Cordillera cantábrica mapa físico

1. CarácterÍSTICAS BÁSICAS DEL RELIEVE ESPAÑOL

– Es una península “maciza”, un “cuadrilátero” que está unido al continente por un istmo y en la que predominan unas costas de trazado rectilíneo.

– El territorio alcanza una elevada altitud media, 660 m, debido a la existencia de destacadas cordilleras y a la altitud de la gran Meseta.

– El relieve se organiza en torno a la gran unidad central de la Meseta, alrededor de la cual se disponen las restantes unidades del relieve.

Esta configuración del relieve es la principal responsable de las peculiaridades físicas de la península ibérica: su influencia sobre el clima es decisiva, así como sobre la vegetación y la red fluvial. El relieve es, igualmente, un condicionante de la ocupación humana.

Además, España está formada por dos archipiélagos: el balear, en el mar Mediterráneo, cuyo relieve está relacionado con el peninsular, y el canario, en el océano Atlántico, de origen volcánico.

2. LA HISTORIA GEOLÓGICA DE LA PENÍNSULA Y LOS ARCHIPIÉLAGOS

La configuración actual del relieve español es la consecuencia de la actividad de los fenómenos geológicos internos y de los agentes erosivos externos a lo largo de millones de años.

2.1. El Precámbrico o era arcaica

Durante el Precámbrico, los mares ocupaban el espacio actual de la Península. Tan solo emergían algunos relieves en la regíón de Galicia y al oeste de la Meseta, que al final del periodo ya estaban totalmente arrasados y cubiertos por las aguas.

2.2. La era paleozoica o era primaria

Se produjeron dos orogenias. La más antigua fue la orogenia caledoniana, que apenas afectó al espacio peninsular. La segunda fue la orogenia herciniana, que jugó un importante papel en nuestra historia geológica. Como consecuencia de ella, se levantó una gran cadena montañosa en dirección noroeste-sureste, que al final de la era aparece totalmente arrasada y convertida en un zócalo que bascula o se inclina hacia el este.

El zócalo recién formado, llamado macizo
Hespérico o Herciniano, ocupaba gran parte del centro y oeste peninsular.

Al finalizar la era paleozoica emergieron otras tierras, ie arrasadas: al noreste del macizo Hespérico, los macizos del Ebro y el Catalano-Balear, y al norte de estos, el macizo de Aquitania. Al sureste aparece el macizo Bético-Rifeño.

2.3. La era mesozoica o era secundaria

Es una fase de calma geológica en la que dominaron los procesos de erosión y sedimentación.

La erosión continuó arrasando los viejos macizos y los materiales arrancados se sedimentaron en el fondo de los mares. Las fosas marinas de los Pirineos y las Béticas se cubrieron de potentes capas de sedimentos. El borde oriental del macizo Hespérico, ocupado por el mar, también fue objeto de sedimentación, mayor cuanto más al este.

2.4. La era cenozoica o era terciaria

El periodo terciario

El Terciario es el periodo clave para la historia geológica peninsular porque en él se definen las líneas del relieve actual. Es un periodo constructivo de orogénesis, se le llama orogenia alpina. Esta orogenia tuvo profundos efectos:

– Se elevaron las cordilleras alpinas de los Pirineos y de las Béticas a partir de las capas de sedimentos acumulados en las fosas marinas. Como una prolongación de las Béticas emergieron las islas Baleares, al tiempo que se formaron las cordilleras costero catalanas.

– Entre las nuevas cordilleras (Pirineos, Béticas…) y los bordes del macizo Hespérico se abrieron la depresión de las Béticas (o del Guadalquivir) y la depresión del Ebro. Ambas fueron rellenándose a lo largo del Cenozoico.

– El interior del macizo Hespérico se rompíó y fracturó en bloques. Unos se levantaron y dieron origen al Sistema Central y a los Montes de Toledo. Otros bloques se hundieron y formaron las cuencas de sedimentación castellanas.

  El interior del macizo Hespérico pasó de estar inclinado hacia el este a estar inclinado hacia el oeste, determinando la disposición de la red fluvial.

– Los bordes del macizo Hespérico se elevaron y formaron una potente muralla montañosa que aísla el interior peninsular: al noroeste, el Macizo Galaico – Leónés, la Cordillera Cantábrica; al este, el Sistema Ibérico, y al sur, Sierra Morena.

– En algunos enclaves aislados de la Península surgieron focos de actividad volcánica, como en el Campo de Calatrava (Ciudad Real), Olot (Girona) y el cabo de Gata (Almería).

– En el Mioceno se formó el archipiélago canario, de origen volcánico.


El periodo Cuaternario

La alternancia climática de fases glaciales de intenso frío y fases interglaciares de clima más templado afectó a los relieves montañosos peninsulares, más cuanto más al norte se localizaran y cuanto mayor fuera su altitud. El glaciarismo está presente en los Pirineos, Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico, Sistema Central y, en las Béticas, en Sierra Nevada.

En este periodo se acaba de establecer la red hidrográfica, que erosiona los relieves por los que discurre y forma los actuales valles fluviales y terrazas.

Los cambios climáticos han provocado ascensos y descensos del nivel del mar y modificaciones en la línea de costa.

3.RELIEVES MORFOESTRUCTURALES

En el territorio español se diferencian las siguientes: zócalós, macizos antiguos, cuencas sedimentarias y cordilleras de plegamiento.

Los zócalós

Los zócalós son unidades de relieve originadas a partir del arrasamiento total de antiguas cordilleras paleozoicas.

En España, el zócalo aparece en la mitad occidental peninsular, donde el macizo Hespérico aflora en superficie, y en el sector de las penillanuras castellanas y extremeñas.

Los macizos antiguos

Los macizos antiguos son los sectores del zócalo que fueron afectados por la orogenia alpina y, como consecuencia, se deformaron y rejuvenecieron.

En España los macizos antiguos son:

– El Sistema Central y los Montes de Toledo.

– El Macizo Galaico – Leónés y la mitad occidental de la Cordillera Cantábrica.

Las cuencas sedimentarias

Las cuencas sedimentarias son relieves llanos que han sido recubiertos por sedimentos tras un hundimiento de la corteza terrestre. Se formaron a lo largo del periodo terciario, con el movimiento alpino.

Distinguimos dos tipos de cuencas:

– Las cuencas interiores castellanas. Submeseta Norte y Submeseta Sur.

– Las cuencas sedimentarias prealpinas. Ebro y Bética (Valle del Guadalquivir).

Las cordilleras de plegamiento

El origen de las cordilleras de plegamiento españolas está unido a la orogenia alpina y podemos diferenciar dos tipos:

– Las cordilleras alpinas. Se originaron a partir de la acumulación de potentes capas de sedimentos en depresiones marinas durante la era secundaria que la orogenia alpina plegó y levantó. Los Pirineos y los Sistemas Béticos.

– Las cordilleras o cadenas. Surgieron en un borde de zócalo (Macizo Hespérico). Estas cordilleras aparecen en el borde oriental de la Meseta: en la mitad este de la Cordillera Cantábrica y en el Sistema Ibérico.

4.EL RELIEVE DE LA PENÍNSULA

La Península Ibérica cuenta con relieves muy dispares, tanto por su origen geológico y composición litológica, como por sus formas.

Podemos diferenciar dos grandes conjuntos: la Meseta Central y las unidades exteriores a ella.

– La Meseta Central es la unidad morfoestructural clave del relieve peninsular.

– Las unidades alpinas, exteriores a la Meseta Central.

4.1. La Meseta Central

 Carácterísticas:

– Es una unidad de elevada altitud media (entre 600 y 800 m).

– En ella alternan extensas llanuras con zonas montañosas. Inclinación de la Meseta hacia el océano Atlántico, por lo que su altitud disminuye de este a oeste.

– Los límites de la Meseta, salvo por el oeste, están definidos por rebordes montañosos que actúan a modo de barreras o murallas que la cierran y aíslan.

– El Sistema Central divide la Meseta en dos: la Submeseta Norte y la Submeseta Sur.


La Submeseta Norte

Ocupa el interior de la mitad norte peninsular. Limita al noroeste con el Macizo Galaico – Leónés, al norte con la Cordillera Cantábrica, al este con el Sistema Ibérico, y al oeste con las gargantas del Duero y sus afluentes. Su altitud media es de 750m y está recorrida por una única red fluvial, la del Duero.

– La cuenca sedimentaria del Duero es un sector del macizo hespérico que, como resultado de la orogenia alpina, se hundíó a gran profundidad. La cubeta, sin salida al mar, se convirtió en un lago interior y fue rellenándose de materiales procedentes de los relieves circundantes. En este último periodo, los ríos labraron terrazas fluviales.

En esta zona dominan las rocas arcillosas. Encontramos páramos y campiñas. Las campiñas se localizan al norte del Duero, en la Tierra de Campos, y al sur, en la Tierra de Pinares. 

 También encontramos páramos calizos en la mitad oriental de la cuenca (páramos de Peñaranda).

– Las penillanuras occidentales. Son superficies de erosión que suelen corresponder con aquellos sectores en los que aflora el macizo hespérico sin deformar.

  Se localizan en el sector occidental de la Submeseta Norte, en las provincias de Salamanca y Zamora y en el límite con Portugal.

La Submeseta Sur

Limita al norte con el Sistema Central, al este con el Sistema Ibérico, al sur con Sierra Morena, y al oeste con la penillanura extremeña.

Tiene una altitud media inferior a la Subemeseta Norte, de unos 650 m, y es menos uniforme.

– La cuenca sedimentaria de la Submeseta Sur presenta muchos aspectos en común con la cuenca del Duero: tiene rasgos exclusivos que la individualizan.

  Los Montes de Toledo rompen esta unidad fragmentándola en dos cuencas: la cuenca del Tajo, al norte, y la cuenca del Guadiana, al sur.

  En la cuenca del Tajo, de este a oeste, encontramos los páramos de La Alcarria y extensas campiñas, como las de La Sagra.

  La llanura de La Mancha ocupa buena parte de la cuenca del Guadiana, con una importante circulación de aguas subterráneas (ojos del Guadiana), humedades y lagunas, como las Tablas de Daimiel y las Lagunas de Ruidera.

– Las penillanuras se extienden por el oeste de Ciudad Real y el sur y oeste de Extremadura.

  En el Campo de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real, está presente el vulcanismo, con cerca de 200 antiguos volcanes.

Las unidades montañosas interiores

– El Sistema Central, que divide la Meseta en dos submesetas, se dispone en dirección suroeste – noreste. Es un macizo antiguo, de estilo germánico.

  El Sistema Central se estructura en varios conjuntos. La sierra de Gata y la Peña de Francia constituyen el conjunto más occidental. La sierra de Gredos y la de Guadarrama se sitúan en el centro. En el extremo oriental se disponen las sierras de Somosierra, Ayllón y Pela.

  Es una unidad larga (700 km) y muy estrecha.

  Las cimas de las sierras son suaves y aplanadas. En las zonas más elevadas de Gredos y Guadarrama quedan huellas del glaciarismo Cuaternario, glaciares convertidos en lagunas.

– Los Montes de Toledo se alzan en el centro de la Submeseta Sur, separando las cuencas del Tajo, al norte, y del Guadiana, al sur. Es un típico relieve apalachense.

4.2. Los bordes de la Meseta

La Meseta está rodeada por relieves montañosos que se formaron en el Terciario.

El borde noroeste: el Macizo Galaico – Leónés

Ocupa el ángulo noroccidental (noroeste) de la Meseta. Tiene su origen en el Paleozoico, como parte del macizo Hespérico. En el Terciario, la orogenia alpina fracturó este borde del zócalo, dando lugar a un gran abombamiento recorrido por un sistema de fallas de disposición norte – sur.

El relieve se escalona desde el oeste hacia el este, llegando a superar los 2.000 m en los Montes de León. Su estructura litológica es silícea.

El modelado de las cumbres es suave, con formas redondeadas. Durante el Cuaternario, el glaciarismo afectó a las sierras más elevadas. En la sierra Segundera se encuentra el lago de Sanabria, el mayor lago natural de la Península.


El Macizo Galaico – Leónés se compone de tres unidades:

– Los Montes de León. Es la unidad más oriental, donde encontramos las máximas altitudes en el pico del Teleno. La parte gallega es abrupta, y la leonesa, más suave.

– Las montañas y cuencas medias. En esta área se alternan fosas tectónicas, como las de Lugo y el Bierzo con sierras como Los Ancares.

– La zona costera. El litoral gallego es muy recortado. Se trata de una costa sumergida, por lo que los antiguos valles fluviales han sido ocupados por el mar formando las rías.

El borde norte: la Cordillera Cantábrica

Esta cordillera aísla las tierras castellanas de la influencia del Cantábrico. Presenta una disposición longitudinal oeste – este, desde el Macizo Galaico hasta los Montes Vascos, a lo largo de unos 450 km.

Forma parte del zócalo herciniano, arrasado. Con la orogenia alpina todo el conjunto se deformó, dando lugar a unidades muy diferenciadas:

– El Macizo Asturiano. Presenta un relieve fracturado. Las rocas son paleozoicas. En el sector noroccidental aparece el típico relieve apalachense, mientras que en el borde oriental los Picos de Europa presentan un intenso modelado cárstico. Aquí se alcanzan las máximas altitudes: Torre Cerredo y Naranjo de Bulnes.

– La montaña santanderina. Está labrada sobre los sedimentos secundarios depositados sobre el zócalo. Tras la orogenia alpina, estos materiales, adoptaron estructuras plegadas.

– Los Montes Vascos. Son la unidad de transición entre la montaña de Santander, al oeste, y los Pirineos, al este. Los materiales, secundarios, presentan estructuras plegadas. La erosión ha actuado intensamente. Las máximas altitudes son Aitzkorri y Peña Gorbea.

Un rasgo común a toda la Cordillera Cantábrica es la disposición de sus alineaciones montañosas, profundamente cortadas por los ríos cantábricos, que se encajan formando estrechos valles, incluso hoces o desfiladeros.

El borde oriental: el Sistema Ibérico

El Sistema Ibérico tiene una gran longitud y anchura. Se dispone en dirección noroeste – sureste, desde la sierra de la Demanda hasta el litoral mediterráneo.

Combinan estructuras plegadas y falladas. Se diferencian dos sectores:

– El sector septentrional (norte) lo forma un conjunto de sierras que superan los 2.000 m de altitud: la sierra de la Demanda, los Picos de Urbión, la sierra de Cebollera y la del Moncayo.

– El sector meridional (sur), a partir de la cuenca del Jalón, presenta dos partes separadas por una depresión: la depresión de Calatayud – Teruel, recorrida por el río Jiloca. En el sector castellano o interior destacan las Parameras de Molina, la sierra de Albarracín y la Serranía de Cuenca. En el sector Aragónés están las sierras de Javalambre y Maestrazgo.

El borde meridional: Sierra Morena

Este borde de la Meseta no puede definirse como una cordillera. Podemos calificarla como un escalón tectónico que aísla la Meseta de la depresión del Guadalquivir. Por eso, desde el lado andaluz ofrece el aspecto de una cordillera, mientras que desde La Mancha apenas se aprecia como sierra.

Las mayores cumbres se localizan en la zona central, donde sobrepasan los 1.300 m. El paso de Despeñaperros ha sido vía de comunicación tradicional hacia el interior peninsular.

4.3. Las unidades exteriores a la Meseta

Son relieves que se originaron en el Terciario por la orogenia alpina.

Las depresiones exteriores

Son dos, la depresión Bética (o del Guadalquivir) y la depresión del Ebro. Son cuencas alpinas que se crearon entre las nuevas cordilleras y uno de los bordes montañosos de la Meseta. Son llanuras de escasa altitud y grandes cuencas fluviales.

– La depresión del Ebro. Se localiza en el cuadrante nororiental peninsular y está encerrada por cadenas montañosas: al norte, los Pirineos; al sur, el Sistema Ibérico, y al este, el Sistema Costero – Catalán, que la aísla de la influencia marina del Mediterráneo. Está recorrida por el río Ebro, si bien en el sector más oriental encontramos las cuencas de los ríos Llobregat y Ter.

Primero, era un brazo de mar entre el borde de la Meseta y los Pirineos; más tarde, al formarse el Sistema Costero – Catalán, se convirtió en un gran lago cerrado que, a finales del Terciario, dejó de estar aislado, ya que el río Ebro se abríó paso hacia el Mediterráneo.

– La depresión Bética o del Guadalquivir. Se localiza en el sur, entre Sierra Morena y los Sistemas Béticos. Esta abierta al Atlántico. Por ella discurre el Guadalquivir.

Durante un primer momento fue un brazo de mar que unía el Mediterráneo con el Atlántico. Posteriormente, quedó convertida en una especie de golfo abierto que fue colmatándose con sedimentos.


Las cordilleras alpinas: rasgos generales

Los Pirineos, los Sistemas Béticos y el Sistema Costero – Catalán. Son las unidades que alcanzan una mayor altitud en el relieve peninsular.

Son relieves vigorosos y tienen una gran complejidad litológica.

En el Cuaternario, los procesos glaciares han modelado sus cumbres y vertientes.

Cordilleras alpinas: los Pirineos

Los Pirineos se disponen entre el golfo de Vizcaya, al oeste, y el cabo de Creus, al este. Se considera el istmo que une la Península al continente.

Las máximas altitudes marcan la línea de frontera entre Francia y España. Desde allí, descienden hacia las sierras exteriores que enlazan con la depresión de Aquitania, en el lado francés, y la depresión del Ebro, en el lado español.

Podemos distinguir varias unidades:

– El Pirineo axial. Es el eje central de la cordillera. En él afloran los restos de un antiguo macizo paleozoico. En este sector se localizan las máximas altitudes entre las que despunta el pico Aneto.

– El Prepirineo. Está formado por los materiales mesozoicos y de comienzos del Terciario. Se organiza en dos alineaciones montañosas separadas por una depresión.

– Las Sierras Interiores constituyen un conjunto dispuesto de modo paralelo al Pirineo axial. Los ríos cortan el relieve norte a sur.

– La Depresión Media, entre ambas sierras, está formada por varias pequeñas depresiones discontinuas. Ej: la cuenca de Pamplona.

– Las Sierras Exteriores se extienden desde Navarra hasta el río Segre y hacia el sur dan paso a la depresión del Ebro.

El modelado glaciar ha tenido una gran importancia. Los Pirineos son el conjunto montañoso en el que las huellas glaciares son más intensas. Se formaron glaciares, hoy ocupados por lagunas o ibones.

Cordilleras alpinas: el Sistema Costero – Catalán

Es una unidad montañosa muy fragmentada, dispuesta de forma paralela a la costa catalana.

Encontramos dos sectores: el sector septentrional y el sector meridional.

Se distinguen tres unidades:

– La Cordillera Litoral. Próxima a la costa, se extiende desde Girona hasta el norte de Tarragona.

– La Depresión Intermedia. Es una gran fosa tectónica, colmatada con materiales terciarios.

– La Cordillera Prelitoral. Es la alineación interior, la más extensa, ya que abarca desde Girona hasta el delta del Ebro, y la que alcanza mayores altitudes.

Cordilleras alpinas: los Sistemas Béticos

Los Sistemas Béticos se extienden desde el golfo de Cádiz hasta el cabo de la Nao, a lo largo de más de 600 km, prolongándose bajo el mar Mediterráneo hasta el archipiélago balear. Limitan al norte con la depresión del Guadalquivir, parte de La Mancha y las sierras más meridionales del Sistema Ibérico.

Durante el Terciario fue su levantamiento.

Se distinguen tres unidades de relieve:

– La Cordillera Penibética. Es la más meridional y se desarrolla muy próxima a la costa, en la Serranía de Ronda. En Sierra Nevada afloran los restos de un antiguo zócalo paleozoico. Se alcanza la cota más alta de la cordillera: el pico Mulhacen.

– La Depresión Intrabética. Es la zona intermedia entre las cordilleras Penibética y Subbética. La forman un conjunto de depresiones (desde las hoyas de Ronda y Antequera hasta las hoyas de Guadix – Baza) que se llenaron tras la orogenia alpina.

– La Cordillera Subbética. Se extiende desde Ronda y las sierras de Grazalema y Ubrique, en Cádiz, hasta las sierras de Cazorla, Segura y Aitana, al este; después, se sumerge bajo las aguas del Mediterráneo y reaparece en las islas Baleares.

El relieve de las Béticas no es tan abrupto como el de los Pirineos. 


5.EL RELIEVE INSULAR

El archipiélago balear

Está formado por las islas mayores de Mallorca, Menorca e Ibiza; dos islas menores, Formentera y Cabrera, y numerosos islotes.

Las Baleares son una prolongación de los Sistemas Béticos. Solo Menorca presenta unas carácterísticas que la relacionan con el Sistema Costero – Catalán.

El archipiélago se formó con el movimiento alpino.

Mallorca es la isla de mayor tamaño. Tiene un relieve en el que se diferencias tres unidades:

– La sierra de Tramuntana. Se extiende por la costa noroccidental.

– La llanura central o Pla. Ocupa el centro de la isla.

– La sierra de Levante. Se dispone paralela a la de Tramuntana en la costa suroriental de la isla.

Menorca es la isla más oriental y alejada de la Península. Se distinguen dos regiones: al norte, la Tramuntana; al sur, el Migjorn.

Eivissa y Formentera, las llamadas “islas Pitiusas”, son las más próximas a la Península y se sitúan frente al cabo de la Nao.

El archipiélago canario

Se localiza en el océano Atlántico, a unos 1.000 km al suroeste de la península, frente a la costa africana. Está formado por siete islas mayores, Lanzarote, Fuerteventura, Tenerife, Gran Canaria, La Gomera, La Palma y El Hierro, y varios islotes.

Tiene un origen volcánico.

Las islas no emergieron ni se desarrollaron a la vez. Cada una de ellas es independiente, con su propio edificio volcánico.

Lanzarote y Fuerteventura son las islas más antiguas de Canarias. Presentan un relieve muy erosionado y aplanado.

El resto de las islas tiene un relieve más abrupto y presenta mayores altitudes. Tenerife es la más alta; en el centro de la isla se encuentra el Teide, que es la cumbre más elevada de España. En estas islas encontramos conos volcánicos, barrancos de gran profundidad y calderas.

6.EL RELIEVE DEL LITORAL ESPAÑOL

La península ibérica tiene una extensa costa, de trazado predominantemente rectilíneo.

El litoral cantábrico

La Cordillera Cantábrica, próxima y paralela al litoral cantábrico, le otorga el aspecto de costa acantilada, de trazado escarpado y rectilíneo, entrecortada por pequeñas rías, antiguos valles fluviales invadidos parcialmente o en su totalidad por el mar. También explica el escaso desarrollo de las playas.

El litoral atlántico

El litoral gallego es un buen ejemplo de costa sumergida o en proceso de hundimiento. Por eso, su costa es tan recortada, con numerosos entrantes y salientes.

Destaca la presencia de numerosas rías, que se agrupan en tres conjuntos: de norte a sur, las Rías Altas, las Rías Centrales y las Rías Baixas.

El litoral atlántico andaluz en gran parte responde a la costa de la depresión del Guadalquivir. Las playas arenosas son muy amplias y se caracterizan por la presencia de cordones de dunas que resaltan sobre el nivel de la playa o por las marismas.

El litoral mediterráneo

El litoral mediterráneo se extiende desde el Peñón de Gibraltar al cabo de Gata. Es una costa rectilínea y abrupta, en la que se intercalan pequeñas playas y llanuras.

Desde el cabo de Gata al cabo de la Nao, la línea litoral describe dos grandes óvalos: los golfos de Mazarrón y de Alicante. En esta zona encontramos amplias playas y albuferas, lagunas litorales de agua salina, como el Mar Menor y un cordón litoral: La Manga.

El litoral valenciano se corresponde con el golfo de Valencia, que se extiende desde el cabo de la Nao, al sur, hasta el delta del Ebro, al norte. Es una costa baja de grandes playas, albuferas y tómbolos, lenguas de tierra que unen antiguos islotes con tierra firme, como el Peñón de Peñíscola.

En él podemos distinguir dos conjuntos: los deltas, una gran llanura afluvial de forma triangular con albuferas, lagunas y marismas ; y la Costa Brava, en la que alternan zonas acantiladas con pequeñas playas o calas de arena.


LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DE ESPAÑA

1. SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y ESTRATÉGICA DE ESPAÑA

España es un estado europeo de tamaño medio situado en la zona templada del hemisferio norte. Comprende un territorio peninsular compartido con Portugal y Andorra, dos archipiélagos: baleares y Canarias y las ciudades norteafricanas de Ceuta y Melilla.

Presenta una posición original entre dos continentes (Europa y África) y entre dos masas de agua (el océano Atlántico y el mar Mediterráneo). Este hecho la ha convertido en lugar de encrucijada natural entre diferentes medios físicos y de encrucijada geopolítica y geoestratégica entre pueblos procedentes de Europa, África, el Mediterráneo y el Atlántico, encontrándose por ello con una gran diversidad de paisajes humanos.

2.ESPAÑA, EN EL CONTEXTO MUNDIAL

En el contexto mundial, España ocupa el puesto 52 de países por su superficie y el 29 por su población (2015); forma parte del grupo de países de alto desarrollo; y ha incrementado sus relaciones políticas y económicas internacionales. En comparación con los países del centro mundial constituye una potencia intermedia.

2.1.España, en las áreas geopolíticas del mundo

En el contexto político mundial, España tiene una clara debilidad en cuanto a la importancia por su reducida capacidad militar. En este ámbito, destaca su pertenencia a la OTAN, a la que aporta medios y capacidades.

En cambio, la presencia española es mayor en cuanto al poder blando, debido a las razones siguientes:

– La calidad de las instituciones españolas. Desde el restablecimiento de la democracia, España cuenta con derechos políticos, libertades y respeto a la propiedad privada, lo que favorece su valoración internacional.

– La pertenencia a numerosas instituciones y organizaciones internacionales. Entre ellas destacan la ONU para el mantenimiento de la paz; organizaciones dentro de la ONU (FAO, Banco Mundial, FMI, OMC, OIT, OMS, UNESCO, Cascos Azules); la OCDE para la cooperación y el desarrollo económico; y organizaciones defensivas y para la seguridad internacional, como la OTAN, la UEO, la OSCE; y el Foro Global contra el Terrorismo. Además, España cuenta con 117 embajadas en el extranjero.

– La participación en diversos acuerdos internacionales relacionados con el desarme, la no proliferación nuclear y la prohibición de armas químicas y biológicas; la defensa de los derechos humanos y de los trabajadores; y el desarrollo sostenible.

– La donación de ayuda oficial al desarrollo (AOD). No obstante, esta ayuda presenta algunas deficiencias: se ha recortado a raíz de la crisis de 2008, por lo que se encuentra por debajo de la media de los países donantes y muy alejada del objetivo del 0,7%; y es en parte una ayuda ligada, realizada mediante créditos que exigen al país receptor la adquisición de bienes y servicios españoles.

– La colaboración con diversas ONG internacionales. Entre ellas, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras para ayuda humanitaria; Amnistía Internacional para la defensa de los derechos humanos; o Greenpeace para la protección del medio ambiente.

– La importancia de los flujos humanos internacionales. Se manifiesta en las elevadas cifras de turistas extranjeros y de inmigrantes exteriores hasta fechas recientes.

– La presencia de la cultura española en el exterior. Se aprecia en la extensión del idioma español, hablado por más de 450 millones de personas; el creciente protagonismo de personalidades españolas en el campo científico y cultural; el rendimiento español en competiciones deportivas internacionales; la divulgación de la cultura española por ciertos organismos como el Instituto Cervantes; y la celebración de premios internacionales como el Princesa de Asturias y el Cervantes.

2.2.Las relaciones internacionales prioritarias

– Europa y en concreto la Uníón Europea es el ámbito geográfico mundial con el que España mantiene relaciones exteriores más estrechas de todo tipo. Con el resto de Europa, las relaciones están marcadas por la política exterior de la UE para la que Rusia es socio estratégico; y los demás países del este conforman la Asociación Oriental y han recibido ofertas de acuerdos de asociación que incluyen la creación de zonas de libre comercio.

– El Mediterráneo y el norte de África son zonas prioritarias de la política exterior española, por su proximidad geográfica, su vinculación histórica, y la densidad de los intercambios de todo tipo. Los objetivos son asegurar la estabilidad y la prosperidad en la zona. Para ello, se precisa apoyar los procesos de transición hacia sistemas democráticos que respeten los derechos humanos; cooperar en la lucha contra los tráficos ilegales de armas, drogas y personas; lograr el desarrollo económico y social luchando contra la pobreza; y una mayor comprensión cultural. Con estos fines, España participa con los demás miembros de la UE en la Uníón por el Mediterráneo; suscribe Tratados de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con Marruecos, Túnez, Argelia y Mauritania; y promueve el conocimiento cultural a través de las actividades de los institutos Cervantes, la Casa Árabe de Madrid y la Casa del Mediterráneo de Alicante.

– Iberoamérica ha mantenido importantes lazos históricos con España. En la actualidad, los objetivos con este ámbito son potenciar el diálogo político y explotar en beneficio mutuo las oportunidades económicas que ofrece Iberoamérica. Con este fin, se fomentan las relaciones institucionales al más alto nivel; y la ampliación del comercio y de las inversiones. Además, España impulsa el reforzamiento del papel internacional de Iberoamérica participando en las Cumbres Iberoamericanas y colaborando al estrechamiento de sus relaciones con la UE.

– Los Brics se han convertido en destinos prioritarios para los intereses económicos españoles por su potencial de crecimiento y por sus ambiciosos proyectos en infraestructuras y otros sectores. Por tanto, se han intensificado las relaciones diplomáticas y económicas para favorecer una mayor presencia de las empresas españolas en estos países.

Otros ámbitos de las relaciones internacionales


2.2. Las relaciones internacionales prioritarias

– Europa y en concreto la Uníón Europea es el ámbito geográfico mundial con el que España mantiene relaciones exteriores más estrechas de todo tipo. Con el resto de Europa, las relaciones están marcadas por la política exterior de la UE para la que Rusia es socio estratégico; y los demás países del este conforman la Asociación Oriental y han recibido ofertas de acuerdos de asociación que incluyen la creación de zonas de libre comercio.

– El Mediterráneo y el norte de África son zonas prioritarias de la política exterior española, por su proximidad geográfica, su vinculación histórica, y la densidad de los intercambios de todo tipo. Los objetivos son asegurar la estabilidad y la prosperidad en la zona. Para ello, se precisa apoyar los procesos de transición hacia sistemas democráticos que respeten los derechos humanos; cooperar en la lucha contra los tráficos ilegales de armas, drogas y personas; lograr el desarrollo económico y social luchando contra la pobreza; y una mayor comprensión cultural. Con estos fines, España participa con los demás miembros de la UE en la Uníón por el Mediterráneo; suscribe Tratados de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con Marruecos, Túnez, Argelia y Mauritania; y promueve el conocimiento cultural a través de las actividades de los institutos Cervantes, la Casa Árabe de Madrid y la Casa del Mediterráneo de Alicante.

– Iberoamérica ha mantenido importantes lazos históricos con España. En la actualidad, los objetivos con este ámbito son potenciar el diálogo político y explotar en beneficio mutuo las oportunidades económicas que ofrece Iberoamérica. Con este fin, se fomentan las relaciones institucionales al más alto nivel; y la ampliación del comercio y de las inversiones. Además, España impulsa el reforzamiento del papel internacional de Iberoamérica participando en las Cumbres Iberoamericanas y colaborando al estrechamiento de sus relaciones con la UE.

– Los Brics se han convertido en destinos prioritarios para los intereses económicos españoles por su potencial de crecimiento y por sus ambiciosos proyectos en infraestructuras y otros sectores. Por tanto, se han intensificado las relaciones diplomáticas y económicas para favorecer una mayor presencia de las empresas españolas en estos países.

Otros ámbitos de las relaciones internacionales

– Estados Unidos mantiene acuerdos bilaterales con España en cuestiones políticas y de seguridad. Además se potencian las relaciones económicas, culturales y científicas.

– El Próximo Oriente es un área cada vez más decisiva para la estabilidad política y económica mundial. Consciente de esta realidad, España apoya el proceso de transición democrática que viven algunos países de la regíón; el proceso de paz en el conflicto árabe – Israelí y de Siria; y ha suscrito Tratados de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con varios países. También promueve las relaciones económicas para compensar la fuerte dependencia energética de la regíón; e intensifica las relaciones culturales con los países árabes y con Israel a través de la Casa Árabe y del Centro Sefarad – Israel.

– Asía y el Pacífico unen un enorme peso demográfico y un creciente poder militar y económico. España pretende fortalecer su escasa presencia en este ámbito mediante diálogos bilaterales; viajes y visitas: y el refuerzo de las relaciones diplomáticas, económicas y culturales. Para dar visibilidad a este acercamiento se ha creado la Casa de Asía.

– África subsahariana es el espacio mundial de menor desarrollo. España se ha comprometido a promover la democracia, los derechos humanos, y la erradicación de la pobreza.


3. LA ORGANIZACIÓN POLÍTICO – ADMINISTRATIVA ACTUAL

El acceso a la autonomía

La Constitución española, aprobada el 6 de Diciembre de 1978, establece un modelo de descentralización política reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

La organización territorial del Estado se establece en el artículo 137 de la Constitución: “El Estado se organiza en municipios, en provincias y en las Comunidades Autónomas que se constituyan.

Según el texto pueden organizarse en Comunidades Autónomas aquellas “provincias con carácterísticas históricas, culturales y económicas comunes, los territorios insulares y las provincias con entidad regional histórica. Para acceder a la autonomía se establecen dos vías:

– El artículo 151 supónía una vía rápida para Cataluña, País Vasco y Galicia, por ser territorios que en el pasado aprobaron un Estatuto de Autonomía. Andalucía también alcanzó la autonomía por esta vía.

– El artículo 143, para el resto de las Comunidades.

Navarra no accedíó por ninguno de estos artículos, sino que se amparó en la Disposición Adicional Primera de la Constitución, en la que se reconocen los derechos históricos de los territorios forales.

Los territorios de Ceuta y Melilla, los últimos en acceder a la autonomía, llegaron a ella por el artículo 144 b, convirtiéndose en Ciudades Autónomas.

Entre 1979 y 1983 se aprobaron los Estatutos de las 17 Comunidades Autónomas actuales, y en 1995 Ceuta y Melilla. De esta manera, el territorio español quedó administrativamente descentralizado y configurado tal cual es hoy.

El Estatuto de Autonomía

Cada Comunidad Autónoma tiene su Estatuto de Autonomía (salvo Navarra que tiene sus leyes y fueros propios), norma por encima de la cual solo está la Constitución. El Estatuto fija la denominación de cada Comunidad Autónoma, establece sus límites, la capital autonómica, sus símbolos, los órganos e instituciones políticas propios, la cooficialidad de su idioma, si lo tiene, y las competencias del gobierno autonómico.

El gobierno autonómico

En los Estatutos se establecen las instituciones de autogobierno.

– El poder legislativo recae en las Cortes o Parlamento autonómico. Sus miembros son elegidos por sufragio universal cada cuatro años. Solo elaboran las leyes para su ámbito territorial.

– El poder ejecutivo lo ejerce el Gobierno autonómico aplicando las leyes aprobadas en el Parlamento. Lo componen el presidente (elegido por el Parlamento autonómico y nombrado por el rey) y los consejeros (por el presidente).

– La máxima instancia del poder judicial en el ámbito autonómico es el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad.

El sistema de financiación autonómica

Los recursos financieros son revisados y establecidos periódicamente mediante acuerdos con el Estado. Actualmente, hay dos modelos de financiación: el régimen foral, para el País Vasco y Navarra, y el régimen común, para el resto de las Comunidades.

El sistema de financiación se basa en tres principios: autonomía financiera para decidir los gastos e ingresos; solidaridad para conseguir el desarrollo económico de los territorios, y coordinación con la Hacienda estatal para garantizar el funcionamiento del Estado.

El Estado añade otros recursos adicionales con el fin de asegurar el Estado de bienestar: ayuda a personas en situación de dependencia y ayudas para compensar la escasa densidad de población.

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