El Espacio Rural y la Actividad Agraria en España
Las actividades y el espacio agrario en España están profundamente influidos por una compleja interacción de factores naturales y humanos.
Condicionantes de la Actividad Agraria
Condicionantes Naturales
Los elementos geográficos inherentes al territorio español juegan un papel fundamental en la configuración de su actividad agraria. Destacan:
El Relieve
Se aprecia una clara relación entre el mapa de aprovechamientos agrarios y el mapa de relieve. Aspectos clave son:
- La altitud modifica las condiciones de humedad y temperatura, esenciales para los cultivos.
- Las pendientes y desniveles afectan a la formación y al grado de estabilidad de los suelos, así como a las condiciones del trabajo agrícola.
- Es crucial mencionar la importancia del roquedo en el origen y evolución de los suelos, determinando su fertilidad y aptitud.
El Clima
Condiciona directamente los tipos de paisajes agrarios y se manifiesta a través de las temperaturas, precipitaciones, insolación, etc. El clima de mayor influencia es el mediterráneo; su larga sequía estival y elevadas temperaturas exigen una adaptación específica de los cultivos, lo que ha impulsado la implantación del regadío para contrarrestar la aridez. Además, los climas españoles presentan una notable irregularidad interanual, lo que influye negativamente sobre la agricultura y la ganadería, generando incertidumbre en las cosechas y pastos.
Los Suelos
Condicionan la agricultura por su distinta naturaleza, estructura, profundidad y composición química, determinando qué cultivos son viables y su productividad.
La Vegetación
En ocasiones, la vegetación natural se ha eliminado para lograr la total ocupación agrícola del terreno. Sin embargo, en otras situaciones, se ha conservado para ser aprovechada por la ganadería, especialmente en sistemas extensivos como la dehesa.
Condicionantes Humanos
El espacio agrario también acusa la influencia de factores históricos y socioeconómicos que han moldeado y permitido la pervivencia de las estructuras agrarias actuales.
Condicionantes Históricos
La historia ha dejado una profunda huella en la organización del campo español:
- Roma realizó la primera ordenación agraria de la península, basando sus sistemas en la trilogía mediterránea (cereal, vid, olivo) y en la gran explotación.
- La Reconquista y la repoblación cristianas dieron lugar a nuevas formas de uso y ordenación de la tierra, así como a diversos sistemas de posesión de la misma.
Condicionantes Sociales y Económicos
La propiedad, la explotación y el régimen de tenencia son elementos básicos de la estructura agraria contemporánea.
El Régimen de Propiedad de la Tierra
La propiedad consiste en el derecho a gozar, disponer libremente y aprovechar la tierra, sin más limitaciones que las establecidas por las leyes. La propiedad dominante en España es la propiedad privada. La propiedad pequeña (minifundio) es dominante en la mitad septentrional, en Levante y en la franja mediterránea, mientras que las grandes fincas (latifundio) tienen una mayor implantación en el sur.
Históricamente, existieron tres tipos de propiedad:
- La propiedad colectiva: cuya titularidad correspondía a las villas y municipios, y se dividía en bienes de propios (arrendados) o bienes de comunes (uso libre).
- La propiedad estamental: la superficie perteneciente a la Iglesia y a la nobleza, integrada en gran parte por señoríos. Los titulares de ambos tipos de propiedad no tenían capacidad de enajenar o vender, razón por la cual se decía que estos bienes estaban en manos muertas.
- La propiedad particular: la propiedad privada individual.
Los reformistas finalmente pusieron fin a la situación de las manos muertas mediante las desamortizaciones. La de Mendizábal (1836) afectó principalmente a los bienes eclesiásticos, y la de Madoz (1855) afectó también a los bienes civiles. El resultado de estos procesos fue una concentración notable de la propiedad y la proletarización del campesinado, al incrementarse el número de personas y disminuir las tierras disponibles para labrar.
El Régimen de Explotación de la Tierra
La explotación agraria guarda relación con la propiedad y se caracteriza por la división existente entre minifundios y latifundios. Los datos indican que más de la mitad de las explotaciones agrarias de España son minifundios. Tradicionalmente, las explotaciones se han clasificado por su tamaño, aunque sus características actuales dependen más de su rentabilidad económica que de su extensión física. Las explotaciones españolas tienen un tamaño económico inferior a la media europea.
Tipos de Explotación
Distinguimos entre régimen de explotación directa y de explotación indirecta:
- La explotación directa: el titular de la explotación agraria es también el propietario de la tierra.
- La explotación indirecta: el titular de la explotación y el propietario no son la misma persona. Dentro de esta, destacan:
- El arrendamiento: un alquiler que se establece mediante el pago de una renta fija, independientemente del resultado de la cosecha.
- La aparcería: una sociedad en la que el dueño aporta la tierra y el aparcero el trabajo. Los gastos se satisfacen a medias y los beneficios se reparten en la proporción establecida. Como la renta es variable, propietario y aparcero comparten por igual beneficios y pérdidas.
La sociedad española, hasta mediados del siglo XX, fue predominantemente rural y agrícola, con una gran importancia de la agricultura en la producción de la economía nacional. Las innovaciones técnicas, como la mecanización, favorecieron el desarrollo del campo. El ingreso de España en la Unión Europea (UE) ha influido significativamente en la actividad y el espacio agrario, suponiendo la ampliación de los mercados, la participación en las políticas comunitarias (PAC) y nuevas condiciones de financiación para la producción agraria.
Usos y Aprovechamientos Agrarios
Existe una clara coincidencia en la distribución de los usos del suelo:
- Los espacios forestales se localizan principalmente en áreas de montaña.
- Las praderas y pastizales se asientan sobre todo en zonas de dehesa y áreas ganaderas.
- Las tierras cultivadas se concentran en tres grandes conjuntos agrícolas: las cuencas interiores de la Meseta, las depresiones exteriores (como la del Ebro o el Guadalquivir) y el litoral mediterráneo.
Dentro de los espacios de aprovechamiento agrícola, destacan las zonas de regadío, que permiten una mayor productividad y diversificación de cultivos. Junto a ellos, cobran importancia los cultivos subtropicales (en zonas cálidas del sur) y los cultivos forzados (en invernaderos, especialmente en el sureste peninsular).