Evolución Urbana en España Antes de la Industria

La Urbanización Preindustrial en España

Comprende desde el origen de las ciudades hasta el inicio de la industrialización, en el siglo XIX. Se caracteriza por:

Características de la Urbanización Preindustrial

  • La tasa de urbanización fue modesta (no superaba el 10%).
  • Los factores que favorecían la urbanización eran estratégico-militares (la ciudad controlaba el territorio), político-administrativos (era la sede del poder político y la base para organizar el territorio), económicos (controlaba los recursos del entorno y desarrollaba actividades comerciales y artesanales), religiosos (era sede del poder religioso) y culturales (albergaba los centros culturales y educativos).

Etapas de la Urbanización Preindustrial

La Antigüedad

Aparecieron las primeras ciudades españolas ligadas a la colonización fenicia y griega de los siglos IX y VIII a. C. Estos pueblos establecieron factorías comerciales en las costas mediterráneas y suratlántica para explotar los recursos minerales, agrarios y artesanales. Algunas de ellas dieron lugar a ciudades, como Cádiz (fenicia) o Ampurias (griega)… Su forma se adapta a su actividad comercial (almacenes, puntos de carga y descarga, áreas de vigilancia, etc.) y a un plano irregular.

La conquista romana, iniciada en el siglo III a. C., llevó a la fundación de muchas ciudades, como Barcelona, Tarragona, Valencia, Sevilla o Zaragoza, con funciones militares, administrativas y económicas relacionadas con la romanización. Los romanos trazaron una red urbana unida por vías de comunicación (las calzadas) organizadas en torno a dos grandes vías perpendiculares: Cardo (N-S) y Decumanus (E-W), y con un trazado en damero. El Foro era el centro de la vida social, rodeado de los principales edificios públicos (mercados, basílicas, termas).

La decadencia del poder romano y las invasiones germánicas condujeron a una fase de desurbanización a partir del siglo III. Muchas ciudades desaparecieron.

La Edad Media

Se produjo una nueva fase urbanizadora, en dos espacios distintos, el musulmán y el cristiano.

Espacio Musulmán

Tras la invasión del año 711, se extendía desde el sur hasta las montañas del norte peninsular. En algunos casos, los musulmanes fundaron ciudades nuevas como Murcia o Almería. Pero la mayoría de las veces aprovecharon asentamientos anteriores que revitalizaron como Zaragoza, Toledo, Málaga, Granada o Córdoba, con un plano irregular, aparentemente desordenado y laberíntico, con dos partes bien diferenciadas: La Medina, el recinto amurallado que incluía la mezquita mayor (aljama), el mercado (zoco) y el palacio de gobierno (alcázar), junto con las viviendas de las familias más influyentes; y los Arrabales o barrios extramuros ocupados por mezquitas, viviendas, baños públicos, barrios de artesanos y comerciantes, y barrios étnicos (judíos, mozárabes).

Espacio Cristiano

Limitado a las áreas montañosas del norte peninsular que escaparon al dominio musulmán, tuvo inicialmente una vida urbana escasa. Pero en el siglo X se expandió con la Reconquista y repoblación del territorio, realizada mediante la creación de municipios como ciudades nuevas o reconquistadas a los musulmanes. En los siglos XII y XIII, la urbanización alcanzó un mayor auge gracias a la reactivación del comercio, que favoreció a las ciudades situadas a la vera de las rutas comerciales, en los grandes puertos (Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao) y a lo largo del Camino de Santiago, como vía de peregrinación y comercio.

Suelen ser amuralladas (Ávila y Vitoria), con la catedral o iglesia en el centro, divididas en barrios o calles gremiales (oficios artesanales), y plano irregular que evoluciona a radiocéntrico (Vitoria) o lineales en torno a una vía de comunicación importante como el Camino de Santiago. Muchos de los cascos antiguos de las actuales ciudades proceden de esta configuración original medieval.

La Edad Moderna

Siglo XVI

La pujanza político-militar del imperio y el comercio con América impulsa ciudades como Madrid y Sevilla. Aparecen nuevos barrios fuera de las murallas para acoger usos residenciales, artesanales y almacenes, mientras el centro se reorganiza con la construcción de las plazas mayores como centro social y comercial, que reorganiza la ciudad con un plano radiocéntrico (calles que parten de estas plazas), aunque manteniendo el plano irregular entre las calles principales.

Siglo XVII

La urbanización se estancó debido a la crisis económica y demográfica que afectó más a las ciudades del interior, perdiendo población e influencia.

Siglo XVIII

La recuperación económica vuelve a impulsar el crecimiento urbano en Madrid y ciudades costeras cantábricas y mediterráneas. La ciudad barroca se embellece con monumentos, puertas ornamentadas (Alcalá en Madrid), espacios ajardinados, grandes palacios y plazas, y se dota de alcantarillado, iluminación pública, etc.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *