Distribución de Países por Nivel de Ingresos
La clasificación de los países según su nivel de ingresos per cápita, basado en el Producto Interior Bruto (PIB), revela una profunda desigualdad a escala mundial. Los países se agrupan en cuatro grandes categorías:
- Ingreso bajo: 40 países con una renta per cápita de 995 dólares o menos.
- Ingreso medio-bajo: 56 países con rentas per cápita entre 996 y 3.945 dólares.
- Ingreso medio-alto: 48 países con rentas per cápita entre 3.946 y 12.195 dólares.
- Ingreso alto: 69 países con rentas superiores a 12.196 dólares.
Esta distribución tiene un claro reflejo en la población: casi el 68% de la población mundial se concentra en los dos estratos de ingresos más bajos, mientras que los países de ingreso alto apenas representan el 16% de la población del planeta.
Según datos de 2009, la brecha es abismal. Noruega, uno de los países con mayor ingreso (tras microestados como Mónaco, Luxemburgo o Liechtenstein), presentaba un PIB per cápita de 79.089 dólares. Esta cifra es casi 500 veces superior a la del país más pobre del planeta en ese momento: Burundi, con tan solo 159 dólares.
Distribución y Dinámica de la Población Mundial
Concentración Geográfica
La población mundial no se distribuye de manera uniforme. Asia y Oceanía concentran algo más del 60% de la población total, mientras que Europa y América representan, cada una, alrededor del 13%.
Densidad de Población
Esta desigualdad en la distribución sobre la superficie del planeta genera niveles de densidad de población muy dispares. Es importante destacar que la densidad demográfica no guarda una relación directa con los niveles de desarrollo de las regiones.
- Gran parte de Asia (central, meridional y oriental): 144 hab/km².
- Europa: 114 hab/km².
- América del Norte, América del Sur y África meridional: entre 20 y 30 hab/km².
- Oceanía: apenas 4 hab/km².
Dinámica Demográfica y Estructura por Edad
La dinámica demográfica también es muy dispar. Las tasas de crecimiento más elevadas corresponden a las regiones del mundo en desarrollo, donde también son mayores las tasas de fecundidad (en torno al 2%). Por el contrario, en los países más desarrollados, la tasa de natalidad es muy baja (en Europa es cercana al 0%), lo que se traduce en un estancamiento demográfico.
Como consecuencia, la población más joven se concentra en los países en vías de desarrollo, lo que ejerce una fuerte presión sobre el mercado laboral y la capacidad de los sistemas educativos, incentivando a su vez una fuerte emigración.
Urbanización
Un dato fundamental es el avance de la urbanización: actualmente, la mitad de la población mundial (50%) vive en ciudades, con grandes megalópolis como Ciudad de México, Buenos Aires o Caracas como ejemplos destacados.
Concentración de la Actividad Económica Global
Principales Polos Económicos
El grueso de la actividad económica se concentra en tres grandes regiones, que en conjunto suman el 72% del producto mundial (expresado en paridad del poder adquisitivo):
- América del Norte (incluido México): concentra el 25% del PIB mundial.
- Unión Europea: concentra el 22% del PIB mundial.
- Asia oriental (incluidos China y Japón): concentra el 25% del PIB mundial.
Aportación de Otras Regiones al PIB Mundial
En contraste, otras regiones con una población significativa tienen una participación mucho menor en la economía global:
- África subsahariana (más del 12% de la población mundial): aporta solo el 2,5% del PIB mundial.
- Asia Occidental, Central y Meridional (27% de la población): supone el 10% del PIB mundial.
- América Central y del Sur (en torno al 7% de la población): aporta el 6,3% del PIB mundial.
Estructura del PIB y Nivel de Desarrollo
Los niveles de desarrollo están estrechamente relacionados con la composición de la estructura del PIB. En las regiones más pobres, el sector agrario adquiere mayor relevancia, mientras que en las más desarrolladas el sector servicios es dominante.
Ejemplos de la estructura sectorial:
- Aportación del sector agrario:
- África oriental: más del 31%
- Unión Europea: 2%
- América del Norte: 1%
- Aportación del sector servicios:
- Unión Europea: 75%
- África: 4,6%
Por último, el sector industrial adquiere su mayor protagonismo en regiones de desarrollo intermedio que se encuentran en pleno proceso de industrialización. Son las regiones donde se concentran los países desarrollados las que, a su vez, dominan los procesos de inversión internacional.
Indicadores de Desarrollo Social: Un Reflejo de la Desigualdad
Las diferencias económicas se traducen en enormes brechas en los logros sociales y la calidad de vida de la población.
Esperanza de Vida al Nacer
- Japón: 83 años
- España: 81 años
- Unión Europea (media): 79 años
- África Meridional: 49 años
- Zimbabue: 45 años
Tasa de Mortalidad Infantil (menores de 5 años)
- Países desarrollados: entre 3 y 4 por cada 1.000 nacidos.
- Países en vías de desarrollo: hasta 200 por cada 1.000 nacidos. En países como Angola, Nigeria, Congo, Sierra Leona, Guinea-Bisáu, Chad o Afganistán, 2 de cada 10 niños nacidos mueren antes de cumplir los cinco años.
Tasa de Fecundidad
- África subsahariana: 5 hijos por mujer.
- Asia Oriental: 1,9 hijos por mujer.
- Europa: 1,5 hijos por mujer.
Educación (Tasa de matriculación en enseñanza secundaria)
- Europa: 100%
- Norteamérica: 93%
- África Meridional o Asia Central-Meridional: 55%
- África Oriental: 36%
- África Central-Occidental: 32%
Brecha Digital
- América del Norte: 644 ordenadores por cada 1.000 personas.
- África Central-Oriental: 10 ordenadores por cada 1.000 personas.
Hacia un Mundo Económico Multipolar
La Convergencia y la Tríada Económica del Siglo XX
A lo largo del tiempo, en los países de economía de mercado se ha producido un fenómeno de “convergencia” entre los países desarrollados, reduciéndose la distancia económica con respecto a Estados Unidos. Durante la segunda mitad del siglo XX, se conformó una economía mundial cuyo dinamismo descansaba en una tríada formada por EE. UU., el bloque de la Unión Europea (con Alemania a la cabeza) y Japón.
Cambios en el Sistema Internacional desde los 90
A partir de la década de 1990, el sistema internacional experimentó cambios profundos:
- El desmoronamiento del bloque de economías socialistas, que iniciaron su transición hacia economías de mercado.
- El estancamiento de Japón, que entró en una etapa de bajo crecimiento.
- La aparición de un grupo de economías muy dinámicas procedentes del mundo en desarrollo, conocidas como “mercados emergentes”, con China a la cabeza.
El Ascenso de los Mercados Emergentes y el G-20
Se ha transitado hacia un mundo multipolar, donde a los centros tradicionales (EE. UU., Europa y Japón) se suman nuevos polos económicos como Brasil, México, China, India, Indonesia, Turquía, Rusia o Sudáfrica. Estos países han adquirido una gran relevancia no solo en sus regiones, sino también en el ámbito mundial.
Esta nueva realidad se refleja en la evolución de los foros de gobernanza económica global. En los años 60, EE. UU. coordinó las reuniones del G-5 (EE. UU., Francia, Reino Unido, República Federal de Alemania y Japón) para coordinar respuestas político-económicas. A este grupo se unieron posteriormente Canadá e Italia, conformando el G-7 (junto al presidente de la Comisión Europea). En las últimas décadas, se incluyó a Rusia, dando lugar al G-8.
Actualmente, el G-20 se ha consolidado como el principal foro de coordinación. Este grupo, que incluye a los principales mercados emergentes, se encarga de coordinar la respuesta frente a las crisis y de establecer los acuerdos básicos para la reforma del sistema financiero internacional.
El G-20 concentra el 62% de la población mundial y el 79% del PIB mundial. En él están representadas tanto las economías desarrolladas (EE. UU., Reino Unido, Alemania, Francia) como potencias en desarrollo (China, India, Indonesia, Sudáfrica), reflejando el nuevo equilibrio de poder global.
