Geografía urbana manzana regular

(Barcino, 27 a. C.) en una pequeña colina cerca de la playa, el monte Táber, con categoría de colonia. El espacio urbano de Barcelona ha sido construido a lo largo de una historia llena de contrastes, por lo que entre sus componentes resalta la diversidad de barrios, edificios y elementos urbanos. El plano: Como resultado de esta compleja evolución histórica Barcelona muestra diferentes trazados que además pueden estructurarse en varias zonas o áreas: El casco antiguo Corresponde a la ciudad desde sus orígenes hasta mediados del S. XIX. El viejo trazado romano, en torno al cardo y decumano, casi ha desaparecido y el trazado medieval (anárquico, propio de una ciudad no planificada), junto a las viejas murallas, ha sido reformado para adaptar este sector central a las nuevas necesidades creadas por el tráfico rodado, la densificación y hacinamiento al que se había llegado y la nueva función “terciaria” que ha de cumplir el centro histórico. Mediante esta reforma urbana, intervención en la ciudad, se trata de unir a las condiciones de centralidad, las de accesibilidad y nuevos servicios. Una de las principales transformaciones del casco histórico ha sido el acondicionamiento y ampliación del paseo de las Ramblas, a finales del Siglo XVIII, configurándose como la calle más ancha de la ciudad. Esto provocó el derribo de parte de la muralla de la ciudad. La trama es cerrada y compacta, especialmente en el barrio gótico, debido a que el crecimiento de la ciudad se localizó durante siglos en el espacio intramuros. La edificación: no se aprecia directamente en el plano, pero podemos decir que, en sus inicios, era de baja altura y, progresivamente, ha experimentado una verticalización. En él se localizan algunos de los edificios históricos más importantes de la ciudad (Catedral, barrio gótico…). Los usos del suelo tradicionales eran residenciales, comerciales y artesanales sin ninguna zonificación. Estos usos han ido evolucionando hacia una terciarización, donde el uso residencial pierde terreno debido a la falta de accesibilidad y a los altos precios del suelo. La función turística también es importante en la ciudad, por lo que muchos usos están relacionados con el mismo (restaurantes, bares, hoteles, etc.).Como en otras ciudades, los principales problemas del casco antiguo son el deterioro físico de calles y casas, lo que da lugar a un deterioro social que provoca un envejecimiento de la población, un vaciamiento del centro (desde 1974 a 1994 perdíó el 40% de su población) y la localización de las clases marginales en el centro, especialmente inmigrantes. Esto provoca un deterioro ambiental que perjudica a la imagen de la ciudad. Estos hechos, unidos a la terciarización del suelo que provoca el vaciamiento del centro fuera de horas comerciales, han provocado políticas actuales de rehabilitación física y social del centro. En Barcelona, estas políticas comenzaron a finales de los años 80 a través de medidas como la rehabilitación de edificios, la creación de espacios verdes y el fomento de uso residencial.El ensanche
Causas que determinan la necesidad del ensanche urbano: el crecimiento de la población y de la ciudad dentro de un recinto amurallado era algo insostenible para Barcelona, que en el Siglo XIX se asentó como la segunda ciudad del país. La insalubridad y usos del suelo no compatibles con el residencial (cementerios o fábricas) hicieron que la mortalidad se disparara durante el s.XIX, especialmente entre las clases más pobres. Por ello, la burguésía vio necesaria la edificación de una nueva ciudad fuera del límite establecido, mucho más ordenado e higiénico que la ciudad central, y el derribo de las murallas que oprimían el crecimiento de la ciudad, producido en 1854.En 1859, cuando la ciudad tenía 189.990 habitantes, se aprobó el plan de ensanche diseñado por Ildelfons Cerdá, cuya cuadrícula prevéía la uníón de la ciudad con los otros núcleos rurales del pla de Barcelona. L’Eixample (Ensanche) proyectado por Cerdá ha dado forma, con su retícula ortogonal, a una gran parte de la fisonomía y la morfología de la ciudad y se extiende por el llano de Barcelona envolviendo el núcleo antiguo. Esta malla ortogonal se encuentra atravesada por dos grandes vías —la Diagonal y la Meridiana—, en cuya intersección se creó la plaça de les Glòríes Catalanes, punto que también es cruzado por otra gran arteria, la Gran Vía de les Corts Catalanes.Al final del Siglo XIX, el crecimiento de Barcelona, tanto demográfico como urbano, era un hecho innegable. En 1900 la ciudad contaba ya con 533 mil habitantes, en los que se incluían los 170 mil de los municipios anexionados: Sant Andreu de Palomar, Sant Martí de Provénçals, GràCía, Sant Gervasi Les Corts, y Sants. Tres años después se incorporó el municipio de Horta a la retícula urbana y, posteriormente, en 1921,Sarrià. Antes de terminar el año 1930, el municipio de Barcelona ya había alcanzado el millón de habitantes.El ensanche de Barcelona, ideado por Ildefonso Cerdá, ha servido de modelo para otras ciudades españolas, como Madrid, Palma de Mallorca o San Sebastián. Destaca por su plano ortogonal, sus amplias manzanas achaflanadas, sus anchas calles que facilitan el tráfico y sus dimensiones, muy superiores a la de la ciudad histórica, y que crean una ciudad mucho más saludable que la anterior. El plano ortogonal se rompe con la apertura de dos calles diagonales (la Diagonal y la Meridiana) que facilitan los desplazamientos a uno y otro lado. Cerdá diseñó el ensanche con una trama abierta, con grandes espacios verdes en el interior de la manzana, respondiendo a los preceptos higienistas de su proyecto. La edificación no era elevada. Todo ello daba una densidad de población muy inferior a la del centro de la ciudad. Sin embargo, la especulación y los altos precios del suelo en la zona han producido una densificación, que ha provocado que haya una tipología de manzana cerrada y con edificios desarrollados en vertical.En la actualidad, los ensanches

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *