Características Fundamentales de la Segunda Revolución Industrial

La Segunda Revolución Industrial

Crecimiento Demográfico y Migraciones

La mejora de la dieta y los progresos médicos y sanitarios hicieron posible una nueva fase de crecimiento de la población europea. Los descubrimientos en medicina consiguieron frenar las grandes epidemias en Europa. Así, el descenso de la mortalidad provocado por las enfermedades infecciosas, junto a la disminución de la mortalidad infantil, permitieron el aumento de la esperanza de vida. Esta caída de la mortalidad provocó una explosión demográfica europea.

El crecimiento demográfico no estuvo acompañado de un aumento paralelo de la renta por habitante, hecho que incrementó los desequilibrios en la distribución de la riqueza y provocó numerosos desplazamientos de población. La emigración a ultramar se componía fundamentalmente de británicos e irlandeses que se dirigieron a Estados Unidos, Canadá y Australia.

Nuevas Fuentes de Energía

Dos nuevas fuentes de energía consiguieron destronar al carbón: el petróleo y la electricidad. Esta última presentaba numerosas ventajas:

  • Su limpieza y flexibilidad para adaptarse a las necesidades de la producción.
  • Su fácil y eficiente conversión en luz, calor o movimiento.
  • Su adaptación individual a la máquina.
  • Con la intervención del transformador, la posibilidad de trasladarla a puntos distantes.

El uso de la electricidad cambió la ubicación de las empresas y su organización interna. La electricidad tuvo numerosas aplicaciones: en las comunicaciones, en el transporte, en la iluminación y en el ocio.

El petróleo fue utilizado para la iluminación, pero la aplicación más importante fue en los medios de transporte gracias a su uso como combustible.

Los Nuevos Medios de Transporte

Se construyeron las principales redes ferroviarias en Europa, y la electricidad permitió innovar en el transporte urbano, gracias a los tranvías y a los ferrocarriles metropolitanos. La navegación acortó la duración de los viajes transoceánicos, favoreciendo las grandes migraciones europeas. La apertura de nuevos canales acortó distancias y estimuló el comercio marítimo.

La invención del pedal y del neumático hicieron posible la aparición de la bicicleta. Pero lo que realmente revolucionó el transporte fue el automóvil.

La Expansión del Comercio

Aparecieron los grandes almacenes, que con el tiempo, acabarían conquistando el mercado. Se trataba de grandes superficies comerciales polivalentes que ofrecían una gran variedad de productos, a precios más bajos que las tiendas tradicionales.

El aumento de los salarios obreros y la difusión de nuevos sistemas de venta abrieron el camino a la era del consumo de masas. El comercio internacional también conoció un gran crecimiento y su volumen se multiplicó por siete entre 1850 y 1914, gracias a los progresos del transporte, la expansión del libre cambio y la producción masiva de bienes, que permitió una reducción de su precio.

Nuevos Inventos, Nuevas Industrias

La innovación tecnológica se desarrolló gracias a unas relaciones más estrechas entre la empresa y la investigación. El avance tecnológico pasó a ser el resultado de la cooperación de un número elevado de especialistas, agrupados en laboratorios de investigación y coordinados por ejecutivos que buscaban nuevas aplicaciones prácticas de los descubrimientos científicos.

Se descubrieron nuevos productos o aplicaciones de otros poco utilizados hasta entonces, como el vidrio. El desarrollo de estos productos, junto al de las nuevas fuentes de energía, promovieron el surgimiento de otros sectores productivos. La industria siderúrgica conoció una gran expansión gracias a la producción masiva de acero y aluminio, del mismo modo que la industria metalúrgica ampliaba su horizonte con la nueva industria del automóvil y de los aparatos eléctricos.

La Concentración Empresarial

Solo las grandes empresas eran capaces de hacer frente a la guerra de precios, la competencia y la renovación constante, imprescindibles para conquistar nuevos mercados. Mediante fusiones de pequeñas empresas, absorciones o acuerdos entre bancos e industrias, fueron apareciendo verdaderos gigantes empresariales que acabaron controlando el mercado y poniendo los precios. Adquirió diferentes formas:

  • Concentración horizontal: organizada por empresas que trabajaban en un mismo ramo productivo.
  • Concentración vertical: agrupando a sociedades que ejercen actividades complementarias.
  • El monopolio: consiste en que un fabricante o distribuidor tiene la exclusiva sobre un producto e impone sus precios.

La Producción en Serie

Gracias a la organización del trabajo se mejoró la productividad y se mantuvo las posiciones conquistadas. El taylorismo y el fordismo contribuyeron a aumentar la productividad y a reducir costes. El taylorismo es un método de organización industrial, cuyo fin es aumentar la productividad a base de eliminar los movimientos inútiles del obrero. La aplicación más innovadora del taylorismo vino de la mano de Henry Ford, que adaptó la cadena de montaje a la producción de automóviles.

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