Las áreas protegidas son pilares fundamentales para la salud de nuestro planeta. No solo conservan paisajes únicos y una vasta biodiversidad, sino que también nos brindan una serie de servicios ecosistémicos invaluables que son esenciales para la vida y el desarrollo humano:
Suministro y Regulación Hídrica
Proveen el agua necesaria para el riego de cultivos, los procesos industriales y el consumo diario. Además, ayudan a regular los regímenes de lluvias y a fijar el carbono, manteniendo la estabilidad del clima global.
Prevención y Mitigación de Desastres Naturales
Actúan como barreras naturales, previniendo y mitigando los efectos devastadores de fenómenos como tsunamis, inundaciones y deslizamientos de tierra, protegiendo así a las comunidades y sus infraestructuras.
Conservación de la Diversidad Genética
Preservan la riqueza genética de especies de flora y fauna, un recurso invaluable que permite el descubrimiento de nuevas medicinas, alimentos y materiales, impulsando la innovación y la resiliencia biológica.
Soporte para la Seguridad Alimentaria
Son centros de dispersión de plantas alimenticias silvestres y cultivadas, y garantizan recursos pesqueros sostenibles para las poblaciones costeras, contribuyendo directamente a la seguridad alimentaria global.
Valor Recreativo, Espiritual y Educativo
Ofrecen espacios de inigualable belleza natural que regocijan el espíritu, promueven el bienestar físico y mental a través del ecoturismo y la recreación, y nos enseñan a valorar y proteger la naturaleza para las futuras generaciones.