Complejo Siderúrgico y Cerámico de Sargadelos
El Complejo industrial de Sargadelos, fundado con el título de Real Fábrica en 1792 por Antonio Raimundo Ibáñez, Marqués de Sargadelos, fue una destacada figura del nuevo capitalismo industrial. Fue el primer alto horno con carácter privado que se construyó en la península, siendo reseñable su importante aportación a la industria española de los siglos XVIII y XIX, por su proceso innovador.
La infraestructura fue diseñada para dar respuesta a unas necesidades productivas concretas en el tiempo y en el espacio, que posteriormente fueron adaptándose a las circunstancias políticas y socioeconómicas del momento, pasando por distintas etapas de productividad.
Inicialmente, la producción de la fundición iba destinada a la fabricación de ollas o potes y hierro dúctil. Con motivo de la guerra con Francia, el ejército pasó a ser, durante décadas, su cliente fundamental, convirtiéndola en la primera productora de municiones de todo el país.
Aprovechando la excelente calidad de los caolines del entorno, Raimundo Ibáñez fundó en 1804 la Fábrica de Cerámica, que se dedicó en sus primeros momentos a la elaboración de loza blanca, siendo pionera en España en comercializarla para uso doméstico. Entre todas sus etapas, la más sobresaliente fue la dirigida por el inglés Edwin Forester desde 1845 hasta 1862, que situó la loza blanca de Sargadelos entre las más prestigiosas de Europa.
Con el cierre de las fábricas de Sargadelos en 1875, comenzó el abandono y destrucción de las instalaciones. En el siglo XX se inició una nueva etapa para la fábrica de cerámica, en un emplazamiento próximo, impulsada por Isaac Díaz Pardo y Luis Seoane.
Real Fábrica de Municiones de Hierro de Orbaiceta
La Real Fábrica de Orbaiceta constituye una buena muestra del nuevo modelo industrial de establecimientos rurales impuesto por la monarquía borbónica a partir de 1766, para emplazar las factorías junto a los recursos naturales, que responde a un concepto fabril renovador: el de los pabellones independientes.
El agotamiento del carbón en la fábrica de Eugi, fundada en 1766, hizo necesaria la construcción de una nueva en Orbaiceta, en 1784, ya que ofrecía unas magníficas condiciones por sus abundantes recursos en agua, bosques y minas de hierro.
El proyecto de Orbaiceta se planteó como núcleo autosuficiente aislado en el medio rural (fábrica/población) para responder a su modelo productivo de localización junto a las fuentes de las materias primas. Para su emplazamiento se escogió una finca en pendiente donde existía una ferrería, no lejos del núcleo histórico de Orbaiceta y junto al río Legarza, ya que ofrecía las condiciones ideales para implantar el modelo deseado de explotación racional.
Altos Hornos de Vizcaya
Entre los elementos que se han conservado de los antiguos Altos Hornos de Vizcaya (AHV) se encuentran el pantano viejo de El Regato, el edificio Ilgner y las oficinas generales de la empresa en Barakaldo, así como las naves de perfiles comerciales en el Alto Horno número 1 en Sestao.
En 1996 se cerraba Altos Hornos de Vizcaya, la siderurgia que desde 1902 se había asentado en la margen izquierda de la ría de Bilbao, y que durante buena parte del siglo XX se constituyó en la más importante del sur de Europa. Su cierre vino acompañado de la destrucción de la mayoría de sus instalaciones y de su sustitución por la Acería Compacta de Bizkaia (ACB).
Elementos Conservados de AHV
- Naves Comerciales: Constan de 6 crujías construidas en 1914 con estructura metálica y cerramiento de ladrillo, la tipología más representativa de la siderurgia vizcaína.
- Antiguas Oficinas Generales: Dos edificios adosados, obra del arquitecto Manuel María Smith e Ibarra. El más antiguo (1911) alojaba dependencias del alto personal. En el edificio más moderno (1946), con 7 pisos y planta en mariposa, se instalaron las oficinas generales de la empresa y ha sido rehabilitado para alojar apartamentos tutelados y una escuela infantil.
- Edificio Ilgner: El único conservado de todos los que en la fábrica de Barakaldo se dedicaban a labores productivas. Se trata de una nave de hormigón, singular por su monumentalismo. Fue construida en 1927 para albergar una subestación con dos grupos Ilgner Siemens Schuckert de transformación electrónica.
- Horno Alto Número 1: Junto a su gemelo número 2 (ya desaparecido), fue construido en 1958 por la casa alemana GHH dentro del plan de mejoras realizadas en la fábrica y se apagó definitivamente en 1995. Se trata de un horno de tipo americano apoyado sobre viga circular o madrastra. Cuenta con 6,5 metros de diámetro de crisol, 25 metros de altura total interior y 757 metros cúbicos de volumen interior útil; 14 toberas por las que se inyectaba aire calentado en estufas Didier de tiro forzado (21.247 metros cúbicos de superficie de caldeo) que podían lograr temperaturas de aire de hasta 1400ºC.
- Pantano Viejo de El Regato: Dispone de una presa de 20 metros de altura con una longitud de coronación de 74 metros. Desde el punto de vista constructivo, significó una gran innovación, no solo por su tipología estructural (con arco de gravedad), sino especialmente por la utilización de hormigón. Por primera vez se utilizaba en España este material en la construcción de presas.