Distribución de la Industria en España
La localización industrial en España muestra grandes desequilibrios territoriales, con áreas altamente industrializadas como Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y País Vasco, frente a regiones con escasa industrialización, como Extremadura, los Archipiélagos Canario y Balear, y el sur de Andalucía.
Estos desequilibrios en la distribución de la industria generan desigualdades adicionales en aspectos como población, riqueza, infraestructuras y peso político, afectando negativamente a las regiones menos industrializadas.
Áreas Industriales Desarrolladas
Se trata de las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, que se han consolidado como los centros principales de la industria española. Entre las dos suman más de una tercera parte de los ocupados y la inversión industrial en España. Su evolución reciente ha estado marcada por la reconversión de sectores tradicionales y por una revitalización debida a la implantación de los sectores de alta tecnología y de las sedes sociales de las grandes empresas nacionales y multinacionales. Todo ello ha favorecido una creciente terciarización de su industria.
Espacios Tradicionales en Declive
Este declive afecta especialmente a la Cornisa Cantábrica, a consecuencia de la crisis que afectó a los sectores maduros de su industria (metalurgia, petroquímica, naval), de gran implantación en este espacio geográfico y cuya caída ha tenido repercusiones muy negativas en las pequeñas y medianas empresas relacionadas con ellos. Asimismo, esta situación ha influido en áreas como Puertollano, Ferrol, la Bahía de Cádiz, etc. Dentro de la Cornisa Cantábrica, el País Vasco es la zona industrial que mejor ha sabido reconvertirse, sustituyendo en muchos casos la tradicional industria metalúrgica por una industria de vanguardia.
Espacios Industriales en Expansión
En las áreas periurbanas las industrias se han instalado debido a la cercanía de los centros urbanos, la accesibilidad a mercados y a distribución, la situación estratégica de las vías de comunicación, etc.
Los ejes de desarrollo, por su parte, comunican áreas industrializadas. Los más dinámicos son el Eje del Ebro y el Eje del Mediterráneo. El primero aprovecha su situación entre el País Vasco y Cataluña, y la accesibilidad a la Meseta desde el Valle del Ebro. El Eje Mediterráneo se extiende desde Girona hasta Murcia y acoge una industria muy diversificada que se beneficia del mercado que le proporciona altas densidades de población en el litoral. Además de estos dos ejes, hay otros interiores, como el del Henares, que se extiende desde Madrid hacia el norte.
Hay otros ejes regionales secundarios, como los de Ferrol-Vigo, Burgos-Valladolid, y el Eje del Guadalquivir (Huelva-Cádiz-Sevilla), espacios que fueron objeto de una industrialización inducida y que dieron lugar a importantes núcleos industriales.
Espacios de Industrialización Escasa
Se trata de Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares, Canarias y, en menor medida, Aragón, Castilla-León y Andalucía (en estas tres zonas hay algunas áreas de industrialización en expansión – Zaragoza, Valladolid, Burgos y el triángulo Huelva-Cádiz-Sevilla-). La industrialización es escasa por su localización poco competitiva, la baja densidad de población y la falta de tradición industrial. En ellas predominan los sectores tradicionales (alimentación y textil) en empresas medianas y pequeñas de baja competitividad.
Tendencias Actuales y Desafíos
En general, las regiones más desarrolladas y las grandes áreas urbanas están perdiendo empleos industriales debido a la deslocalización hacia regiones periféricas o países con costos más bajos. Esto ha reducido los desequilibrios previos en la distribución del empleo industrial. Sin embargo, estas mismas áreas urbanas concentran las actividades más avanzadas tecnológicamente, con alta productividad, que invierten fuertemente en investigación y desarrollo (I+D) y en innovaciones como diseño, marketing y publicidad.
Los sectores con mayor gasto en innovación incluyen farmacéutica, aeronáutica, electrónica, automoción e instrumentos científicos y de precisión. Madrid, Cataluña y País Vasco son las regiones con mayores inversiones en innovación, seguidas por el nordeste peninsular, mientras que el sur y los archipiélagos invierten mucho menos.
Esto implica que, aunque los contrastes en empleo industrial se están reduciendo, los diferenciales tecnológicos y la calidad del empleo aumentan según la región.