Población, Migraciones y Ciudades en España

Movimiento Natural de la Población Española

El movimiento natural de la población española hace referencia a los cambios vitales de las distintas poblaciones, analizando su evolución a partir del estudio de fenómenos naturales como la natalidad o la mortalidad.

Evolución de la Natalidad

En España, durante el último siglo, la evolución de la natalidad ha sido similar a la del resto de los países desarrollados, experimentando una caída considerable en todo ese período. La tasa de natalidad mide el número de nacimientos que se producen al año por cada mil habitantes, que ha descendido del 35‰ a principios del siglo XX hasta valores cercanos al 10‰ en la actualidad.

La fórmula de la tasa de natalidad (TN) es: TN = (Nº de nacimientos en 1 año en un territorio / Población total) * 1000

El descenso de la natalidad ha sido constante, pero con algunas discontinuidades:

  • La natalidad comienza a descender desde comienzos del siglo XX hasta la década de 1920.
  • La crisis de 1929, la inestabilidad política de la Segunda República (1931-1936) y la Guerra Civil (1936-1939) produjeron un brusco descenso en los nacimientos.
  • Un largo período de dificultades económicas dio lugar a la continuidad del descenso hasta mediados de la década de 1950, en la posguerra.
  • Se produce un nuevo período de crecimiento de la natalidad entre 1950 y 1960.
  • A lo largo de los noventa y principios de nuestro siglo, las tasas de natalidad se mantienen muy bajas pero estables.

Las causas más destacadas del descenso de la natalidad son:

  • El retraso en la edad de contraer matrimonio.
  • La progresiva incorporación de la mujer al trabajo.
  • La difusión de los anticonceptivos.
  • La despenalización del aborto.
  • La menor influencia de la religión en la sociedad española.
  • En general, un cambio de valores y de estilos de vida.

La Fecundidad en España

Como consecuencia de la caída de la natalidad, España presenta hoy una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo. Se considera que por debajo de 2,1 hijos por mujer, una población no asegura el nivel de reemplazo generacional.

La fórmula de la tasa de fecundidad (TF) es: TF = (Nº de nacimientos en un año / Mujeres entre 15 y 49 años) * 100

Evolución de la Mortalidad

La tasa de mortalidad mide el número de defunciones que se producen al año por cada 1000 habitantes. Esta tasa también ha descendido notablemente a lo largo de todo el último siglo.

La fórmula de la tasa de mortalidad (TM) es: TM = (Nº de defunciones en 1 año y lugar determinado / Población total) * 1000

  • A principios del siglo XX, la mortalidad española era muy elevada y la esperanza de vida al nacer no superaba los 35 años.
  • Desde entonces se inicia un descenso sostenido, que se interrumpe por dos episodios catastróficos: la epidemia de gripe que en 1918 causó la muerte en España a 300.000 personas aprox., y la Guerra Civil que provocó una gran mortalidad.
  • Desde finales de los cincuenta, las tasas de mortalidad son muy bajas y se encuentran estabilizadas.

La mortalidad ha descendido a causa de varios factores:

  • El aumento del nivel de renta de la población.
  • Los avances en el campo de la higiene y la sanidad.
  • La mejora del nivel educativo.

Entre las causas de mortalidad más frecuentes, sobresalen las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Esperanza de Vida al Nacer

Número medio de años que una persona al nacer espera vivir, suponiendo que las condiciones de mortalidad permanezcan constantes. Actualmente es de 77 años para los hombres y 83 para las mujeres.

Crecimiento Natural

El crecimiento natural o vegetativo es determinado por la evolución conjunta de natalidad y mortalidad, es decir, la evolución que tendría su población si no existieran las migraciones exteriores. Este crecimiento es desigual en el espacio (según municipios, provincias y comunidades autónomas) y ha variado intensamente en el tiempo por las desiguales curvas de natalidad y mortalidad.

Es la diferencia entre el número de nacimientos y el número de defunciones expresada en tanto por mil (‰) con respecto a la población total, es decir: TN – TM.

Las comunidades autónomas con mayores tasas de crecimiento natural son las que cuentan con una población más joven, como Murcia, Madrid, Andalucía, Cataluña, las dos comunidades insulares, Valencia, Navarra y Ceuta y Melilla. Por el contrario, las comunidades con crecimiento natural negativo son las que tienen una población más envejecida, como Asturias, Galicia y Castilla y León.

Índice de Envejecimiento

Relación entre la población mayor de 65 años y la menor de 15, expresada en tanto por 100.

Pirámide de Población

Gráfico de barras horizontales en el que se representa la cantidad (absoluta o relativa) de personas en cada grupo de edad; se sitúan los hombres a la izquierda y las mujeres a la derecha.

Regímenes o Ciclos Demográficos

Es la evolución del movimiento natural que pasa por diferentes etapas a lo largo de las cuales presenta rasgos homogéneos. Se pueden distinguir cuatro fases:

  • Régimen demográfico antiguo: Donde las tasas de natalidad y mortalidad eran muy altas, por lo que el crecimiento natural de la población era escaso. Es un régimen propio de sociedades rurales, que mantenía una fecundidad muy elevada y que tenía como contrapartida una gran mortalidad infantil.
  • Inicio de la transición: Desde finales del siglo XIX, se produce un descenso suave de la mortalidad, como consecuencia de la modernización económica del país y los consiguientes avances en las condiciones de vida de la población. El crecimiento natural de la población fue elevado en la época del «baby boom».
  • Final de la transición: En el tercio final del siglo XX, la mortalidad se mantenía muy baja y estable, pero la natalidad continuó en descenso, lo que supuso una constante reducción del crecimiento natural.
  • Nuevo régimen demográfico: A lo largo de los primeros años de nuestro siglo, las TN y TM permanecen muy bajas, por lo que el crecimiento natural es prácticamente nulo. Esto genera un envejecimiento poblacional que acarrea problemas de índole social y económica.

Migraciones

Emigración Exterior

España ha sido tradicionalmente un país de emigración, pero esta situación ha cambiado en los últimos años, convirtiéndose en un importante destino de inmigración. Los principales destinos de la emigración española han sido Latinoamérica y otros países europeos.

La Emigración Transoceánica

Se pueden diferenciar varias fases:

  • La emigración en la época de las colonias: Tras el descubrimiento de América, se inició un proceso de conquista y ocupación de territorios que supuso un flujo constante de población desde la Península hasta las colonias americanas. Este flujo continuo tuvo como contrapartida la ralentización del crecimiento demográfico en la España peninsular, ya que eran numerosos los jóvenes que abandonaban su territorio para emigrar a América.
  • El auge migratorio desde mediados del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial: Solo Cuba y Puerto Rico, así como Filipinas en el sudeste asiático, continuaron recibiendo inmigrantes, ya que estos territorios aún pertenecían a la Corona española. Los emigrantes españoles procedían sobre todo de Galicia, Asturias, Cantabria y Canarias. Se conoce como «indianos» a los emigrantes que regresaron a España tras una estancia en América.
  • La emigración transoceánica entre 1945 y 1960: Acabada la Segunda Guerra Mundial, se produjo la reactivación de la emigración transoceánica, pero sin alcanzar ya la intensidad de las primeras décadas del siglo XX. El destino principal en esta época fue Venezuela, que vivía un auge con sus explotaciones petroleras, junto con Argentina.

La Emigración a Otros Países Europeos

En la primera mitad de los setenta, casi dos millones de españoles emigraron a varios países europeos, sobre todo Alemania (36%), Suiza (36%), Francia (21%) y Países Bajos (4%). Esta emigración europea tuvo las siguientes características:

  • Fue una emigración esencialmente de varones.
  • Muchos de los trabajadores españoles acudieron con contrato de trabajo que, con frecuencia, era temporal.
  • Los trabajadores españoles pudieron ahorrar y enviar dinero a sus familias que residían aún en España. Este flujo de capital en forma de REMESAS contribuyó al crecimiento económico de España en los años 60 y 70 del pasado siglo.

El Retorno de los Emigrantes

A finales de los años 70 y durante los 80 y los 90 del siglo XX, retornaron a España numerosos emigrantes, tanto de Iberoamérica como, sobre todo, de otros países europeos. Su número superó el medio millón.

Consecuencias de la Emigración

Las consecuencias de la emigración incluyen:

  • Desequilibrios en la distribución de la población.
  • Envejecimiento de la población rural.
  • En el campo descendió la productividad.
  • Problemas de vivienda y de integración.

Migraciones Interiores

Migraciones Tradicionales

Entre 1900 y 1975 se produjo en España un éxodo masivo de población del medio rural hacia las ciudades. Los espacios emisores eran las regiones rurales del interior peninsular o espacios con sistemas agrarios en crisis. Los espacios atractores fueron las principales zonas industrializadas: Madrid, Cataluña y País Vasco.

Migraciones Actuales

Desde 1975, la crisis del petróleo frenó los flujos migratorios interprovinciales. Con la recuperación de mediados de los años 80, apareció un nuevo modelo migratorio en el que las migraciones intraprovinciales ganan protagonismo. Actualmente, la mayor parte de los flujos migratorios son de corta distancia y están ligados a la expansión urbana por la mejora del transporte, la carestía del suelo en las ciudades y la búsqueda de zonas con un medio ambiente mejor conservado. Se dan movimientos de trabajo pendulares y de ocio.

Sistema Urbano Español

Jerarquías Urbanas

Se habla de funciones urbanas para hacer referencia a las actividades que se realizan en estos espacios. En las ciudades de mayor nivel jerárquico no solo se llevan a cabo más actividades sino que, además, estas son más especializadas. Se pueden distinguir los siguientes niveles jerárquicos:

  • Grandes metrópolis nacionales: Es el primer nivel jerárquico donde aparecen dos grandes metrópolis, Madrid y Barcelona. Son grandes centros de decisión empresarial, ya que concentran una gran parte de las sedes de las empresas españolas, cuentan con servicios muy especializados y empresas de alta tecnología.
  • Metrópolis regionales: Son áreas metropolitanas con servicios de alto rango, que organizan un espacio amplio pero sin tener alcance nacional, como ocurre con Sevilla, Bilbao, Valencia, Zaragoza o Málaga.
  • Metrópolis subregionales: Su área de influencia es más reducida y su población se sitúa entre los 200.000 y los 500.000 habitantes. Mantienen flujos intensos con la correspondiente metrópoli regional, como Alicante y Murcia con respecto a Valencia.
  • Ciudades medias: La mayor parte de ellas son capitales de provincia de tamaño medio, entre los 50.000 y los 200.000 habitantes, caracterizadas por sus actividades comerciales y de servicios de ámbito provincial, como Burgos, Segovia, Orense.
  • Cabeceras comarcales: Es el último escalón jerárquico del sistema urbano, ocupado por las cabeceras (capitales) comarcales. Son centros urbanos con servicios básicos que organizan un territorio de reducida extensión, que oscila entre los 5.000 y los 20.000 habitantes, como Astorga (León), Trujillo (Cáceres) o Antequera (Málaga).

La Morfología del Sistema Urbano

Las ciudades españolas se reparten por el territorio de modo muy desigual, concentrándose en la franja costera y en los archipiélagos. En la periferia se distinguen los siguientes ejes de concentración de ciudades:

  • Franja atlántica gallega.
  • Franja cantábrica.
  • El valle del Ebro.
  • Corredor mediterráneo.
  • Ejes andaluces.
  • Ejes insulares.

El interior peninsular no cuenta propiamente con ejes urbanos y se caracteriza por la presencia de áreas urbanas de menor tamaño y menor densidad de ciudades.

Subsistemas Urbanos

Se pueden identificar diferentes tipos de subsistemas urbanos:

  • Subsistemas monocéntricos primados: Una ciudad aparece como centro dominante (la ciudad primada) y tiene un tamaño muy grande en relación con las demás. Estos subsistemas presentan un desequilibrio, ya que faltan los niveles inmediatamente inferiores al de la ciudad primada (ejemplo: Madrid-Cataluña, aunque Cataluña tiene un sistema más complejo).
  • Subsistemas monocéntricos jerarquizados: En la cúspide de estos subsistemas también figura una sola ciudad, pero la relación de tamaños entre las distintas urbes es mucho más armónica. Los flujos entre las ciudades son jerárquicos, de manera que se establecen relaciones de dependencia entre los sucesivos escalones (ejemplos: Andalucía, Valencia).
  • Subsistemas policéntricos: Varias ciudades compiten entre sí en la cúspide del subsistema. Estas no están conectadas por flujos jerárquicos, sino bidireccionales. Cada una se especializa en determinadas actividades (ejemplo: Galicia – A Coruña, Vigo).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *