1. Definición de Mundo Rural
El concepto “mundo rural” hace referencia al conjunto de actividades y características del espacio rural. Es un espacio con baja densidad de población (menos de 150 habitantes por km²), amplio y continuo. En el territorio rural, las actividades agrarias siguen teniendo un peso relativo importante.
2. El Mundo Rural: Un Mundo en Transformación
Las áreas rurales se encuentran en un proceso de reestructuración. Los principales cambios son:
- Las actividades agrarias están perdiendo progresivamente importancia. Paralelamente, es cada vez mayor el desarrollo de actividades del sector servicios e industrial. Una de las manifestaciones más claras de esta transformación es la difusión de la agricultura a tiempo parcial y de nuevas fuentes de recursos, complementarias a las rentas obtenidas de las actividades agrarias.
- La deslocalización industrial. Desde los años setenta, la industria está saliendo de las ciudades e instalándose en zonas más o menos próximas, donde hay mano de obra disponible debido al descenso de la población activa dedicada a las actividades del sector primario.
- El proceso de urbanización está llevando al campo actividades del sector servicios (áreas comerciales, servicios médicos, colegios, etc.). El elevado precio del suelo en las ciudades, la expansión de puestos de trabajo hacia las zonas rurales próximas, así como el desarrollo de potentes sistemas de transporte, están provocando una importante salida de población joven desde los barrios de las ciudades hacia urbanizaciones en las zonas rurales cercanas.
- El aumento del nivel de rentas en España ha originado una mayor demanda de actividades de ocio y turismo, muchas de las cuales se desarrollan en el mundo rural. Paralelamente, se ha generalizado una valoración positiva del medio natural para estas actividades.
Las políticas agrarias buscan nuevas fuentes de renta para los habitantes del mundo rural y trabajan sobre la idea de unas actividades agrarias multifuncionales: no orientadas exclusivamente a la producción agrícola y ganadera, sino que las compaginen con el turismo, la comercialización directa de productos típicos, el desarrollo de artesanías tradicionales, la explotación de la caza, el excursionismo, etc.
En conclusión, en el mundo rural se pueden encontrar cinco situaciones:
- Zonas demográficamente regresivas, muy envejecidas y especializadas en actividades agrarias escasamente competitivas, con poca accesibilidad y que no resultan atractivas para el mercado turístico. Estas se encuentran en el oeste de la Meseta, el Sistema Ibérico, además de zonas del valle del Guadiana y del Noreste andaluz.
- Zonas rurales progresivas, que basan su desarrollo en el atractivo ambiental que genera actividades exclusivamente turísticas. Se trata de zonas pirenaicas, ibéricas y enclaves del litoral cantábrico.
- Zonas rurales con un fuerte crecimiento debido a la deslocalización de población y actividades desde las grandes ciudades. Se observan en un amplio anillo en torno a Madrid y Barcelona, en la región vasca, el valle del Ebro y el entorno de Valencia.
- Zonas rurales donde se combina la deslocalización de actividades desde las ciudades con el desarrollo turístico clásico (sol y playa). Se encuentran a lo largo de todo el litoral levantino y en ambos archipiélagos.
- Zonas con actividades agrarias competitivas que generan progreso demográfico. También experimentan fenómenos de deslocalización desde las ciudades; se localizan en Murcia y Almería, así como en enclaves extremeños y zonas de La Mancha.
3. El Peso de las Actividades Agrarias en la Economía Española
Actualmente, las actividades agrarias en España aportan algo menos del 3% al PIB (Producto Interno Bruto) y emplean al 4% de la población activa. Estas cifras manifiestan un constante retroceso, siguiendo la tónica general europea, donde el sector agrario ocupa a algo menos del 2% de la población activa y aporta una cifra similar al VAB (Valor Agregado Bruto).
No obstante, cabe hacer varias observaciones:
- La reducción del peso relativo de las actividades agrarias en el conjunto de la economía no ha sido continua y constante, sino que presenta dos períodos claros:
- De 1950 a 1970, se observa un descenso rápido y acusado, correspondiente a la etapa “desarrollista” o de industrialización definitiva de España.
- Desde 1970, el descenso continúa, pero de forma más lenta y suave.
- Esta reducción ha venido acompañada de un aumento en la producción, originado por la introducción de medios de producción mecánicos (tractores, cosechadoras, etc.), químicos (fertilizantes y fitosanitarios) y, más recientemente, como resultado de la investigación (ingeniería genética aplicada a las semillas, aplicación de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), ingeniería agrícola y ganadera, etc.).
- La pérdida del peso económico de las actividades agrarias no les resta importancia, ya que esta no depende solo de los bienes que producen, sino que cada vez cobran más valor otras funciones que desempeñan:
- Organizar el territorio rural.
- Proporcionar materia prima para las actividades de la industria agroalimentaria.
- Contribuir al mantenimiento de una variedad de hábitats de gran valor para la biodiversidad.
El comercio de productos agrarios supone el 12% del total de nuestro comercio exterior, siendo el tercer sector en importancia, aunque a distancia de los subsectores industriales de material para el transporte y de máquinas y material eléctrico.
4. Problemática de las Actividades Agrarias en un Mundo Globalizado
4.1. El Envejecimiento de la Población Activa y el Éxodo Rural
El éxodo rural de los años 60 y la posterior y lenta emigración desde el mundo rural al urbano han supuesto su envejecimiento. A partir de mediados de los años 90 del siglo pasado, comenzó un lento proceso de rejuvenecimiento de la población, relacionado con la llegada de inmigrantes a las zonas con una agricultura competitiva. Los salarios en estas actividades están por debajo de los percibidos en otros sectores económicos; por esto se desarrolló la agricultura a tiempo parcial, que supone que el titular de una explotación ejerce una actividad no agraria como principal, siendo la renta agraria solo un complemento de la renta familiar.
4.2. El Modelo Agrario y sus Problemas en un Mercado Globalizado
La liberalización del mercado mundial de productos alimenticios ha puesto de manifiesto la escasa competitividad de las producciones españolas y europeas.
No se tuvo en cuenta que se estaba imponiendo un mercado mundial de mercancías sin aranceles ni obstáculos al libre comercio. Una parte importante de las producciones agrarias españolas presentan serios problemas de competitividad en este mercado.
Las explotaciones agrarias son, en su mayoría, de un tamaño demasiado reducido para hacer rentables las nuevas inversiones, obtener cosechas a precios competitivos y garantizar un nivel de rentas suficiente a los agricultores, quienes, de esta manera, han pasado a depender de las subvenciones y a mantener un alto nivel de endeudamiento.
4.3. Actividades Agrarias y Medioambiente
Las actividades agrarias actúan sobre el medioambiente en el que se desarrollan de forma contradictoria: por un lado, dependen en gran medida de la buena salud de este (suelos, aguas, clima, etc.), pero, por otro, en la medida en que utilizan masivamente fertilizantes o generan residuos, actúan como poderosos agentes contaminantes.
Las actividades agrarias son responsables, entre otras cosas, de:
- Emisiones relacionadas con el efecto invernadero.
- Una parte importante de la contaminación de las aguas.
- La sobreexplotación de los suelos, causante de la erosión y la desertificación.
- Pueden actuar muy negativamente sobre la biodiversidad.
Estos procesos son especialmente notables en las zonas donde se practica una agricultura más intensiva. En España, estas zonas se localizan en la mitad meridional del litoral mediterráneo (cuencas del Júcar, Segura, Guadiana y Guadalquivir) y en Canarias, donde además el estiaje veraniego es muy acusado.
Las políticas agrarias europeas reflejan los compromisos y las preocupaciones medioambientales mundiales. La herramienta de estas políticas es la llamada “condicionalidad”, que subordina el pago íntegro de las ayudas directas de la PAC (Política Agraria Común) al cumplimiento de unos requisitos básicos en materia de medioambiente. Uno de los objetivos de estas políticas es el fomento de la agricultura ecológica.