El Casco Antiguo de Valencia
Situación y Emplazamiento
La ciudad de Valencia se sitúa al este de la Península Ibérica, en el Golfo de Valencia, junto al mar Mediterráneo. La ciudad se emplazó estratégicamente en un meandro del río Turia y sobre un altozano, a salvo de las inundaciones provocadas por las crecidas de dicho río. Su fundación en época romana obedeció a un doble interés: estratégico, al encontrarse en una llanura litoral, junto a la Vía Augusta y al mar, lo que la hacía bien comunicada; y económico, ya que Valencia está rodeada de un entorno con excelentes condiciones para la agricultura.
Evolución del Trazado Urbano
Aunque recientemente se han hallado restos de un primitivo asentamiento íbero, la fundación histórica de Valencia es romana, del siglo II a.C. Valentia, como la llamaron sus fundadores, se creó como una colonia destinada a albergar militares licenciados del ejército romano. La colonia romana se construyó siguiendo un plano ortogonal o hipodámico, basado en dos calles principales (el cardus y el decumanus) que se cruzaban en su centro y creaban cuatro espacios en los que se desarrollarían las manzanas (insulae) de casas y otras edificaciones. El lugar donde se cruzaban las dos vías principales se reservaba para la construcción de los principales edificios públicos (el foro). Esta ciudad romana quedaba cerrada por una muralla. En la actualidad, se pueden observar en el Casco Antiguo de Valencia restos del urbanismo romano original. Las excavaciones arqueológicas han situado el antiguo foro en las inmediaciones de la actual Plaza de la Virgen (Plaza de l’Almoina y alrededores). Tras la caída del Imperio Romano, la ciudad fue ocupada por los visigodos, quienes mantuvieron su categoría de sede episcopal.
Pese a esos orígenes, el actual Casco Antiguo de Valencia es predominantemente de origen medieval, con marcadas influencias árabes y cristianas. En la Edad Media, concretamente en el siglo VIII, Valencia fue conquistada y ocupada por los musulmanes (conocida como Al Balansiya o Madinat al Turab). La presencia musulmana ha dejado huellas significativas en el urbanismo del Casco Antiguo: calles estrechas y tortuosas, y un plano irregular. Aún se conserva también algún paño de muralla de época islámica. En el siglo XIII, en 1238, Valencia fue conquistada por Jaime I, rey de la Corona de Aragón, iniciándose así la repoblación cristiana. Durante la época medieval cristiana, el caótico trazado urbano árabe se regularizó ligeramente y muchos edificios andalusíes fueron adaptados y reutilizados; por ejemplo, la mezquita mayor se convirtió en la actual Catedral, con obra inicial románica y gótica. Además, se amplió el perímetro de las murallas. Esta nueva muralla cristiana seguía el trazado de la actual ronda de circunvalación, formada por las calles Colón, Xàtiva y Guillem de Castro. En la actualidad, se conservan en pie dos de las puertas de aquella muralla: las Torres de Quart y las Torres de Serranos. Estas puertas, junto a otras ya desaparecidas como el llamado Portal dels Jueus (Portal de los Judíos), tenían una triple función: militar, para defender la ciudad de posibles ataques; fiscal, para el cobro de impuestos; y sanitaria, para el aislamiento de la ciudad en caso de epidemia. Otros edificios importantes de época medieval cristiana son la Lonja de los Mercaderes y el Palacio de la Generalitat, ambos del siglo XV, época dorada o de máximo esplendor de la Valencia medieval, con su proyección comercial al Mediterráneo.
Trama y Edificaciones
La trama del Casco Antiguo es compacta y densa. Las edificaciones, originalmente de escasa altura, fueron ganando pisos con el paso del tiempo y el aumento de la población (siglos XVIII, XIX y XX). Las edificaciones del Casco Antiguo sufrieron un paulatino deterioro desde finales del siglo XIX. Solo en los últimos años se han emprendido procesos de rehabilitación y sustitución de viejos edificios de viviendas en ruinas, aunque hay que destacar que la rehabilitación del Casco Antiguo de Valencia, especialmente en barrios como El Carmen o Velluters, sigue siendo una cuestión sin resolver, por lo que, lamentablemente, aún abundan los solares y los edificios deteriorados o en ruinas.
Usos del Suelo
En la actualidad, en el Casco Antiguo de Valencia predominan los usos residenciales, comerciales y político-administrativos (como la Generalitat y la Diputación). A estos usos hay que añadir la ubicación, en la parte sur y asociada al ensanche, del CBD (Central Business District) de Valencia (Calle Sorolla), así como los usos relacionados con el ocio y el turismo: hoteles, restaurantes, bares, teatros, etc.
Problemas Actuales
El principal problema del Casco Antiguo de Valencia es la existencia de importantes zonas aún muy degradadas: edificios en ruinas, suciedad, solares, etc. Es el caso de algunas partes del Barrio del Carmen y del Barrio de Velluters. Al respecto, hay que señalar que, al contrario de lo sucedido en otras ciudades españolas, en Valencia las políticas de rehabilitación y mejora del Casco Antiguo han sido muy lentas y parciales. Otros problemas del Casco Antiguo tienen que ver con la difícil convivencia entre la función residencial y el ocio nocturno: contaminación acústica y suciedad en las calles.
El Ensanche de Valencia
Causas que Determinaron el Ensanche Urbano
El ensanche de Valencia se desarrolló desde mediados del siglo XIX. Las causas que determinaron su creación fueron:
- El crecimiento demográfico de la ciudad, provocado principalmente por el éxodo rural.
- El deseo de las clases acomodadas de trasladar su residencia fuera del Casco Antiguo, que se encontraba muy densificado, buscando zonas más saneadas y agradables.
- El desarrollo de los transportes, que facilitaba la expansión urbana.
Características del Ensanche
El ensanche comenzó con el derribo de las murallas medievales en 1865. En su lugar, se configuró una primera ronda exterior que se convirtió en una de las principales vías de la ciudad (Calles Colón, Xàtiva y Guillem de Castro). A partir de esta primera ronda o vía de circunvalación, se planificó el ensanche burgués al sur del Casco Antiguo. El primer ensanche (1867) se ubicó entre esta primera ronda y las Grandes Vías de Marqués del Turia y Fernando el Católico, que conformaron una segunda ronda. Este ensanche presenta un plano de cuadrícula (ortogonal) inspirado en el de Barcelona, formando una trama de calles que se cruzan perpendicularmente y creando amplias manzanas en las que se levantaron grandes edificios y viviendas de calidad. Las calles son anchas para favorecer el creciente tránsito.
El ensanche se convirtió en la zona residencial por excelencia de las clases acomodadas. En él se encuentran zonas ajardinadas, edificios modernistas y equipamientos emblemáticos como el Mercado de Colón y la Estación del Norte (ubicada al este).
A principios del siglo XX (1907), se planificó un segundo ensanche que amplió el anterior más allá de las grandes vías y extendió la ciudad hasta el antiguo camino de Tránsitos (Calles Pérez Galdós y Peris y Valero), que se convirtió en una tercera ronda. A lo largo del siglo XX, más allá de esta tercera ronda, se desarrollaron barriadas periféricas en las que convivieron fábricas, almacenes y zonas residenciales ocupadas por trabajadores.
Este crecimiento de la ciudad desde finales del siglo XIX provocó la anexión de barrios, pueblos y alquerías circundantes: Russafa, Campanar y los Poblados Marítimos (La Malvarrosa y El Cabanyal).