestión, salvo en la de los Parques Nacionales.

    En los últimos años se han producido numerosos conflictos en las áreas protegidas. Algunas de las razones que los han motivado se deben a la convergencia de intereses contrapuestos sobre una misma zona, la percepción, por parte de algunos de que la protección es una limitación para el desarrollo económico o la falta de sensibilización sobre la importancia de la conservación. Ello es especialmente significativo en los litorales turísticos, donde el desarrollo urbano ha alterado ecosistemas costeros protegidos o en zonas de montañas, cuyas condiciones ecológicas se han modificado tras implantar estaciones de esquí y residencias secundarias. Algunos de estos conflictos se han acentuado en áreas rurales cuando se han limitado actividades como la caza o el pastoreo o se han instalado grandes infraestructuras. Necesitamos aprender a convivir con los espacios protegidos, porque además de su valor son una oportunidad para el desarrollo y un componente esencial de nuestra calidad de vida.

    En la actualidad la Ley del Patrimonio Natural y la Biodiversidad regula y establece las normas de conservación, uso sostenible, mejora y restauración de nuestros ecosistemas naturales y establece que tendrán consideración de espacios naturales protegidos todos aquellos espacios, incluidas las aguas continentales y marítimas de jurisdicción nacional, que contengan sistemas o elementos naturales dignos de conservar (por ser singulares, estar amenazados o ser de especial interés ecológico , científico, paisajístico o educativo); también se declaran como tales aquellos que estén dedicados al mantenimiento y protección de la diversidad natural.

Los Parques son áreas naturales poco transformadas por la ocupación o actividad humana, que, en función de la belleza de sus paisajes, la representación de sus ecosistemas o la singularidad de su fauna, flora o formaciones geológicas ofrecen unos valores que hay que conservar. Se distinguen dos tipos:

Los Parques Nacionales son espacios naturales de alto valor ecológico y cultural, cuya conservación es de interés general para la nacíón.

Los Parques Naturales suelen ser de dimensiones más reducidas y relacionados con el mundo rural, ya que se mantiene una explotación de los recursos primarios, culturales y de ocio. La gestión corresponde a la Comunidad Autónoma donde se encuentra.

Las Áreas Marinas Protegidas son espacios naturales del medio marino que por su rareza, fragilidad, importancia o singularidad de sus ecosistemas, comunidad biológica o geológica, hay que proteger. En ellas se limita la explotación de los recursos naturales.

Las Reservas Naturales son espacios naturales valorados por su rareza, fragilidad, singularidad o importancia de sus ecosistemas o comunidades biológicas. La explotación de recursos queda limitada a aquellas actividades que sean compatibles con la conservación de los valores a proteger.

Los Monumentos Naturales son espacios o elementos de la naturaleza que contienen formaciones singulares que merecen una especial protección.

Los Paisajes Protegidos son lugares concretos con un alto valor estético y cultural.

La Ley incluye también otras figuras de protección de espacios, áreas protegidas por instrumentos internacionales, entre los que se encuentran las

ZEPIM,los Geoparques y las Reservas de la Biosfera, ambos declarados por la UNESCO, y los Humedales de Importancia Internacional del Convenio Ramsar.

En conclusión conjunto de todos los espacios protegidos ocupa unos seis millones de hectáreas, más del 11,8 % de la superficie española, y 250.000 hectáreas marinas. Por Comunidades, Andalucía es la que cuenta con una mayor superficie protegida, seguida de Cataluña y de Castilla y León. Canarias es la Comunidad que proporcionalmente cuenta con más superficie protegida, un 42,6 % de su territorio.


MAPA CICLOGRAMAS

El mapa de superficie de regadío es un mapa temático de ciclogramas, donde se muestra la extensión de las tierras cultivadas en las provincias españolas en el año 1998, distinguiendo en cada una la proporción que supone el secano y el regadío. Las tierras de cultivo incluyen tanto las superficies cultivadas como las dejadas en barbecho. La fuente es fiable ya que corresponde al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.  En el mapa apreciamos los siguientes contrastes en su distribución territorial:

   Las tierras de cultivo tienen escasa importancia en el litoral cantábrico peninsular, en las provincias gallegas, en las islas Canarias, en el archipiélago balear y, en menor medida, en el litoral mediterráneo peninsular. Las razones de este hecho son de diversos tipos.

   En el litoral cantábrico y Galicia la escasez de tierras de cultivo está motivada por las difíciles condiciones orográficas, marcadas por el relieve accidentado y la escasez de espacios llanos, que se limitan a los fondos de los valles o la rasa litoral cantábrica. Por este motivo, en estas zonas predominan otros usos agrarios del suelo, como los prados y los pastos y el terreno forestal.

   En las Islas Canarias, las tierras de cultivo se ven limitadas por la gran extensión ocupada por el terreno volcánico abrupto (malpaíses), que reduce el suelo cultivable a los fondos de valles, a algunas laderas, donde los cultivos se disponen en terrazas y al área costera. Además, la elevada aridez climática de buena parte del archipiélago impone límites al cultivo. 

   En el litoral mediterráneo peninsular y Baleares la moderada extensión de las tierras de cultivos se debe a la importancia de los usos forestales, especialmente los de monte abierto y leñoso, en el área montañosa prelitoral peninsular, y al importante espacio que consumen otros usos del suelo, como las industrias, los núcleos urbanos y las numerosas urbanizaciones turísticas que bordean el litoral. En ambos archipiélagos índice también el factor de su reducida extensión territorial, dado que el mapa ofrece los datos en cifras absolutas. 

   Las tierras de cultivo tienen mayor importancia en el interior peninsular, donde existen importantes extensiones de terreno llano y apto para el cultivo. En esta área se diferencian los valores más bajos de la submeseta norte de los más elevados de la submeseta sur y del valle del Guadalquivir. 

   En la submeseta norte el tamaño de las provincias es, en general, mayor y, por sus condiciones climáticas, los usos agrarios forestales ocupan mayor extensión.

   En la submeseta sur y el valle del Guadalquivir, donde en general la extensión de las provincias es menor y las condiciones climáticas permiten mayor variedad de cultivos, el aprovechamiento agrícola es mayor. 

   El mapa muestra también el contraste existente entre la agricultura de secano y la de regadío.  La agricultura de secano cultiva vegetales utilizando exclusivamente el agua procedente de las precipitaciones, mientras que la agricultura de regadío añade a los cultivos un aporte adicional de agua, procedente de los embalses o de la explotación de los acuíferos.

   La contraposición entre ambos tipos de agricultura apenas existe en las provincias del norte peninsular incluidas en el área de clima oceánico, debido a que la abundancia y la regularidad de las precipitaciones a lo largo del año hacen innecesario el regadío. En el resto de las provincias, es claro el contraste entre el secano y el regadío. 

   Las provincias donde el regadío adquiere mayor importancia son las interiores del:

  • Valle del Ebro (Navarra, La Rioja, Zaragoza, Huesca y Lérida).
  • Algunas provincias del valle del Guadalquivir, como Sevilla.
  • Provincias de Ciudad Real y Toledo más Córdoba.


Las provincias del litoral mediterráneo, desde Tarragona hasta Almería, especialmente Valencia, Alicante, Murcia y Almería. 

  • La Isla de Tenerife, a pesar de su reducida extensión. 

Los factores que explican la importancia de la superficie regada en estas zonas son la insuficiencia de precipitaciones propia del clima mediterráneo o del clima subtropical de Canarias, que exige un aporte adicional de agua a los cultivos, y el predominio de ciertos tipos de productos, como los hortofrutícolas, que tienen en este medio unas condiciones muy favorables (temperaturas suaves y un elevado número de horas de sol) y gozan de buenos mercados de venta en el interior y en el exterior. Las consecuencias de esta amplia extensión del regadío son positivas (son más productivas)   y negativas (consumen mucho agua).

   En cuanto a las perspectivas de un futuro el regadío aporta muchos beneficios como pueden ser que: fija la población en el territorio, reduce la erosión, aporta oxígeno, consume dióxido de carbono, abastece a la población, crea diversidad de cultivos y aumenta la productividad, dinamiza la economía, produce cultivos para la obtención de biocombustibles

   En conclusión en España, las tierras cultivadas son más de secano que de regadío, y la gran mayoría de provincias tiene un número muy elevado de hectáreas cultivadas


PESCA

La primera imagen es un mapa temático, su fuente es fiable ya que es de la FAO, Puertos del Estado e ICL. Representa las regiones pesqueras españolas.

En este mapa podemos observar las provincias costeras españolas y las diferentes regiones pesqueras españolas.

Galicia conserva su primicia pesquera en España. Pues aporta un tercio de las capturas y casi la mitad del empleo pesquero.

Participa, junto con la flota cantábrica, de la pesca en aguas adyacentes (sardina, merluza), en los calderos comunitarios del Atlántico y en aguas muy alejadas (fletan, bacalao, atún), pues dispone de una excelente flota. En Galicia se han desarrollado industrias relacionadas con la pesca, como la conserva. Destacan los puertos de A Coruña y Vigo.

En el litoral mediterráneo la flota está obsoleta, la pesca es muy tradicional y con un futuro problemático: Mar sobreexplotado y dificultad de acceso a aguas ajenas.

El mar Mediterráneo de aguas más calientes, con salinidad, contienen menos fitoplancton y no tiene mareas, por lo que a efectos de pesca es frágil y está sobreexplotado.

En Andalucía la flota presenta un fuerte componente artesanal y un marcado carácter de actividad a tiempo parcial. Se pesca en el litoral, en aguas de Marruecos, de Portugal y en caladeros de Atlántico suroriental. Ha experimentado una trayectoria descendente por la disminución de las capturas en un mar sobre explotados y por la dificultad de acceso a aguas ajenas.

La pesca canaria tuvo su edad de oro entre los años 1961 y 1980. Su significación pesquera radicó en la explotación del banco sahariano, muy favorecido por la corriente de Canarias. El cambio de coyuntura en el mar le privo de los calderos tradicionales y convirtió sus puertos en base de operaciones de las flotas del Atlántico Suroriental.

La segunda imagen es una gráfica lineal, su fuente no es fiable ya que es del libro de Anaya de 2º de bachillerato, representa la evolución de capturas pesqueras  desde el años 1930 hasta 2014.

Para empezar, los bajos niveles de los años 30 y 40 se explican por factores como el bajo consumo de pescado de una sociedad eminentemente rural y la situación de pobreza generada en la posguerra.

En la segunda mitad de los 50 y en los 60 hay un gran crecimiento. Se debe a factores como el aumento de la población urbana y la mejora del nivel de vida de los españoles (planes de desarrollo). Esto supone una elevación del nivel de vida que incorporo el consumo de pescado a la dieta de la población.

Otros factores que influyen en el aumento de pesca desembarcada son: la libertad de pesca, el bajo precio del combustible, las leyes que promocionan la construcción de embarcaciones (Ley de Renovación de Flota), el desarrollo de las industrias conserveras.

En los años 70 y 80 se produce un estacionamiento con posterior descenso del número de capturas. Los factores son los siguientes: la crisis económica de mediados de los 70 y el aumento de los precios del petróleo, la entrada en la UE, las restricciones pesqueras en las aguas jurisdiccionales, el agotamiento de los caladeros y las políticas de reconversión del sector.

Y por último las oscilaciones de los últimos años dependen en gran medida de los acuerdos y negociaciones establecidos por la UE, también por el agotamiento de los calderos nacionales.



Las regiones pesqueras del Mediterráneo tienen menos importancia, en la mayoría de los puertos predomina la pesca de bajura, artesana. Las regiones pesqueras son:  -La Tramontana. Desde la frontera francesa hasta el cabo de la Nao: Cataluña y la Comunidad Valenciana. 

Puertos que destacan Barcelona y Tarragona

 -Levante. Desde el Cabo de la Nao al Cabo de Gata (Alicante y Murcia). Puertos de Santa Pola y Alicante

 -Sur-mediterránea Se corresponde con la costa andaluza. Su actividad es bastante reducida con relación al pasado. Puertos de Almería, Adra y Málaga 

-Baleares. En la actualidad ha disminuido mucho la actividad pesquera llegando incluso a importar pescado. Destaca el Puerto de Palma de Mallorca.

Los problemas para pescar en todos los caladeros provocan un desabastecimiento que exige realizar costosas importaciones. El Caladero Nacional tiene pocos recursos por la reducida plataforma continental, la sobreexplotación, y la contaminación. Los caladeros comunitarios están sometidos a un sistema de cuotas anuales para asegurar la sostenibilidad de la actividad. Respecto a los caladeros internacionales hay restricciones de pesca; de ahí el establecimiento de las Zonas Económicas Exclusivas de Pesca (200 millas). También la pesca está regulada por Organizaciones Regionales de Pesca (ORP) que establecen una serie de recomendaciones de obligado cumplimiento. 

-Demográficos: la población dedicada a la pesca es escasa, envejecida y con escasa formación. Se fomenta la competitividad y la diversificación del sector, conceden ayudas a los jóvenes pescadores y mejoras en la formación. 

-Económicos: La flota pesquera tiene un tamaño excesivo en relación con las posibilidades de pesca y una elevada Edad Media (28 años en 2006). Por eso tras la entrada de España en la UE se produjo la reducción de la flota y su renovación y modernización. 

Los espacios pesqueros son muy dependientes de la pesca (se promueve la pesca deportiva y recreativa, la explotación turística de las artes de pesca tradicionales o la acuicultura, las actividades como la limpieza de fondos o la colaboración con los científicos. Es insuficiente el empleo de las telecomunicaciones y de las nuevas tecnologías. 

Se precisa mejorar la transformación, comercialización y calidad de los productos pesqueros y aumentar la participación de los productores en estas actividades.  Es necesario adoptar las nuevas normas de seguridad, sanidad y bienestar animal establecidas por la UE. 

-Sociales. Muchos problemas se solucionarían con la mejora de las infraestructuras pesqueras, impulsando la acuicultura y ofreciendo ayudas para el mantenimiento de la pesca artesanal en la que trabajan muchas personas con gran tradición pesquera y escasa formación para trabajar en otra actividad; la diversificación económica, con la creación de infraestructuras que atraigan a los inversores y la reconversión profesional de los pescadores. 

-Medioambientales: la sobreexplotación por usar artes de pesca indiscriminadas, exceso de capturas, etc. La contaminación de las aguas por los vertidos de combustibles de los barcos. Se toman medidas como repoblar los caladeros, se prohíbe pescar tallas mínimas, cuotas de pesca, paradas biológicas, aumento de la vigilancia, usando las nuevas tecnologías como teledetección, evitar los vertidos, y regenerar las zonas degradadas.

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