La ciudad postindustrial
A partir de 1975, con la crisis económica, cambia el modelo de desarrollo urbano. Esta etapa se caracteriza por:
- El descenso del ritmo de crecimiento urbano. La tasa de urbanización se estabiliza y produce una cierta desurbanización, resultado de la búsqueda de mejores condiciones de vida en el medio rural.
- El cambio de los factores de urbanización. La industria pierde importancia como factor de atracción de población a las ciudades. Las zonas industriales tradicionales conservan su importancia, pero cada vez más es el sector terciario el que atrae mano de obra. La terciarización es importante en las grandes metrópolis, donde se localizan las actividades punta y los centros de decisión y gestión; en las zonas turísticas; y en las pequeñas ciudades, donde predomina un terciario poco desarrollado, ligado al comercio, la Administración Pública, etc.
- El estancamiento de las grandes ciudades. Madrid o Barcelona pierden población a favor de las ciudades medias y pequeñas próximas.
- El declive del mundo rural. El desarrollo de la urbanización ha supuesto una progresiva pérdida de importancia del mundo rural. En la actualidad, de los aproximadamente 8.000 municipios españoles, unos 6.000 tienen menos de 2.000 habitantes y unos 7.500 menos de 10.000.
La morfología urbana
Se llama morfología urbana al aspecto externo que presenta una ciudad. La morfología está condicionada, en primer lugar, por la situación y el emplazamiento de la ciudad.
La situación es la posición de la ciudad respecto a un entorno geográfico amplio (por ejemplo, Zaragoza).
El emplazamiento es el espacio concreto, el lugar topográfico exacto sobre el que se asienta la ciudad (por ejemplo, sobre una colina, entre dos ríos, en una bahía, etc.).
La morfología es el resultado de la combinación de tres factores:
El plano
Es la representación a escala de los diferentes espacios de la ciudad. Puede ser de varias clases:
- Ortogonal, en cuadrícula o en damero: Formado por calles que se cortan en ángulo recto.
- Radiocéntrico o radial: Tiene un centro del que parten calles radiales cortadas por otras que forman anillos en torno a él.
- Lineal: Dispuesto a lo largo de una vía de comunicación, un río, la costa, etc.
- Irregular: Las calles se disponen sin ningún tipo de orden. Responden a una ocupación espontánea del suelo.
La construcción
Incluye la trama urbana, es decir, la disposición de los edificios, que puede ser compacta o abierta. La edificación puede ser colectiva o individual.
Los usos del suelo
Son las utilizaciones diversas del espacio urbano: residencial, comercial, industrial, de equipamientos, etc.
La estructura urbana
Se denomina así a la división de la ciudad en diferentes áreas con morfología y funciones propias. Podemos distinguir las siguientes:
A. Los cascos antiguos
Constituyen la ciudad preindustrial, la que existía al iniciarse las transformaciones de la Revolución Industrial. Estuvieron, generalmente, rodeados de murallas y hoy representan solo una pequeña parte del espacio urbanizado, aunque con gran valor histórico, artístico y, a veces, funcional.
En los planos actuales se reconocen influencias de:
- La ciudad romana: Se estructuraba en torno a dos calles o ejes principales que se cortan en cruz: el cardo y el decúmano, que todavía pueden reconocerse en ciudades como Mérida, Tarragona, Zaragoza o Lugo.
- La ciudad islámica: El plano de la ciudad islámica se organizaba en torno a un núcleo principal amurallado: la medina.
- La ciudad medieval cristiana: Las ciudades se expansionaban en círculos concéntricos, cerradas por uno o hasta dos nuevos cinturones de murallas que englobaban los nuevos barrios.
Dentro de las murallas quedaron también amplios espacios libres con función agrícola, ganadera o de ocio.
Internamente, la población se agrupaba en barrios según la religión, el origen o el nivel social.
Los nuevos barrios y villas cristianas, cuando era posible, adoptaban trazados ortogonales, pero en otras muchas ocasiones, el plano se adaptaba al relieve o a la función de la ciudad.
Los planos irregulares se deben a la fusión de núcleos próximos ya existentes o al desarrollo con diferentes criterios en distintas etapas.
- La ciudad de la Edad Moderna: En las ciudades castellanas aparecen, en los siglos XVI y XVII, las plazas mayores.
- La ciudad surgida de la Revolución Industrial: Se produjo un notable empeoramiento de las condiciones de vida.
El crecimiento se realizó a costa del aumento del número de personas por vivienda y de la aparición de los realquilados; las antiguas viviendas unifamiliares se subdividieron y se elevaron en altura (verticalización), se ocuparon los espacios antes sin edificar, etc.
Se realizaron planes de reforma interior que pretendían mejorar los servicios urbanos:
- Mejora de los servicios urbanos.
- Comienzan a adoptarse medidas higiénicas elementales. En el siglo XIX, se construyeron cementerios en las afueras de las grandes ciudades.
- El espacio urbano como negocio: Durante el siglo XIX, la burguesía invirtió sistemáticamente en suelo y vivienda. Amplios espacios del interior de la ciudad, pertenecientes a la Iglesia, pasaron a manos de los burgueses con la desamortización.
- La remodelación de la trama viaria: La realización de “grandes vías” fue frecuente en la segunda mitad del siglo XIX.
Los cascos antiguos son, en muchos casos, lugares de residencia proletaria, de inmigrantes y sectores marginales. Además, el casco antiguo suele contener los edificios de carácter administrativo más antiguos y edificios de valor histórico y artístico. Suele tener también una actividad comercial importante y, en todo caso, es un espacio que requiere protección y rehabilitación.
B. Los ensanches
Los primeros ensanches aprobados fueron los de Madrid y Barcelona. Los ensanches se concibieron como áreas residenciales destinadas a la burguesía y las clases medias, aunque los sectores más alejados del centro y los pisos más elevados fueron ocupados por clases más modestas. El plano de los ensanches fue predominantemente ortogonal, aunque también existen algunos planos radiales, inspirados en las reformas que Haussmann había realizado en París. Los ensanches conservan hoy su función residencial para las clases medias, aunque están sufriendo un proceso acusado de terciarización.
C. El extrarradio: crecimiento y anexión
La población obrera y los inmigrantes se fueron instalando en arrabales próximos o en núcleos rurales cercanos, donde los precios del suelo eran más baratos. Poco a poco, estos municipios fueron anexionados por la ciudad principal.
D. Los barrios de ciudad-jardín
A principios del siglo XX, aparecen en España las ideas urbanísticas de la ciudad-jardín, derivadas de la difusión de la ideología naturalista e higienista. A finales del siglo XIX se presenta el proyecto de Ciudad Lineal que realizó Arturo Soria para Madrid, caracterizada por la existencia de un gran eje central de comunicaciones. En Bilbao se construye un barrio de este tipo destinado a la burguesía, como Neguri, o en Barcelona, el sector de La Bonanova. Los barrios de ciudad-jardín presentan bajas densidades y tienen una función exclusivamente residencial, sin comercios ni actividades industriales.
E. La ciudad española tras la Guerra Civil
En los años 40 y 50, se rellenaron los espacios libres de la trama urbana con nuevos ensanches, como la prolongación del Paseo de la Castellana en Madrid, que terminaron convirtiéndose en aglomeraciones de torres. Además, para acoger a los inmigrantes, en los años 50, el Estado construyó polígonos de viviendas, promovidos generalmente por el Sindicato Vertical a través de la Obra Social del Hogar. En principio, fueron barrios de casas baratas: viviendas unifamiliares, pequeñas y de mala calidad. En Cataluña se las denominó coreas. Las ciudades españolas experimentaron una espectacular expansión: los barrios de chabolas se convirtieron en poblados de absorción o poblados dirigidos, impulsados por el Estado. En todos los casos, se trataba de barriadas de bloques, uniformes y de escasa calidad, en muchas de las cuales aparecieron después problemas como grietas, aluminosis, etc.
F. La ciudad actual
Con la Reforma de la Ley del Suelo de 1976, se creó un marco legal más racional para el urbanismo. Además, las Comunidades Autónomas adquirieron competencias en los procesos de Ordenación del Territorio, se crearon organismos para controlar la expansión de las áreas metropolitanas y adquirieron gran fuerza los movimientos ciudadanos, entre otros cambios. La gran ciudad se difumina y la periferia se convierte en un espacio de mestizaje entre el campo y la ciudad. En el centro, se localiza el CBD (Distrito Central de Negocios). El centro, en algunas áreas, puede ser también un espacio de pobreza y marginación, afectando a parados, ancianos con bajo poder adquisitivo, minorías étnicas, etc.
Nuevas formas urbanas
Las principales son:
- Área metropolitana: Es una gran extensión urbana que rodea una ciudad importante y abarca administrativamente varios municipios, entre los que existen importantes relaciones económicas y sociales. Su estructura espacial responde a dos modelos: el de coronas concéntricas en torno al núcleo central y el sectorial o radial, formado por sectores especializados en ciertos usos del suelo, que parten del centro y se extienden a lo largo de las principales vías de comunicación.
- Conurbación: Es un área urbana continua formada por el crecimiento de dos o más ciudades hasta unirse. Cada ciudad mantiene su independencia administrativa.
- Región urbana: Es un área urbana discontinua, donde ciudades dispersas crean un área característicamente urbana.
- Megalópolis: Son extensas superficies en las que se unen de forma continua áreas metropolitanas, polígonos industriales, pequeñas ciudades o áreas residenciales.
Las funciones urbanas
Cada ciudad tiene unas características determinadas según las funciones que desempeña. Las ciudades suelen ser multifuncionales, es decir, cumplen múltiples funciones. Entre ellas destacan:
- Función residencial: Se da en todas las ciudades, ya que son el lugar de residencia de las personas. En la actualidad, las zonas residenciales se están desplazando hacia la periferia, buscando entornos más tranquilos o económicos.
- Función industrial: Muchas ciudades son fruto del desarrollo industrial. Actualmente, esta función tiende a localizarse en el exterior de la ciudad, agrupando las fábricas en polígonos industriales.
- Función comercial: El comercio es una función esencial y presente en todas las ciudades.
- Función administrativa: Incluye bancos, oficinas, ayuntamientos, delegaciones ministeriales, organismos de la administración estatal o autonómica, etc.
- Funciones turística y de ocio: En ellas están especializadas las ciudades cuya principal actividad económica es el turismo, ya sea por sus playas y paisajes o por su patrimonio histórico (por ejemplo, Toledo, Granada, Salamanca).
- Función cultural: En algunas ciudades, esta función es muy importante. Son sede de universidades, poseen un gran patrimonio artístico, museos importantes y grandes bibliotecas.
Problemas de las ciudades
Transporte
El transporte urbano está hoy en día dominado por el automóvil privado. El aumento del número de coches provoca que, en las horas punta, la circulación sea caótica, con continuos atascos. El problema del tráfico encuentra soluciones principalmente en la apuesta por los transportes públicos (metro, autobús, etc.) en detrimento de los privados. Las ciudades españolas podrían considerar iniciativas similares a las existentes en otros países, como la circulación alterna de matrículas pares e impares, días sin coche, o la prohibición de circular a ciertas horas con un solo pasajero.
Infraestructuras
Comprenden todas las redes que aseguran la vida de la ciudad: vías de circulación, tendidos eléctricos, telefónicos o de cable, redes de agua, alcantarillado o gas, y el sistema de recogida y tratamiento de basuras.
Equipamientos
Son los hospitales, escuelas, parques y jardines, instalaciones deportivas, centros culturales y de ocio, residencias, etc.
Abastecimiento
Se plantean problemas relativos a diversos recursos, entre ellos:
- Alimentos: La provisión y distribución de alimentos ha requerido la construcción de grandes mercados mayoristas en la periferia (por ejemplo, Mercamadrid, Mercabarna).
- Agua: Además de las redes de distribución, son necesarias plantas potabilizadoras y, en ocasiones, trasvases. El agua, después de usada, debe ser depurada.
- Fuentes de energía: La distribución de electricidad precisa de subestaciones de transformación eléctrica en la periferia. El gas necesita centros de descompresión.
Problemas medioambientales
- Contaminación: Las ciudades presentan un alto grado de contaminación atmosférica derivada de las emisiones del tráfico, las industrias y los sistemas de calefacción y refrigeración, alcanzando niveles muy elevados especialmente en situaciones anticiclónicas de invierno.
- Residuos urbanos: La recogida y tratamiento de las basuras obliga a la construcción de grandes vertederos, generalmente en la periferia.
Problemas sociales
- Desempleo: Se concentra sobre todo en las ciudades y puede llegar a originar situaciones de mendicidad y marginalidad.
- Pobreza: Afecta a parados, inmigrantes, ancianos con bajas rentas, entre otros colectivos.
- Drogadicción: Más extendida en la ciudad que en las zonas rurales, y que puede llevar, en algunos casos y debido a su ilegalidad, al robo, la prostitución y enfermedades como el SIDA.
- Falta de viviendas: Derivada de la escasez de suelo, lo que provoca que el precio de los pisos y alquileres sea muy elevado.
- Problemas de la vida cotidiana: Las prisas, la masificación, la falta de relaciones sociales, etc., pueden desembocar a veces en estados de estrés, depresión o agresividad.
Planificación y ordenación del espacio urbano
La planificación urbana pretende ordenar el crecimiento de la ciudad. Se distinguen varias etapas:
- Hasta 1936: Las actuaciones principales fueron:
- Los Planes de Ensanche, entre los que cabe destacar el de Cerdá para Barcelona.
- Los planes de saneamiento y de mejora de equipamientos: abastecimiento de agua, alcantarillado, limpieza de las calles, recogida de basuras, alumbrado, pavimentación, parques, tranvías.
- En el primer tercio del siglo XX, se promulgaron varias Leyes de casas baratas (1908, 1911, 1921), destinadas a alojar a la población rural inmigrante.
- De la Guerra Civil a 1975: Dos organismos se encargaron del planeamiento urbano: el Instituto Nacional de la Vivienda y la Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones.
Hasta 1945, se realizaron algunos planes urbanísticos, entre los que destaca el Plan General de Madrid.
Estas intenciones de dirigir integralmente el desarrollo urbano se concretaron en la Ley del Suelo de 1956.
El desarrollo urbanístico debía hacerse, a partir de ella, a través de los Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU).
Estos debían delimitar el suelo urbano actual, el destinado a la futura expansión de la ciudad (suelo urbanizable) y el rústico, además de reservar los espacios correspondientes para la construcción de equipamientos, limitar el volumen edificable, etc.
No obstante, se construyeron barrios enteros sin equipamientos, se aumentó la altura permitida y se recalificaron terrenos con grandes beneficios para los promotores, entre otras irregularidades.
Desde mediados de los años 50, se desarrolló alrededor de las grandes ciudades un cinturón de barrios de chabolas.
A partir de 1957, con la creación del Ministerio de la Vivienda, comenzó la política de construir viviendas unifamiliares baratas y bloques de tres o cuatro pisos para acomodar a esta población: son los Poblados Dirigidos y las Unidades Vecinales de Absorción.
- Después de 1975: La Ley del Suelo de 1975 sentó las bases de la planificación actual.
Se promovió una menor densidad de edificación autorizada, mayores dotaciones de infraestructuras y equipamientos, y una creciente preocupación medioambiental.
En los años 80, además de continuar el desarrollo de la Ley del 75, destacó la construcción de numerosas Viviendas de Protección Oficial (VPO) y el inicio de las políticas de rehabilitación del centro histórico de las ciudades.
La Ley del Suelo de 1992 transfirió la planificación de las ciudades a las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) es un proyecto de desarrollo de la ciudad para varios años que intenta evitar el crecimiento desordenado y preservar el patrimonio urbano.
Diseña el plano de la ciudad, con sus calles, plazas y jardines, y los futuros usos del suelo, reservando espacio para ellos.
El Plan General realiza una zonificación de la ciudad, reservando áreas para usos concretos.
Las áreas con servicios básicos (tráfico, luz, agua, alcantarillado, etc.) se consideran suelo urbano; aquellas por donde el Plan prevé que va a crecer la ciudad se consideran suelo urbanizable; y las que no tienen permitida la edificación, por diversas razones, son suelo no urbanizable.
La jerarquía urbana en España
Actualmente, sesenta y dos aglomeraciones urbanas españolas superan los 100.000 habitantes. De ellas, Madrid y Barcelona sobrepasan los tres millones de habitantes.
Las ciudades periféricas se localizan a lo largo de cuatro ejes urbanos principales:
- Franja atlántica gallega: Cuyas ciudades principales son La Coruña, Vigo y Santiago de Compostela.
- Franja cantábrica: Engloba el «triángulo asturiano» y las ciudades cántabras, vascas, navarras, riojanas y del norte de la Meseta.
- Franja del Mediterráneo oriental: Desde Gerona a Murcia, con ciudades como Barcelona, Valencia, Alicante y Murcia.
- Zona del Guadalquivir: Está estructurada en dos ejes: el del litoral, con Málaga como ciudad de mayor tamaño, y el del Guadalquivir, con Sevilla como ciudad principal.
De las siete ciudades españolas de más de medio millón de habitantes, cinco están en el cuadrante nororiental, el espacio de mayor actividad económica de todo el país.
Podríamos establecer la siguiente clasificación por niveles jerárquicos:
- A. Metrópolis nacionales: Son Madrid y Barcelona, conformando un sistema bicéfalo. Ambas aglomeraciones superan los tres millones de habitantes, ejercen su influencia sobre todo el territorio nacional y se encuentran estrechamente vinculadas a otras metrópolis mundiales.
- B. Metrópolis regionales de primer orden: Valencia, Málaga, Sevilla y Zaragoza. Tienen entre 500.000 y 1.500.000 habitantes cada una, mantienen flujos intensos con las metrópolis nacionales y ejercen su influencia sobre extensas áreas regionales.
- C. Metrópolis regionales de segundo orden: Cuentan con algunos servicios especializados, como las Universidades, pero su área de influencia es menos extensa y dependen en muchas ocasiones de las metrópolis de primer orden.
- D. Ciudades Medias: La mayor parte de ellas son capitales de provincia. Sus principales funciones son las comerciales y de servicios, aunque también las hay con especialización industrial, portuaria, administrativa y cultural.
En los últimos años, los rasgos distintivos del sistema urbano español son los siguientes:
- Aparición de una serie de ejes vertebradores del territorio.
- El predominio de siete áreas metropolitanas principales: Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Bilbao, Málaga y Zaragoza.
- El carácter bicéfalo del sistema español, con una segunda ciudad, Barcelona, extraordinariamente grande en comparación con otros sistemas urbanos mundiales.