Distribución de la Población y Sistema Urbano en España

Macroregiones Geodemográficas y Población en España (1999)

El mapa establece unas macroregiones geodemográficas para el territorio español y las convierte en figuras geométricas sencillas cuya área es equivalente a la población del momento, en este caso, 1999. Estas macroregiones son:

  • Norte (N): Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra y La Rioja.
  • Centro: Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura.
  • Este (E): Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares.
  • Sur (S): Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla.

Las macroregiones presentan una moderada semejanza y proporción en superficie y población, con unas desigualdades muy inferiores a las que resultan del estudio por Comunidades Autónomas, dado que estas presentan una gran disparidad para el análisis geodemográfico.

  • En superficie: la mayor de las áreas, la del Centro (44%), triplica ligeramente a la menor, el Norte (13%), y duplica aproximadamente a las restantes.
  • En población: las diferencias son menores. La más poblada, la del Este (33%), no llega a duplicar a la menos poblada, el Norte (19,5%).

El Sistema de Ciudades en España y su Distribución

El sistema español de ciudades está formado por los núcleos urbanos y por las relaciones que se establecen entre ellos. El tamaño demográfico, las funciones y la extensión del área de influencia dan lugar a una organización jerárquica de las ciudades españolas. En ella se distinguen las siguientes categorías:

Jerarquía del Sistema Urbano

Metrópolis

Se encuentran en la cima de la jerarquía del sistema urbano.

  • Metrópolis nacionales: son las grandes áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona. Su población supera los tres millones de habitantes. Cuentan con las funciones más diversificadas: servicios muy especializados (financieros, de gestión, innovación, cultura), numerosas oficinas de empresas nacionales y multinacionales e industrias de alta tecnología. Mantienen estrechas relaciones con otras metrópolis internacionales.
  • Metrópolis regionales: son las áreas metropolitanas medias de Valencia, Sevilla, Bilbao, Málaga y Zaragoza. Cuentan con funciones diversificadas y servicios especializados. Su área de influencia es regional y mantienen intensas relaciones con las metrópolis nacionales.
  • Metrópolis subregionales: como Valladolid, Pamplona, Palma de Mallorca o Alicante. Cuentan también con funciones diversificadas y servicios especializados (universidad).

Ciudades Medias

La mayoría son capitales de provincia no incluidas en los apartados anteriores (por ejemplo, Segovia, Logroño, Ciudad Real). Sus funciones están menos diversificadas.

Ciudades Pequeñas

Sus funciones son escasas y poco especializadas (por ejemplo, Santa Pola, Almoradí). Como se refleja en el documento 2.

Estructura del Sistema Urbano Peninsular

El sistema urbano peninsular se caracteriza por la localización en el centro de la mayor aglomeración urbana del país, Madrid, rodeada por ejes urbanos periféricos y por un interior poco urbanizado.

  • Madrid: es el núcleo urbano principal de España.
  • Los ejes urbanos periféricos:
    • Eje atlántico-gallego: especializado en el comercio y la pesca.
    • Eje cantábrico: con preeminencia de la industria.
    • Eje mediterráneo: comprende desde Girona a Cartagena. Es el eje más dinámico, con una industria muy diversificada y un fuerte peso de los servicios, sobre todo del turismo, y buenas infraestructuras (carreteras, líneas férreas, autovías).
    • Eje del valle del Ebro: enlaza los ejes cantábrico y mediterráneo y tiene como ciudad principal a Zaragoza. Es un eje dinámico, con equilibrio entre la industria y los servicios.
    • Eje andaluz: es doble. El eje litoral, entre Almería y Huelva, está especializado en el comercio, el turismo y la agricultura. El eje del valle del Guadalquivir es menos dinámico y sus ciudades están ligadas a las actividades agrarias, a industrias locales y a actividades turísticas.
  • El interior peninsular: carece de ejes urbanos integrados. Predominan las pequeñas ciudades.

En las Islas Baleares y Canarias, las ciudades más destacadas son las capitales autonómicas, y el factor de urbanización principal es el turismo.

Relación entre el Sistema Urbano y la Distribución de la Población

La distribución del sistema urbano ayuda a explicar la distribución de la población, pues actualmente más del 75% de la población española reside en las ciudades. Las principales metrópolis, por sus funciones industriales y de servicios, atrajeron entre 1950 y 1975 a una importante población procedente del campo. Este hecho explica que, en la actualidad, la macroregión geodemográfica del Este, que agrupa los subsistemas catalán y valenciano-levantino en el eje urbano y económico más dinámico de España, tenga el mayor porcentaje de población en relación con su superficie. En cambio, la macroregión del Centro, con las excepciones de Madrid y Valladolid, se caracteriza por su menor desarrollo económico, la expulsión de población hasta fechas recientes y la ausencia de núcleos urbanos de rango superior, lo que explica que presente en una superficie mayor menores porcentajes de población, que aún serían inferiores de no ser por la presencia en esta región de la gran aglomeración madrileña.


Anexo: Fundamentos del Conocimiento Humano

Condiciones del Conocimiento Científico

El conocimiento científico busca establecer, mediante leyes regulares y constantes, además de válidas universal y necesariamente, una descripción veraz sobre una determinada área de la realidad, basándose en la experiencia y en los hechos. Estas leyes científicas tienen un doble componente:

  1. La existencia de un mundo exterior (los objetos, los hechos).
  2. El ser humano que, de acuerdo a su racionalidad, intenta comprender y explicar los hechos.

Es decir, por una parte, un soporte experimental y, por otra, las condiciones propias de la inteligibilidad. Por lo tanto, la ciencia exige racionalidad, universalidad y necesidad, que son las condiciones del conocimiento científico. En resumen, todo conocimiento científico contiene un doble paquete de condiciones: las naturales, exteriores al ser humano, y las propias y exclusivas del ser humano.

El conocimiento científico tiene unas características, exigencias de la racionalidad humana, que no pueden ser contravenidas: estar elaborado con las propiedades de validez universal y necesaria. Además, el conocimiento científico se basa en la experiencia. Es decir, el conocimiento científico es la fusión de los informes que recibimos de la experiencia, pero organizados y elaborados por las exigencias de la racionalidad humana.

Sin embargo, surge una contradicción. Porque de las experiencias sensibles no se pueden extraer las condiciones de necesidad y universalidad, ya que la experiencia da un conocimiento a posteriori. Pero la racionalidad humana exige que las leyes científicas sean universales y necesarias, es decir, que sean a priori. Por otra parte, los racionalistas decían que existían las ideas innatas (a priori, independientes de la experiencia). Por el contrario, los empiristas negaban la existencia de estas. Y Kant afirmaba que las dos corrientes cometían un error: confundir el fundamento del conocimiento con su origen.

Para Kant, las condiciones del conocimiento científico vienen sintetizadas en lo que él califica como juicios sintéticos a priori. Hay dos tipos de juicios sintéticos: unos dependen de la experiencia (a posteriori) y otros son independientes de la experiencia (a priori). Pero además, propone un tercer tipo de juicios, los juicios sintéticos a priori, que reúnen las características de los juicios sintéticos (la experiencia) y las de los a priori (ser válidos universal y necesariamente).

Concepción Trascendental del A Priori

El término a priori tiene varios significados: «anterior e independiente a la experiencia» y «necesidad». Kant se decanta por la idea de que algo a priori es independiente. En conclusión, a priori es el conjunto de condiciones propias del ser humano que este impone, dada su específica forma de conocer, a los objetos del mundo exterior que percibe.

Por otra parte, el significado trascendental hace referencia a una manera específica de conocer en la que se destaca el cómo ha sido elaborado. Por lo tanto, trascendental es el conjunto de condiciones humanas previas al hecho del reconocimiento de un objeto del mundo exterior. Es la aportación humana a priori del conocimiento: cuando el sujeto cognoscente (el ser humano) incorpora por sí mismo una forma a priori y ajena a la experiencia a la información que recibe del mundo exterior. Es decir, el conocimiento ya no depende del objeto conocido, sino del sujeto que conoce. Las facultades cognitivas humanas…

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