Dinámicas de Crecimiento Urbano y Desplazamiento Poblacional
El crecimiento de la ciudad extramuros (desde 1860, aunque con mayor relevancia a partir de 1880) provocó la salida de la población hacia los nuevos barrios. Esta migración se segmentó según la capacidad económica:
- La demanda solvente se dirigió hacia los ensanches.
- La demanda menos solvente se estableció en barrios periféricos y suburbios.
Esta salida de la población originó un doble proceso en el tejido urbano existente:
Transformación en Zonas Centrales de Rango
En las zonas de rango, se produjo una lenta sustitución de población por funciones centrales (administrativas, financieras, mercantiles y comerciales, etc.), lo que vino acompañado por importantes reformas urbanas:
- Trazado de grandes vías: Ejemplos notables incluyen la Gran Vía de Madrid, la Vía Layetana de Barcelona o la calle Alfonso de Zaragoza. Estas vías no solo realzaron el estatus de la zona, sino que también la adaptaron a las nuevas necesidades de tráfico y la conectaron con los nuevos barrios extramuros, destinados a las clases sociales adineradas (los ensanches).
Dado que se trataba de una zona rentable, las constructoras se lanzaron a la especulación, llegando a derribar patrimonio arquitectónico para sustituirlo por edificios nuevos, más altos y de mayor valor.
Abandono en Zonas Menos Solventes
En las zonas menos solventes, se produjo un proceso de abandono. Solo permaneció la población envejecida y aquella sin alternativas de reubicación. En algunos casos, estas áreas se convirtieron en zonas marginales (como la Plaza Alta de Badajoz, que actualmente se encuentra en clara recuperación).
Espacios Periféricos: Un Doble Modelo de Crecimiento
En los espacios periféricos se generó un doble modelo de crecimiento:
El desarrollo de barrios bajo planes urbanos, que ofrecían condiciones de vida satisfactorias y precios accesibles únicamente para la demanda solvente. Estos son los ensanches.
El crecimiento de barrios de diversa tipología en los “suburbios”, a menudo al margen de la normativa oficial, en ocasiones bajo el amparo del Estado, y casi siempre sin cumplir estándares mínimos de calidad, tanto en la edificación como en las infraestructuras y dotación de servicios. Su destino era la demanda no solvente.
Evolución de la Vivienda y el Urbanismo hasta Mediados del Siglo XX
La iniciativa pública en materia de vivienda fue manifiestamente insuficiente durante este periodo. El problema de la vivienda se consideraba principalmente un problema de orden público, buscando evitar las alteraciones que se podían producir si la situación persistía. En general, se aplicaron modelos importados a pequeña escala, con resultados ínfimos.
No obstante, hubo intentos de impulsar la compra de vivienda mediante leyes de Casas Baratas para los “menos solventes”. También surgieron proyectos racionales y experimentales como la Ciudad Lineal de Arturo Soria en Madrid, o la Ciudad Jardín (presente en Zaragoza, entre otras ciudades).
Paradójicamente, estos “experimentos” estaban dirigidos a la población solvente. La vivienda para los menos solventes se dejó en manos de la iniciativa privada, lo que obligó a las clases menos favorecidas a desarrollar una urbanización marginal en los suburbios. Estas zonas se ubicaban más allá de los límites urbanos (en suelo rústico) o cerca de estaciones de ferrocarril (entonces en las afueras de la ciudad) o instalaciones industriales, generalmente a lo largo de carreteras. Se caracterizaban por un escaso control urbanístico, carencia de planeamiento municipal, ausencia de infraestructuras básicas, viviendas autoconstruidas (a veces chabolas), y generalmente de muy reducidas dimensiones y bajísima calidad. A estas se les denominó “parcelaciones”.
Desarrollo Urbano y Legislación: De Mediados del Siglo XX a los Años 80
En 1956, se promulgó la primera Ley del Suelo que, a pesar de su escaso éxito inicial, sentó las bases para la necesidad de un planeamiento urbanístico. Posteriormente, le seguirían las leyes de 1975 y 1990.
El Estado implementó actuaciones para poner en circulación suelo edificable y, de este modo, reducir su precio. Esta época coincidió con el mayor éxodo rural, un fenómeno que impactó significativamente en las ciudades. Paralelamente, se observó un aumento en el nivel de rentas de la población. Las clases medias y altas continuaron completando los ensanches planificados o, una vez saturados, procedieron a su prolongación.
La industrialización definitiva facilitó el uso de nuevos materiales de construcción. Sin embargo, el volumen del éxodo rural superó la oferta de vivienda disponible, y el escaso poder adquisitivo de los sectores sociales más bajos perpetuó formas de autoconstrucción suburbiales, como el chabolismo.
Transformación Urbana y Políticas Públicas: Desde 1980
Desde 1980, la situación urbana en España ha experimentado una mejora progresiva.
- La mejora generalizada de las rentas ha permitido la incorporación de amplios sectores de la población a la denominada demanda solvente.
- La implantación definitiva del planeamiento urbanístico ha resultado en formas de crecimiento controladas y una notable mejora en la calidad de vida de los habitantes urbanos.
- La consolidación de un Estado democrático ha generado políticas de redistribución de la renta. Esto, a través del desarrollo de políticas de fomento de la accesibilidad en las áreas más desfavorecidas y la aplicación de mejores políticas de vivienda, ha contribuido a reducir las diferencias sociales en la ciudad.
Revalorización y Uniformidad del Tejido Urbano
El crecimiento de la ciudad ha propiciado la revalorización de ubicaciones antes infravaloradas. Esto ha impulsado reedificaciones que, siguiendo las nuevas formas planeadas, han otorgado una mayor uniformidad al tejido urbano y mejorado la situación de estas zonas en cuanto a equipamientos y servicios. En muchos casos, hoy solo queda la huella de la trama urbana de lo que fueron aquellas barriadas paupérrimas.
Impacto de las Políticas Territoriales y Ambientales
Las políticas de Ordenación Territorial y de Medio Ambiente han llevado al alejamiento de la ciudad de actividades molestas y peligrosas, eliminando el factor de proximidad en amplias zonas. Las áreas industriales, siguiendo un proceso de desconcentración, se han desplazado lejos de los lugares de residencia, mientras que las grandes áreas de servicios se integran cada vez más en el tejido urbano.
El Sistema Urbano Español Actual
Como resultado de la evolución urbana analizada, el sistema urbano actual en España se compone de las ciudades y las complejas relaciones que se establecen entre ellas. Las ciudades poseen características específicas (tamaño y funciones) que determinan su influencia sobre un área más o menos amplia (local, regional, nacional o mundial), y ocupan una posición jerárquica dentro del sistema urbano.
La distribución de las aglomeraciones urbanas según su tamaño se caracteriza por una disposición semianular en la periferia, rodeando un espacio interior menos urbanizado. En el centro de este espacio se sitúa la mayor aglomeración del país.
Las funciones urbanas se refieren a las actividades socioeconómicas que las ciudades desempeñan hacia el exterior (distintas de las destinadas al servicio interno de la propia ciudad). En España, se pueden identificar: