Vocabulario urbano

Una ciudad es un área urbana con alta densidad de población en la que predominan fundamentalmente la industria y los servicios. La palabra también se usa para describir un área de urbanización contigua.
Como problemas de la vida en las ciudades entendemos aquellos que se originan en las carácterísticas propias del territorio urbano:
Su alta concentración de población y actividades económicas, la elevada densidad de flujos de personas, productos, etc. Que se desarrollan en su seno, y sus formas de ocupación del espacio.
Problemas medioambientales
1.El microclima urbano:
En las ciudades se producen ligeras modificaciones del clima carácterístico de la zona.
Las causas son: la concentración de edificios, los materiales de los que esta hecha la ciudad, la morfología urbana, las actividades humanas, y los sistemas de drenaje, colaborando con ello, la ausencia de zonas verdes.
En general, podemos decir que en las ciudades la nubosidad es mayor, al igual que la humedad. Las temperaturas son más altas y las precipitaciones más abundantes. En las ciudades se produce un efecto invernadero, el cual ayuda a adelantar el cambio climático.
2. El tráfico y la contaminación con Gases de Efecto Invernadero (GEI):
La elevada concentración de personas que trae consigo una alta utilización de los medios de transporte , que emiten importantes cantidades de dióxido de carbono y otros GEIs.
Por otro lado, la aceleración del ritmo de vida en la ciudad y el elevado nivel de rentas, han dado lugar a una «excesiva» utilización de los vehículos privados.
3. La ciudad y el consumo de agua:
Las ciudades concentran mucha población y muchas y variadas actividades económicas, lo que hace que sean sistemas muy complejos y difíciles de gestionar, y ocasiona que muchos consumos sean excesivos. Cuanto mayor es la ciudad, mayor es su consumo per capitá de agua, más se tarda en localizar y reparar las averías, más distancia hay entre las residencias y los lugares de trabajo, de estudio, de compra, de ocio, etc. Más difícil es organizar los servicios públicos,.. Las nuevas formas urbanas son altamente consumidores de agua. Y cuanto más alto es el nivel de rentas, mayor es el consumo.
Además la ciudad es un agente altamente contaminante de las aguas.
4. Los residuos urbanos:
El elevado nivel de rentas de los habitantes y el ritmo de vida han hecho aumentar notablemente el consumo y, en particular, las formas de consumo que generan más residuos:
desarrollo de la de productos envasados, el progresivo declive de las compras en minoristas, la multiplicación de los servicios a particulares y la externalización de actividades al sector terciario.
5. Otros problemas medioambientales de la vida en las ciudades:
A los problemas ya señalados, hay que sumar los que tienen que ver con el incremento de los usos artificiales de suelo, el consumo de energía y la fragmentación de los espacios naturales.
Eran problemas habituales pero han aumentado con el crecimiento de las ciudades y del tráfico: al ruido, altos niveles de contaminación atmosférica y falta de espacios abiertos.
Los problemas de tráfico en las ciudades, están entre los más graves, el crecimiento difuso ha hecho aumentar la necesidad de transporte y la terciarización de las actividades económicas urbanas ha dado lugar a un incremento de los flujos e interconexiones.
Problemas sociales en la ciudad, el elevado precio del suelo urbano y de las viviendas suponen un importante problema, especialmente para los sectores sociales con menos rentas, que se ven obligados a un fuerte endeudamiento y a no poder comprar viviendas y tener que vivir en régimen de alquiler. Esto es importante para los jóvenes que quieren acceder a su primera vivienda.
Pero el precio de las viviendas no es igual en todas las zonas, estas diferencias dependen de: la accesibilidad, la proximidad de una zona a actividades que resulten más o menos molestas o peligrosas, el tamaño de la vivienda y la densidad de edificación y la calidad de los materiales y de la mano de obra.
De esta manera, la ciudad reproduce las diferencias sociales de sus habitantes: la población se reparte según la capacidad de compra, a la vez que la propia ciudad puede hacer aumentar las diferencias sociales, de ahí que la planificación urbana se encamine a mejorar la calidad de vida en los barrios o zonas menos favorecidas, consiguiendo un aumento en el precio de esas viviendas, lo que supone un aumento en la riqueza de sus habitantes. 


Hoy los problemas se pueden circunscribir esencialmente a dos: Los grupos sociales de españoles que disponen de rentas tan bajas que se ven obligados a residir en viviendas muy degradadas y de mala calidad, que se encuentran en las zonas del casco histórico o de los barrios tradicionales que se han depauperado; jubilados-pensionistas de rentas ínfimas, indigentes y “sin techo”. Las políticas municipales para estos grupos han tomado unas medidas y caminos, pero a pesar de ello sigue habiendo grupos sociales que residen en viviendas que no reúnen condiciones adecuadas: inmigrantes llegan sin recursos, acceden a trabajos sin cualificar y necesitan ahorrar, buscan residencia en viviendas baratas, además, buscan alojarse cerca de personas que tengan idioma, religión, cultura y comportamientos similares, lo que puede producir fenómenos de segregación. Además la llegada masiva de inmigrantes ha hecho que las políticas municipales para estos grupos sociales se vuelvan totalmente ineficaces.

Para hacer frente a esta situación, los gobiernos se utilizan fundamentalmente dos líneas de acción:
1. Las «políticas de vivienda«, que se centran en favorecer la construcción de Vivienda de Protección Oficial: El constructor se compromete a no vender la vivienda por encima de un precio máximo fijado por la administración, obteniendo el comprador obtiene una vivienda a un precio notablemente inferior al del mercado.
2. La planificación urbana:
en la medida en que permite prever la demanda de suelo y articular la oferta y la demanda, a la vez que es la herramienta que se utiliza para garantizar la calidad de vida de los ciudadanos. Forma parte de las políticas de ordenación territorial, que pretenden corregir los desequilibrios y los problemas medioambientales que derivan de la simple aplicación de las normas de mercado.
En la Uníón Europea, la planificación pretende:
– Fomentar el desarrollo urbano, pero controlar la expansión urbana
– La regeneración económica y social de las ciudades
-Difundir el concepto de «gobernanza urbana»
Como armas se utilizan:
1. Las recomendaciones de la Comisión Europea
2. El plan URBAN, por el que los estados seleccionan las zonas urbanas afectadas, que reciben una subvención para llevar a cabo estrategias de desarrollo.
En España, la primera ley del suelo se proclamó en 1956, cuando éxodo rural había llevado a importantes contingentes de población a las ciudades, haciendo que la ciudad creciese sin ningún control, y la calidad de vida de sus ciudadanos fuese muy mala, habiendo un amplio desarrollo del «chabolismo». Desde entonces, la planificación ha pasado por tres etapas:
1º- planificación que intentaba controlar o someter a normas el crecimiento de la ciudad para corregir las desigualdades sociales
2º- cambió la perspectiva: los planes urbanos se integran en planes estratégicos superiores, que pretenden mejorar la posición de la ciudad en la jerarquía urbana, y con ello potenciar su economía.
3º- En 2007, se promulgó una nueva Ley del Suelo que establece:
– Suelo urbanizable es el que esté incluido en los planes de crecimiento de las ciudades que elaboran los ayuntamientos, pero se considera rústico hasta que se edifica o se trazan las infraestructuras básicas.
– La obligación de realizar una revisión de los planes urbanos cuando una actuación conlleve un incremento superior al 20% de !A población de esa localidad o de la superficie de suelo urbanizado de la misma.
– Deben tener en cuenta un informe de impacto medioambiental
– Una reserva mínima del 30% del nuevo suelo urbanizable deberá dedicarse obligatoriamente a vivienda protegida.
– Los propietarios de los suelos que se incluyan en la planificación deberán realizar cesiones a los ayuntamientos de un porcentaje mínimo de un 5% y máximo de un 15%
Por otro lado, vuelve al planteamiento «dirigista» y «controlador» de las antiguas leyes del suelo, haciendo caso omiso a las indicaciones comunitarias.

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