Impacto Ambiental en España: Causas, Consecuencias y Soluciones
1.- Principales riesgos y descripción. La mayor parte de los riesgos medioambientales en España son, de algún modo, consecuencia de la acción humana sobre el paisaje. La contaminación atmosférica tiene muchas manifestaciones: «lluvia ácida» por precipitaciones con un alto grado de acidez en sus gotas; excesiva concentración de ozono troposférico; adelgazamiento de la capa de ozono en la estratosfera; acumulación de gases de efecto invernadero (GEI), la campana de polvo y polución sobre las ciudades; el exceso de ruido. El equilibrio de la hidrosfera se ve afectado por la sobreexplotación y la contaminación de las aguas, tanto en ríos, mares, lagos y humedales. La biosfera corre peligro tanto por la alteración de especies como la deforestación. Las características edáficas del paisaje se ven afectadas por la «artificialización» del suelo, su contaminación, erosión y, en caso extremo, su desertificación.
2.- Causas y efectos de cada uno de ellos y políticas aplicadas. La «lluvia ácida» se produce por la mezcla del vapor atmosférico con gases como el dióxido de azufre o el óxido nitroso que, devueltos a tierra por precipitación, corroen vegetales y acidifican los suelos. La concentración de ozono troposférico es producto de la reacción de la luz solar con el óxido nitroso, con el resultado de intoxicaciones en humanos y animales. Las campanas de contaminación urbanas surgen de la emisión de partículas finas (humos industriales, calderas domésticas, emisiones de vehículos) y perjudican la respiración y las mucosas. Las soluciones se derivan del Protocolo de Gotemburgo (en vigor desde 2005), que en España se concreta con la Ley de Calidad del Aire (2007) y limita las emisiones. El adelgazamiento de la capa de ozono estratosférico lo provoca el cloro contenido en los CFC de aerosoles e incrementa el riesgo de cáncer de piel. A raíz del Protocolo de Montreal (1987), suscrito por España, la progresiva eliminación de CFC ha mitigado el problema. La emisión creciente de GEI agudiza el calentamiento global, con la desaparición de zonas costeras, sequías más prolongadas, lluvias torrenciales, inundaciones, perjudiciales para la agricultura, el turismo y la salud humana. La salida es la reducción de emisiones mediante acuerdos (Kioto, París), o la creación desde 2005 del Mercado Europeo de Derechos de Emisión, que impone cuotas de emisión de CO2 equivalente, un mercado de compraventas de cuotas y sanciones. En España, rige, además, el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (2021-2030).
La contaminación acústica genera cefaleas, ansiedad, y la Ley del Ruido (2003) establece planes para poblaciones de más de 100.000 habitantes. La sobreexplotación de las aguas, consecuencia del descontrol y el despilfarro, pone en riesgo los caudales ecológicos de los ríos y avanza la desecación, salinización e intrusión marina de los acuíferos. El vertido de nitratos agrícolas genera unas de las contaminaciones del agua menos evidentes a la lógica: la eutrofización, que tras una explosión de vida en forma de algas, desemboca en muerte para el resto de especies acuáticas. La Directiva Marco del Agua de la UE quiere poner remedio a este problema. La deforestación de la cubierta vegetal por la obtención de tierras para pastos, cultivos, zonas residenciales, industrias e infraestructuras, así como por los incendios forestales, generan un aumento del CO2 , reducen la biodiversidad y el valor estético del paisaje, erosionan el suelo y producen pérdidas económicas y humanas. El Plan Forestal Español (2002-2032) pretende la prevención de incendios, una nueva concepción multifuncional de los bosques y la regeneración de zonas incendiadas. La contaminación de los suelos (consecuencia de la minería y vertidos tóxicos), los hace inútiles y perjudiciales para uso humano. Asimismo, la erosión de los suelos tiene causas naturales (aridez, lluvias torrenciales, falta de cubierta vegetal) y humanas (deforestación, agrarización), y puede desembocar en la desertificación en aquellas regiones más áridas. La Red de Estaciones de Seguimiento de la Erosión y Desertificación es parte de la solución.
3.- Problemas sociales y económicos derivados de estos problemas medioambientales. Un inmenso catálogo de desgracias económicas y sociales se derivan de los problemas medioambientales mencionados si no se les pone remedio a tiempo: inundación de zonas litorales, reducción de costas, mayores dificultades para la agricultura (esterilidad y desertificación de los suelos, déficit hídrico, plagas recurrentes), incremento de la hostilidad meteorológica para las comunidades humanas (sucesión de olas de calor y frío, sequías e inundaciones); enfermedades respiratorias y cancerígenas, así como otras de origen tropical; zoonosis; falta de agua potable en las ciudades y zonas turísticas; aumento de migraciones climáticas y competencia violenta por los recursos; pérdida de la biodiversidad.