Administración y sus objetivos

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Los espacios rurales son heterogéneos y complejos. Las actividades agrarias han experimentado transformaciones, las cuales originan una fuerte crisis. En las últimas décadas, las áreas rurales españolas se encuentran en un proceso de cambio acelerado.
Transformaciones (creciente intensificación de la producción y aumento de los rendimientos):
1- población ocupada en las actividades agrarias, es escasa (4%), envejecida y desigualmente repartida por el territorio español. La causa principal ha sido el éxodo rural por la atracción hacia la industria, provocaron el despoblamiento de importantes áreas rurales.
2- descenso del peso de las actividades agrarias (2% PIB).
3- cambios en las explotaciones agrarias, tamaño físico (tamaño medio) y tenencias (aumento de los arrendamientos y tenencias directas).
4- introducción de nuevas técnicas y sistemas agrarios, incorporación de la mecanización, ampliación de regadíos, la estabulación, selección genética de semillas y razas ganaderas o el uso de fertilizantes químicos. El sector primario español se encuentra en una posición desfavorable en el mercado mundial, debido al modelo agrario.

Problemas:


1- múltiples explotaciones agrarias de pequeño tamaño, las cuales suponen la ausencia de rentabilidad de los medios mecánicos.
2- envejecimiento de la población rural, como consecuencia del éxodo rural y la emigración. El hecho de que sean personas de más edad los que hayan permanecido en el campo, hace envejecer la población y resulta poco atractivo para los jóvenes.

Resultado:

las rentas de los empresarios agrarios y los sueldos de sus trabajadores son más bajos que los de otros sectores, dependen de las subvenciones. Respecto al medio ambiente, el uso insostenible de las actividades agroforestales puede llevar al desequilibrio natural (sobreexplotación, contaminación).

La industria es la principal actividad económica del sector secundario, incluye las fuentes de energía, las materias primas y la construcción. España se incorporó con retraso y de forma muy desigual a la primera revolución industrial del Siglo XIX. Hasta los años 60 del Siglo XX, España no se convirtió en un país industrializado. Los efectos de la crisis económica mundial de los años 70 y de la entrada de la Uníón Europea repercutieron negativamente a la industria española, la cual sufríó una transformación importante debido a su retraso tecnológico, su escasa competitividad y su dependencia exterior. En las últimas décadas , la industria española ha experimentado cambios en su estructura:

1- sistema de producción:

se ha producido una descentralización, basada en dividir el proceso de producción en fases y localizarlos en lugares separados.
2- empleo industrial, las empresas exigen perfiles de trabajadores muy específicos y muy cualificados , mientras que los trabajadores que se encargan de la producción son sustituidos por máquinas. La desigual localización de la industria se debe a la presencia de factores que atraen a las empresas industriales hacia determinados territorios. En relación con los factores de localización clásicos y sus transformaciones, se deben mencionar:
las materias primas y las fuentes de energía (no tan importantes por la mejora de transportes), el mercado de consumo (pérdida de influencia salvo en las industrias agroalimentarias), la mano de obra y las comunicaciones, equipamientos e infraestructuras.
Los principales factores de localización actuales son el acceso a la innovación y la reducción de costes de mano de obra. La distribución espacial de la industria española muestra grandes desequilibrios territoriales, se concentra en unas zonas más que en otras a pesar del intento de descentralización. A finales del Siglo XIX y principios del XX, tuvo lugar la temprana industrialización de la Cornisa Cantábrica y del litoral mediterráneo gracias a la existencia de materias primas y de fuentes de energía, junto con el desarrollo en Madrid como centro financiero y administrativo. La instalación de la industria en estos focos, desarrolló infraestructuras (1ª línea de ferrocarril Zaragoza- Mataró). Con el franquismo aparecieron los llamados polos de desarrollo (Valladolid, Zaragoza, Sevilla), seleccionaron estas ciudades del interior para creas un proceso de concentración industrial similar al que se había dado en otros lugares. Gracias a su ubicación, la población de los alrededores se marchó a trabajar estos focos industriales (éxodo rural).

Más tarde con la crisis industrial de los años 70 (crisis del petróleo)

y con la entrada en la UE (1986), las industrias españolas se tuvieron que adaptar a la normativa industrial comunitaria, la cual buscaba menos producción y más rentabilidad, por lo que los centros de industria tradicional entraron en crisis y se crearon industrias puntas. La globalización, está produciendo grandes cambios en la industria mundial, los cuales se manifiestan en dos sentidos:
concentración empresarial y la deslocalización y nueva división del trabajo mundial. Los problemas actuales en la industria española son:
el peso excesivo de las PYMES (empresas dominantes en España y de pequeño tamaño), el nivel tecnológico y la inversión destinada a investigación y desarrollo son insuficientes y una contaminación industrial muy alta.

Principales objetivos de la industria española: aumento de la competitividad y la disminución de la contaminación

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