Dinámicas Migratorias en España: Un Recorrido por sus Transformaciones Demográficas

Migraciones Interiores

Son los movimientos de población que se producen dentro de las fronteras de un país. En función del tiempo y de los lugares de origen, se distinguen:

  • Migraciones estacionales o temporales: de duración limitada y carácter cíclico.
  • Migraciones definitivas o de larga duración.

Desde finales del siglo XIX se produjo un importante trasvase de población activa, como del campo a la ciudad, o de las zonas rurales hacia las industriales. Durante la década anterior a la Guerra Civil, las tendencias expuestas se reafirmaron, resultando en un aumento de la población en el litoral. Las áreas costeras comenzaron a desarrollar una creciente actividad industrial, convirtiéndose en focos de inmigración de población joven. En cambio, en el interior, de estructura predominantemente agraria, la población se estancaba y envejecía.

A raíz de la Primera Guerra Mundial, las obras públicas de Primo de Rivera, la liberación de mano de obra y la crisis de la filoxera, las dificultades para la emigración exterior aumentaron, lo que en consecuencia impulsó la emigración interior. Durante las décadas de los 30 y los 40, no hubo movimientos migratorios muy importantes a causa del crack de 1929, la inestabilidad de la II República, la Guerra Civil y la posguerra. Durante la Guerra Civil, el fenómeno fue más notable a causa de los exiliados. No obstante, en los años 50, gracias al Plan de Estabilización, la situación mejoró.

Desde 1960 y hasta la crisis del petróleo (1973), el éxodo rural fue el movimiento más característico. La explosión del turismo modificó la dirección del movimiento migratorio hacia el litoral mediterráneo y la Comunidad Canaria.

Migraciones Exteriores

Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la II República, los destinos más escogidos fueron el Norte de África, el continente americano y Europa. Debido a la juventud de los emigrantes, las migraciones exteriores produjeron importantes cambios en la relación entre población y recursos.

Después de la Primera Guerra Mundial, los emigrantes se dirigieron a África y hacia Europa, debido a la crisis económica de 1929 y a la prohibición de entrada por parte de los países americanos. La población emigrante estaba compuesta principalmente por trabajadores agrícolas poco cualificados. El contexto internacional dificultó la emigración por causas económicas. No obstante, por razones políticas, de España salió gente, sobre todo hacia Francia, la Unión Soviética y México.

Tras la Guerra Civil, hasta 1946, apenas se produjo emigración exterior de trabajadores. Sin embargo, esta se reanudó al finalizar la Segunda Guerra Mundial, especialmente hacia América. Hasta 1960, los principales destinos fueron Argentina, Brasil o Venezuela. Posteriormente, se dirigieron a Francia y a otros países europeos que necesitaban mano de obra.

A partir de 1960, las migraciones hacia Europa aumentaron significativamente. La población provenía, sobre todo, de las regiones españolas con mayor crecimiento demográfico. Algunas de las causas que determinaron el aumento de estas migraciones fueron la mecanización de la agricultura española, el crecimiento vegetativo, las facilidades que ofrecía el gobierno español al emigrante y la devaluación de la peseta.

En España, el impulso de la industria nacional durante la autarquía supuso una recuperación del ritmo de crecimiento de la población, que se incrementó a partir de 1960 con la expansión industrial y las migraciones internas.

Inmigraciones Extranjeras

A partir de la década de los 80, como resultado del crecimiento económico del país, España ha dejado de ser, en pocos años, un país generador de emigrantes por razones políticas y económicas para convertirse en un país receptor de inmigrantes.

Causas del Cambio de Patrón Migratorio

  • El endurecimiento de la política de inmigración en los países desarrollados de Europa Occidental a partir de los años setenta.
  • La nueva situación económica de España, que la posiciona como un país rico.
  • La proximidad geográfica con África y la afinidad cultural y lingüística con Latinoamérica.
  • La existencia de “nichos laborales” o sectores con demanda de mano de obra.

Tipos de Inmigrantes

Los inmigrantes pueden clasificarse principalmente en refugiados, asilados o inmigrantes económicos.

Refugiados

Se conoce como refugiado a la persona que, por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opiniones políticas, teme ser perseguida y se encuentra fuera de su país de nacionalidad.

Asilados

Un asilado es el extranjero al que no se puede devolver al Estado en que ha sido perseguido o sancionado.

El asilo supone autorización de residencia y permiso de trabajo. Sin embargo, el estatus de refugiado no lo otorga automáticamente; los permisos de trabajo y residencia deben conseguirse de forma separada, lo cual suele ser un proceso complicado.

Inmigrantes Económicos

Los inmigrantes económicos, o trabajadores extranjeros, están alcanzando una importancia creciente debido a su número. Tradicionalmente, los extranjeros procedían de Marruecos, Filipinas y Portugal, y ocupaban empleos de baja cualificación en sectores como la minería, la pesca, la construcción y el servicio doméstico. Actualmente, la inmigración económica proviene principalmente del Caribe y de Europa del Este. Asimismo, la población subsahariana representa un contingente importante.

Aun así, existe un gran número de inmigrantes en situación irregular, que a menudo se dedican a trabajos mal remunerados. El destino principal de estos inmigrantes son las comunidades autónomas con grandes centros urbanos y de servicios, como Cataluña, Madrid, Andalucía, la Comunidad Valenciana, Baleares y Canarias.

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