Concepto de vegetación esclerófila

La vegetación es un aspecto del medio físico muy importante, puesto que es lo que más caracteriza a cada uno de los paisajes. Además, es la cobertura de plantas salvajes o cultivadas que crecen espontáneamente sobre una superficie de suelo o en un medio acuático. 

Comenzando por los factores, el principal aspecto que influye en la vegetación natural es el clima, puesto que la temperatura y las precipitaciones influyen en las especies vegetales y, de hecho, las grandes regiones biogeográficas de España se corresponden con las grandes regiones climáticas.

Otro factor a tener en cuenta es el relieve, que es fundamental en un país tan montañoso como el nuestro, que va a organizar en muchas ocasiones una distribución de las especies por pisos bioclimáticos. En España existen dos grandes ámbitos: el de los materiales silíceos con un PH ácido y el de los materiales calizos, con un PH básico, además de otros más o menos excepcionales, como los materiales volcánicos que encontramos en Canarias o los suelos arcillosos.

Otro factor muy importante es la relación entre el suelo y la vegetación, condiciónándose mutuamente. Unas especies, como por ejemplo el roble, necesitan suelos profundos para instalarse; mientras que a otras les bastan los suelos de pocos centímetros, como sucede con la mayor parte de los pinos, cuyas raíces consiguen incluso penetrar directamente en la roca, fracturándola.


También hay que tener en cuenta el factor humano, que ha influido notablemente en la vegetación española, tanto, que pocas veces encontramos la vegetación climática y lo que observamos es una degradación del bosque, quedando sólo el matorral a él asociado.

Entrando ya en el análisis de las distintas regiones biogeográficas, se pueden distinguir varias regiones como la Boreoalpina, la Mediterránea, la Eurosiberiana, y la Macaronésica, por lo que podemos afirmar que España
tiene gran variedad de especies vegetales, fruto de la multitud de factores que influyen en nuestro territorio.

La regíón
Boreoalpina, donde encontramos coníferas adaptadas al frío como el abeto, se sitúa en la Cornisa Cantábrica y en los Pirineos entre 1200 y 2400m, por encima de esta altitud aparece una zona de prados que
después es sustituida por formaciones de musgos y líquenes hasta llegar al último piso donde la vegetación es ya inexistente. En otras zonas de alta montaña como en las Cordilleras Béticas o en Canarias, nos encontramos con una cliserie distinta, por ejemplo, en Sierra Nevada nos encontramos con un piso de arbustos en la parte alta y un predominio del pino en el resto. En Canarias, el piso más importante está cubierto por el pino canario.

La regíón Eurosiberiana se corresponde con el dominio del clima oceánico y se caracteriza por el bosque caducifolio (robles, hayas, castaños…),


favorecido por la constante humedad y las temperaturas frías, pero no extremas. Esta regíón ocupa la Comunidad de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, La Rioja, Navarra y norte de Castilla y León. En esta zona también es carácterístico el matorral conocido como landa, muy denso, que puede alcanzar los 4 metros de altura. Y, por último, también observamos en esta área los pastos tan importantes para la ganadería de la zona.

La regíón mediterránea presenta una vegetación esclerófila con bosques perennifolios y adaptados a la sequía, cuyas especies más carácterísticas son la encina y el pino, en la zona del suelo calizo y el alcornoque en la zona de suelos silíceos. De la misma manera, el matorral también es diferente según el tipo de suelo, ya que la maquia es un matorral denso que se observa en los suelos silíceos y la garriga, que es un material más disperso caracterizado por plantas xerófilas que se da en zona de suelos calizos. En la variedad del clima mediterráneo subdesértico hay especies subtropicales como la palmera y el matorral.

La regíón macaronésica (Canarias) se caracteriza por un contraste acusado entre las vertientes de barlovento y sotavento, y por mantener especies endémicas. En cuanto al contraste del que hemos hablado, la humedad que aportan los vientos alisios al ascender por las islas más montañosas, junto con las temperaturas siempre cálidas del clima canario, permiten la formación de la laurisilva. Mientras, en la ladera de sotavento, encontramos especies adaptadas a la sequía, algunas de ellas endémicas, como el drago o la 


sabina canaria.
Además, como ya he mencionado, en los pisos superiores encontramos un bosque de coníferas con especies como el pino canario por encima de los 1200m.

Por último, es interesante mencionar la vegetación de ribera, que agrupa especies habituadas al exceso de humedad como el chopo, el álamo, el fresno y el olmo. Esta vegetación está asociada a los cursos fluviales, con especies caducifolias e hidrófilas. Esta vegetación es importantísima porque aumenta la cubierta vegetal en zonas como la regíón mediterránea, produciendo un gran contraste paisajístico.

Como conclusión, podemos decir que la vegetación natural en España tiene una gran importancia, no sólo a nivel ecológico sino a nivel económico, puesto que favorece a algunos sectores como el turismo, pero tenemos que hacer frente a un gran problema, los incendios forestales.

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