Evolución Industrial de España: Historia, Fases y Regiones Clave

El Proceso de Industrialización en España: Fases y Evolución

El Siglo XIX

En España, se observa una escasez de iniciativas empresariales y la pervivencia de una economía eminentemente agraria. La escasa estructura industrial existente se caracterizaba por la falta de capitales, una producción escasa y poco competitiva que solo lograba sobrevivir gracias a la protección estatal. España se convirtió en exportadora de materias primas, como el plomo.

La industrialización se vio frenada por la inexistencia de una burguesía industrial nacional y una estructura social fuertemente jerarquizada y desequilibrada.

La Industrialización desde Principios del Siglo XX hasta 1959

El inicio del siglo XX en España estuvo marcado por una situación política compleja que dificultó la entrada de empresas y capitales extranjeros. La Guerra Civil anuló cualquier posibilidad de desarrollo económico o industrial.

En 1940, se estableció un periodo de autarquía. Esto provocó un gran estancamiento económico, desembocando en los años más duros de la historia de España. El aislamiento internacional, la escasez de importaciones y la fuerte dictadura agravaron esta pésima situación industrial.

En 1951, se observó una ligera recuperación de la renta nacional. Al mismo tiempo, se iniciaron las negociaciones con EE. UU., que culminarían con la entrada de España en la ONU en 1955.

Durante este periodo, el gobierno de Franco elaboró numerosas leyes de protección y fomento de la industria nacional, que planteaban la necesidad de impulsar los sectores industriales básicos. Los empleos industriales se desarrollaron, sobre todo, en el litoral: en Cataluña, Valencia y el País Vasco.

El Desarrollo Industrial desde 1959 hasta 1975

El Plan de Estabilización supuso la ruptura con el régimen autárquico anterior. Este plan tenía como objetivos un desarrollo económico equilibrado, una mayor integración con otras economías, una liberalización interna del país y una mayor apertura.

Las medidas adoptadas fueron: una devaluación de la peseta frente al dólar y una congelación de los salarios. Todo esto produjo:

  • Un impulso definitivo para transformar el país, dejando atrás una economía fundamentalmente agraria.
  • Un incremento en las tasas anuales de crecimiento del PIB.
  • La renta real de los españoles aumentó un 5%.
  • Un aumento de las desigualdades entre los distintos sectores económicos.
  • Un aumento de las desigualdades sociales y territoriales en lo que respecta al proceso industrializador.
  • La incorporación de España en la economía internacional, utilizando una fuente de energía barata (el petróleo), con una importante entrada de capital en forma de inversiones directas y con facilidades para la importación de bienes de equipo y tecnología.

En este proceso, también se produjeron importantes fallos que potenciaron las desigualdades:

  • Deficiencias en la implantación del Plan de Estabilización, que conllevaron el retraso en la construcción de infraestructuras o en la urbanización de polígonos industriales.
  • Falta de medios financieros y legales para llevar a cabo algunos de los proyectos marcados como objetivos del Plan.
  • Ausencia de una reflexión teórica básica sobre la distribución lógica de las industrias.

Crisis Económica y Reestructuración Industrial. 1975-1985

A partir de 1975, se inició un periodo de intensas y rápidas transformaciones. Las características de este periodo se pueden resumir en:

  • Aumento de la tasa de desempleo, que pasó del 1,1% en 1970 al 22% en 1985.
  • La aportación de las actividades industriales al PIB español descendió del 40% en 1975 al 35% en 1985.
  • La tasa anual de crecimiento se redujo al 1,3%.
  • La producción industrial aumentó debido a una elevación de la productividad media por trabajador.

La crisis económica de los años ochenta provocó una serie de consecuencias en el sector secundario español:

  • La reconversión de determinadas empresas de sectores industriales básicos como la siderurgia, la industria naval o la textil.
  • Pérdida de la competitividad de los productos industriales, provocada por el aumento del salario de los trabajadores a lo largo de los años setenta.
  • Reorientación industrial forzosa.
  • Los cambios políticos y sociales que trajo consigo la descomposición del régimen franquista y la Transición, provocaron una disminución de la inversión extranjera en las industrias nacionales.
  • Una pérdida de empleo en el sector secundario, sobre todo en las industrias textiles, la confección, la metalurgia, la construcción, etc., que perdieron más de un 25% de empleos entre 1975 y 1983.

La Recuperación de la Industria. 1985-2007

En esta recuperación influyó la entrada de España en la CEE (Comunidad Económica Europea), lo que supuso nuevos retos y ventajas:

  • Retos: la integración en un mercado muy competitivo y la adopción de una normativa industrial comunitaria que favorecía una regulación técnica y sanitaria de los productos, la eliminación de las ayudas estatales a las empresas o la homogeneización de la reconversión.
  • Ventajas: aumento del mercado para los productos industriales españoles, la desaparición de los aranceles comerciales, el acceso a las innovaciones técnicas, la entrada de capital extranjero, etc.

España asimiló, en este periodo, los cambios promovidos por la llamada Tercera Revolución Industrial, basada en la innovación científica y tecnológica para la obtención de nuevos productos, una mejora en la producción y distribución de los mismos, una nueva organización del trabajo y de la gestión de las empresas, y la introducción del marketing (que revolucionó los sistemas de comercialización), entre otros.

Esta Tercera Revolución Industrial provocó cambios en la producción, en la estructura industrial y en la localización de las industrias.

Cambios en la Producción Industrial

Se impulsaron nuevos sectores industriales de alta tecnología.

Cambios en la Estructura Industrial

Las nuevas tecnologías favorecieron la descentralización y la flexibilización productiva.

  • La descentralización consiste en dividir el proceso de producción en fases y localizar cada una de ellas en establecimientos separados, ubicados en el lugar más favorable.
  • La flexibilización productiva consiste en fabricar pequeñas series de productos diferentes a precios rentables. Este tipo de empresas pueden responder a la exigencia de la variedad de la demanda.
  • El tamaño de las empresas se redujo; proliferaron las PYMES y las fábricas de tamaño medio.
  • El empleo ha cambiado: se redujo el empleo en tareas propiamente productivas (de ‘mono azul’) y aumentó el empleo de trabajadores cualificados (de ‘cuello blanco’) que ahora trabajan en investigación y desarrollo (I+D), diseño, gestión o marketing.

Cambios en la Localización Industrial

Las nuevas tecnologías propiciaron la difusión o deslocalización de las empresas que buscan reducir costes en lugares con mayores ventajas. Se fomentó la concentración de las industrias de alta tecnología, las oficinas y los servicios.

Las Regiones Industriales en la España Actual

Factores Actuales de Localización Industrial

A la hora de buscar la ubicación o localización de una empresa industrial, los siguientes factores son importantes:

  • Actualmente, la proximidad a los recursos naturales pierde importancia debido al abaratamiento de los costes del transporte de materias primas y la facilidad para transportar la energía eléctrica. También pierde importancia la proximidad al mercado de consumo, dada la mejora del transporte y las comunicaciones y la ampliación de las áreas de venta en el contexto de la globalización.
  • Mantienen su importancia la disponibilidad de buenos sistemas de transporte y comunicación y la mano de obra, tanto para las industrias que necesitan mucha y poco cualificada como para aquellas que requieren profesionales cualificados.
  • Es fundamental el acceso a la innovación y a la información, esencial para la competitividad de las empresas actuales. Las empresas de alta tecnología suelen localizarse en los llamados ‘medios innovadores’, caracterizados por la presencia de mano de obra muy cualificada, centros de investigación, infraestructuras telemáticas y servicios avanzados.
  • El territorio adquiere más peso como factor de localización industrial, ya que proporciona ventajas competitivas a las empresas instaladas en él, como por ejemplo, la existencia de mano de obra numerosa o cualificada, un entorno empresarial innovador, el apoyo de los agentes sociales a las empresas, etc.

Las Áreas Industriales Actuales

En España, la localización industrial mantiene fuertes desequilibrios territoriales. Estas desigualdades conllevan otros desequilibrios en el reparto de la población, la riqueza, las infraestructuras, los equipamientos, los servicios y el peso político. En España, podemos distinguir entre áreas industriales desarrolladas, en expansión, en declive, con industrialización inducida y con industrialización escasa.

Áreas Industriales Desarrolladas

Las áreas industriales desarrolladas son los espacios centrales de las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, constituyendo los principales centros de la industria española. La industria en estas zonas es mayoritariamente de alta tecnología y alberga las sedes sociales de grandes empresas nacionales o multinacionales, atraídas por las ventajas de su centralidad. Esto ha favorecido una terciarización de la industria, observada en la aparición de parques industriales y empresariales.

Áreas Industriales en Expansión

Las áreas industriales en expansión son zonas que están recibiendo nuevas implantaciones industriales. Podemos distinguir varios tipos:

  • Las coronas metropolitanas, en la periferia urbana. Aquí encontramos industrias tradicionales deslocalizadas desde las áreas centrales metropolitanas que buscan reducir costes (en polígonos industriales), y empresas innovadoras que se instalan en los parques tecnológicos.
  • Las franjas periurbanas, en la zona de transición entre la ciudad y el campo. En general, son industrias pequeñas, poco capitalizadas, con trabajo poco cualificado y flexible. Sus producciones son tradicionales (madera, muebles, metalurgia, confección, etc.) y suelen instalarse en polígonos de naves adosadas de pequeño tamaño.
  • Los ejes de desarrollo industrial, como los del valle del Ebro y del Mediterráneo (Gerona-Cartagena). Poseen una red de autopistas que conectan los centros con Europa. En ellos se localizan empresas nacionales y multinacionales. A nivel regional, se han desarrollado ejes en torno a Madrid.
  • Las áreas rurales bien comunicadas también han recibido industrias. En general, son pequeñas, poco cualificadas, con trabajo barato y flexible. Suelen ser pequeños talleres (dulces, prendas de vestir, muebles) o empresas de empresarios autóctonos que aprovechan los recursos del entorno.
Áreas Industriales en Declive

Las áreas industriales en declive se encuentran en la cornisa cantábrica, Ferrol, la Bahía de Cádiz, Puertollano y Ponferrada. Las causas de su declive son su especialización en sectores maduros, con grandes fábricas y PYMES muy dependientes de estas, que en muchos casos han sufrido una importante reconversión. Son zonas de muy difícil reindustrialización debido a: la existencia de un mercado laboral poco cualificado, fuerte conflictividad laboral, grave deterioro medioambiental, industrias muy contaminantes, crecimiento urbano desorganizado y de baja calidad, etc.

Áreas de Industrialización Inducida

Las áreas de industrialización inducida se encuentran en Aragón, Castilla y León y Andalucía. Aquí se crearon algunos enclaves industriales como resultado de la política de promoción industrial de la década de los sesenta. Estos concentraron las inversiones, el empleo y la producción, pero fueron incapaces de difundir la industria hacia áreas próximas, generando así desequilibrios regionales. Es el caso de Zaragoza, Valladolid, Burgos, y el triángulo Cádiz-Sevilla-Huelva en Andalucía.

Áreas de Industrialización Escasa

Las áreas de industrialización escasa son Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares y Canarias. Presentan una localización poco competitiva. Predominan los sectores tradicionales, las empresas medianas y pequeñas, de baja competitividad.

La Política Medioambiental de la Industria

El objetivo de la política medioambiental es solucionar los problemas causados por la industria al medioambiente y proteger el patrimonio industrial amenazado de desaparición.

Problemas Medioambientales Causados por la Industria

La industria provoca problemas medioambientales que se intentan solucionar con medidas de prevención y corrección de los daños causados.

El uso abusivo de los recursos naturales (materias primas y fuentes de energía) conduce a la sobreexplotación y su agotamiento. Frente a este problema, se fomenta el desarrollo sostenible, es decir, un uso racional de los recursos que permita satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras.

Algunas industrias contaminan el medio debido a la generación de gases, residuos y ruidos. Sus principales efectos son la contaminación atmosférica (lluvia ácida, disminución de la capa de ozono, efecto invernadero, contaminación acústica) y la contaminación de las aguas y del suelo por vertidos sin depurar. Frente a estos problemas se plantean:

  • La prevención del daño, prohibiendo el uso industrial de ciertas áreas.
  • La investigación de tecnologías limpias para la industria. Fomentar las industrias verdes o ecológicas con energías renovables y basadas en el reciclaje, etc.
  • La adopción de medidas correctoras, con limitaciones de emisiones, auditorías medioambientales, leyes medioambientales y penas para los delitos ecológicos.

Protección del Patrimonio Industrial

La protección del patrimonio industrial es muy importante. Algunos edificios, conjuntos o paisajes industriales tienen un gran interés como testimonio de la actividad industrial moderna anterior a la Tercera Revolución Industrial. Dado que muchos de ellos están en proceso de deterioro, han sido declarados Bienes de Interés Industrial y han pasado a formar parte del Patrimonio Industrial. Para preservarlo, existe un Plan de Patrimonio.

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